LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

martes, 29 de julio de 2014

Cap. 51 Ataque Inesperado …



Ya el viaje de bodas de Giulian y Sam  iba por un mes y Dan comenzaba a desesperarse, porque aquel cretino había jurado que no estarían fuera más de quince días pero la semana anterior habían enviado un mensaje diciendo que se demorarían un par de días más. Mientras Dan andaba furioso, Amy se reía de él lo que no contribuía en nada a mejorar su humor.

-          Vamos Dan, déjalos en paz, busca alguien más a quien molestar

Sin embargo, él se limitó a mirarla muy mal y ella pensó que el apego que sentía Daniel por su hija era excesivo, sin darse cuenta que era el mismo que sentía ella por su hijo a cuya casa no dejaba de ir ni un solo día aunque solo fuese un momento.

Llegó el día del cumpleaños de Aelig y la feliz pareja aun no había regresado, de modo que les tocó ir sin ellos. Aquel fue un día particularmente difícil, porque apenas llegaron, Elijah se sentó en un rincón y no hubo manera de hacerlo mover de allí, mientras que Brendan parecía haber recordado que era un Cornwall y causó tantos estropicios como le fue humanamente posible. Vladimir que ya tenía seis meses, no se portó mucho mejor y desapareció de la vista de sus padres en varias oportunidades, mientras que Dreo que ya iba por los cinco y en teoría gatear no se le daba muy bien aun,  no fue impedimento para que tirara todo lo que estuvo a su alcance y lo que no, y se escondiera en la chimenea que para su buena fortuna estaba apagada. Finalmente y a la hora de picar el pastel, en cuanto la pobre Aelig sopló las velitas, el pastel voló salpicando crema en todas direcciones. Aunque no podían acusar a ninguno de los angelitos en forma directa, la mayoría apostaba a Dreo, pero lejos estaban de saber que el autor de la broma era el único que no estaba presente alrededor de la mesa y que en aquel momento tenía una sonrisa malvada en sus labios.


Daira Clemmens tal y como había dicho Amy, era la persona más dulce y ecuánime del planeta, pero por aquellos días estaba de un humor asesino y a punto de perder la cordura. Jonathan McKenzie era realmente un desastre natural y había hecho de su cruzada particular convertir su vida en un infierno. Ella había rechazado la invitación a la casa de los McKenzie con motivo del cumpleaños de la hija de Kenneth, aduciendo que como ella no tenía niños, no tenía objeto asistir a una fiesta infantil, pero el verdadero motivo siendo que le encantaban los niños, era no encontrarse con el niño aquel. Pero parecía inútil cualquier cosa que hiciese, porque ese desgraciado para lo único que servía era para fastidiarla y aquella noche mientras ella terminaba la ronda por el Hospital, se presentó allí.

-          Buenas noches señorita Clemmens  --  escuchó a sus espaldas y cerró los ojos con resignación

-          Lo fueron hasta este momento

-          Por supuesto, ahora son mejores  porque llegué yo --  dijo él

-          ¿Qué quieres aparte de lo obvio, McKenzie?  --  preguntó con fastidio

-          ¿Y qué es lo obvio?  --  fastidiar pensó ella, pero  se volvió y lo miró

-          ¿Estás herido?

-          No que yo sepa

-          ¿Alguien más lo está?

-          Misma respuesta

-          Entonces lárgate y déjame en paz  --  dijo volviéndose y comenzando a caminar

-          No seas desagradable Daira, solo vine a asegurarme que estabas bien

-          Aclaremos algo McKenzie, mi salud y en realidad nada relativo a mi persona, es asunto tuyo, de modo que te quedaría muy agradecida si te olvidaras de que existo.

Sin embargo, Jonathan McKenzie era de la clase de individuo al que lo traía sin cuidado los deseos de otros si éstos contravenían los suyos, y el suyo en aquel momento parecía ser única y exclusivamente amargarle la vida a aquella pobre criatura. De modo que continuó hablando ignorando olímpicamente lo que ella acababa de decir.

-          Como supondrás me preocupé mucho porque no asististe a la reunión en casa, mamá estuvo preguntando por ti.

-          ¿Eres sordo McKenzie?

-          Aunque debo decirte que estuviste acertada, porque los chicos casi tiran la casa  --  siguió él impertérrito

Daira lo miraba incrédula, definitivamente aquel sujeto era mucho. No obstante, no tuvo tiempo de insultarlo y mandarlo a paseo, porque en ese momento se presentó una conmoción y ambos se olvidaron de en qué estaban y corrieron hacia la entrada.

Un grupo de Krigers y Arzhaelíes venían entrando y por lo que pudieron ver, traían varios heridos.

-          ¿Qué sucedió?  --  preguntó Jonathan a Klausen

-          Un ataque de Uzkys

-          ¿Qué?  --  preguntó con asombro  --  ¿Dónde demonios estaban estos sujetos?

-          Hace unas horas avisaron de un ataque de Uzkys a una población cercana a Norland y salió un grupo a darles caza, pero al parecer eran demasiados

-          ¿Norland? ¿No está eso muy alejado de sus predios habituales?

-          Así es, razón por la cual nos sorprendió el número. Eventualmente emigran un poco más al sur pero en pequeños grupos, nunca tantos.

-          ¿Ya avisaron a Alaric?

-          No, vinimos directo al hospital, estos sujetos están muy mal y ya sabes lo que un ataque de Uzkys  pude significar.

-          Entiendo, yo me haré cargo, tú quédate aquí y si necesitamos alguna información adicional te avisaré

-          Sí señor  --  a pesar de que Klausen era un Arzhaelí mucho mayor que Jonathan, éste era miembro del Consejo y le debía obediencia, de modo que acató la orden sin objeciones

Jonathan caminó hacia donde estaba Daira impartiendo órdenes para la ubicación de los heridos.

-          Daira, me reuniré con Alaric y los demás miembros del Consejo, por favor mantennos informados  --  dijo el chico y ella asintió

Lo vio alejarse sin dejar de notar la transformación que acababa de operarse ante sus ojos, hacía unos minutos había tenido ante sí al niño necio, fastidioso y condenadamente irritante, pero ahora veía alejarse a un hombre diametralmente opuesto y no dejó de sorprenderse. No era que no supiese que era un excelente Arzhaelí, ya que lo había visto en acción, pero suponía que siempre la sorprenderían aquellas dos personalidades que convivían en el interior de aquel individuo.

Unos minutos después, Jonathan se encontraba reunido en la Sala del Consejo con los otros miembros del mismo informándoles lo que acababa de suceder. Los ausentes eran Giulian, Eowaz y Mael pero el primero estaba de permiso y los otros dos hasta donde sabían se encontraban en alguna misión, de modo que una vez que Jonathan concluyó el informe, todos dirigieron sus miradas hacia Iván que en ausencia de Eowaz era el miembro más antiguo del Consejo, porque aunque en teoría Amy y Dan eran tan antiguos como él, Iván llevaba más tiempo ejerciendo sus funciones.

-          Alaric, organiza a tu equipo y prepárense a salir lo antes posible.

-          Y si no hay inconveniente, Dan y Jonathan vienen conmigo  --  dijo Alaric

-          Sin problemas  --  dijo Iván y luego miró a los demás  --  Garlan tú y tu grupo cubrirán a Alaric. Armel y Philip organicen a los Krigers y estén prevenidos en caso de que Alaric necesite refuerzos. Delos y Dorila ocúpense de la protección de las personas que habitan en las zonas adyacentes y susceptibles a ser atacadas. Waleska y Amy vienen conmigo, sin duda hay más heridos aparte de nuestros hombres.

Escasamente media hora después, los grupos estaban organizados y listos para partir. Diandra y Danny habían sido los primeros en ser llamados para acompañar a Alaric, ya que ambos eran excelentes arqueros y Diandra cumplía la doble función de arquera y rastreadora, y en ausencia de Mael era su mejor opción. Gail había sido enviado con Delos y Dorila, mientras que Aderyn se iba en el grupo de Iván.

Poco antes de partir les llegaron dos mensajes de distinta naturaleza pero igualmente alarmantes. Uno era de Daira participándoles que cinco de los Krigers y un Arzhaelí habían muerto a causa de la pérdida masiva de sangre y había aun dos que no sabían si podrían salvarse.  Y el otro era de Bahr notificándoles que estaban en medio de un ataque.

Con las cosas así, Iván tomó la decisión de enviar un mensaje urgente a Giulian y a Sam. A él lo necesitaban en las filas de ataque y Sam se quedaría a ayudar a Daira, ya que en ningún caso podría ir al lugar del conflicto. Después de esto partieron a toda prisa con la única modificación de que los hombres de Armel y Philip partieron junto con los de Alaric.

Un ataque de Uzkys era algo verdaderamente sangriento, aquellos salvajes estaban muy alejados de lo que en apariencia eran. Un Uzky tenía el aspecto de un ser humano, es decir, tenía todas las características físicas de uno, cabeza, tronco y extremidades. Poseían una elevada estatura y complexión recia. Sus facciones tampoco diferían en mucho y generalmente eran armoniosas, en su mayoría tenían largas cabelleras rojizas o castañas y ojos invariablemente negros. De manera que un Uzky podía pasar fácilmente por un hombre común y de hecho lo hacían con el fin de infiltrar las zonas que pensaban atacar. Durante el día podían convivir entre humanos aunque no solían ser especialmente comunicativos, primer detalle éste que establecía las diferencias, no tomaban agua y de hecho la miraban con aversión aunque no les hacía ningún  daño hasta donde sabían y se mantenían a mucha distancia del fuego que sí podía matarlos. Pero al llegar la noche, aquellos seres se convertían en bestias salvajes. Sus incisivos crecían varios centímetros, el iris de sus ojos se extendía con lo que éstos parecían dos trozos de ónix, y su instinto asesino se magnificaba destruyendo todo a su paso.

Generalmente vivían en grupos y su localización eran las montañas escandinavas, pero aunque se habían reducido mucho, aun en el Norte de Noruega los había en gran cantidad. Su enemigo natural eran los Berserker, era la única especie a la que en realidad temían, pero siendo que no habían muchos y solo uno que fuese un descendiente directo de éstos, en la actualidad representaban una amenaza menor para los Uzkys.

Las épocas más peligrosas del año y en las que atacaban con mayor ferocidad, eran verano e invierno, aunque no se sabía la razón para ello. Motivo éste por el que les resultaba a los Arzhaelíes tan extraño un ataque de esa magnitud cuando aun no finalizaba la primavera.

En cuanto Iván y los suyos llegaron a la población que había sido atacada primero, sintieron verdadero pesar. Era un caserío pequeño habitado por algunos pescadores y sus familias, pero había quedado completamente destruido. Si bien la intención de Iván era prestarles algún socorro a los heridos, se encontró con que lo único que había eran cadáveres. No pudiendo hacer nada allí, se trasladaron con rapidez a la zona que estaba siendo atacada.

Cuando los Arzhaelíes habían llegado al lugar donde Bahr y los demás sostenían el enfrentamiento, los Uzkys comenzaron a internarse en el bosque, su instinto de supervivencia  los llevaba a protegerse de las amenazas buscando la espesura de éstos, pero una vez en ellos, se posicionaban de la mejor manera posible y comenzaban a atacar a sus perseguidores.

Alaric había dado órdenes precisas a sus hombres en el sentido de protegerse bien con sus Skiks para evitar las flechas Uzkys, ya que éstos las envenenaban con una sustancia sumamente tóxica y siendo que él mismo ya había sufrido el asunto, sabía exactamente lo terrible que era.

El grupo dirigido por Diandra estaba exterminando con relativa rapidez a los que se le ponían a tiro igual que el de Dan, solo que el de éste lo hacía a mayor velocidad. Y en el caso de Alaric, estaba demostrando sin lugar a dudas por qué había sido considerado el mejor Arco de la Orden hasta que había llegado Mael Berserker, porque si bien Alaric era muy veloz y certero, podía competir con Mael en puntería pero no en velocidad. Sin embargo, estaba haciendo un excelente trabajo.

Giulian había llegado y se había unido al grupo de Jonathan, pero ninguno de los dos era tan bueno con el Arco, por lo que lo tenían más difícil, el mejor de ese grupo y el que estaba dirigiendo el ataque era Urs pero ya Giulian se estaba desesperando, porque a pesar de que él contaba con la ventaja de su nictalopía, aquellos bichos eran condenadamente veloces y para los demás que no contaban con ella, les resultaba bastante difícil acertarles. Jonathan miró la hora y maldijo por lo bajo, aun faltaba mucho para que amaneciese, por lo que les quedaba aún mucho rato de aquella fiesta.

-          ¡Odio a éstos bichos!  --  había dicho Giulian sacudiéndose una flecha que se había clavado en su bota

-          Pues seguro eres correspondido  --  le dijo Jonathan y siguieron en lo suyo

El grupo de Garlan había cercado la zona, inicialmente con el fin de evitar que muchos Uzkys  pudiesen huir hacia sus cuevas estuvieran éstas donde estuvieren, pero al ver el apuro en el que se encontraba el grupo de Urs, decidió dar la orden de ataque y hay que decir que fue una decisión por demás acertada, porque los Uzkys  se habían ido acercando peligrosamente y si era arriesgado enfrentarlos a distancia, en una batalla cuerpo a cuerpo podía resultar mortal.

Alaric también había advertido el peligro, de modo que giró una orden urgente a Dan que estaba más cerca, de manera que éste cambió la dirección de su ataque y Danny corrió tras él. Sin embargo, cuando estaban más cerca, Danny vio con horror que uno de aquellos seres  se abalanzaba sobre Giulian, apuntó su Arco pero repentinamente las palabras que le había escuchado a Aderyn algún tiempo atrás durante el entrenamiento, penetraron en su cerebro: solo hay dos formas de matarlos, con fuego o  con una flecha envenenada.

-          ¡BRAENDE!  --  lanzó con la mayor precisión y el Uzky  fue envuelto por las llamas

Esto había sido posible ya que el Uzky en cuestión no lo estaba mirando, de lo contrario acertarle habría sido poco probable, pero lo había hecho y con ello había salvado el cuello de Giulian. Pero Jonathan estaba en una situación igualmente comprometida y nadie parecía haberlo advertido, tenía al Uzky  encima y éste le había causado ya varias heridas serias. Finalmente Dan lo había visto y estaba apuntando su flecha cuando el Uzky cayó desplomado encima de Jonathan. Giulian que ya estaba de pie y Dan, corrieron hacia allá y vieron que tenía una flecha clavada en el pecho, y aunque se preguntaron cómo había sucedido aquello si ninguno de los dos había disparado, lo dejaron por irrelevante y se apresuraron hacia Jonathan.

Por un momento Giulian sintió que su corazón dejaba de latir, porque el cuerpo del chico estaba ensangrentado y él parecía sin conocimiento.

-          ¡Hay que sacarlo de aquí!  --  exclamó Dan  --  Danny llévatelo

El chico no espero a que se lo repitieran, aferró con firmeza a Jonathan y se desapareció. Después de lo cual Dan se volvió hacia Giulian.

-          ¡Giulian!  --  lo sacudió  --  ¡Muévete o te van a masacrar!

Y ciertamente las flechas seguían lloviendo a su alrededor. Sin embargo, poco a poco y no sin mucho esfuerzo, las cosas comenzaron a emparejarse pero aquello duró hasta que el cielo comenzó a clarear, momento en el que los Uzkys comenzaban a perder su fuerza aunque no su salvajismo, pero sabían que en aquellas condiciones no podían enfrentarse a un enemigo superior, de modo que empezaron a huir. Ignorando su cansancio, Alaric organizó con rapidez a sus hombres y comenzó la cacería. Diandra y Dan fueron con él, la una por su pericia en rastreo y el otro por su habilidad con el Arco. Danny, Urs, Garlan, Gail y Giulian también fueron en ese grupo y ninguno regresaría hasta casi una semana después.

Danny había llegado al Hospital de Arx y enseguida varias Nyrs se apresuraron a ayudarlo a colocar a Jonathan en una camilla. Mientras lo trasladaban para ser atendido, Danny que estaba desesperado por marcharse de nuevo recordando lo comprometido de la situación en la que estaban los suyos, se detuvo  cuando escuchó un grito, se giró y vio a Sam y a Daira que miraban horrorizadas a Jonathan pero mientras su hermana se abalanzaba hacia el chico Daira perdía el conocimiento. Danny se acercó con rapidez y extrañeza, porque si bien era cierto que Jonathan estaba bastante molido, Daira era una Arzhaelí con años de experiencia y ciertamente estaba seguro que había vivido situaciones mucho peores. Sin embargo, se ocupó de levantarla y colocarla en una silla y luego procedió a reanimarla.

-          ¡REINVIA!  --  y una vez que ella comenzó a abrir los ojos, él se retiró unos pasos  --  ¿Estás bien?

-          Daniel…  --  pero luego pareció recordar y palideció  --  ¿Dónde está?

-          No estoy seguro pero…

Ella no escuchó nada más y salió en carrera dejando a Danny confuso, pero no teniendo tiempo para perderlo y aunque también le habría gustado poder saludar a su hermana, decidió que lo haría luego y se marchó de nuevo. Daira corrió hacia la sala de urgencias y mientras lo hacía iba rogando a todos los Dioses  y casi derriba a un Läkare, le dio una disculpa apresurada y entró a la sala aproximándose a la cama.

Ya habían limpiado la sangre pero se veía aún muy lastimado. Tenía una herida grande en el cuello, en la que trabajaba Samantha en ese momento, otra igualmente profunda en el pecho que aunque ya no manaba sangre, podía verse el daño que había causado. Tenía muchas más en el torso pero de menor profundidad y de algunas aún brotaba la sangre. En brazos y piernas tenía lo que parecían arañazos y aun esos no habían sido atendidos.

-          ¡Daira!  --  exclamó Sam por tercera vez y la Arzhaelí que obviamente no la había escuchado, finalmente levantó la mirada  --  ¿Estás bien? Puedo llamar a alguien más si…

-          No, por supuesto que no  --  dijo con rapidez  --  Estoy bien Samantha, disculpa

-          De acuerdo  --  dijo la chica  --  Te decía  que lo revisaras, porque yo simplemente detuve la sangre, no sé si tiene alguna lesión interna.

-          Bien, pero no creo, los Uzkys solo atacan con flechas o con sus dientes y garras  y no pueden hacer magia de ninguna especie. Lo que sí tenemos que suministrarle es el antídoto, porque esta de aquí  --  dijo señalando una herida no muy grande en el costado  --  fue hecha por una flecha y utilizan un veneno sumamente tóxico. No va a matarlo pero…

-          Algo que… lamentarás sin duda

Ambas elevaron la vista, porque habían continuado trabajando mientras hablaban y se sorprendieron al escucharlo.

-          ¡Jonathan!  --  exclamó Sam con mucho alivio  --  ¡Por todos los Dioses, que susto me diste! ¿Cómo te sientes?

-          No estoy muy seguro… creo que… ¿estoy muerto?

Las chicas se miraron y pensaron que estaba delirando, de modo que a pesar de que era algo que ambas habían verificado ya, Daira apartó le apartó el cabello de la frente y colocó su mano allí, comprobando que seguía sin fiebre. Así que Daira le habló con suavidad

-          A ver Jonathan, fuiste atacado por un Uzky, de modo que es posible…

-          ¡Por los Tesoros del Gran Druida, sí estoy muerto!

-          Jonathan  --  intentó Sam  --  no estás muerto corazón

-          Entonces estoy soñando, porque Daira no me está gritando

Samantha sonrió con diversión mientras Daira componía una cara de incredulidad.

-          ¡McKenzie, eres un…!

-          ¡Ah, gracias a los Dioses! Sí estoy vivo

Pero cualquier cosa que Daira pensara decir, en caso de que el deseo de golpearlo fuese menor, quedó en suspenso porque una Nyrs asomó la cabeza.

-          ¿Señora Cornwall, puede venir un momento?  --  preguntó la mujer

Sam se disculpó y salió mientras que Daira se volvía hacia Jonathan con mirada tormentosa.

-          Eres necio, infantil y estúpido

-          Ahora me siento mejor  --  dijo él

-          Debería dejarte tal y como estás  --  dijo mientras terminaba de cerrarle la herida del pecho.

-          Supongo que es un espectáculo agradable para ti  --  dijo con sonrisa maligna  -- pero comienzo a tener frío ¿sabes?

Daira adquirió el mismo color de su cabello al darse cuenta que aquel individuo estaba casi desnudo y se preguntó inútilmente por qué demonios él tenía que habérselo hecho notar. Sin embargo, intentó ignorar el hecho de su semi desnudez y siguió trabajando en silencio, pero a partir de ese momento ya no resultó tan sencillo.  Una vez que concluyó, lo cubrió con una sábana y se animó a mirarlo pero él parecía haberse quedado dormido, de modo que lo elevó lo colocó en una camilla y lo trasladó a una habitación. Lo pasó a la cama y le acomodó las mantas. Lo miró durante un par de segundos y se volvió para marcharse pero sintió que aferraba su muñeca y giró la cabeza.

-          Gracias señorita Clemmens

-          Intenta descansar McKenzie  --  le dijo, pero no estaba segura que hubiese escuchado porque había vuelto a dormirse.


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