LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

viernes, 25 de julio de 2014

Cap. 42 Habilidades y Sorpresas…



Sam estaba terriblemente cansada. Desde que llegó del Instituto estaba encerrada trabajando en sus deberes, hizo una breve pausa para bajar a cenar a pesar de que había considerado saltársela debido a la cantidad de tarea que tenía, pero en realidad moría de hambre. Últimamente comía casi tanto como los chicos, lo que tenía a su madre muy contenta, y gracias a eso ya no tenía que oír sus peroratas acerca de que no se alimentaba como era debido.

Pero después de cenar, volvió a enfrascarse en sus deberes.  Ya era cerca de la una de mañana cuando decidió cambiarse y se meterse en la cama. Pensó en Giulian y tuvo deseos de ir con él pero luego se reprendió diciéndose que seguía molesta. En realidad ya no lo estaba, pero lo estaba castigando para que aprendiera a no tratar de controlarla. En el fondo sentía cierta pena por él, en verdad parecía que estaba resintiendo su alejamiento, porque en los últimos días parecía  enfermo. Decidida, se dijo que estaba recibiendo justo lo que se había buscado. Se giró abrazó la almohada y a los pocos minutos estaba dormida.

Dan ya iba camino al desayunador, cuando escucho a su hija maldecir. Se detuvo y asomó la cabeza dentro de su habitación.

-         ¿Está todo bien?  -- le preguntó

-         Hola papá  -- le contestó  -- es solo que tendré que cambiarme.

Su padre le sonrió y le dijo que la esperaba abajo. Sam buscó otro pantalón y se lo puso, se miró al espejo y pensó que su madre ahora estaría satisfecha. De tanto que había comido últimamente, parece que había ganado algunos kilos. Terminó de arreglarse y salió. En el mismo instante iba saliendo Giulian de su habitación.

-         Buenos días princesa  --  se acercó y le dio un beso  --  ¿Vamos a desayunar?

-         Sí, me muero de hambre.

Giulian había notado que mientras él perdía el apetito, ella lo ganaba. Pero eso no lo preocupaba, lo que lo mantenía en constante agitación era el hecho de que aunque ya no peleaban a gritos, Sam había establecido una fría distancia. Desde el incidente del jardín, no había vuelto a compartir su cama ni nada más íntimo que un ocasional beso, y ya él comenzaba a estar realmente alarmado.

Sam lo observó durante todo el camino al desayunador, y había podido ver casi todo lo que estaba pensando. Se sintió mal, y antes de entrar se detuvo.

-         No he dejado de amarte Giulian,  solo quise castigarte por lo que pasó hace unos días. Lo siento, sé que me he comportado como una…

Pero no pudo continuar. Se sintió aprisionada en sus brazos y su boca  fue hecha presa de la de él. Unos segundos después fueron interrumpidos por Dan que salía en ese momento.

-         Por favor, acabo de desayunar.

-         No fastidies Dan  --  le contestó el otro y siguió en lo suyo.

Al final tuvieron que separarse cuando una Amy muy enfadada, le gritó a Giulian que Sam necesitaba comer antes de irse al Instituto.

-         ¿Es realmente necesario que vayas?  --  preguntó poniendo su mejor cara de cachorrito apaleado mientras ella terminaba de comer

-         Créeme amor, es muy necesario, tengo muchos trabajos que entregar y no  quiero perderme las clases.

-         ¿Estás consciente de las muchas noches de soledad que me debes?

Sam sonrió. Ya había terminado con su desayuno y sus padres le metían prisa para irse. Abrazó a Giulian y le dio un beso de esos capaces de provocar incendios y un segundo antes de entrar al Dver, le susurró al oído: Esta noche. El pobre hombre quedó peor de lo que estaba antes y tendría un día muy largo.

El ambiente en el Instituto había mejorado mucho desde que Lery y su grupo, fueron hechos presos por los sucesos de navidad. Lo único que los preocupaba realmente, era la desaparición de Jared.

-         No vale la pena preocuparnos por adelantado  -- decía razonablemente Danny  -- como te dije antes, sí aparece nos encargaremos de  él.

Al ver que su gemela seguía inusualmente preocupada, agrego:

-         No te preocupes Sam. Ahora somos más contra él. ¿Crees que papá, Giulian o yo, dejaríamos que te hiciera daño? Eso sin contar con Gail y el cachorro

Sam sintió la dolorosa punzada que sentía cada vez que mencionaban a Mael, casi no se veían y seguía extrañándolo mucho.

-         No estoy preocupada por mí Danny. Presiento que su venganza contra nosotros, no es sino algo secundario. Creo que va tras de algo más importante.

-         Explícate, porque no te estoy entendiendo.

-         No puedo, es solo un presentimiento. Mi instinto me dice que hay algo más. Cuando lo ví por última vez, tuve la certeza de que tiene planes que podrían ser catastróficos. No puedo explicarte cómo, solo lo sé.

Mientras hablaba su angustia se iba haciendo más evidente.

-         Cálmate Sam. Como ya te dije, cuando regrese si es que regresa, estaremos preparados.

-         Regresará. Puedes estar seguro.

En la clase con Iván tanto su padre como su madre, habían entrado con éxito en las mentes de sus oponentes y de la misma forma habían logrado bloquear los intentos de éstos de entrar en las suyas. Gail pudo entrar con facilidad y su compañeros lo atribuyeron naturalmente a sangre vampírica, pero tuvo dificultades a la hora de bloquear. Aderyn consiguió ambas cosas mientras que Diandra pudo bloquear pero no entrar. Danny también había logrado penetrar en la de su oponente y éste enfurecido por lo que Danny había visto, casi lo alcanza con una maldición, solo que Danny era muy rápido, cosa que había quedado demostrado en el Club de Duelo. A Sam le tocó comenzar con bloquear y lo consiguió sin problemas, la  chica con la que le había tocado  no consiguió ni el más mínimo asomo a sus pensamientos, y cuando le tocó penetrar lo hizo con una facilidad ridícula, casi pensó que la chica no estaba oponiendo ninguna resistencia. Vio  un recuerdo de la chica llorando por una decisión que debía tomar y después de finalizado el ejercicio Sam pensó, no deberías hacer algo así  niña tonta. Pero la sorpresa vino a la salida. La chica con la que había estado practicando se le acercó.

-         ¿Douglas, puedo hablar un momento contigo?

-         Claro. ¿Qué sucede? Si es por lo que vi no te preocupes, no voy  a decirlo a nadie, pero debiste hacer lo indicado para bloquearme ¿por qué no lo hiciste?

-         Ya sé que no dirás nada, eres una persona decente. Y sí lo hice, solo que parece que no funcionó, pero no es de eso de lo que quería hablarte  --  hizo un pequeña pausa y agregó  -- Solo quería darte las gracias por lo que me dijiste. Ahora estoy segura de que no debo hacerlo. Gracias.

La  chica  se alejó y Sam se quedó perpleja. No solo había entrado en los pensamientos de la chica, sino que… los había… ¿modificado? No, eso no podía ser y se fue a la carrera a buscar a Danny.

-         Danny necesito que hagamos algo, ven.

Danny siguió a su hermana hasta un pasillo vacío.

-         ¿Y bien?  --  preguntó intrigado

-         Hay algo que quiero probar y necesito tu ayuda.

-         Y es…

-         Se trata de la clase de Control Mental

-         ¡Oh Sam,  acabamos de salir de esa clase!  --  protestó con fastidio, él realmente le tenía aversión a aquello

-         Por favor Danny, es importante.

-         De acuerdo  --  dijo con resignación.

-         Bien, lo que quiero que hagas es que entres en mis recuerdos, no voy a oponer resistencia y…

-         ¡Ah no! No, no y no, eso es algo que no quiero hacer.

-         Vamos Danny, no te portes como un tonto. Como te iba diciendo, después que entres quiero que pienses algo, como por ejemplo, si me ves durmiendo que me digas que no debo dormir tanto.

-         ¿Sam qué pretendes? No entiendo.

-         Tú solo hazlo.

-         De acuerdo ¿preparada?  --  la chica asintió y Danny se concentró en penetrar los pensamientos de su hermana pero no ocurrió nada.

-         Se supone  que no vas a oponer resistencia ¿no?

-         No lo estoy haciendo. Concéntrate.

Danny tuvo una ligera y muy borrosa visión de su hermana a la hora del desayuno  y recordando lo que le había pedido lo único que se le ocurrió pensar fue: No comas tanto. Después de eso la imagen desapareció y se  rompió el contacto.

-         No – dijo Sam  --  contigo no me sirve. Lo único que hicimos fue intercambiar pensamientos como siempre.

-         ¿Sam, puedes explicarme qué pretendes?

Y Sam le contó lo que había pasado en clase, omitiendo por supuesto qué era lo que había visto. Cuando llegaron al comedor, sus padres y los demás ya habían comido, de modo que se sentaron y comieron ellos. Al terminar les pidió lo mismo que a Danny pero sin explicarles la razón, les dijo que después les explicaba, de modo que Dan se concentró pero nada ocurrió, volvió a intentarlo pero sin éxito, hasta que finalmente se dio por vencido. Lo mismo les sucedió a Gail, a su madre y a las chicas, de modo que Sam lo intentó de otra manera. Colocó  a Dan con Danny. Dan entró en un recuerdo de una carrera y le transmitió un consejo en cuanto al vuelo pero Danny no lo recibió. Intercambiaron y ahora fue Danny quien le transmitió algo a su padre con el mismo resultado. En vista de esto, Sam lo hizo con su padre. Inmediatamente vio a Dan trabajando en unos pergaminos muy viejos, trató de ver mejor y vio que estaban escritos en Runas Antiguas, entonces implantó su pensamiento Deberías dejarme ayudarte. Después de eso rompió el contacto. Dan la miraba con la boca abierta, a esas alturas ya todos estaban muy interesados en el experimento de Sam que ya les había explicado  el episodio con su compañera de clase.

-         ¿Qué? – preguntaron todos

-         Pues…sí…dijiste que…debería dejar que me ayudaras.

Miraron a Sam pero una vez llegados a este punto Sam no sabía qué más decir. No se había preparado para que resultara.

-         Quiero intentar otra cosa  --  Sam recordó que la chica le había dicho que sí, la había bloqueado  --  Quiero que opongan la mayor resistencia. Que se defiendan de cualquier modo que puedan hacerlo.

-         Pero Samantha  --  protestó Dan  --  Si hacemos eso podríamos hacerte daño y lo sabes

-         No importa papá, estaré preparada

-         De acuerdo  --  dijo Danny  --  Yo, lo haré.

Se colocaron en posición y del mismo modo ella entró con absurda facilidad,  pensó que Danny no se estaba esforzando y rompió el contacto.

-         Escuché eso  -- dijo su hermano  -- si me estaba esforzando.

Lo intentó con Gail ya que podía ser por la conexión que tenía con Danny, pero sucedió igual. Habían decidido dejarlo hasta allí cuando un violento y doloroso recuerdo penetró en la mente de Danny.

-         Un momento  --  les dijo y todos se detuvieron

-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Dan

-         Hace unos años, cuando fuimos a ver a mis hermanos, Vlad me explicó que Sam poseía el mismo poder que Iván, de modo que aquí lo que está ocurriendo es eso y yo no lo recordaba.

-         No, no puede ser eso  --  dijo Dan

-         ¿Cómo que no? Acabas de verlo  --  porfió Danny

-         El control mental de los Vampiros es una condición genética y en principio Samantha no lo es. Segundo, para implantar órdenes, pensamientos o cualquier idea en la mente de otro, es necesario mantener el contacto visual, en casos tan desarrollados como el de Iván es posible, solo posible, que pudiese hacerlo sin contacto visual, pero Samantha dijo que ella no había implantado ese pensamiento en la chica, sino que lo había pensado después


Decidieron dejarlo así y consultar aquello con Iván. Todos estuvieron conformes y en ese momento escucharon la campana que anunciaba el inicio de las clases de la tarde, de modo que se pusieron en camino, pero repentinamente Sam se apoyó en Danny cuando sintió que las piernas le fallaban.

-         Quizá te esforzaste mucho con esto Sam.  Tal vez ese modo de hacer las cosas consume mucha energía.

Sam le sonrió al tiempo que un recuerdo invadía su mente. ¿Energía? ¿Qué era lo que le había dicho Sealkie?, el elemental del agua, “… en el futuro inmediato deberás aprender a compartirla”. En ese momento no tenía tiempo para pensar en eso, lo dejaría para después. Llenó de aire sus pulmones varias veces y continuaron hacia las clases. Entraron y Sam se sentó al lado de Aderyn.

-         Necesito hablar contigo, pero no ahora. Iré a tu casa esta tarde después de las clases.

-         Muy bien. ¿Sucede algo?

-         No estoy segura.

El profesor pidió silencio y comenzaron la clase. A la hora de la salida cada quien tomó un rumbo diferente. Dan le pidió a Danny que lo acompañara al Centro Comercial porque quería comprarse una nueva Glide, decía que no había podido ganar la última carrera porque su Glide era un asco. Amy  tenía trabajo pendiente de modo que se fue directo a casa, y Diandra debía ir por Dreo o Anne enloquecería, de modo que Sam se fue con Gail y Aderyn.

Una vez en la casa, subieron a ver como estaba Vladimir, jugaron un rato con el bebe y luego bajaron al salón mientras Gail iba a darse un baño.

-         ¿Y bien, qué es lo que ocurre?

-         Aderyn, creo que estoy embarazada – dijo Sam sin rodeos

Aderyn abrió mucho los ojos y pensó varias cosas al mismo tiempo, pero apaciguó sus pensamientos antes de hablar.

-         Creí que estabas tomando precauciones ¿qué pasó?

-         Y lo estaba haciendo, pero en navidad con todo el susto del secuestro, lo olvidé.

-         ¿En navidad? Sam ha pasado más de un mes.

-         Aderyn, he estado tan ocupada que no…

-         Pero Sam, debiste prestar atención a las señales. No solo la falta de menstruación sino las náuseas, los mareos.

-         No he sentido nada de eso. Salvo ahora que lo pienso, un ocasional mareo.  

-         No lo puedo  creer, a Di y a mí, eso nos cargaba locas.

-         Bueno el asunto es que estoy bastante segura ahora  -- pero de pronto comenzó a reír

-         ¿Qué?  -- preguntó la otra sorprendida.

-         Giulian  --  logró decir entre risas  -- él sí lleva días descompuesto en las mañanas, y mamá pensaba que era por su desordenada forma de comer.

Aderyn se quedó un momento pensativa. No sabía qué pasaba por la cabeza de su amiga, porque su relación con Giulian era tan explosiva que se había preguntado muchas veces cómo terminaría aquello, pero ahora suponía que esto cambiaría mucho las cosas. Sin embargo, conociendo a Sam nunca se sabía.

-         ¿Y… esto es bueno o malo?  --  preguntó con cautela

-         ¡Aderyn! Un bebe siempre es algo bueno.

-         Bien, estoy de acuerdo  --  dijo aliviada  --  ¿Y  qué piensas hacer ahora?

-         Primero quiero asegurarme.

-         Por favor Sam, dos faltas son una clara señal.

-         Pero aún así, debo asegurarme

-         Bien, lo primero entonces es ir a consultar a un Läkare

-         ¿Aderyn qué sucede contigo? ¿Un Läkare? --   al ver la cara de perplejidad de ella, agregó  --  Iré directo a hablar con Iván, solo que no quiero hacerlo en casa ¿Me acompañas a Arx?

-         ¿Ahora?

-         Pues claro

Aderyn asintió, subió a su habitación y le dijo a Gail que saldría un momento con Sam. Él se mostró curioso pero su mujer no le dijo nada. Partieron de inmediato pero cuando llegaron se dieron cuenta que no le habían avisado a Iván, de modo que le enviaron un mensaje y por suerte no tuvieron que esperar mucho.

-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Iván alarmado

-         ¿Iván podrías examinarme?

-         ¿Por qué?  --  preguntó más alarmado aun pero dirigiéndose a uno de los cubículos  --  Por favor déjenos  --  le ordenó al asombrado Läkare que se encontraba allí, y una vez solos se volvió a ella  --  ¿Y bien, que te sucede linda? 

-         Creo que estoy embarazada pero quiero asegurarme  --  dijo sin preámbulos 

Con toda seguridad Iván podía haber esperado muchas cosas, menos aquello. Aderyn miró a Sam y se preguntó por qué tenía que ser siempre tan directa. El pobre Iván parecía a punto de desmayarse, porque si bien él quería muchísimo a Aderyn y a Diandra, Sam era  su  niña, de modo que sintió el violento deseo de hacerle mucho daño a Giulian. Sin embargo, hizo el mayor de los esfuerzos por controlarse. Samantha estaba agitando la mano frente a su rostro y abandonó sus pensamientos.

-         ¡Ey! Sigo aquí  --  le dijo

-         Lo siento  --  se disculpó él y tratando de adoptar un tono más profesional del que estaba muy lejos aún, le preguntó  --  ¿Cuándo tuviste tú última menstruación?

-         En diciembre  --  contestó ella y él abrió mucho los ojos

-         ¿En diciembre? ¡Samantha! Estamos en…

-         Sí ya lo sé, pero entre una cosa y otra se me pasó

-         Bien --  dijo tratando de calmarse e ignorar la enorme tardanza para aquel examen  --  Vamos a ver, recuéstate aquí  --  el dijo condiciéndola hasta la camilla de examen.

Ella obedeció y él pasó su Gwialen sobre la zona abdominal de Sam.

-         Confessus sum infantis

Y la chica vio una luz plateada que brillaba con intensidad, salir de su cuerpo.

-         Revelium et Temporis.

En esta ocasión lo  que  vio fue una especie de tablilla, como una regla y un punto de luz que titilaba en una zona de esa tablilla. Después de esto, Iván la miró pero ella ya sabía la respuesta

-         Tienes casi  doce semanas de embarazo, no puedo creer que…  -- pero se detuvo bruscamente al ver que ella comenzaba a llorar

-         No te preocupes linda, todo va  a salir bien  --  le dijo pensando que la chica estaba asustada

-         No lloro porque esté preocupada, lloro de felicidad Iván. ¿Se imaginan? Voy a tener un bebe de Giulian

-         Sí, me lo imagino  --  dijo él no muy seguro de estar imaginando la misma cosa

-         Y me imagino que quieres ir corriendo a decírselo ¿no?  --  dijo Aderyn

-         Tengo que ver cómo decírselo primero. Mamá va a sufrir un colapso nervioso con toda seguridad y papá la emprenderá en contra de Giulian, así que tengo que ver como los manejo a todos.

-         Estás olvidando a Danny y Gail  --  dijo Aderyn

-         No, no lo he olvidado, pero dudo mucho que tengan algo que decir.

-         ¡Ja! Sí claro. Sam,  son Danny y Gail, tus hermanos, los del carácter endemoniado, ¿lo recuerdas? ya me los  imagino, al uno subiéndose  por las paredes y al otro queriendo asesinar a Giulian

-         Bueno, en primer lugar no tienen por qué, ellos hicieron lo mismo, pero me ocuparé de eso después.

Sam le dio las gracias a Aderyn por haberla acompañado y a Iván por haber venido tan pronto, se despidió de Aderyn que ya debía volver y le preguntó a Iván si volvía con ella a casa, pero él le dijo que debía hacer algo e iría más tarde. En realidad no tenía nada qué hacer, solo necesitaba serenarse y ver cómo curaba el dolor que estaba sintiendo por adelantado, ya que aparte de tratar de hacerse a la idea de ver a su niña embarazada, pensaba en su otro hijo, y sabía perfectamente cómo iba lastimar aquella noticia al ya muy maltratado corazón de Mael.

Sam llegó a casa muy contenta pero encontró a un Giulian nada contento.

-         ¿Dónde se supone que estabas?  -- le preguntó apenas apareció --  Debiste volver hace horas…

Sam sintió que la sangre comenzaba a subir a su cabeza pero se controló, no quería que nada estropeara su felicidad. Se acercó a él y sin mediar palabras y a pesar de que estaba furioso, le enlazó los brazos en el cuello y le dio un largo beso. Por supuesto el efecto fue instantáneo, la rodeó con sus brazos  y se olvidó del mundo a su alrededor. Cuando se separaron, trató de recordar qué era lo que le estaba diciendo pero no pudo y volvió a besarla.

Esa noche durante la cena, Dan los aturdió a todos hablando de su nueva Glide y les informó que al final no iba a tener mucha ventaja en la próxima carrera, porque Danny también se había comprado la misma Glide. Todos rieron y Amy hizo un comentario hiriente acerca de la madurez de Dan. Sam los miró y consideró la posibilidad de darles la noticia pero lo pensó mejor. Estaba segura de que Giulian le agradecería que le diera la noticia a él primero y a solas, no en presencia de sus padres. Llegó la hora de irse a la cama, Sam entró a su  habitación y Giulian se extrañó, después de su conversación de la mañana.

-         ¿Qué pasa, princesa? ¿Complicaciones femeninas? – preguntó – Prometo no tocarte, pero no me gusta la idea de despertar y no verte a mi lado.

Ella sonrió, porque por un buen tiempo esas “complicaciones” estarían ausentes.

-         No, no es eso, enseguida voy, es solo un momento.

Sam se cambió rápidamente y se puso una ropa para dormir que con toda seguridad le permitiría cualquier cosa menos dormir. Cuando entró a la habitación no lo vio por ninguna parte, de modo que dedujo que estaba en el baño. Se sacó la bata y se acostó. Apoyó  la cabeza sobre un brazo y esperó. Giulian salió del baño secándose el cabello con una toalla y cuando la miró se quedó paralizado. No era solo el conjunto de delicado encaje blanco, sino la posición sugerente en la que estaba lo que le hizo perder la cabeza. La toalla resbaló de sus manos y él seguía paralizado.

-         ¿Piensas quedarte allí toda la noche?  ¿O vendrás a darme un poco de calor?

El sonido de su voz actuó como imán, se acercó y la miró con evidente codicia. La intensidad de su mirada hizo que Sam sintiera lo mismo que si la estuviera acariciando, y las caricias no se hicieron esperar. Deslizó sus manos por las piernas de ella, haciendo que su boca en seguida recorriera el mismo camino. Fue subiendo con deliberada lentitud despertando cada terminal nervioso de ese cuerpo que lo enloquecía. Acarició sus pezones enhiestos por encima de la delicada tela y ella se estremeció, subió por su cuello hasta llegar a sus labios. Fue un beso largo que pasó por todos los niveles, desde la ternura hasta la más violenta pasión. Deslizó la mano entre sus piernas y sintió el calor y la humedad que manaba de ella. Sam emitió un gemido de placer y en ese momento él perdió todo control y dominio de sus sentidos. Prácticamente le arrancó las ropas y la poseyó con la pasión violenta que lo caracterizaba. Las uñas de ella quedaron marcadas en su espalda como prueba del frenesí con que se habían unido. Solo a un minuto de alcanzar el clímax Giulian tuvo un instante de lucidez, miró las brillantes amatistas de sus ojos y gimió en su oído:

-         Te amo, princesa  --  después de eso el universo hizo explosión a su alrededor

Mucho rato después de haber recuperado el ritmo de su respiración, ella dormía pacíficamente en sus brazos y él se sentía el hombre más feliz de la tierra.

A la mañana siguiente cuando abrió los ojos, lo primero que notó fue el desastre a su alrededor, prueba del desenfreno con que había actuado. La miró y se preguntó si le habría hecho daño. Ella tan frágil y él tan bárbaro. En ese momento abrió los ojos.

-         Buenos días princesa  -- le dijo y le dio un suave beso

-         Buenos días mi amor  -- le contestó y se acurrucó más en sus brazos

-         ¿Princesa?

-         ¿Mmm…?

-         Anoche estuve un poco…

-         Estoy bien amor  -- dijo ella y le dio un beso en el pecho

Giulian sonrió feliz y pensó que su vida no podía ser más perfecta. Se quedaron dormidos de nuevo pero al poco rato él se despertó sobresaltado, era sábado y  tenían el Club de Duelo. Le dio un beso y la llamó con suavidad.

-         Princesa despierta.

-         Mmm… ¿por qué?

-         Porque me matarás si te dejo  faltar al Club de Duelo.

Sam se enderezó súbitamente y eso produjo que todo comenzara a girar su alrededor. Esperó que el mundo se detuviese y salió de la cama apresuradamente. La visión de ese cuerpo desnudo paseándose ante sus ojos sin ninguna prudencia, hizo que Giulian recordara vívidamente los sucesos de la pasada noche. Tuvo la imperiosa necesidad de obligarla a meterse en la cama nuevamente, pero eso haría que se retrasaran mucho. De modo que trató de ignorar la actividad de su entrepierna y esperó a que Sam saliera de la habitación.

Cuando comenzaba a bajar la escalera, sintió que ella salía corriendo de su habitación para alcanzarlo. Bajaron juntos pero antes de entrar al desayunador donde se fijo que ya estaban sus padres, se detuvo.

-         ¿Qué sucede? – le preguntó él

-         Giulian necesito hablar contigo.

Lo sorprendió la seriedad repentina pero la siguió. Dan y Amy que los vieron salir al jardín, se preguntaron qué les pasaba ahora.

-         Giulian, hay algo importante que debo decirte

Por la expresión de su rostro, Giulian se preparó para algo que posiblemente no iba a gustarle.

-         Giulian yo…yo estoy embarazada, vamos a tener un bebe.

Nada, absolutamente nada, lo habría preparado para aquello y la miró con los ojos desorbitados.

-         ¿Qué has dicho?  -- logró preguntar cuando había recuperado el dominio de su voz

-         Que estoy embarazada  -- repitió mas firme esta vez.

-         Tú…o sea…yo… es decir… ¿Sam?

Giulian sintió que el mundo comenzó a girar y perdió el sentido cayendo sin darle tiempo a Sam de amortiguar su caída. Ella se sentó en el piso y apoyó la cabeza de él en su regazo 

-         ¡REINVIA!  --  pensó y él recuperó la conciencia

-         Princesa… tú dijiste…

-         Sí, estoy embarazada y por favor no te desmayes otra vez  --  dijo con fastidio

Pero lo que vio en los ojos azules fue angustia.

-         ¡Sam! ¿Por qué no me lo dijiste ayer?  -- comenzó a incorporarse  -- Anoche pude hacerte daño, porque  te hice el amor de una forma…

-         Sí, lo sé y volverás a hacerlo porque tú eres así. No me ocurrió nada, estoy o mejor dicho, estamos bien  -- concluyó poniéndose una mano en el abdomen y sonriéndole, después de lo cual lo ayudó a ponerse de pie

-         Sam  ahora tenemos que casarnos, Dan va a matarme, eso suponiendo que tu madre no lo haga primero.

La cara de Sam mudó de expresión drásticamente.

-         ¿Quieres casarte solo porque temes que mi padre te mate?

Pero sin darle ocasión para responder le dio la espalda y se encaminó con decisión a la casa. Giulian tardó un rato en reaccionar y corrió tras ella alcanzándola cuando ya casi llegaba.

-         Sam espera ¿qué vas a hacer?  --  dijo sujetándole el brazo

-         Observa  -- y se soltó con rabia   

Entró al desayunador con cara de querer asesinar a alguien y Dan lo notó. Vio a Giulian que no tenía mejor expresión y se preparó para la tormenta. Con toda seguridad al que le tocara enfrentar a Sam en el Club de Duelo le iba a ir muy mal.

-         Papá, mamá, estoy embarazada. Y quiero que sepan que  no pienso casarme con este demente.

Giulian cerró los ojos con resignación y no la vio dar la vuelta y salir corriendo. Los abrió cuando Amy gritó.

-         ¡Samantha, vuelve aquí inmediatamente!

Pero lo mismo podía estar hablándole a las paredes, su hija ya se había perdido de vista. Giulian comenzó a seguirla pero se detuvo cuando Amy le gritó a él.

-         ¡Giulian Cornwall, tu no vas a ningún lado hasta que me expliques…!

-         Tengo que hablar con ella Amy – y le dio la espalda pero ahora fue Dan

-         ¡No, te muevas!  -- le gritó

Cuando se giró nuevamente, pensó que había sido sensato detenerse, porque  vio que Dan lo apuntaba con su Athame y si no lo hubiese hecho, probablemente ahora estaría tendido en el piso, y no podía perder el tiempo.

-         Dan, te concedo que tienes todo el derecho a matarme, pero eso tendrá que esperar porque primero tengo que convencer a la cabeza dura de tu hija, que quiero casarme con ella porque la amo y no porque esté embarazada. Después de eso puedes matarme si quieres.

Dicho esto salió y se encaminó a la habitación de Sam. Tocó la puerta pero no obtuvo respuesta. Pasados cinco minutos, subieron Dan y Amy

-         Samantha  -- estaba gritando Giulian  -- te juro que si  no abres, voy a derribar la maldita puerta.

Sam estaba furiosa y no quería verlo, si lo veía iba a matarlo. Pensó en cómo deshacerse de él. Ahora estaba amenazando con derribar la puerta. Se desapareció, reapareció en el salón y se metió al Dver

Giulian sacó su Athame y le advirtió de nuevo.

-         Voy a entrar tanto si quieres como si no, apártate porque voy a echar la puerta abajo  --  pero Dan lo agarró por el brazo.

-         No seas imbécil, en un par de horas…

-         ¡No pienso esperar un par de horas, ni un par de minutos más! ¡Suéltame!

-         Giulian, no puedes ir por allí destruyendo la casa, solo porque…

-         ¿Ah no? Solo obsérvame


La puerta voló hecha pedazos pero Sam no estaba allí. Giulian maldijo su suerte y se preguntó ¿dónde demonios se habría metido ella? 

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