Diandra
y Sam se reunieron con Aderyn en el centro comercial. Ya Di estaba mucho más
tranquila, el hecho de poder compartir con Sam y su familia el asunto del bebe,
representaba un alivio, de modo que estaba mucho más alegre.
-
¡Vaya!
-- exclamó su prima al verla -- ¿A
qué se debe el buen humor? No me digas que es porque te escapaste de Danny
Las tres
chicas rieron y comenzaron a caminar, pero cuando estaban por entrar a una
tienda, Di se sujetó del brazo de Sam
-
¿Qué sucede? --
preguntó preocupada -- ¿Estás bien?
-
No te preocupes, me sucede todo el
tiempo -- dijo la chica
Aderyn
se quedó mirando a su prima con expresión inquisitiva.
-
De acuerdo, no iba a decírtelo así, pero
estoy embarazada
La
otra rubia abrió mucho los ojos y acto seguido las arrastró en dirección contraria.
Sam y Diandra se miraron, pero no dijeron nada. Se sentaron en las mesas
exteriores de un café y Aderyn miró a su prima.
-
Repite lo que dijiste
-
Estoy embarazada --
obedeció Di
-
Bien, ahora dime dónde enterraste el
cadáver de Danny, porque juraste que nunca tendrías niños y que lo matarías si
lo sugería siquiera
Sam
sonrió y se preguntó si Aderyn se los diría, de las tres ella era la única que
estaba al tanto de todo.
-
Aun está vivo, aunque no sé por cuánto
tiempo.
-
De acuerdo, pero entonces pongámonos de
acuerdo y así haremos un solo funeral
-
¿Qué?
-- preguntó Diandra
-
Es que… yo también estoy embarazada -- le
dijo Aderyn
-
¡Demonios! --
exclamó Di
-
Vaya, aun no eres una Douglas pero ya
hablas como ellos -- se burló Aderyn
Las
tres chicas comenzaron a reír de forma casi histérica. Después de un rato y
cuando ya se habían calmado, pidieron café y las primas comenzaron a hablar de
sus respectivos embarazos, hasta que Aderyn se detuvo con brusquedad.
-
Estamos aburriendo a Sam
-
Por supuesto que no, estoy feliz por
ustedes y después de todo, yo ya tengo a Elijah
-- pero vio sin ninguna
dificultad lo que estaba pensando Aderyn
-- No te preocupes, es cierto que
no fue un embarazo normal y que no estaba en nuestros planes, pero de veras eso
no me hace sentir mal Aderyn -- le aseguró
-- Ahora lo importante es que
debe verte Iván
-
¡No!
-- exclamó la chica -- Me
mataría la vergüenza
-
¡Oh vamos Aderyn! Es Iván
-
Precisamente
-
Pues en mi caso no quiero ser atendida
por nadie más -- dijo Diandra
-
¿Piensas decirle que te haga el
examen? -- preguntó su prima
-
Ya lo hizo
-
¡Por todos los Dioses!
-
Deja de preocuparte tanto Aderyn, Iván no
solo es el padre de Gail, es nuestro amigo también y las quiere mucho --
dijo Sam
-
De acuerdo, hablaré con Gail --
terminó aceptando la chica
-- ¿Y cómo crees que se lo tomen
tus padres?
-
Ya lo saben
-
¿Qué? ¿Y qué dijeron?
-
Inicialmente se sorprendieron mucho,
sobre todo papá, pero ahora están muy contentos
-
Es cierto, ambos hablaron conmigo y están
felices -- corroboró Diandra -- Así que estoy segura que Iván también se
pondrá muy contento.
Por
supuesto Sam no iba a decirles que ya él lo sabía, de modo que fueron a hacer
las compras que tenían planeadas y luego se fueron a Averdeen. Cuando llegaron los chicos casi se subían por las
paredes.
-
¿Dónde estabas? --
preguntaron ambos a sus respectivas novias, pero mientras Di saludaba a
Danny, Aderyn ignoró a Gail
-
¿Cómo estás cachorro? --
preguntó Aderyn acercándose y dándole un beso al igual que Di un momento
después
-
Bien niñas --
dijo él -- ¿Se divirtieron?
-
¡Ey!
-- exclamó Gail -- ¿Es
que estoy pintado en la pared?
-
Las pinturas son menos molestas --
dijo Aderyn -- pero necesito hablar contigo
Dicho
esto lo arrastró fuera mientras los demás reían. En verdad parecía que el embarazo le estaba causando muchos
problemas a Gail y la dulce Aderyn ya no se estaba portando con tanta dulzura.
Pocos minutos después regresaron y Aderyn se acercó a Mael en la creencia de
que era el único que no sabía nada.
-
Cachorro… hay algo que quiero decirte
-
Si quieres matar a Gail lo entenderé,
pero lamento decirte que a pesar de todo, quiero al muy necio y no podría
hacerlo -- le dijo sonriéndole para tranquilizarla
-
Lo mataría yo misma, pero no es eso.
Cachorro… estoy embarazada.
-
¡Enhorabuena! --
exclamó él abrazándola -- Estos infelices hasta en eso son iguales --
dijo mirando a Gail y a Danny
-
Gracias cachorro --
dijo ella
-
¿Y cuándo nacerá tu bebe?
-
Creo que en enero o febrero --
dijo ella
-
¿Aun no te ha visto un Läkare? --
preguntó observando en todo punto y momento la actitud de quien no sabe
nada, por lo que Sam le sonrió agradecida
-
No, y bueno… le dije a Gail que se lo
pidiéramos a Iván
-
¿Y qué estás esperando? --
preguntó Mael mirando a Gail
-
Nada, pero ella se empeñó en decírtelo
primero a ti
-
Te lo agradezco Aderyn --
dijo pasando un brazo sobre los hombros de la chica --
pero ahora debemos cerciorarnos ¿bueno?
Ella
asintió y Gail fue por su padre. Cuando Iván entró al Salón, Aderyn bajó la
cabeza y estaba tan roja como una manzana.
-
A ver, a ver --
dijo él acercándose y sujetándole el mentón -- No
hay razón para que te sientas avergonzada Aderyn
-
Iván yo…
-- pero él no la dejó terminar
sino que la abrazó
-
Tranquilízate, si no quieres hacerlo ahora,
esperaremos a que te sientas más cómoda, pero entiende que para mí es una
enorme alegría y Gail no pudo haber escogido mejor.
-
Gracias Iván --
dijo ella con lágrimas de alivio en los ojos -- Aun
no sé cómo voy a decírselo a mis padres, pero es un alivio que al menos tú no
estés molesto con nosotros
-
Por supuesto que no lo estoy, y con toda
seguridad tus padres tampoco lo estarán. Tal vez inicialmente y a causa de la
sorpresa se pongan un poco difíciles, pero después verás que todo se
solucionará. En cualquier caso, es algo que no harás sola, Gail debe hacerse
responsable por esto y desde luego si ustedes quieren puedo estar presente
cuando decidan participárselos.
-
Gracias papá --
dijo Gail
Después
de eso, Iván le efectuó el chequeo y confirmó lo que ya sabían, pero fue más
específico con relación a la fecha.
-
Si todo marcha como es debido, el bebé
debería nacer a finales de diciembre o principios de enero como muy tarde.
-
¡Wow! Solo faltan cinco meses --
dijo Gail
-
Así es, de modo que sugiero hacer cita
con algún Läkare especializado y…
-
¿No puedes encargarte tú? --
preguntó la chica
-
Aderyn, sabes perfectamente que no soy
Läkare
-
Pues a mí me importa un demonio, no
pienso ponerme en manos de nadie más, solo confío en ti --
dijo Diandra
-
Y yo igual --
apuntó Aderyn
-
Creo que no podrás negarte --
dijo Sam acercándose a él y colocando una mano sobre su brazo -- Y en
realidad tienen la suerte que no tuve yo al tenerte en un momento tan
importante -- agregó con cierta nota de tristeza
-
Sabes
que habría dado mi vida porque las cosas hubiesen sido diferentes, linda -- le
dijo mientras la abrazaba, y luego agregó para los demás -- De
acuerdo niñas, pero si surge alguna complicación debemos buscar ayuda
especializada ¿bueno? -- con lo que todos se mostraron de acuerdo
Amy y
Dan habían hablado con su hijo y habían acordado invitar a los McKenzie a cenar
para informarles acerca del embrazo de Diandra. En un principio Diandra se
había mostrado en desacuerdo pero Danny era obstinado y dijo que no pensaba
ocultar el embarazo de Diandra. Según explicó, apreciaba mucho a los McKenzie
como para eso y que en caso de que ellos se mostrasen difíciles, entonces
simplemente Diandra se vendría a Averdeen
y fijarían la fecha de la boda para lo antes posible.
-
Pero eso es una tontería --
dijo Gail -- Podemos celebrarlas el mismo día
-
¡Claro!
-- dijo Aderyn
-
No queremos fastidiarles la suya --
dijo Danny
-
No seas necio Daniel Douglas --
dijo Aderyn molesta -- ¿Por qué habrían de fastidiarnos nada?
-
¡Por todos los Dioses! --
exclamó Amy -- Su boda es en dos semanas, tendremos que
correr
Sin
embargo, los chicos se habían mostrado de acuerdo, pero el día de la cena en
cuestión, Danny estaba tan nervioso como el día que había tenido que hablar con
sus padres. Mientras esperaban que llegasen los McKenzie y bajaran sus padres,
él caminaba de un lado a otro del Salón.
-
Cálmate Danny, abrirás una zanja en el
piso
-
Esta vez sí van a matarme --
dijo con abatimiento
-
Vamos hombre, tú siempre sales bien
librado de todo -- dijo Mael que venía entrando en ese momento y
traía a Gail casi a rastras -- Al menos no te has puesto a vomitar como este
infeliz
Y en
realidad Gail tenía un pésimo aspecto, estaba pálido y sudoroso. Pero a
diferencia de Danny, se tiró en el sillón. Los Douglas bajaron en compañía de
Iván, venían bromeando pero se detuvieron y miraron a Gail.
-
¿Qué te sucede? --
preguntó Dan mientras Iván se acercaba a su hijo
-
Aparte de haber dejado el estómago en el
lavabo, no mucho más -- dijo Mael y ellos
sonrieron
-
¿Y bien Danny? ¿Cómo piensas
hacerlo? -- preguntó Dan
-
¿A qué te refieres?
-
Veamos genio ¿A qué se suponen que vienen
los McKenzie?
-
No seas pesado Dan --
dijo Amy
-
Solo quiero que esté preparado, porque
sería un triste espectáculo que no pienso permitir, que mi hijo se presentase
balbuceante ante sus futuros suegros
-- dijo él
-
Escúchame Danny, solo sé directo y
sincero
-
Eso no es necesario decírselo
precisamente a él, mamá -- dijo Sam
-
Normalmente este sujeto es
desagradablemente sincero y salvajemente directo --
agregó Mael
-
Bueno, pero la sinceridad es algo que
siempre se aprecia. Además, Anne y Peter te quieren mucho, de modo que no creo
que…
-
Madre, no les voy a pedir salir con su
sobrina, voy a decirles que la dejé embarazada, así que creo que fácilmente
podrían olvidar su cariño por mí
Viendo
que no podía hacer nada más por su hijo, Amy se acercó a Gail que estaba
desusadamente silencioso.
- Gail, ya
ustedes planeaban casarse, de modo que no creo que esto vaya a traer mayores
inconvenientes
- Amy, estoy de
acuerdo con Danny, una cosa es decirle a unos padres que quieres salir con su
hija o incluso pedirla en matrimonio, y otra muy distinta decirles que la has
dejado embarazada, especialmente cuando la chica en cuestión tiene dos hermanos
especialmente violentos y uno directamente desagradable
- No hables así
de Will, es una gran persona --
dijo Sam molesta
- No puedo creer
esto --
dijo Dan -- ¿Estos son los mismos hombres que viajaron a
Asgard siendo unos críos y que recientemente se enfrentaron a Bastian O’Neill?
- Créeme papá,
prefiero todo lo anterior -- dijo Danny
- Están llegando
los McKenzie -- dijo Iván y unos segundos después Mandville
les confirmó lo que Iván acababa de decir
- Bueno, vamos
allá --
dijo Dan
- ¿Preparados? --
preguntó Iván
Ni
Danny ni Gail se sentían en lo absoluto preparados pero no podían retrasarlo
más, de modo que con un sentimiento de fatalidad se encaminaron hacia el
recibidor, nunca en sus vidas habían tenido tan pocos deseos de ver a los
McKenzie.
La
familia McKenzie en pleno estaba allí, hasta Liz que casi nunca iba a ninguna
parte y la bebe de Kenny y Anastasia. Después de los saludos de bienvenida,
pasaron de nuevo al Salón y mientras los Nisser les servían las bebidas, Gail
se acercó a Aderyn, tomó su mano y se puso de pie. Mael vigilaba a Jonathan y
Sam no teniendo la velocidad de Mael y no queriendo lastimar a Kenny, se había
acercado con disimulo a él.
- Anne, Peter --
comenzó Gail -- sé que esto es algo que no se esperan, pero
Aderyn y yo seremos padres en navidad.
Jonathan
escupió su bebida en todas direcciones pero no se movió. Kenny si hizo intento
de moverse pero Sam colocó su mano sobre el brazo del chico que la miró y se
olvidó de todo lo demás. Will simplemente miró a su hermana y elevó una ceja
con expresión curiosa. Iván vigilaba con atención a Anne que en su opinión era
la que podía mostrarse más emotiva,
pero fue Peter el primero en reaccionar.
- ¡Por los Tesoros del Gran
Druida! -- exclamó
-- ¿Otro bebe?
Sin
embargo, Anne estaba más allá de las palabras y lloraba sin moverse de su
sitio.
- ¿Mamá? --
preguntó finalmente Aderyn y Anne abrió los brazos
Todos
soltaron el aire al ver que ella abrazaba a su hija, después de lo cual Peter
miró a Gail.
- Si la prisa por
casarse obedecía a esto…
- No Peter,
realmente quiero casarme, siempre dije que
no cambiaría de opinión y no lo he hecho
-- dijo el chico
- Bien, entonces
que así sea -- y luego abrazó a su llorosa hija --
Vamos Aderyn, no hay por qué llorar
- Es que tenía
tanto miedo papá
- Hija, que poco
nos conoces
- Es que mamá y
tú han estado tan…
- Tú eres nuestra
hija --
dijo Anne -- y no hay nada más importante para nosotros
Después
de las felicitaciones, llegó el turno de Danny. El chico aferró la mano de
Diandra y se preparó a dar la noticia. Miró a su padre y éste asintió.
- Tranquilo, todo va a salir bien
-- escuchó la voz de
su hermana
- Anne,
Peter --
dijo llamando su atención -- Sé que les dijimos que nosotros íbamos a
esperar, pero en realidad no podemos esperar mucho más, porque Di y yo también
vamos a tener un bebé
Se
hizo un silencio general, pero esta vez Danny no cerró los ojos como cuando
había hablado con sus padres, sino que miraba con fijeza a los que a todos los
efectos serían sus futuros suegros. Había pasado un brazo por los hombros de
Diandra y aun sostenía su mano.
Kenny
y Anastasia miraban alternativamente a los chicos y a sus padres. Jonathan los
miraba con los ojos muy abiertos y Will había dejado su vaso a medio camino. De
pronto Aelig, la hija de Kenny y Anastasia soltó un chillido y esa pareció ser
la señal. Anne dio un grito y levantó los brazos, y por un momento Danny pensó
que iba a atacarlo.
- ¡No puede ser! ¿Otro? --
exclamó Anne y corrió a abrazar a su sobrina
Sam
soltó el aire y Mael la abrazó.
- Ya está Nena, puedes volver a
respirar -- le dijo y ella le sonrió
Iván
sonrió al igual que los Douglas, mientras que los hermanos McKenzie felicitaban
a la pareja. No obstante, en esta ocasión Peter se acercó más despacio.
- Danny,
Diandra -- les dijo
-- no es necesario que se
apresuren, si no quieren casarse aun y…
- ¡No! --
exclamó Danny interrumpiéndolo y luego con más calma y una sonrisa
maligna – No voy a darle la oportunidad para que se arrepienta, Peter
- ¡Douglas! --
exclamó ella y todos rieron
- Diandra, para
nosotros eres nuestra hija, pero estoy seguro que desde dónde quiera que estén
mi hermano y tu madre, estarán felices por ti
Diandra
no era de las que lloraba con frecuencia, pero en ese momento no hubo forma de
evitar las lágrimas. Abrazó a su tío y escondió la cara en su pecho, mientras
él acariciaba su cabello y miraba a Danny.
- Te
conozco desde que eras un niño, tú y tus hermanos han formado parte de mi
familia desde entonces y he tenido el privilegio de ver como tú y Gail se
convirtieron en los grandes hombres que son hoy. De modo que espero que ambos
las amen y las protejan, porque no podría estar más orgulloso de tenerlos como
hijos.
-
Gracias Peter -- dijeron Danny y Gail
Después
de todos los abrazos y felicitaciones, pasaron al comedor y Peter se dirigió a
Danny
- ¿Y bien Danny,
cuándo quieren hacerlo?
- Lo haremos el
mismo día que Gail y Aderyn
- Pero niños, dos
bodas es mucho -- dijo Anne
-- No tendré tiempo de prepararlas
- No te preocupes
Anne, nosotros nos encargaremos -- dijo Amy
- Gracias Amy,
son muy generosos pero ya tienes bastante trabajo organizándolo todo en el
Castillo -- dijo
- Vamos Anne, el
que se casa también es nuestro hijo
-- dijo Dan
Todo
quedó acordado, aunque Sam aun se
preguntaba cómo pretendía su madre tener todo a tiempo, porque Aderyn y Gail ya
habían adelantado mucho, pero Danny y Diandra nada, ni siquiera el vestido.
Pero fue bruscamente sacada de sus pensamientos.
- Me imagino que Giulian vendrá
para la boda ¿no? -- preguntó Peter
Sam
sintió el conocido dolor en el pecho y aunque intentó disimularlo, había estado
acumulando mucha tensión en las últimas horas y unas rebeldes lágrimas
escaparon de sus ojos.
- ¿Por qué las
lágrimas hija? Todo salió bien -- dijo Dan en voz baja
- Es que estoy
emocionada papá, eso es todo.
Sin
embargo, Dan no se dejó engañar, él ya sabía que su hija tenía un dolor que la
atormentaba y a él le dolía no poder ayudarla. Mientras que Mael que sí sabía
con toda certeza la razón y tenía esa razón clavada en su corazón, se limitó a
tragarse sus propias lágrimas y en cuanto Dan se alejó, él se acercó a ella.
- Nena, el
universo suele ser muy generoso con todas sus criaturas, ya verás que tu
felicidad te está esperando, quizá tarde un poco pero llegará.
Iván,
que había estado observando con atención, sintió un nudo en su garganta y rogó
a los Dioses porque Mael también tuviese la oportunidad de ser feliz. Era uno
de los seres más maravillosos que había conocido, cuya bondad y desinteresado
amor lo hacían merecedor de esa oportunidad. Si ese chico
hubiese sido hijo de su propia sangre, no podría amarlo más.
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