Danny se incorporó
sobresaltado. Se acababa de meter en la cama y estaba acariciando el vientre de
Diandra que ya se veía un poco abultado, cuando…
-
¿Danny?
-
¿Qué sucede? -- le preguntó su
esposa
-
Es Sam.
-
¿Sam? ¿Cómo que Sam? No entiendo
-
Yo tampoco, espera -- y le envió
un urgente mensaje a Giulian
Entre tanto Mael que
estaba en la habitación de los niños y miraba con desolación a su hijo,
repentinamente se puso alerta cuando el niño abrió los ojos, porque ya llevaba
varios días inconsciente.
-
¡Hola! -- le dijo
-
Mami -- dijo le chico y el rostro de Mael se
ensombreció
-
Mami está… -- pero no sabía qué agregar a eso
Sin embargo, y a pesar de
que Elijah no dijo nada, un pequeño rayo de esperanza se instaló en el corazón
de Mael al ver que su hijo le sonreía, algo que no había hecho en las dos
últimas semanas.
Entre tanto en Edernez,
Giulian hacía vanos intentos para contener las lágrimas y disimular la emoción
-
Hola princesa -- le dijo
sobreponiéndose al nudo que tenía en la garganta
-
¿Qué haces aquí? ¿Dónde estoy?
La chica hablaba en un
susurro, su voz parecía cansada y se veía desorientada. Giulian acarició su
cabello y le dijo que se tranquilizara que todo estaba bien pero Sam tenía una
sensación de irrealidad. Su mente estaba tratando no solo de ubicarse sino de
recordar. A su memoria llegaban fragmentos de conversaciones, sus padres
contándole cosas, Danny… ¿pidiéndole perdón? Giulian diciéndole que… ¿la amaba?
Pero su mente era un caos y le producía dolor de cabeza. De pronto pensó en su
hermano y la última imagen que tenía era de Danny apuntando con su Athame a
Giulian y fue la voz de Danny precisamente lo que la hizo volver a abrir los
ojos, porque en la habitación acababa de materializarse la figura de su hermano
-
¿Giulian, Sam está bien?
Y el aludido a su vez le
envió un mensaje de respuesta a su pregunta.
-
¿Qué paso? -- preguntó Sam con la
voz un poco más firme.
-
Todo va a estar bien princesa, descansa.
-
No puedo, quiero saber qué sucedió
-- dijo con su proverbial terquedad
Giulian supo que no
llegaría a ningún lado tratando de que se quedara tranquila, de modo que de la
forma más suave y sucinta, le narró los acontecimientos de las últimas dos
semanas.
-
¿Dos semanas? -- preguntó Sam sin
poder creerle -- ¿He permanecido
inconsciente… dos semanas?
-
Tranquilízate o los Läkares me echaran de aquí, y no me he pasado todo
este tiempo peleando para que me dejaran quedarme, para que ahora me echen por agitarte -- dijo con una media sonrisa.
Danny y Diandra vieron
aparecer la figura de Giulian y se tensaron.
-
Danny, Sam recuperó el
conocimiento. Todo aparentemente bien
Se sintieron enormemente
felices y Danny salió apresuradamente,
corrió a la habitación de sus padres y ni siquiera se molestó en llamar,
pero cuando entró se sintió terriblemente avergonzado, porque sus padres
estaban en medio de un apasionado beso.
-
Lo siento, yo… -- no sabía qué
decir
-
¿Qué sucede Danny? -- preguntó Dan
-
¿Le pasa algo a Diandra? --
preguntó Amy alarmada
-
No, en realidad… solo quería avisarles que Sam despertó.
-
¿Cómo? -- Dan había saltado de la
cama con su agilidad característica
-
¿Cómo lo sabes? -- preguntó su
madre.
-
Giulian me acaba de enviar un mensaje avisándome -- dijo todavía avergonzado por la
interrupción.
Dan abrazó a su esposa y
mirando a su hijo que insistía en mirar
a otro lado, le dijo:
-
Gracias Danny, es la mejor noticia que hemos recibido en los últimos
días.
Danny sonrió, les dio un
apresurado buenas noches y salió de
allí dirigiéndose directamente a la habitación de los niños donde sabía que
estaba Mael.
-
¡Cachorro, Sam despertó!
Mael respiró aliviado y
entendió lo que acababa de suceder con su hijo, después de lo cual estaba
seguro que todo iría bien.
Giulian quería ir a buscar
al Läkare de guardia pero Sam no quería quedarse sola, aunque después de
argumentar que si no lo hacía tendría problemas
y prometiendo darse prisa, la chica cedió y lo dejó marchar. Al cabo de
unos minutos regresó con el Läkare que resultó ser el mismo que había ingresado
a Samantha cuando llegó al hospital. Le hizo una rápida revisión y le dijo a
Giulian que todo parecía estar en orden, que tratara de descansar y al día
siguiente la revisaría de nuevo.
-
¿Descansar? -- preguntó Sam -- Hasta donde sé, llevo dos semanas descansando, quiero levantarme.
-
Eso no sería aconsejable señorita
-- dijo el Läkare -- está usted
débil, después de todo estuvo bastante delicada.
Sam trató de insistir
pero después de una mirada amenazante de Giulian, se quedó tranquila. Aun así,
Giulian se preparó para una noche muy larga. Sam quería saber hasta el último
detalle de lo que había sucedido en aquellas dos semanas, de modo que ignorando
su cansancio y el agotamiento mental y emocional que le había producido la enfermedad
de la chica, Giulian comenzó a contarle todo.
Sam escuchó el relato
pero sentía su mente como adormilada y no lograba entender muy bien lo que él
le estaba diciendo. Trataba de entender
pero lo que Giulian le decía no parecía cuadrar con los últimos acontecimientos
que podía recordar.
-
Giulian -- dijo
interrumpiéndolo -- Danny estaba muy enfadado cuando nos encontró… bueno ya sabes…cómo es que
ahora…
-
Princesa -- dijo con paciencia -- ¿no has estado escuchándome?
-
Sí, pero… -- se calló y Giulian vio sorprendido que se había quedado
dormida
Sonrió, le dio un beso en
la frente y se quedó mirándola dormir.
Era muy temprano cuando
los Douglas hicieron su aparición en el hospital. Sam aún no despertaba,
Giulian se había quedado dormido con la cabeza apoyada en la cama y sosteniendo
una mano de la chica.
-
Pobre -- dijo Diandra -- debe quererla mucho para haberse pasado
dos semanas así.
Al escuchar voces, ambos
se despertaron. Sam tenía una expresión de desconcierto, los miró a todos y a
su memoria acudió lo sucedido en el estudio de su casa. Su expresión cambió del
desconcierto inicial, a una de profunda angustia. Danny que había visto todo lo
que pasaba por la cabeza de su hermana, se acercó a la cama.
-
No te preocupes por nada, todo está solucionado -- dijo dándole un beso
Pero esto no hizo más que
aumentar la confusión de Sam. ¿Todo
estaba solucionado? ¿Qué quería decir eso? Fue necesario volver a explicarlo
todo, porque evidentemente la noche anterior Sam no estaba en condiciones de
almacenar en su memoria lo que Giulian le había contado. Cuando terminaron ya
era mediodía. Los Läkares los habían interrumpido un par de veces para
revisarla y la tercera vez que entraron ya Samantha había recuperado su
terquedad.
-
Quiero irme a mi casa -- dijo
-
No creo que eso sea prudente, debe permanecer unos días más hasta…
-
¿Días? -- preguntó irritada
-
Así es, debemos asegurarnos de que está completamente bien.
La chica estaba
enfurruñada y Danny rió feliz, porque su hermana estaba de vuelta.
Esa noche Amy insistió en
quedarse y ordenó firmemente a Giulian ir a descansar. Se enfrascaron en una
discusión del todo estéril, pues él no abandonaría su posición ni ella tampoco,
de modo que ambos se quedaron. A la mañana siguiente se repitió la escena con
el Läkare.
-
Me quiero ir -- dijo la chica
-
Aún no -- dijo el hombre
Sam lo miró con evidente
disgusto pero Danny, Iván y Mael vieron
que estaba trazando otra estrategia y se alegraron de no ser el blanco de ella.
La chica miró a su padre y luego a Giulian con idéntica expresión de dulce
súplica.
-
Papá -- dijo con su voz más dulce
y luego dirigió su mirada a los ojos azules
-- Giulian, no quiero estar más tiempo fuera de casa, prometo portarme
bien y descansar pero en mi casa, este lugar me deprime.
Dan estaba librando una
batalla consigo mismo y estaba perdiendo. A Giulian por su parte no le iba
mucho mejor, ya que nunca le había podido negar nada. Danny rió internamente y
sintió compasión por ambos. Cuando Sam le tomó la mano a Giulian, todos
supieron de inmediato que tenía la batalla ganada y Giulian asesinaría a los
Läkares si era preciso pero se la llevaría a casa.
-
¿Es que acaso no me cuidarían ustedes?
Amy que también miraba la
escena, se maravilló ante el poder que tenía su hija sobre esos dos hombres.
Iván podía ver trabajar febrilmente el cerebro de Dan buscando como librarse de
aquello mientras que Giulian, y eso casi le causaba risa, al pobre le faltó
poco para que se la cayera la baba. Dan se aclaró la garganta y se dirigió al
Läkare que para sorpresa de Danny estaba mirando embobado a su hermana. Danny sabía perfectamente lo que su hermana
causaba en los miembros del sexo masculino, pero nunca la había visto ejercer
tan indiscriminadamente ese poder. Lo curioso del asunto, era que no estaba
dirigido al Läkare y sin embargo era el único de los presentes que podía ser
afectado por él, porque en el caso de Giulian y su padre, solo se trataba de
que ella hacía lo que le daba la gana con ellos, ya que siendo descendientes de
criaturas como una Ninfa y una Dríade no les afectaba el encantamiento que
emanaba de ella, y en el caso de Mael y de Iván, ambos eran semihumanos y tampoco
eran susceptibles a ello.
-
Creo que en casa podemos brindarle todo el cuidado que necesita y…
-
¡Daniel! -- exclamó Amy interrumpiéndolo
-
Pienso que tiene razón -- agregó Giulian
-
¿Piensas? -- dijo ella en forma sarcástica -- tú
no piensas cuando se trata de mujeres.
El comentario de la madre
había desatado la ira de la hija que miró al Läkare y ya no quedaba ni rastro
de la expresión de dulzura.
-
Pienso irme de aquí -- dijo con voz peligrosamente baja -- tanto
si usted quiere como si no.
Dicho esto comenzó a
incorporarse en la cama pero escuchó la voz de su hermano
-
Cálmate ya casi lo has
conseguido.
Ella lo miró y se
tranquilizó un poco. Por supuesto, al final logró su objetivo y en la tarde
estaban en casa con una Amy muy molesta por la irresponsabilidad de aquellos dos, un Dan muy avergonzado por
su debilidad con su hija, y un Giulian muy apenado por los comentarios de Amy.
Aún así, Sam estaba contenta y eso era todo lo que a Danny le importaba en ese
momento.
Lo primero que hizo Sam
fue a correr a ver a los niños y ellos se sintieron felices al verla a ella.
-
¿Mami bien? -- preguntó Brendan después que ella los abrazó
y los besó
-
Papi dijo que estabas enferma
-- dijo a su vez Elijah
-
Si mis príncipes, estuve enferma pero ya estoy bien -- les
aseguró
Se quedó toda la tarde
con ellos y solo se fue a su habitación cuando Amy entró muy enfadada y le dijo
que la condición era que debía guardar el reposo correspondiente.
-
Vamos Nena, es mejor que vayas a tu habitación -- le
dijo Mael
-
Pero aun no es la hora de que los niños se duerman --
protestó ella
-
¡Samantha! -- dijo Amy
-
Hagamos algo -- sugirió Mael
-- cuando ya sea hora de que los
niños se vayan a la cama, yo te los llevo para que les des las buenas noches
¿Te parece bien?
Ella aceptó marchándose a
su habitación y tal y como se lo había prometido, Mael llevó a los niños a
darle las buenas noches antes de acostarlos.
Durante las próximas dos
semanas, Sam se vio rodeada de la atención de todos. Su madre después de que se
le pasó el enfado, la atendía con esmero. Su padre pasaba mucho tiempo con ella
y la mimaba como a una niña chiquita. Danny, Gail, Mael y las chicas se
esforzaban en distraerla pero poniendo especial cuidado en que descansara. Y
Giulian, bueno, con Giulian hacía lo que quería. Si Sam se hubiera antojado de
las estrellas, éste abría sacudido el cielo para bajárselas.
Todos le contaron su
versión de los hechos por separado. Cuando habló con su padre lloró mucho
escuchando el relato de cómo había reaccionado al enterarse de todo y que había
estado a punto de matar a Giulian. Danny por su parte, le mostró directamente cómo
le había ido a él desde la noche que enfermó hasta el momento en que su padre
les dijo las condiciones en que se encontraba ella.
-
¿De modo que fue necesario que estuviera a punto de morir para que me
perdonaras? -- preguntó la chica
-
No se trataba de perdonarte Sam, se trataba de aceptar que amabas al
hombre más inapropiado del mundo.
-
¿Te parece inapropiado?
-
Ya no tanto -- dijo él sin comprometerse mucho
-
¿Danny?
-
Oh bueno, ya sé que se aman y todo eso, pero aún me cuesta un poco
aceptarlo.
-
Danny, yo lo amo y él me ama, y eso es algo que aún no me atrevo a creer
pero tengo la esperanza de que todo salga bien.
-
Pues estaré contento, si veo que no sale nada malo de esto -- dijo, pero agregó mas suavemente -- solo quiero verte feliz y si tu felicidad
lleva su nombre, pues yo lo aceptaré.
Cuando había hablado con
Mael también se había deshecho en llanto al pensar en lo mal que había estado
su hijo por su culpa.
-
No te angusties Nena, no fue algo que tú planeases y gracias a los
Dioses ya estás bien y Elijah también
-- dijo abrazándola y dejándola
llorar hasta que se calmó
La conversación con
Giulian fue mucho más extensa, porque abarcaba todos los meses que había estado
ausente. Pero esa debió esperar hasta el día siguiente de su llegada, ya que
Iván y Dan literalmente arrastraron a Giulian a su habitación argumentando que
necesitaba descansar y dormir una noche completa en una cama. Y a pesar de sus
protestas, lo hizo, y tanto que despertó casi al mediodía siguiente.
-
Creo que no fue una buena táctica
-- dijo Sam cuando Giulian llegó al punto donde se había pasado varios
días bebiendo y en las condiciones que había quedado.
-
Estaba deshecho princesa -- dijo él con pena.
-
¿En realidad querías olvidarme? ¿Hubieras preferido hacerlo? --
preguntó ella
-
Sí y no -- dijo Giulian con
honestidad -- una parte de mí me decía
que debía hacerlo, eras la hija de mi mejor amigo, yo te tuve en mis brazos cuando
naciste, eras mi ahijada y me veía
como un monstruo. Pero la otra parte se
negaba a dejar lo más maravilloso que me había pasado en la vida. ¿Podrás
perdonarme algún día por haber sido tan cobarde?
-
No lo sé -- dijo Sam
Giulian la miró con
tristeza pero estaba consciente de que
lo tenía merecido, porque la había hecho sufrir mucho.
-
Además, aún no estoy muy feliz con eso de que hayas tratado de olvidarme
buscando consuelo acostándote con otras mujeres.
-
Un momento princesa, eso no es justo
-- dijo -- puedes acusarme por la
intención pero tienes que absolverme por los hechos. Es verdad, tuve las peores
intenciones pero no hice nada. Te lo juro.
-
Tendrás que convencerme de eso --
dijo, pero en sus labios se había dibujado una sonrisa maligna que Giulian
había aprendido a reconocer
-
Realmente piensas torturarme ¿verdad?
-- dijo con cautela cuando la vio acercarse más a él
-
Tal vez -- dijo Sam deslizando
sus dedos por la abertura de la camisa de él
-- tendré que pensarlo -- le dijo
con voz aterciopelada en el oído
Giulian sintió que el
mundo comenzaba a girar vertiginosamente cuando ella rozó sus labios.
Inmediatamente los suyos respondieron y se apoderaron de los de ella exigiendo
todo lo que se le había negado durante aquellos largos meses. No supo si duró
un minuto o un siglo, pero volvió bruscamente a la realidad cuando sintió que
alguien se aclaraba ruidosamente la garganta. Su primer impulso fue matar a
quien le robaba ese instante de felicidad infinita, pero vio a Dan parado en la
puerta del salón.
-
Giulian, hay cosas que un padre no debería ver
-
Lo siento Dan, yo…
-
¿Lo sientes? -- preguntó molesta Sam
-
No… princesa, lo que… quiero decir es…
Pero la frase murió en
sus labios cuando la chica salió furiosa del salón. Después que se había
marchado, Dan comenzó a reír.
-
¿Estás feliz con lo que has hecho?
-- preguntó Giulian con ira
-
Primero no he hecho nada, y segundo, no me río de lo que pasó sino que
me causa gracia verte tartamudear frente a una chica precisamente a ti. Tú, el
que nunca iba a enamorarse, cayó de nuevo. Primero Sabrina y ahora
Samantha -- sintió un poco de remordimiento
al mencionar a Sabrina pero ya estaba hecho.
-
No es muy sutil de tu parte mencionar eso -- dijo Giulian -- Sin embargo, quiero aclararte algo. A
Sabrina la amé, sí, es verdad, pero lo que siento por tu hija es algo que va
mucho más allá, es un amor donde se fusionan todos los sentimientos, es pasión
y es ternura, es deseo, locura, es un amor que casi me produce dolor físico y
estoy dispuesto a matar o a morir por ella.
-
No es necesario que seas tan específico
-- dijo Dan incómodo -- después de todo estás hablando de mi hija.
-
Si temes quemarte, te aconsejo no acercarte al fuego -- y
con esas palabras salió en busca de Sam.
Los próximos días fueron
los más exasperantes para Giulian. No le estaba resultando nada fácil convencer
a Sam de que lo que había dicho era para tranquilizar a su padre y no porque lo
sintiera realmente. ¿Por qué tenía que
ser tan terca y obstinada? A pesar de lo mucho que la amaba, a ratos le
provocaba ahorcarla, porque lo hacía parecer un escolar persiguiéndola y
arrinconándola por toda la casa. La noche del tercer día de persecución y luego
de un particular mal rato que le había hecho pasar Amy, que por cierto parecía
haber hecho su cruzada personal el apartarlo de Sam, entró en su habitación
hecho un basilisco, dio un portazo que casi arranca de los goznes la puerta como que si aquel inocente
objeto fuera el culpable de su desgracia. Empezó a pasearse por la habitación y
a rememorar lo acababa de ocurrir.
- Papá quiero salir
-- había dicho Sam
Ella había hecho una
costumbre dirigirse siempre a su padre
cuando quería algo, ya que Amy se lo ponía siempre más difícil. Al escuchar
aquello, tanto Dan como Giulian se pusieron en guardia.
-
¿Salir? ¿A dónde? -- preguntó Dan
-
No sé, por ahí -- dijo la
chica -- ya van a comenzar las clases y
quiero distraerme un poco.
Danny, Mael y Gail que
observaban la escena, se preguntaron qué se traería entre manos ahora. Iván
miraba a Giulian con sincera conmiseración y pensaba que el pobre sujeto estaba
pagando lo que había hecho y lo que no. Danny estaba confundido, era evidente
que Giulian amaba a Sam, y él, más que saber, sentía que su hermana lo amaba
también, entonces se preguntaba por qué siempre andaban a la greña. Había
descartado la venganza, porque era un sentimiento muy mezquino del que no creía
capaz a su gemela, pero Diandra le hizo notar que en el caso de Sam, quizá ella
no lo veía como venganza sino como justa
retribución y Danny pensó que nunca podría entender a las mujeres.
-
Yo puedo acompañarte princesa, conozco lugares donde la pasarías muy
bien.
-
¡Ja! De eso no me cabe la menor duda. Giulian es un experto en lugares
para entretener a las chicas -- dijo mordazmente Amy.
-
No dije que quisiera ir contigo
-- dijo Sam que cada vez que su madre hacía mención a la pasada vida de
mujeriego de Giulian, ella se sentía enferma y la pagaba con él.
-
Amy por favor -- dijo Giulian
-
¿Por favor, qué? -- preguntó ella de malos modos
-
Te esfuerzas mucho en hacerme quedar mal con Sam -- dijo ya molesto
-
Para eso no necesito esforzarme
-- le contestó -- y en todo caso,
es bueno que mi hija sepa con quién se está metiendo y que no eres precisamente
un santo.
Giulian perdió la
paciencia, se levantó de la silla y abandonó el comedor sin decir nada más. De
modo que ahora se encontraba en su habitación en total estado de frustración,
cuando escuchó que abrían la puerta, se giró y vio a Sam.
-
¿Y ahora qué?
-
Nada, solo quería ver si estabas
bien.
-
Pues en realidad he estado mejor
-- dijo vacilante al verla acercarse
La chica se acercó hasta
quedar a solo unos centímetros de él, le colocó los brazos en el cuello y
acercó sus labios a su oído.
-
¿Mejor que ahora? -- susurró
Realmente lo estaba
torturando. Llevaba unos pantalones ajustados y una blusa suelta casi
transparente y Giulian la sujetó por la cintura pegándola más a él. Cuando sus
labios descendieron sobre los de ella sucedió lo que sucedía siempre, perdió la
noción de tiempo y espacio y se dedicó a disfrutar y explorar cada rincón de
aquella boca. Deslizó sus manos por
debajo de la blusa para acariciar aquella piel suave que había
convertido sus sueños en pesadillas durante meses. Separó sus labios un momento
y la miró, casi se perdió en sus ojos pero algo de sentido común aún le
quedaba.
-
Princesa -- dijo con voz
entrecortada -- debo detenerme ahora o
no podré dar marcha atrás.
Ella lo miró
desconcertada y él vio claramente la
furia formándose tras el violeta de sus ojos y agregó con rapidez.
-
No hay nada que desee más en el mundo que hacerte mía -- dijo
-- pero aún estas convaleciente, sería muy irresponsable de mi parte y
ciertamente tus padres ahora sí me matarían.
Ella se separó lentamente
y él vio consternado que unas lágrimas rodaban por sus mejillas. Podía casi con
cualquier cosa, menos con las lágrimas de aquella niña.
-
¿Es eso realmente? -- preguntó Sam
con voz quebrada -- ¿O es que no me
consideras lo bastante mujer para ti?
Él se quedó de piedra.
¿Cómo podía pensar semejante cosa?
-
¿Lo bastante mujer? -- preguntó incrédulo -- Samantha, he tenido que echar mano a todo
mi autocontrol para detenerme. Si antes viví un infierno separado de ti, ahora
estoy viviendo otra clase de infierno al no poder tenerte. Quiero hacerte el
amor hasta quedar agotado, quiero despertar cada mañana y verte a mi lado pero sé que debo esperar, se supone
que soy el adulto responsable princesa.
Le acarició la mejilla
recogiendo sus lágrimas y le dio un suave beso en los labios. Ella se aferró a él y Giulian le
ofreció refugio en sus brazos mientras pensaba que tendría que hablar pronto
con Dan, la quería y no podía esperar. Quería casarse de inmediato con Sam.
-
Solo quiero pedirte una cosa, chiquita
-- le dijo con ternura – que confíes en mi. Te amo y voy a vivir cada
día de mi vida para demostrártelo.
Samantha realmente quería
creer en él. Recordó lo que Danny le había dicho y pensó que sí, que su
felicidad lleva el nombre de aquel hombre.
Mucho rato después cuando
ya se había calmado, abrió la puerta para acompañarla a su habitación y
asegurarse de que se acostara. Cuando iban saliendo y para su desgracia, venía subiendo Amy y lo
vio con franco deseo de asesinarlo. Ignoró la mirada de ella y entró a la
habitación con Sam pensando que realmente era muy urgente hablar con Dan.
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