LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

lunes, 14 de julio de 2014

Cap. 28 La felicidad lleva tu nombre…



Danny se incorporó sobresaltado. Se acababa de meter en la cama y estaba acariciando el vientre de Diandra que ya se veía un poco abultado, cuando…

-          ¿Danny?

-         ¿Qué sucede?  -- le preguntó su esposa

-         Es Sam.

-         ¿Sam? ¿Cómo que Sam? No entiendo

-         Yo tampoco, espera  -- y le envió un urgente mensaje a Giulian

Entre tanto Mael que estaba en la habitación de los niños y miraba con desolación a su hijo, repentinamente se puso alerta cuando el niño abrió los ojos, porque ya llevaba varios días inconsciente.

-         ¡Hola!  --  le dijo

-         Mami  --  dijo le chico y el rostro de Mael se ensombreció

-         Mami está…  --  pero no sabía qué agregar a eso

Sin embargo, y a pesar de que Elijah no dijo nada, un pequeño rayo de esperanza se instaló en el corazón de Mael al ver que su hijo le sonreía, algo que no había hecho en las dos últimas semanas.

Entre tanto en Edernez, Giulian hacía vanos intentos para contener las lágrimas y disimular la emoción

-         Hola princesa  -- le dijo sobreponiéndose al nudo que tenía en la garganta

-         ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estoy? 

La chica hablaba en un susurro, su voz parecía cansada y se veía desorientada. Giulian acarició su cabello y le dijo que se tranquilizara que todo estaba bien pero Sam tenía una sensación de irrealidad. Su mente estaba tratando no solo de ubicarse sino de recordar. A su memoria llegaban fragmentos de conversaciones, sus padres contándole cosas, Danny… ¿pidiéndole perdón? Giulian diciéndole que… ¿la amaba? Pero su mente era un caos y le producía dolor de cabeza. De pronto pensó en su hermano y la última imagen que tenía era de Danny apuntando con su Athame a Giulian y fue la voz de Danny precisamente lo que la hizo volver a abrir los ojos, porque en la habitación acababa de materializarse la figura de su hermano

-         ¿Giulian, Sam está bien?

Y el aludido a su vez le envió un mensaje de respuesta a su pregunta.

-         ¿Qué paso?  -- preguntó Sam con la voz un poco más firme.

-         Todo va a estar bien princesa, descansa.

-         No puedo, quiero saber qué sucedió  -- dijo con su proverbial terquedad

Giulian supo que no llegaría a ningún lado tratando de que se quedara tranquila, de modo que de la forma más suave y sucinta, le narró los acontecimientos de las últimas dos semanas.

-         ¿Dos semanas?  -- preguntó Sam sin poder creerle  -- ¿He permanecido inconsciente… dos semanas?

-         Tranquilízate o los Läkares me echaran de aquí, y no me he pasado todo este tiempo peleando para que me dejaran quedarme, para  que ahora me echen por agitarte  -- dijo con una media sonrisa.


Danny y Diandra vieron aparecer la figura de Giulian y se tensaron.

-         Danny, Sam recuperó el conocimiento.  Todo aparentemente bien

Se sintieron enormemente felices y Danny salió apresuradamente,  corrió a la habitación de sus padres y ni siquiera se molestó en llamar, pero cuando entró se sintió terriblemente avergonzado, porque sus padres estaban en medio de un apasionado beso.

-         Lo siento, yo…  -- no sabía qué decir

-         ¿Qué sucede Danny?   --  preguntó Dan

-         ¿Le pasa algo a Diandra?  -- preguntó Amy alarmada

-         No, en realidad… solo quería avisarles que Sam despertó.

-         ¿Cómo?  -- Dan había saltado de la cama con su agilidad característica

-         ¿Cómo lo sabes?  -- preguntó su madre.

-         Giulian me acaba de enviar un mensaje avisándome  -- dijo todavía avergonzado por la interrupción.

Dan abrazó a su esposa y mirando a  su hijo que insistía en mirar a otro lado, le dijo:

-         Gracias Danny, es la mejor noticia que hemos recibido en los últimos días.

Danny sonrió, les dio un apresurado buenas noches y salió de allí dirigiéndose directamente a la habitación de los niños donde sabía que estaba Mael.

-         ¡Cachorro, Sam despertó!

Mael respiró aliviado y entendió lo que acababa de suceder con su hijo, después de lo cual estaba seguro que todo iría bien.

Giulian quería ir a buscar al Läkare de guardia pero Sam no quería quedarse sola, aunque después de argumentar que si no lo hacía tendría problemas  y prometiendo darse prisa, la chica cedió y lo dejó marchar. Al cabo de unos minutos regresó con el Läkare que resultó ser el mismo que había ingresado a Samantha cuando llegó al hospital. Le hizo una rápida revisión y le dijo a Giulian que todo parecía estar en orden, que tratara de descansar y al día siguiente la revisaría de nuevo.

-         ¿Descansar?  -- preguntó Sam  -- Hasta donde sé, llevo dos semanas descansando, quiero levantarme.

-         Eso no sería aconsejable señorita  -- dijo el Läkare  -- está usted débil, después de todo estuvo bastante delicada.

Sam trató de insistir pero después de una mirada amenazante de Giulian, se quedó tranquila. Aun así, Giulian se preparó para una noche muy larga. Sam quería saber hasta el último detalle de lo que había sucedido en aquellas dos semanas, de modo que ignorando su cansancio y el agotamiento mental y emocional que le había producido la enfermedad de la chica, Giulian comenzó a contarle todo.

Sam escuchó el relato pero sentía su mente como adormilada y no lograba entender muy bien lo que él le estaba diciendo. Trataba  de entender pero lo que Giulian le decía no parecía cuadrar con los últimos acontecimientos que podía recordar.

-         Giulian  -- dijo interrumpiéndolo  --  Danny estaba muy enfadado cuando  nos encontró… bueno ya sabes…cómo es que ahora…

-         Princesa  --  dijo con paciencia  -- ¿no has estado escuchándome?

-         Sí, pero… -- se calló y Giulian vio sorprendido que se había quedado dormida

Sonrió, le dio un beso en la frente y se quedó mirándola dormir.


Era muy temprano cuando los Douglas hicieron su aparición en el hospital. Sam aún no despertaba, Giulian se había quedado dormido con la cabeza apoyada en la cama y sosteniendo una mano de la chica.

-         Pobre  -- dijo Diandra  -- debe quererla mucho para haberse pasado dos semanas así.

Al escuchar voces, ambos se despertaron. Sam tenía una expresión de desconcierto, los miró a todos y a su memoria acudió lo sucedido en el estudio de su casa. Su expresión cambió del desconcierto inicial, a una de profunda angustia. Danny que había visto todo lo que pasaba por la cabeza de su hermana, se acercó a la cama.

-         No te preocupes por nada, todo está solucionado  -- dijo dándole un beso

Pero esto no hizo más que aumentar  la confusión de Sam. ¿Todo estaba solucionado? ¿Qué quería decir eso? Fue necesario volver a explicarlo todo, porque evidentemente la noche anterior Sam no estaba en condiciones de almacenar en su memoria lo que Giulian le había contado. Cuando terminaron ya era mediodía. Los Läkares los habían interrumpido un par de veces para revisarla y la tercera vez que entraron ya Samantha había recuperado su terquedad.

-         Quiero irme a mi casa  --  dijo

-         No creo que eso sea prudente, debe permanecer unos días más hasta…

-         ¿Días?  -- preguntó irritada

-         Así es, debemos asegurarnos de que está completamente bien.

La chica estaba enfurruñada y Danny rió feliz, porque su hermana estaba de vuelta.

Esa noche Amy insistió en quedarse y ordenó firmemente a Giulian ir a descansar. Se enfrascaron en una discusión del todo estéril, pues él no abandonaría su posición ni ella tampoco, de modo que ambos se quedaron. A la mañana siguiente se repitió la escena con el Läkare.

-         Me quiero ir  --  dijo la chica

-         Aún no  -- dijo el hombre

Sam lo miró con evidente disgusto pero Danny, Iván y  Mael vieron que estaba trazando otra estrategia y se alegraron de no ser el blanco de ella. La chica miró a su padre y luego a Giulian con idéntica expresión de dulce súplica.

-         Papá  -- dijo con su voz más dulce y luego dirigió su mirada a los ojos azules  -- Giulian, no quiero estar más tiempo fuera de casa, prometo portarme bien y descansar pero en mi casa, este lugar me deprime.

Dan estaba librando una batalla consigo mismo y estaba perdiendo. A Giulian por su parte no le iba mucho mejor, ya que nunca le había podido negar nada. Danny rió internamente y sintió compasión por ambos. Cuando Sam le tomó la mano a Giulian, todos supieron de inmediato que tenía la batalla ganada y Giulian asesinaría a los Läkares si era preciso pero se la llevaría a casa.

-         ¿Es que acaso no me cuidarían ustedes?

Amy que también miraba la escena, se maravilló ante el poder que tenía su hija sobre esos dos hombres. Iván podía ver trabajar febrilmente el cerebro de Dan buscando como librarse de aquello mientras que Giulian, y eso casi le causaba risa, al pobre le faltó poco para que se la cayera la baba. Dan se aclaró la garganta y se dirigió al Läkare que para sorpresa de Danny estaba mirando embobado a su hermana.  Danny sabía perfectamente lo que su hermana causaba en los miembros del sexo masculino, pero nunca la había visto ejercer tan indiscriminadamente ese poder. Lo curioso del asunto, era que no estaba dirigido al Läkare y sin embargo era el único de los presentes que podía ser afectado por él, porque en el caso de Giulian y su padre, solo se trataba de que ella hacía lo que le daba la gana con ellos, ya que siendo descendientes de criaturas como una Ninfa y una Dríade no les afectaba el encantamiento que emanaba de ella, y en el caso de Mael y de Iván, ambos eran semihumanos y tampoco eran susceptibles a ello.

-         Creo que en casa podemos brindarle todo el cuidado que necesita y…

-         ¡Daniel!  --   exclamó Amy interrumpiéndolo

-         Pienso que tiene razón   --  agregó Giulian 

-         ¿Piensas?   --   dijo ella en forma sarcástica  --  tú no piensas cuando se trata de mujeres.

El comentario de la madre había desatado la ira de la hija que miró al Läkare y ya no quedaba ni rastro de la expresión de dulzura.

-         Pienso irme de aquí   --  dijo con voz peligrosamente baja  --  tanto si usted quiere como si no.

Dicho esto comenzó a incorporarse en la cama pero escuchó la voz de su hermano

-         Cálmate ya casi lo has conseguido.

Ella lo miró y se tranquilizó un poco. Por supuesto, al final logró su objetivo y en la tarde estaban en casa con una Amy muy molesta por la irresponsabilidad de aquellos dos, un Dan muy avergonzado por su debilidad con su hija, y un Giulian muy apenado por los comentarios de Amy. Aún así, Sam estaba contenta y eso era todo lo que a Danny le importaba en ese momento.

Lo primero que hizo Sam fue a correr a ver a los niños y ellos se sintieron felices al verla a ella.

-         ¿Mami bien?  --  preguntó Brendan después que ella los abrazó y los besó

-         Papi dijo que estabas enferma  --  dijo a su vez Elijah

-         Si mis príncipes, estuve enferma pero ya estoy bien  --  les aseguró

Se quedó toda la tarde con ellos y solo se fue a su habitación cuando Amy entró muy enfadada y le dijo que la condición era que debía guardar el reposo correspondiente.

-         Vamos Nena, es mejor que vayas a tu habitación  --  le dijo Mael

-         Pero aun no es la hora de que los niños se duerman  --  protestó ella

-         ¡Samantha!  --  dijo Amy

-         Hagamos algo  --  sugirió Mael  --  cuando ya sea hora de que los niños se vayan a la cama, yo te los llevo para que les des las buenas noches ¿Te parece bien?

Ella aceptó marchándose a su habitación y tal y como se lo había prometido, Mael llevó a los niños a darle las buenas noches antes de acostarlos.

Durante las próximas dos semanas, Sam se vio rodeada de la atención de todos. Su madre después de que se le pasó el enfado, la atendía con esmero. Su padre pasaba mucho tiempo con ella y la mimaba como a una niña chiquita. Danny, Gail, Mael y las chicas se esforzaban en distraerla pero poniendo especial cuidado en que descansara. Y Giulian, bueno, con Giulian hacía lo que quería. Si Sam se hubiera antojado de las estrellas, éste abría sacudido el cielo para bajárselas.

Todos le contaron su versión de los hechos por separado. Cuando habló con su padre lloró mucho escuchando el relato de cómo había reaccionado al enterarse de todo y que había estado a punto de matar a Giulian. Danny por su parte, le mostró directamente cómo le había ido a él desde la noche que enfermó hasta el momento en que su padre les dijo las condiciones en que se encontraba ella.

-         ¿De modo que fue necesario que estuviera a punto de morir para que me perdonaras?  -- preguntó la chica

-         No se trataba de perdonarte Sam, se trataba de aceptar que amabas al hombre más inapropiado del mundo.

-         ¿Te parece inapropiado?

-         Ya no tanto   --  dijo él sin comprometerse mucho

-         ¿Danny?

-         Oh bueno, ya sé que se aman y todo eso, pero aún me cuesta un poco aceptarlo.

-         Danny, yo lo amo y él me ama, y eso es algo que aún no me atrevo a creer pero tengo la esperanza de que todo salga bien.

-         Pues estaré contento, si veo que no sale nada malo de esto  -- dijo, pero agregó mas suavemente  -- solo quiero verte feliz y si tu felicidad lleva su nombre, pues yo lo aceptaré.

Cuando había hablado con Mael también se había deshecho en llanto al pensar en lo mal que había estado su hijo por su culpa.

-         No te angusties Nena, no fue algo que tú planeases y gracias a los Dioses ya estás bien y Elijah también  --  dijo abrazándola y dejándola llorar hasta que se calmó

La conversación con Giulian fue mucho más extensa, porque abarcaba todos los meses que había estado ausente. Pero esa debió esperar hasta el día siguiente de su llegada, ya que Iván y Dan literalmente arrastraron a Giulian a su habitación argumentando que necesitaba descansar y dormir una noche completa en una cama. Y a pesar de sus protestas, lo hizo, y tanto que despertó casi al mediodía siguiente.

-         Creo que no fue una buena táctica  -- dijo Sam cuando Giulian llegó al punto donde se había pasado varios días bebiendo y en las condiciones que había quedado.

-         Estaba deshecho princesa  --  dijo él con pena.

-         ¿En realidad querías olvidarme? ¿Hubieras preferido hacerlo?  --  preguntó ella

-         Sí y no  -- dijo Giulian con honestidad  -- una parte de mí me decía que debía hacerlo, eras la hija de mi mejor amigo, yo te tuve en mis brazos cuando naciste,  eras mi ahijada y me veía como  un monstruo. Pero la otra parte se negaba a dejar lo más maravilloso que me había pasado en la vida. ¿Podrás perdonarme algún día por haber sido tan cobarde?

-         No lo sé  -- dijo Sam

Giulian la miró con tristeza pero estaba consciente de que  lo tenía merecido, porque la había hecho sufrir mucho.

-         Además, aún no estoy muy feliz con eso de que hayas tratado de olvidarme buscando consuelo acostándote con otras mujeres.

-         Un momento princesa, eso no es justo  -- dijo  -- puedes acusarme por la intención pero tienes que absolverme por los hechos. Es verdad, tuve las peores intenciones pero no hice nada. Te lo juro.

-         Tendrás que convencerme de eso  -- dijo, pero en sus labios se había dibujado una sonrisa maligna que Giulian había aprendido a reconocer

-         Realmente piensas torturarme ¿verdad?  -- dijo con cautela cuando la vio acercarse más a él

-         Tal vez  -- dijo Sam deslizando sus dedos por la abertura de la camisa de él  -- tendré que pensarlo  -- le dijo con voz aterciopelada en el oído

Giulian sintió que el mundo comenzaba a girar vertiginosamente cuando ella rozó sus labios. Inmediatamente los suyos respondieron y se apoderaron de los de ella exigiendo todo lo que se le había negado durante aquellos largos meses. No supo si duró un minuto o un siglo, pero volvió bruscamente a la realidad cuando sintió que alguien se aclaraba ruidosamente la garganta. Su primer impulso fue matar a quien le robaba ese instante de felicidad infinita, pero vio a Dan parado en la puerta del salón.

-         Giulian, hay cosas que un padre no debería ver

-         Lo siento Dan, yo…

-         ¿Lo sientes?   --  preguntó molesta Sam

-         No… princesa, lo que… quiero decir es…

Pero la frase murió en sus labios cuando la chica salió furiosa del salón. Después que se había marchado, Dan comenzó a reír.

-         ¿Estás feliz con lo que has hecho?  -- preguntó Giulian con ira

-         Primero no he hecho nada, y segundo, no me río de lo que pasó sino que me causa gracia verte tartamudear frente a una chica precisamente a ti. Tú, el que nunca iba a enamorarse, cayó de nuevo. Primero Sabrina y ahora Samantha  -- sintió un poco de remordimiento al mencionar a Sabrina pero ya estaba hecho.

-         No es muy sutil de tu parte mencionar eso  -- dijo Giulian  -- Sin embargo, quiero aclararte algo. A Sabrina la amé, sí, es verdad, pero lo que siento por tu hija es algo que va mucho más allá, es un amor donde se fusionan todos los sentimientos, es pasión y es ternura, es deseo, locura, es un amor que casi me produce dolor físico y estoy dispuesto a matar o a morir por ella.

-         No es necesario que seas tan específico  --  dijo Dan incómodo  -- después de todo estás hablando de mi hija.

-         Si temes quemarte, te aconsejo no acercarte al fuego  --  y con esas palabras salió en busca de Sam.


Los próximos días fueron los más exasperantes para Giulian. No le estaba resultando nada fácil convencer a Sam de que lo que había dicho era para tranquilizar a su padre y no porque lo sintiera realmente.  ¿Por qué tenía que ser tan terca y obstinada? A pesar de lo mucho que la amaba, a ratos le provocaba ahorcarla, porque lo hacía parecer un escolar persiguiéndola y arrinconándola por toda la casa. La noche del tercer día de persecución y luego de un particular mal rato que le había hecho pasar Amy, que por cierto parecía haber hecho su cruzada personal el apartarlo de Sam, entró en su habitación hecho un basilisco, dio un portazo que casi arranca de los  goznes la puerta como que si aquel inocente objeto fuera el culpable de su desgracia. Empezó a pasearse por la habitación y a rememorar lo acababa de ocurrir.

- Papá quiero salir  --  había dicho Sam

Ella había hecho una costumbre dirigirse siempre a  su padre cuando quería algo, ya que Amy se lo ponía siempre más difícil. Al escuchar aquello, tanto Dan como Giulian se pusieron en guardia.

-         ¿Salir? ¿A dónde?  -- preguntó Dan

-         No sé, por ahí  -- dijo la chica  -- ya van a comenzar las clases y quiero distraerme un poco.

Danny, Mael y Gail que observaban la escena, se preguntaron qué se traería entre manos ahora. Iván miraba a Giulian con sincera conmiseración y pensaba que el pobre sujeto estaba pagando lo que había hecho y lo que no. Danny estaba confundido, era evidente que Giulian amaba a Sam, y él, más que saber, sentía que su hermana lo amaba también, entonces se preguntaba por qué siempre andaban a la greña. Había descartado la venganza, porque era un sentimiento muy mezquino del que no creía capaz a su gemela, pero Diandra le hizo notar que en el caso de Sam, quizá ella no lo  veía como venganza sino como justa retribución y Danny pensó que nunca podría entender a las mujeres.

-         Yo puedo acompañarte princesa, conozco lugares donde la pasarías muy bien.

-         ¡Ja! De eso no me cabe la menor duda. Giulian es un experto en lugares para entretener a las chicas --   dijo mordazmente Amy.

-         No dije que quisiera ir contigo  -- dijo Sam que cada vez que su madre hacía mención a la pasada vida de mujeriego de Giulian, ella se sentía enferma y la pagaba con él.

-         Amy por favor  -- dijo Giulian

-         ¿Por favor, qué?  --  preguntó ella de malos modos

-         Te esfuerzas mucho en hacerme quedar mal con Sam  -- dijo ya molesto

-         Para eso no necesito esforzarme  -- le contestó  -- y en todo caso, es bueno que mi hija sepa con quién se está metiendo y que no eres precisamente un santo.

Giulian perdió la paciencia, se levantó de la silla y abandonó el comedor sin decir nada más. De modo que ahora se encontraba en su habitación en total estado de frustración, cuando escuchó que abrían la puerta, se giró y vio a Sam.

-         ¿Y  ahora qué? 

-         Nada, solo  quería ver si estabas bien.

-         Pues en realidad he estado mejor  -- dijo vacilante al verla acercarse

La chica se acercó hasta quedar a solo unos centímetros de él, le colocó los brazos en el cuello y acercó sus labios a su oído.

-         ¿Mejor que ahora?  -- susurró

Realmente lo estaba torturando. Llevaba unos pantalones ajustados y una blusa suelta casi transparente y Giulian la sujetó por la cintura pegándola más a él. Cuando sus labios descendieron sobre los de ella sucedió lo que sucedía siempre, perdió la noción de tiempo y espacio y se dedicó a disfrutar y explorar cada rincón de aquella boca. Deslizó sus manos por  debajo de la blusa para acariciar aquella piel suave que había convertido sus sueños en pesadillas durante meses. Separó sus labios un momento y la miró, casi se perdió en sus ojos pero algo de sentido común aún le quedaba.

-         Princesa  -- dijo con voz entrecortada  -- debo detenerme ahora o no podré dar marcha atrás.

Ella lo miró desconcertada y  él vio claramente la furia formándose tras el violeta de sus ojos y agregó con rapidez.

-         No hay nada que desee más en el mundo que hacerte mía  -- dijo  -- pero aún estas convaleciente, sería muy irresponsable de mi parte y ciertamente tus padres ahora sí me matarían.

Ella se separó lentamente y él vio consternado que unas lágrimas rodaban por sus mejillas. Podía casi con cualquier cosa, menos con las lágrimas de aquella niña.

-         ¿Es eso realmente?  -- preguntó Sam con voz quebrada  -- ¿O es que no me consideras lo bastante mujer para ti?

Él se quedó de piedra. ¿Cómo podía pensar semejante  cosa?

-         ¿Lo bastante  mujer?  -- preguntó incrédulo  -- Samantha, he tenido que echar mano a todo mi autocontrol para detenerme. Si antes viví un infierno separado de ti, ahora estoy viviendo otra clase de infierno al no poder tenerte. Quiero hacerte el amor hasta quedar agotado, quiero despertar cada mañana y verte  a mi lado pero sé que debo esperar, se supone que soy el adulto responsable princesa.

Le acarició la mejilla recogiendo sus lágrimas y le dio un suave beso en los  labios. Ella se aferró a él y Giulian le ofreció refugio en sus brazos mientras pensaba que tendría que hablar pronto con Dan, la quería y no podía esperar. Quería casarse de inmediato con Sam.

-         Solo quiero pedirte una cosa, chiquita  -- le dijo con ternura – que confíes en mi. Te amo y voy a vivir cada día de mi vida para demostrártelo.

Samantha realmente quería creer en él. Recordó lo que Danny le había dicho y pensó que sí, que su felicidad lleva el nombre de aquel hombre.

Mucho rato después cuando ya se había calmado, abrió la puerta para acompañarla a su habitación y asegurarse de que se acostara. Cuando iban saliendo y  para su desgracia, venía subiendo Amy y lo vio con franco deseo de asesinarlo. Ignoró la mirada de ella y entró a la habitación con Sam pensando que realmente era muy urgente hablar con Dan.



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