Mael acababa de despachar al grupo de aspirantes
que salía de permiso y se dirigía al edificio a cambiarse de ropa para ir por
Elijah, pero se detuvo al ver a Jonathan que venía saliendo.
-
Vaya hombre,
muy madrugador tú
-
No por
gusto --
Mael notó las ojeras de su amigo y arrugó la frente
-
¿Todo en
orden?
-
Sí, es solo
trabajo, que por fortuna ya está concluido
-
Vete a
descansar entonces -- y se dispuso a seguir su camino
-
¿Y tú estás
bien?
La pregunta de Jonathan obedecía a que llevaba varios
días sin verlo debido a que había estado fuera trabajando, pero sabía que por
fuerza él no debía estarlo pasando nada bien, ya que Samantha y Giulian se
casarían en unos días.
-
Sí, estoy
bien --
contestó Mael sin detenerse
Jonathan se quedó de pie donde estaba y mirándolo
alejarse, pero dudaba mucho que su amigo volviese a estar bien algún día.
-
Ese no es un
pensamiento muy alentador -- escuchó a su lado y volvió la cabeza
-
Y tú no
deberías estar mirando dentro de mi cabeza Daira
-
Entonces no vayas
por allí gritándolo --
dijo ella
-
Ya te pareces
a Armel, hacen buena pareja ustedes dos, deberían…
-
¡McKenzie, no
necesito que me busques pareja! -- exclamó ella con disgusto y dándole la
espalda se marchó
-
Yo diría que
sí lo necesitas señorita Clemmens --
susurró él con sonrisa maligna, pero esperando que no lo hubiese
escuchado
-
Déjala en paz
McKenzie, o te verás en serias dificultades
-- dijo Alaric
-
¿Desde cuando
me llamas McKenzie?
-
Desde que te
metes con las personas equivocadas, necio
-
No le estoy
haciendo nada
-
¡Ja! Dudo que
alguien te creyese incluido tú mismo. Te has esforzado en fastidiarla desde que llegaste como aspirante, y la
verdad aun me pregunto cómo es que aún estás entero
-
¿Será por mi
indiscutible encanto personal? -- preguntó ahogando la risa
-
Deberías dejar
las malas compañías, ya tenemos
bastante con un Cornwall -- y Jonathan rió --
Pero volviendo a lo otro, hazme caso, Daira es el ser más dulce de la
tierra y usualmente se desvive por ayudar a los demás, pero si le colmas la
paciencia podrías descubrir de un modo muy doloroso tu error.
Jonathan lo miró alejarse y se preguntó si… arrugó
la frente desechando el pensamiento y se dispuso a marchar a casa, se moría por
ver a Lizzy.
Samantha y Giulian marcharon después de comer hacia
la casa de Gail y Aderyn, tenían algo importante que hablar con la chica y no
podían esperar más. Llegaron y se fueron directo a ver a Vladimir. El bebé
crecía sano y hermoso, y se parecía mucho a sus padres. Era tan rubio como Aderyn y con los ojos azul brillante como los
de Gail, porque a pesar de que Aderyn también los tenías azules, los suyos eran
azul cielo, mientras que los de Gail y los de su hijo eran azul eléctrico, al menos en ese momento.
Sin embargo, Sam estaba segura que ese color variaría siempre con los cambios
de estación como sucedía con todos los Cornwall.
-
Solo espero
que no se parezca tanto al padre en conducta
-- dijo la chica
-
¡Por favor
Aderyn! -- protestó Giulian --
Ningún individuo que lleve sangre Cornwall puede ser…
-
Te recuerdo
señor Cornwall, que yo también tuve algo que ver en la concepción de ese chico --
dijo ella interrumpiéndolo
Los tres rieron y luego bajaron al Salón.
Preguntaron por Gail, y Aderyn les dijo que estaba con Danny pero no sabía en
qué andaban. Después de esto, Aderyn se les quedó mirando.
-
¿Y bien? ¿Qué
era eso tan importante que querían decirme? ¿Está todo bien con el
embarazo? -- preguntó con cierta nota de preocupación
-
Sí, todo
marcha bien, no se trata de eso -- dijo Sam
-
Es sobre la
boda --
agregó Giulian y la chica se alarmó
-
No me dirán
que… --
pero ambos rieron
-
No, no
pensamos suspenderla, pero para continuar con ella necesitamos que tú seas la
madrina -- dijo Sam
-
¿Qué? Pero… ¿por qué yo?
-
Cualquiera
diría que no te gusta la idea
-
No es eso Sam,
pero es que… bueno… no sé… Di…
-
Escúchame
Aderyn -- dijo Giulian
-- Pensamos que tú eres la más
indicada por varias razones. Entre ellas, que fuiste la primera en notar que yo
amaba a Sam. Segundo, porque cuando estaba destrozado y te necesité, acudiste a
verme y no me traicionaste diciéndoselo a nadie. Y tercero, porque gracias a la
sacudida que me diste ese día, yo comencé a ver las cosas de un modo diferente.
-
Aderyn, Di es
mi cuñada y será la madrina de mi próximo bebé, pero… -- la garganta se le cerró y Giulian le pasó un
brazo por los hombros
-
Te amamos
Aderyn y simplemente queremos no solo que compartas con nosotros ese día, sino
que seas parte integral de ese momento que representa la consolidación de
nuestra mayor felicidad, una felicidad que tú ayudaste a construir --
completó Giulian
Aderyn lloraba del mismo modo que Sam y Giulian
terminó con ambas en brazos.
-
Vamos chicas,
parece que hubiese muerto alguien
-- les dijo y ellas sonrieron a
través de las lágrimas
-
Me sentiré
feliz de ser la madrina de la boda
-- les dijo finalmente
-
Y quiero
pedirte un favor especial -- dijo Sam
-- El día de la boda, necesito
que estés con Giulian. Recuerdo cómo estaban Danny y Gail, y supongo que él se
pondrá igual. Y francamente, dudo mucho que papá o Iván sean capaces de calmarlo
-
¡Por supuesto
que no! -- protestó Giulian y ellas rieron -- Ya
verán, voy a estar de lo más tranquilo ¿Por qué no habría de ser así?
-
Descuida, ahí
estaré y evitaré que salte por el balcón
En Averdeen
se había desplegado una actividad frenética en los últimos días con los
preparativos para la boda. A pesar de que Amy contaba con mucha ayuda, ya que
Ann, Aderyn, Diandra, Elar y Daira trabajaban incansablemente, ella quería
supervisarlo todo. Por extraño que parezca, a la única que no dejaban hacer
prácticamente nada, era a Sam. Esto había generado en principio, el malestar de
la chica que decía que era su boda,
pero fuera de consultar alguno que otro detalle, no la dejaban hacer nada más.
Dan estaba tan emocionado como su mujer y le
hubiese gustado ayudar, pero Amy decía que los hombres no servían para aquello.
Por lo tanto, Dan empleaba su tiempo en
fastidiar a Giulian tanto como le era posible, hasta que Iván se hartó de la
situación y le dio una sacudida a Dan.
-
¿Qué haces
necio? -- se quejó Dan
-- ¿Quieres romperme todos los
huesos?
-
Debería, pero
dudo que eso te haga madurar -- dijo Iván
-- ¿Qué es lo que pretendes? ¿Acaso quieres que el infeliz este salga
corriendo y deje plantada a tu hija?
-
Si hiciera
algo tan estúpido como eso, sin duda es porque quiere morir, aunque igual va
directo a la horca -- dijo Dan y rió. Iván cerró los ojos con resignación pensando
que no había caso
-
Dan, escúchame
aunque sea una vez. El pobre sujeto ya lo está pasando bastante mal, cada
mañana se despierta sintiéndose terrible y…
-
Eso lo
enseñará a no ir por ahí dejando embarazada a mi hija
-
Tú
definitivamente no tienes arreglo, ni compasión
-
Iván deja de
sermonearme como si tuviese quince años…
-
Pues intenta
comportarte como el adulto que se supone
que eres -- pero Dan no le prestó atención
-
… te recuerdo
que Giulian me hizo la vida miserable en los días previos a mi boda, de modo
que…
-
¡Ah claro! Una
actitud muy madura la tuya
Iván consideró por un momento hablar con Amy,
porque era la única que podría hacer que Dan se comportase, pero recordó que en
cuanto a gastarle bromas pesadas al resto de la humanidad, ella era tan
Cornwall como el desdichado al que él estaba intentando proteger. De modo que
dejó el asunto así, y se hizo el propósito de permanecer lo más cerca posible de
Giulian los últimos días antes de la boda, o realmente el infeliz terminaría
con un colapso nervioso.
Giulian y Sam habían tenido una discusión días
antes de la boda y previa a su conversación con Aderyn, porque si bien estaban
de acuerdo con la madrina, no sucedía lo mismo con relación al padrino, porque
mientras Giulian quería que fuese Jonathan, Sam quería que fuese Mael y fue en
lo único que Giulian se mostró inflexible.
-
¿Cuál es tu
antipatía por Mael? -- preguntó ella con indignación
-
No es
antipatía princesa, pero…
-
Pero nada -- lo
interrumpió ella -- Mael es mi hermano y quiero que sea el
padrino de mi boda
En cualquier otra circunstancia, Sam no tendría que
haberse esforzado tanto, porque Giulian siempre estaba dispuesto a complacerla
en todo, pero en aquel caso no. Giulian pensaba y de forma justificada, que
aquello era como hundir un puñal en una herida ya muy dolorosa, y que Mael no
se merecía eso. El asunto era que no encontraba cómo explicárselo a aquella
terca criatura.
-
Giulian… --
comenzó ella acercándose a él y Giulian vio claramente el peligro
-
¡He dicho que
no! --
exclamó casi corriendo hacia la puerta
-- El padrino será Jonathan y no
hay más discusión
Dicho aquello salió dando un portazo y sintiéndose
miserable, pero no iba a permitir aquello y si se hubiese quedado un minuto
más, habría sucumbido como siempre. Sam por su parte, inicialmente se quedó
parada mirando por donde había salido Giulian, y después de la ira pasó al
desconsuelo, pero luego volvió a enfurecerse y salió de allí derecha a buscar a Iván. Entró al estudio como
un vendaval y sin llamar, como era su costumbre.
-
¡Iván,
necesito que hables con ese mal nacido…!
-- pero se interrumpió al ver a
Elar
-
A ver
linda -- dijo con paciencia --
¿Qué hizo ahora?
-
Lo siento
Elar --
se disculpó Sam
-
Descuida
Samantha -- dijo la chica y miró a Iván --
Terminaremos esto después -- e Iván asintió
-
¿Y bien? --
preguntó Iván una vez que Elar abandonó el estudio
-
Iván, sabes
que quiero mucho a Jonathan pero Mael es mi hermano, ha sido mi apoyo y ha
estado conmigo en los momentos más difíciles. De modo que quiero que sea el
padrino de mi boda y Giulian se niega.
Iván sintió el conocido dolor en el corazón al
pensar en Mael y tuvo que estar de acuerdo con Giulian, y de hecho se lo
agradeció en silencio. Ahora el problema era convencer a la pequeña y
enfurecida señorita Douglas de eso. Aquello le tomó un tiempo inusualmente
largo, e incluso tuvo que emplear algo de su poder para lograrlo, y aunque se
sintió muy mal por ello, se tranquilizó diciéndose que lo hacía en beneficio de
Mael.
-
Linda, como
bien dijiste Mael es tu hermano y lo será siempre, al igual que Danny y Gail, y
aparte de eso a ustedes los une un vínculo aun mayor, son los padres de Elijah.
De modo que por esta vez, complace a Giulian y acepta de buen grado a Jonathan
como padrino -- había dicho finalmente
Y así fue como gracias a Iván, Giulian logró conservar
su cabeza intacta y Jonathan fue designado padrino de la boda.
En lo que Sam y Giulian sí se habían puesto
medianamente de acuerdo, era en que tendrían una boda tradicional, pero a
diferencia de la de los chicos, la suya se efectuaría en el Deml. Los Arzvahels no tenían templos
donde se efectuasen ceremonias religiosas, ya que sus creencias estaban basadas
en el politeísmo Y veneraban a sus Dioses en forma libre y sin ataduras
confesionales, los honraban amando y cuidando la naturaleza y si bien tenían
fechas señaladas como Valborgsaften,
Beltane o Samhain, todas sus ceremonias se realizaban al aire libre.
Sin embargo, tenían el Deml que había sido erigido como presente a los Dioses, pero nadie
tenía que asistir a él de forma obligatoria. Todo Arzhvael tenía derecho a su
uso, y aunque normalmente la mayoría efectuaba los matrimonios y bautizos en
sus viviendas, el Deml también estaba
disponible para esto. Era una bellísima e imponente joya arquitectónica,
situada en las afueras de Dyffryn y
al pie de Mynydd Uchel.
Cuando Giulian llevó a Sam a conocerlo, la chica
casi se desmaya. En su parte frontal, la estructura estaba soportada por doce
columnas de estilo dórico, ocho al frente y dos a cada lado. Y si Sam perdió la
respiración la verlo, la subida de los ciento diecisiete escalones para llegar
a la entrada, no contribuían mucho para recuperarlo. Entraron directamente a un
enorme pasillo central y Sam miró a Giulian.
-
No hay
puertas -- dijo la chica
-
No princesa,
las puertas son un mensaje de privacidad, aunque algunas personitas los
ignoren -- dijo mirándola risueño antes de continuar --
Este es un lugar que no pertenece a nadie en particular y donde podemos
entrar con entera libertad, por lo tanto se hacen innecesarias las puertas
El pasillo de acceso no era muy largo y algo
oscuro, pero al salir al cuerpo principal de la edificación todo cambiaba. Era
una estructura circular y todo allí parecía de mármol blanco, madera pulida y
oro. El alto techo abovedado era de cristal por lo que los rayos del sol
entraban a raudales. No había cuadros ni adornos, pero las paredes estaban
decoradas con cientos de pinturas que hacían referencia de una u otra forma a
los elementos de la naturaleza.
Cuando salieron de allí, Sam sintió una extraña
opresión en el pecho que solo podía identificar como emoción.
-
Si que eres
muy ostentoso señor Cornwall, al querer casarte en este lugar
-
Princesa, este
será uno de los días más importantes de mi vida, no puedes culparme por querer
hacerlo -- dijo él dándole un beso antes de abrazarla y
desaparecer rumbo a casa
Y no sabía Sam en realidad lo muy ostentoso que
podía llegar a ser su futuro marido. A pesar de que ella había dicho que quería
una boda sencilla y él en teoría había aceptado, esa palabra parecía carecer
del mismo significado para ambos. Y ciertamente era así, porque si en algo
tenían razón los que lo conocían, era en afirmar que Giulian Cornwall podía ser
uno de los más hábiles Arzhaelíes de la actualidad, pero no por eso había
dejado de ser un Cornwall, y estos sujetos habían nacido rodeados de un lujo y
una comodidad que Sam no había conocido y no porque no perteneciese a una
familia de la misma estirpe, sino por las especiales circunstancias en las que
se vio obligada a crecer, y una vez que volvió a su mundo, lo hizo en medio de
una despiadada persecución que no le concedió tiempo ni oportunidad para
disfrutar de todo aquello a lo que por nacimiento tenía derecho. De manera que
Sam se llevaría una pequeña sorpresa
el día de su boda al comprobar la sencillez
de la misma.
En vista de que su madre no la dejaba hacer
prácticamente nada, Sam se pasaba la mayor parte del tiempo con los niños o
estudiando. Aunque Danny y Gail pasaban mucho tiempo con ella, Sam extrañaba en
demasía a Mael. Desde su regreso solo lo había visto una vez y casi de pasada,
porque ella venía llegando y él ya se marchaba. De modo que el día anterior a
la boda, decidió ir a buscarlo y no se lo dijo a nadie.
Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula por dos
motivos diferentes. El primero, que había una gran concentración de Arzhaelíes
en Arx. Sam estaba perfectamente al tanto de que se efectuaban dos reuniones al
año con todo el Cuerpo, pero para eso faltaban alrededor de tres meses y sintió
un repentino pánico de que estuviese sucediendo algo que ameritase la presencia
de todos, pero como ellos no habían sido convocados, decidió sensatamente que
no había motivos para preocuparse. Y lo segundo, fue que Paul le informó que
Mael estaba de viaje por un asunto de trabajo y no sabían cuando volvería.
Sam sintió un enorme dolor al escuchar aquello, porque
solo faltaba un día para su boda y no concebía que Mael no estuviese, de modo
que dejó a un sorprendido Paul con una frase a medias y corrió hacia el
edificio principal con la intención de hablar con Eowaz, pero en su carrera
colisionó violentamente con Garlan.
-
¡Niña! --
exclamó el Arhzaelí sujetándola para evitar que cayese -- En
tu estado no deberías andar corriendo por allí, eso es… -- pero
se detuvo al mirarla bien -- ¿Qué te sucede?
-
Nada
solo… --
pero las palabras quedaron bloqueadas por el nudo que tenía en la
garganta
Sam no se había dado cuenta pero iba llorando y
cuando intentó hablar las lágrimas la ahogaron. Garlan se alarmó pensando que
tendría algún dolor, pero la conocía lo suficiente como para saber que un dolor
no la reduciría a aquel estado. No obstante y sabiendo como sabía que ella
estaba embarazada, decidió que lo más sensato era conducirla hasta Daira.
-
Vamos Niña, será
mejor que Daira te vea -- dijo sujetándola por un brazo
-
No… estoy bien
-
Desde luego no
lo estás -- dijo molesto
-- ¿Por qué siempre tienes que
discutirlo todo? -- y como él particularmente no tenía deseos de
ponerse a pelear con ella después de una agotadora sesión de entrenamiento
nocturno, la alzó en brazos sin pedir permiso
-
Garlan… de
verdad… solo… estoy triste -- dijo ella
Garlan compuso la peor de las caras y volvió a
colocarla en el piso. Por su mente pasó la idea de que Daniel Douglas era el
mayor de los imbéciles al dejar en manos de Cornwall a su hija. Él estaba
positivamente seguro que aquel sujeto solo podía causar desgracia a cualquier
fémina, y estaba siendo testigo de ello. Pero él no era el más indicado para
lidiar con aquel tipo de drama, y ciertamente carecía por completo de
delicadeza.
-
Bueno tú te lo
buscaste, nadie te mandó a enamorarte estúpidamente de ese cretino -- le
dijo y ella lo miró con extrañeza hasta que comprendió
-
No se trata de
Giulian
-
Claro --
dijo él, y acto seguido le dio la espalda para continuar su camino,
necesitaba dormir y los dramas amorosos de la Niña no se lo iban a impedir
-
Garlan -- lo
detuvo ella
-
No tengo
tiempo para tragedias amorosas Niña
-
¿Tú sabes dónde
está Mael?
Garlan se detuvo y se volvió, la miró durante unos
segundos y comprendió la situación. Sin embargo, por muy poco delicado que
fuese, no sería él quien se metiese en aquel lío.
-
Trabajando
Niña, no todos disponemos de tu tiempo
-- pero una vez que las palabras
salieron de su boca, se sintió miserable al ver su rostro, maldijo por la bajo
y volvió sobre sus pasos -- Escucha…
-
No estará en
mi boda -- lo interrumpió ella y a continuación salió
corriendo
Garlan era un individuo práctico, frío y directo,
pero aquella muchachita desde un principio había tenido una facilidad enorme
para decomponerlo y aunque seguía preguntándose por qué, tampoco se detuvo
mucho en eso, sino que la ira que había sentido hacía un momento en contra de
Giulian Cornwall, fue redireccionada ahora hacia Mael. Sabía al igual que
todos, porque habría sido necesario que fuese un completo imbécil para no
saberlo, lo que el chico sentía por ella, pero Berserker era un hombre y debía
afrontar las cosas como tal. De modo que ignorando su cansancio y necesidad de
sueño, caminó de nuevo hacia el edificio.
-
Estará Niña, estará aunque tenga que traerlo a
rastras
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