Un mes después de la boda y luego de hablar con Daira, Elar se dirigió a
su Irlanda natal, se sentó a la orilla de un río y un llanto silencioso comenzó
a rodar por sus mejillas. Repasó los acontecimientos de los últimos meses y revivió
las distintas emociones que había experimentado.
Después que la habían dejado salir del Hospital en contra de la opinión
de Iván que pensaba que aún no estaba lo bastante recuperada, él la llevó a su
casa y luego de asegurarse de su comodidad la dejó convenientemente sola. En los días subsiguientes, Elar
comenzó a plantearse la posibilidad de que algo no estuviese funcionando entre
ellos, porque él siempre era en extremo cariñoso pero cada vez que la
temperatura comenzaba a elevarse, él decidía marcharse a toda prisa. No
obstante, unos días más tarde la sorprendió pidiéndole matrimonio delante de
toda su familia y ella se sintió la mujer más feliz del mundo, pero en el otro
aspecto las cosas no variaron, por lo que empezó a preocuparse seriamente. Sin
embargo, con todas las carreras de la boda tuvo poco tiempo para pensar en
ello.
Por todo lo anterior, el día de su boda estaba con los nervios en
tensión y cuando Amy y Daira entraron a su habitación para ayudarla a vestirse,
se encontraron con Elar hecha un mar de lágrimas. Como acababan de pasar
recientemente por la boda de Samantha, las dos Arzhaelíes lo atribuyeron al
nerviosismo propio del día, pero cuando Elar les habló del motivo real de su
preocupación, las dos mujeres se miraron y soltaron una sonora carcajada.
-
Elar, entre todas las personas del mundo, habría pensado que la que
mejor conocía Iván eras tú -- dijo Daira
-
Amiga, Iván es muchas cosas, entre ellas anticuado, de modo que primero
se hace cortar la cabeza antes que tocarte antes de hacerte su esposa --
dijo Amy ahogando la risa
Elar las miró durante unos segundos y finalmente todo tuvo sentido. Y
ciertamente ambas habían tenido razón y ella había sido una estúpida, porque
esa fue la noche más espectacular de su vida y la primera de muchas otras
igualmente maravillosas.
Iván la había llevado a la propiedad principal de sus ancestros y aunque
los Arzhvaels estaban habituados a ver Castillos antiguos, porque formaban
parte importante de su cultura, eran pocas las familias que habitaban en uno,
esto generalmente sucedía con aquellos que eran descendientes directos de las
familias originarias, o que habían hecho construir alguno. En el caso de Elar,
era de extracción más bien humilde y no estaba acostumbrada a aquel lujo, y por
supuesto aquel Castillo le pareció en extremo lujoso. Aunque a diferencia del
de Averdeen que era luminoso ya que
en casi todas sus estancias había grandes ventanales, éste era oscuro y frío.
Elar lo atribuyó a que aparte de que era una antigua construcción de piedra
gris, habían llegado de noche.
Subieron directamente a la habitación y por un momento Elar creyó que se
perdería en aquel lugar, porque para ser una habitación era enorme. Tenía una
especie de antesala con tres sillones, una mesa de centro y una enorme
estantería llena de libros antiguos. Luego se pasaba a lo que era propiamente
la habitación presidida por una cama de cuatro postes con pesados cortinajes de
color verde oscuro, mismo color que se observa en casi toda la decoración. Había una descomunal chimenea donde
fácilmente cabían varias personas de pie, y frente a ésta estaban colocados dos
sillones de aspecto muy cómodo. Sin embargo, cuando Elar se volvió para
expresar su sorpresa ante las dimensiones de lo que estaba viendo, se encontró
con que no tenía espacio, porque Iván estaba a solo unos pocos centímetros de
ella.
Las piernas de Elar flaquearon ante la incendiaria mirada de su esposo,
pero por fortuna él la había sujetado por la cintura y sus labios iban camino a
apoderarse de los suyos. A partir de ese momento, ella se sintió como si se
hubiese subido a una Glide fuera de control. A pesar de estar experimentando
una variedad de intensas emociones, a Elar le quedaron claras un par de cosas.
Uno, que Iván podía ser silencioso, tranquilo y sumamente tierno, pero era
decididamente apasionado y aunque no exhibió nunca el comportamiento promiscuo
de sus amigos, o al menos su agenda nunca fue del dominio público, si de algo
no carecía era de experiencia.
Antes de notarlo y suponiendo que hubiese estado en capacidad de
hacerlo, ya estaba en la cama siendo despojada hasta de la última prenda que se
interpusiera en el camino de aquel decidido individuo. Iván por su parte, que
los días previos había estado luchando contra un deseo salvaje, dio rienda
suelta a todos sus instintos deleitándose en cada centímetro de aquella piel. Dibujó
su paisaje con sus manos y recorrió cada ladera y cada planicie con su boca
provocando un avasallante fuego que solo había un modo de sofocar. Sin embargo,
cuando su deseo alcanzó el punto de no retorno e invadió los escondidos lugares
de los que por derecho era dueño, se encontró con una inesperada barrera que lo
hizo detenerse de manera súbita y los brillantes rubíes de sus ojos se clavaron
en el azul traslúcido de los de ella.
-
Elar… tú no… -- intentó él con la voz enronquecida por el
deseo
-
No Iván, yo solo podía entregarme a un hombre y ese hombre eres tú --
dijo ella
Iván no sabía si estaba más conmovido que emocionado o viceversa, pero
independientemente de ello, el deseo pareció aumentar de forma alarmante,
aunque puso el mayor empeño en franquear la entrada con la mayor delicadeza
posible, luego de lo cual su razón pareció irse a otro lugar arrastrándolos a
ambos en un furioso torbellino donde quedaron satisfechas las pasiones, los
anhelos y quedaba firmemente sellado un
amor de cuento. Mucho rato después mientras la veía dormida en sus brazos, una
lágrima resbaló por su mejilla. En su enorme humildad, Iván pensaba que no era
merecedor de tanta maravilla, pero haría lo que estuviese en sus manos para
hacerla feliz.
-
Te amo señora Natchzhrer -- susurró para no despertarla -- Y
te juro que me esforzaré en hacerte la mujer más feliz del mundo
-
Ya lo has hecho Iván -- murmuró ella y él sonrió
-
Tramposa, creí que dormías
-
Yo también, aun creo que estoy soñando
-
Entonces como dije, me esforzaré al máximo para que este sueño no
termine nunca mi amor -- le aseguró mientras le daba un dulce beso en
los labios
Los Natchzhrer eran originarios de Valaquia, que está situada al Norte del Danubio y al Sur de los Montes
Cárpatos en Europa oriental. El Castillo
Lorzii Intuneric, el lugar donde Iván
había nacido, estaba a orillas del Danubio y tenía alrededor de mil setecientos
años de antigüedad. El tiempo que habían
pasado en Valaquia, habían recorrido el Castillo que por cierto al día
siguiente y con más luz, a Elar le pareció menos tenebroso, seguía siendo
oscuro porque la mayoría de las ventanas estaban cubiertas con pesados
cortinajes, pero pudo apreciar tanto la belleza de la arquitectura como las
hermosas pinturas y los objetos que adornaban las estancias. También la llevó a
conocer los alrededores y la pequeña villa que en la antigüedad fue feudo de
sus ancestros. Vieron varios atardeceres en las riberas del Danubio e hicieron
el amor bajo la luz de la luna en sus orillas. Hablaron de sus respectivas
familias, aunque a él no le agradaba mucho hablar de sus antepasados, ya que por su barbarie
muchas personas aún le temían a su apellido. Hablaron mucho de su pasado pero
no lo hicieron de su futuro, y ahora ese futuro estaba llamando a la puerta y
Elar estaba asustada.
Hacía ya un mes que estaban casados y durante este tiempo Elar no había
podido ser más feliz pero ahora estaba preocupada. Cerró los ojos por un
momento y pensó en Iván, vio su sonrisa, escuchó su voz, sintió sus brazos y…
-
¿Querías verme?
-
¡Iván! -- exclamó sobresaltada al verlo frente a ella
-
Aunque me alegra -- dijo él sonriendo y enlazando su cintura -- me
sorprende el lugar -- agregó mirando a su alrededor
-
Lo siento, yo…
-
¡Ey! -- dijo levantando el rostro de la chica -- No
tienes que disculparte, iría gustoso al fin del mundo si es allí donde estás mi
amor --
pero su sonrisa vaciló al ver los ojos de Elar --
¿Cielo? -- preguntó con preocupación pero sin querer
invadir sus pensamientos -- ¿Estoy en problemas? -- y
ella negó con un gesto -- Elar si hice algo que te molestara o…
-
No Iván, no es eso -- pero eso tampoco le decía mucho y estaba
seguro que había mucho que decir
-
Mi amor, sea lo que sea estoy seguro que podremos…
-
Estoy embarazada
Iván podía haberse imaginado muchísimas cosas pero ciertamente por algún
extraño motivo en ningún caso aquello, de manera que obviando la consideración,
invadió sin escrúpulos la mente y los recuerdos recientes de su esposa y vio la
confirmación de lo que acababa de decir.
-
¡Felicidades! -- dijo una emocionada
Daira --
Estás embarazada
-
No puede ser --
dijo a su vez Elar y Daira rió
-
Pues para no poder ser, ES
sin duda alguna. Lo que no me explico es cómo Iván no lo ha notado --
pero su alegre sonrisa comenzó a desvanecerse al notar la preocupación
de su amiga -- ¿Elar
qué sucede?
-
Nunca hablamos de tener
niños y no sé si lo quiera, es decir…
-
Elar por favor…
-
Él ya tiene a Gail, a los
gemelos y a Mael, no ha dicho… -- seguía hablando a toda prisa la Arzhaelí
-
¡Elar! --
dijo Daira sacudiéndola por los hombros
-- Cálmate primero, y segundo deja de decir tonterías. Es Iván, claro que
va a quererlo
Iván no necesitó ver nada más. Un cúmulo de emociones se revolvieron en
su interior, quería decir muchas cosas pero las palabras no encontraban el
camino de salida. Le dolía que ella hubiese estado tan asustada pensando que él
podía no querer a su hijo, pero la felicidad ganó la batalla a las demás
emociones y cayó de rodillas ante ella con los ojos llenos de lágrimas. Se
aferró a su cintura y besó su vientre.
-
Mi amor, no tengo idea de por qué razón pudiste pensar lo que estabas
pensando, pero te aseguro que si ya era el hombre más feliz de la tierra al
tener tu amor, ahora sin duda debo ser el más dichoso del universo entero y no
me alcanzará la vida para agradecértelo.
-
Entonces no…
-
Mi vida, yo te amo -- dijo poniéndose de pie -- y tendremos un hermoso hijo al que amaré
con locura al igual que amo a todos mis hijos.
Elar sintió tanto alivio al escucharlo, que casi se desvanece. Iván la
estrechó contra su pecho y pensó que el universo estaba siendo en extremo
generoso con él, convenciéndose de ese modo que la felicidad era posible.
La noticia del embarazo de Elar fue recibida con la mayor de las
alegrías y Gail fue objeto de innumerables bromas con relación a que estaba a
punto de ser destronado, pero siendo que ese individuo era un payaso de oficio,
ni siquiera cuando se metían con él parecía afectarle.
-
En cualquier caso ese lugar lo perdí hace mucho tiempo y en realidad no
me duró mucho -- dijo él
-
¿De qué hablas infeliz? -- preguntó Danny
-
Veamos genio, ustedes nacieron unos pocos días después que yo, y para
papá ustedes han sido siempre sus hijos, porque aunque no viviesen con él no
había ocasión en que hablásemos en la que no los mencionara, así que crecí
sabiendo que tenía unos hermanos en algún lugar. Y luego para añadir más
miembros a la familia, apareció el cachorro y papá perdió la cabeza por él, porque
definitivamente ese cretino tiene más de
Natchzhrer que yo mismo, de modo que en realidad nunca fui hijo único --
aclaró mientras Sam se levantaba tan rápido como su embarazo se lo había
permitido e iba a abrazar a Iván
-
No es que me desagrade -- dijo él sonriendo --
¿Pero a qué viene eso?
-
Es por lo que acaba de decir Gail
-- dijo ella
-
Eso nunca ha sido un secreto ni para ustedes ni para nadie linda
-
Lo sé, pero igual me emociona escucharlo
-
Y yo comienzo a estar celoso
-- dijo Dan cual niño malcriado y
todos rieron
Unos días más tarde, Elar fue a
ver a Daira de nuevo pero en esta ocasión por otras razones. Su amiga había estado al borde
de la locura todos aquellos días y ya Elar y Amy estaban muy preocupadas por
ella. Si antes las cosas con Jonathan habían sido difíciles, ahora se habían
vuelto directamente imposibles. El solo hecho de mencionar a aquel sujeto en
presencia de Daira, provocaba dos reacciones distintas aunque no sabían de qué
dependía la diferencia. En unas ocasiones comenzaba a proferir insultos y en
otras se desataba un llanto incontrolable provocando su inmediata desaparición
de dónde quiera que estuviesen. Con las
cosas así, Amy y Elar se estaban planteando hablar con Jonathan y pedirle que
la dejase en paz, y en realidad pensaban que debían apresurarse, porque la Arzhaelí ya parecía
enferma. Elar arrastró a Daira al centro comercial aunque la chica lo último
que quería era salir, y una vez allí se encontraron con Amy que había sido el
objetivo principal de aquella salida. Ahora Elar solo esperaba dos cosas, que
todo diese resultado y que Iván no la riñese mucho por secundar a Amy en sus
planes.
Despues de Mael amo a Ivan <3.<3
ResponderEliminarNos leemos en el proximo :) xoxox
Buenas noches Keila...
EliminarSiendo que Mael ha pasado más de la mitad de su vida al lado de Iván, e lógico que haya ciertas semejanzas :-D...
gracias Keila... nos leemos en el proximo... kisses...