LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

sábado, 2 de agosto de 2014

Cap. 56 Iván y Elar…



Un mes después de la boda y luego de hablar con Daira, Elar se dirigió a su Irlanda natal, se sentó a la orilla de un río y un llanto silencioso comenzó a rodar por sus mejillas. Repasó los acontecimientos de los últimos meses y revivió las distintas emociones que había experimentado.

Después que la habían dejado salir del Hospital en contra de la opinión de Iván que pensaba que aún no estaba lo bastante recuperada, él la llevó a su casa y luego de asegurarse de su comodidad la dejó convenientemente sola. En los días subsiguientes, Elar comenzó a plantearse la posibilidad de que algo no estuviese funcionando entre ellos, porque él siempre era en extremo cariñoso pero cada vez que la temperatura comenzaba a elevarse, él decidía marcharse a toda prisa. No obstante, unos días más tarde la sorprendió pidiéndole matrimonio delante de toda su familia y ella se sintió la mujer más feliz del mundo, pero en el otro aspecto las cosas no variaron, por lo que empezó a preocuparse seriamente. Sin embargo, con todas las carreras de la boda tuvo poco tiempo para pensar en ello.

Por todo lo anterior, el día de su boda estaba con los nervios en tensión y cuando Amy y Daira entraron a su habitación para ayudarla a vestirse, se encontraron con Elar hecha un mar de lágrimas. Como acababan de pasar recientemente por la boda de Samantha, las dos Arzhaelíes lo atribuyeron al nerviosismo propio del día, pero cuando Elar les habló del motivo real de su preocupación, las dos mujeres se miraron y soltaron una sonora carcajada.

-          Elar, entre todas las personas del mundo, habría pensado que la que mejor conocía Iván eras tú  --  dijo Daira

-          Amiga, Iván es muchas cosas, entre ellas anticuado, de modo que primero se hace cortar la cabeza antes que tocarte antes de hacerte su esposa  --  dijo Amy ahogando la risa

Elar las miró durante unos segundos y finalmente todo tuvo sentido. Y ciertamente ambas habían tenido razón y ella había sido una estúpida, porque esa fue la noche más espectacular de su vida y la primera de muchas otras igualmente maravillosas.

Iván la había llevado a la propiedad principal de sus ancestros y aunque los Arzhvaels estaban habituados a ver Castillos antiguos, porque formaban parte importante de su cultura, eran pocas las familias que habitaban en uno, esto generalmente sucedía con aquellos que eran descendientes directos de las familias originarias, o que habían hecho construir alguno. En el caso de Elar, era de extracción más bien humilde y no estaba acostumbrada a aquel lujo, y por supuesto aquel Castillo le pareció en extremo lujoso. Aunque a diferencia del de Averdeen que era luminoso ya que en casi todas sus estancias había grandes ventanales, éste era oscuro y frío. Elar lo atribuyó a que aparte de que era una antigua construcción de piedra gris, habían llegado de noche.

Subieron directamente a la habitación y por un momento Elar creyó que se perdería en aquel lugar, porque para ser una habitación era enorme. Tenía una especie de antesala con tres sillones, una mesa de centro y una enorme estantería llena de libros antiguos. Luego se pasaba a lo que era propiamente la habitación presidida por una cama de cuatro postes con pesados cortinajes de color verde oscuro, mismo color que se observa en casi toda la decoración.  Había una descomunal chimenea donde fácilmente cabían varias personas de pie, y frente a ésta estaban colocados dos sillones de aspecto muy cómodo. Sin embargo, cuando Elar se volvió para expresar su sorpresa ante las dimensiones de lo que estaba viendo, se encontró con que no tenía espacio, porque Iván estaba a solo unos pocos centímetros de ella.

Las piernas de Elar flaquearon ante la incendiaria mirada de su esposo, pero por fortuna él la había sujetado por la cintura y sus labios iban camino a apoderarse de los suyos. A partir de ese momento, ella se sintió como si se hubiese subido a una Glide fuera de control. A pesar de estar experimentando una variedad de intensas emociones, a Elar le quedaron claras un par de cosas. Uno, que Iván podía ser silencioso, tranquilo y sumamente tierno, pero era decididamente apasionado y aunque no exhibió nunca el comportamiento promiscuo de sus amigos, o al menos su agenda nunca fue del dominio público, si de algo no carecía era de experiencia.

Antes de notarlo y suponiendo que hubiese estado en capacidad de hacerlo, ya estaba en la cama siendo despojada hasta de la última prenda que se interpusiera en el camino de aquel decidido individuo. Iván por su parte, que los días previos había estado luchando contra un deseo salvaje, dio rienda suelta a todos sus instintos deleitándose en cada centímetro de aquella piel. Dibujó su paisaje con sus manos y recorrió cada ladera y cada planicie con su boca provocando un avasallante fuego que solo había un modo de sofocar. Sin embargo, cuando su deseo alcanzó el punto de no retorno e invadió los escondidos lugares de los que por derecho era dueño, se encontró con una inesperada barrera que lo hizo detenerse de manera súbita y los brillantes rubíes de sus ojos se clavaron en el azul traslúcido de los de ella.

-          Elar… tú no…  --  intentó él con la voz enronquecida por el deseo

-          No Iván, yo solo podía entregarme a un hombre y ese hombre eres tú  --  dijo ella

Iván no sabía si estaba más conmovido que emocionado o viceversa, pero independientemente de ello, el deseo pareció aumentar de forma alarmante, aunque puso el mayor empeño en franquear la entrada con la mayor delicadeza posible, luego de lo cual su razón pareció irse a otro lugar arrastrándolos a ambos en un furioso torbellino donde quedaron satisfechas las pasiones, los anhelos y quedaba firmemente  sellado un amor de cuento. Mucho rato después mientras la veía dormida en sus brazos, una lágrima resbaló por su mejilla. En su enorme humildad, Iván pensaba que no era merecedor de tanta maravilla, pero haría lo que estuviese en sus manos para hacerla feliz.

-          Te amo señora Natchzhrer  --  susurró para no despertarla  --  Y te juro que me esforzaré en hacerte la mujer más feliz del mundo

-          Ya lo has hecho Iván  --  murmuró ella y él sonrió

-          Tramposa, creí que dormías

-          Yo también, aun creo que estoy soñando

-          Entonces como dije, me esforzaré al máximo para que este sueño no termine nunca mi amor  --  le aseguró mientras le daba un dulce beso en los labios

Los Natchzhrer eran originarios de Valaquia, que está situada  al Norte del Danubio y al Sur de los Montes Cárpatos en Europa oriental.  El Castillo Lorzii Intuneric, el lugar donde Iván había nacido, estaba a orillas del Danubio y tenía alrededor de mil setecientos años de antigüedad.  El tiempo que habían pasado en Valaquia, habían recorrido el Castillo que por cierto al día siguiente y con más luz, a Elar le pareció menos tenebroso, seguía siendo oscuro porque la mayoría de las ventanas estaban cubiertas con pesados cortinajes, pero pudo apreciar tanto la belleza de la arquitectura como las hermosas pinturas y los objetos que adornaban las estancias. También la llevó a conocer los alrededores y la pequeña villa que en la antigüedad fue feudo de sus ancestros. Vieron varios atardeceres en las riberas del Danubio e hicieron el amor bajo la luz de la luna en sus orillas. Hablaron de sus respectivas familias, aunque a él no le agradaba mucho hablar  de sus antepasados, ya que por su barbarie muchas personas aún le temían a su apellido. Hablaron mucho de su pasado pero no lo hicieron de su futuro, y ahora ese futuro estaba llamando a la puerta y Elar estaba asustada.

Hacía ya un mes que estaban casados y durante este tiempo Elar no había podido ser más feliz pero ahora estaba preocupada. Cerró los ojos por un momento y pensó en Iván, vio su sonrisa, escuchó su voz, sintió sus brazos y…

-          ¿Querías verme?

-          ¡Iván!  --  exclamó sobresaltada al verlo frente a ella

-          Aunque me alegra  --  dijo él sonriendo y enlazando su cintura  --  me sorprende el lugar  --  agregó mirando a su alrededor

-          Lo siento, yo…

-          ¡Ey!  --  dijo levantando el rostro de la chica  --  No tienes que disculparte, iría gustoso al fin del mundo si es allí donde estás mi amor  --  pero su sonrisa vaciló al ver los ojos de Elar  --  ¿Cielo?  --  preguntó con preocupación pero sin querer invadir sus pensamientos  --  ¿Estoy en problemas?  --  y ella negó con un gesto  --  Elar si hice algo que te molestara o…

-          No Iván, no es eso  --  pero eso tampoco le decía mucho y estaba seguro que había mucho que decir

-          Mi amor, sea lo que sea estoy seguro que podremos…

-          Estoy embarazada

Iván podía haberse imaginado muchísimas cosas pero ciertamente por algún extraño motivo en ningún caso aquello, de manera que obviando la consideración, invadió sin escrúpulos la mente y los recuerdos recientes de su esposa y vio la confirmación de lo que acababa de decir.

-          ¡Felicidades!  --  dijo una emocionada Daira  --  Estás embarazada

-          No puede ser  --  dijo a su vez Elar y Daira rió

-          Pues para no poder ser, ES sin duda alguna. Lo que no me explico es cómo Iván no lo ha notado  --  pero su alegre sonrisa comenzó a desvanecerse al notar la preocupación de su amiga  --  ¿Elar qué sucede?

-          Nunca hablamos de tener niños y  no sé si lo quiera, es decir…

-          Elar por favor…

-          Él ya tiene a Gail, a los gemelos y a Mael, no ha dicho…  --  seguía hablando a toda prisa la Arzhaelí

-          ¡Elar!  --  dijo Daira sacudiéndola por los hombros  --  Cálmate primero, y segundo deja de decir tonterías. Es Iván, claro que va a quererlo

Iván no necesitó ver nada más. Un cúmulo de emociones se revolvieron en su interior, quería decir muchas cosas pero las palabras no encontraban el camino de salida. Le dolía que ella hubiese estado tan asustada pensando que él podía no querer a su hijo, pero la felicidad ganó la batalla a las demás emociones y cayó de rodillas ante ella con los ojos llenos de lágrimas. Se aferró a su cintura y besó su vientre.

-          Mi amor, no tengo idea de por qué razón pudiste pensar lo que estabas pensando, pero te aseguro que si ya era el hombre más feliz de la tierra al tener tu amor, ahora sin duda debo ser el más dichoso del universo entero y no me alcanzará la vida para agradecértelo.

-          Entonces no…

-          Mi vida, yo te amo  --  dijo poniéndose de pie  -- y tendremos un hermoso hijo al que amaré con locura al igual que amo a todos mis hijos.

Elar sintió tanto alivio al escucharlo, que casi se desvanece. Iván la estrechó contra su pecho y pensó que el universo estaba siendo en extremo generoso con él, convenciéndose de ese modo que la felicidad era posible. 


La noticia del embarazo de Elar fue recibida con la mayor de las alegrías y Gail fue objeto de innumerables bromas con relación a que estaba a punto de ser destronado, pero siendo que ese individuo era un payaso de oficio, ni siquiera cuando se metían con él parecía afectarle.

-          En cualquier caso ese lugar lo perdí hace mucho tiempo y en realidad no me duró mucho  --  dijo él

-          ¿De qué hablas infeliz?  --  preguntó Danny

-          Veamos genio, ustedes nacieron unos pocos días después que yo, y para papá ustedes han sido siempre sus hijos, porque aunque no viviesen con él no había ocasión en que hablásemos en la que no los mencionara, así que crecí sabiendo que tenía unos hermanos en algún lugar. Y luego para añadir más miembros a la familia, apareció el cachorro y papá perdió la cabeza por él, porque definitivamente ese cretino  tiene más de Natchzhrer que yo mismo, de modo que en realidad nunca fui hijo único  --  aclaró mientras Sam se levantaba tan rápido como su embarazo se lo había permitido e iba a abrazar a Iván

-          No es que me desagrade  --  dijo él sonriendo  --  ¿Pero a qué viene eso?

-          Es por lo que acaba de decir Gail  --  dijo ella

-          Eso nunca ha sido un secreto ni para ustedes ni para nadie linda

-          Lo sé, pero igual me emociona escucharlo

-          Y yo comienzo a estar celoso  --  dijo Dan cual niño malcriado y todos rieron

Unos días más tarde, Elar fue a ver a Daira de nuevo pero en esta ocasión por otras razones. Su amiga había estado al borde de la locura todos aquellos días y ya Elar y Amy estaban muy preocupadas por ella. Si antes las cosas con Jonathan habían sido difíciles, ahora se habían vuelto directamente imposibles. El solo hecho de mencionar a aquel sujeto en presencia de Daira, provocaba dos reacciones distintas aunque no sabían de qué dependía la diferencia. En unas ocasiones comenzaba a proferir insultos y en otras se desataba un llanto incontrolable provocando su inmediata desaparición de dónde quiera que estuviesen.  Con las cosas así, Amy y Elar se estaban planteando hablar con Jonathan y pedirle que la dejase en paz, y en realidad pensaban que debían apresurarse, porque la Arzhaelí ya parecía enferma. Elar arrastró a Daira al centro comercial aunque la chica lo último que quería era salir, y una vez allí se encontraron con Amy que había sido el objetivo principal de aquella salida. Ahora Elar solo esperaba dos cosas, que todo diese resultado y que Iván no la riñese mucho por secundar a Amy en sus planes.


2 comentarios:

  1. Despues de Mael amo a Ivan <3.<3
    Nos leemos en el proximo :) xoxox

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches Keila...

      Siendo que Mael ha pasado más de la mitad de su vida al lado de Iván, e lógico que haya ciertas semejanzas :-D...

      gracias Keila... nos leemos en el proximo... kisses...

      Eliminar