La noche antes de la boda y mientras cenaban, se
presentó Jonathan en compañía de Alaric, Armel, Philip, Bran y otro grupo de
Arzhaelíes que Samantha no conocía.
-
Buenas
noches -- saludaron
Las chicas miraban con curiosidad al grupo mientras
que a Dan y a Iván se les había dibujado una sonrisa poco tranquilizadora en
los labios.
-
Disculpen la
interrupción pero… -- comenzó Jonathan acercándose a Giulian
-
… este infeliz
tiene una cita -- completó Alaric colocándose al otro lado de
Giulian
-
Ah no,
no,no… -- estaba diciendo Giulian
-
¡Oh sí! --
dijo Bran
-
Escuchen…
-
Olvídalo
Giulian, nos has hecho la vida miserable a todos, de modo que ahorra
aliento -- dijo Philip
Antes de que Giulian pudiese hacer nada, había sido
despojado de su Gwialen y de su Athame, y para sorpresa de los chicos, Iván y
Dan se habían puesto de pie y sonreían con malignidad.
-
Te llegó la
hora de pagar tus culpas, cretino
-- dijo Dan
-
Tú decides si
es por las buenas o por las malas --
amenazó Iván
-
Iván…
-
Yo en tu lugar
no me pondría difícil -- le advirtió Jonathan
-
Porque vas a
venir tanto si quieres como si no
-- dijo Alaric
-
¡Daniel
Douglas! -- exclamó Amy
-
Lo siento
amor, pero esto es una cuestión de honor
-
No seas majadero
Daniel -- dijo ella
Danny le habría aconsejado a su padre no seguir con
lo que fuese que tuviese planeado, porque el peligroso brillo en los ojos de su
madre, estaba gritando que iba a masacrarlo, pero Daniel Douglas era entre
otras cosas extremadamente terco.
-
Amy, como dijo
Philip, este sujeto nos ha hecho la vida miserable a todos, de modo que…
-
De modo que ese sujeto -- lo
interrumpió Amy -- es el que va a casarse con tu hija mañana
-
Razón de más
Samantha estaba muy confundida pero de la confusión
pasó al asombro cuando vio a Iván acercarse a Amy por detrás y un momento
después su madre se sentaba y parecía haber perdido el interés en el asunto.
Gail abrió mucho los ojos al igual que Danny y las chicas, pero acto seguido,
Jonathan y Alaric sujetaron a Giulian por los brazos y comenzaron a arrastrarlo
hacia la puerta mientras él los insultaba en todos los tonos.
-
Danny, Gail
vamos --
ordenó Iván, y aunque aun estaban boquiabiertos, ellos obedecieron
Samantha tardó unos segundos en recuperarse de la
sorpresa y miró a su madre.
-
¿Mamá?
Amy pareció volver de un profundo sueño y miró a su
alrededor. Las chicas vieron formarse la tormenta tras los ojos de Amy y se
prepararon para la explosión.
-
¡Malditos
desgraciados, me las van a pagar!
-- y dicho esto, se puso de pie
Las chicas se levantaron y caminaron tras ella que
iba a toda velocidad hacia las puertas del Castillo, pero a medio camino se
tropezó con Elar y Daira que la sujetaron
-
¡Suéltenme y apártense! -- les
dijo
-
Amy,
tranquilízate -- le pidió Daira
-
No pienso
tranquilizarme hasta que no le haya…
-
Amy, no podías
evitarlo, déjalos -- la interrumpió Elar
-
Y en mi
opinión, ese infeliz se merece cualquier cosa que le hagan --
agregó Daira
-
¿Alguien puede
decirme qué es lo que está sucediendo?
-- preguntó Sam ya cansada de
todo aquello, pero Daira y Elar se miraron antes de contestar
-
Verás
Samantha, Giulian y Vladimir siempre pregonaron que nunca se casarían, y cada
vez que alguno de sus amigos decidía hacerlo, ellos se esforzaban en
convencerlos y sacar de sus cabezas lo
que ellos calificaban de máxima idiotez --
dijo Elar
-
Se dedicaban
durante los días previos a la boda a hacerles la vida miserable, les gastaban
toda clase de bromas, les ponían trampas, los embriagaban hasta hacerlos perder
el conocimiento y cualquier cantidad de cosas de las que estoy segura no nos
enteramos -- agregó Daira
-
Y no han de
haber sido nada bueno, porque en el caso de Philip, dos días antes de su boda,
llegó a la sede una mañana y sin mediar palabras, la emprendió a golpes contra
Giulian y lo único que dijo cuando los separaron, fue que si aquello le costaba su boda, se
aseguraría de quitarle la cabeza, y debo agregar que la esposa de Philip no puede
ver a Giulian ni en fotografías, así como tampoco podía ver a Vladimir --
continuó Elar
-
Con Iván la
tuvieron más difícil, pero no por eso logró salvarse y en el caso de Dan… -- se
detuvo un momento y miró a Amy
-
Estuvo desaparecido varios días antes de la
boda --
concluyó ésta
-
Vladimir se
salvó porque estábamos en medio de la lucha contra Nurión y no se podían dejar
ver por ahí, pero Giulian puede considerarse afortunado de que solo haya sido
esta noche -- dijo Daira
-
Esforzándome
mucho, podría entender esta actitud infantil de parte de Dan, Philip y hasta de
Iván, pero los demás están solteros
-- dijo Aderyn
-
En el caso de
tu hermano y de Alaric, lo hacen porque son iguales a él, es decir, solo les
divierte molestar a los demás, y el resto porque han sido partícipes de toda
esa locura y no se iban a perder
de… ¿Cómo fue que dijo Armel?
-
La caída del gran maestro -- aportó Elar
-- Lo que me extraña mucho, es la
ausencia de Garlan, porque sin duda si alguien no habría querido perdérselo,
habría sido él.
-
Todo esto me
parece ridículo -- dijo Sam
-
Y lo es,
tienes toda la razón, pero vas a casarte con el mayor dolor de cabeza de la Orden , el hombre para quien
todo en esta vida había sido una broma y nadie se ha salvado de ser su víctima
en algún momento. De modo que habría sido mucho pedir que lo dejaran llegar a
su boda como si nada -- dijo Elar
-
Lo mejor que
pueden hacer es prepararle algo para la resaca, de modo que logre llegar sobrio
a la ceremonia -- sentenció Daira
-
Me extraña
esto de ustedes -- dijo Aderyn mirando a Daira y a Elar --
porque si están aquí, es porque sabían lo que se proponían.
-
Bueno, en mi
caso --
dijo Elar bajando la cabeza apenada --
solo lo hice porque Iván me lo pidió
-
Y yo lo hice
no porque el infeliz cretino de tu hermano me lo pidiese, sino porque honestamente
pienso, y me perdonas Samantha, que Giulian se lo merecía. Aparte de que soy
amiga de Amy y quise evitarle un mal rato, porque Daniel la habría ignorado
como en efecto lo hizo, y correr tras ellos no habría sido bueno, créeme.
Después de un rato y de escuchar a Amy despotricar
en contra de todos aquellos descerebrados,
las Arzhaelíes se marcharon. Aderyn y Diandra iban a quedarse allí esa noche
porque al día siguiente era la boda y debían ayudar a Amy, tanto en el arreglo de
la novia como con los niños, aparte de los detalles de última hora. De modo que
se fueron a acostar temprano.
Como ha quedado demostrado, Garlan McEwan era
extraordinariamente bueno en lo que hacía. Sin embargo, en esta oportunidad no
necesitó de su habilidad de rastreo. Una vez que Samantha había abandonado tan
precipitadamente la Sede ,
él se fue derecho a los archivos, ubicó el expediente de Berserker y una vez
que tuvo ciertas ubicaciones que podrían resultar de utilidad, abandonó Arx sin
avisar a nadie.
Sabía como era lógico, que el chico no estaba en Averdeen, pero aún así decidió
verificarlo por pura fórmula. Después se dirigió a Allia, a la casa donde
habían vivido antes de tener que abandonarla para esconderse, pero tampoco
estaba allí. De manera que se dirigió al
próximo posible lugar donde podía estar.
Ya había oscurecido cuando se apareció en aquel
inhóspito y helado lugar. La provincia de Finnmark es la región ubicada más al
norte de Noruega y el imponente y muy antiguo Castillo de Varulv, propiedad ancestral de los Berserker, está enclavado a
pocos kilómetros de la población de Lebesby. Desde el lugar donde Garlan se
había aparecido, podía escucharse el furioso golpear de las olas contra las
rocas, ya que se encontraba a muy pocos metros de la costa del Atlántico norte.
Garlan soltó una maldición y caminó lo más aprisa que le fue posible.
-
Vaya un lugar
más cálido -- masculló entre dientes, mientras se cubría
mejor con su Skik
Las temperaturas de aquel lugar eran francamente
asesinas, pensó mientras se dirigía al Castillo. Llegó a la entrada principal y
se sorprendió de encontrar las puertas abiertas, pero luego de pensarlo un
poco, llegó a la conclusión de que no era tan extraño. La historia que rodeaba
a la familia Berserker era probablemente una de las más misteriosas, y por
mucha curiosidad que despertara, encontraba muy difícil que ninguno de los
pobladores se aventurase más allá de las puertas, aunque igualmente lo
consideró poco saludable teniendo en cuenta que aquella era una zona donde
estaban positivamente seguros de la presencia de Uzkys. Al recordar aquello,
aferró su Gwialen y pensó en Alaric. Normalmente le habría pedido que lo
acompañase, pero en aquella oportunidad ni siquiera lo había pensado, aparte de
que en ese momento debían estar todos divirtiéndose mucho a costa de Cornwall,
y al recordar eso volvió a maldecir por lo bajo. Él debía estar con ellos y
asegurarse de que el infeliz quedase vuelto una piltrafa como justa retribución
a sus muchas fechorías.
Avanzó hacia el interior y llegó hasta el patio
principal. Siguió avanzando con cautela y se sorprendió ante la soledad que
percibía. Si bien era cierto que Mael no vivía allí, le extrañaba que no
hubiese sirvientes para cuidar del lugar, pero decidió igualmente que eso no
era asunto suyo. Al llegar a la puerta de entrada del Castillo propiamente
dicho, efectuó la comprobación y una sonrisa se dibujó en sus labios.
-
Tampoco
podemos decir que te estés esforzando en esconderte --
dijo para sus adentros
Allí sí tuvo que forzar la entrada y redobló la
precaución. Aunque no estaba de visita turística, no pudo dejar de admirar la
estructura y belleza del interior, y a pesar de que parecía un lugar
abandonado, todo se conservaba en perfecto estado. Todo allí era antiguo y muy
valioso, y pensó que era una pena que aparentemente nadie lo disfrutase, porque
hasta donde sabía, aquel chico no tenía más familia. De pronto se sintió
inmovilizado y algo filoso apuntaba su cuello.
-
¿Tienes idea
de lo muy peligroso que es entrar a mi casa
sin ser invitado?
Por una parte se alegró de que hubiese concluido la
búsqueda, pero por el otro se maldijo por olvidar neciamente, lo muy rápido que
aquel sujeto podía acabar con cualquiera, porque en ningún caso todo el
entrenamiento del mundo podía competir con la velocidad y fuerza de Mael
Berserker.
-
Dudo mucho que
me hubieses preparado una amable bienvenida si te hubiese avisado que
venía --
le dijo
-
¿Qué quieres
Garlan?
-
Si dejas de
intentar romperme el brazo y quitas el acero de mi garganta, tal vez podamos
conversar
-
¿Y por algún
motivo yo querría conversar contigo?
-- preguntó aunque lo soltó y
comenzó a alejarse
-
Es posible que
tú no, pero yo sí
-
¿Qué
quieres? -- repitió
-
Que
regreses -- dijo en forma directa, ya que si había
alguien poco dado a los rodeos innecesarios, ese era él --
Supongo las razones por las que huiste y asumo por las que no quieres
volver, pero se casa mañana y tienes que estar presente
-
Supones mucho
y asumes más, pero estás muy equivocado si piensas que tengo que estar en un lugar donde ciertamente no quiero estar.
Garlan estaba consciente que aquello no iba a ser
fácil y aunque su fuerte no eran los discursos, sabía igualmente que estaba muy
lejos de poder obligarlo a volver por
la fuerza a menos que lo aturdiese y lo llevase inconsciente, pero aquello
presentaba el pequeñísimo problema de que cuando se despertase, probablemente
acabaría con todo a su alrededor, él incluido. De modo que tendría que esforzarse
en aquello para lo que no era bueno.
-
Siempre he
pensado que todos ustedes son un dolor de cabeza, pero en ningún caso habría
pensado que especialmente tú, fueses un cobarde
Garlan McEwan nunca supo lo cerca que había estado
de morir en ese momento y aunque difícilmente hubiese podido dejar de advertir
el cambio de tonalidad y el peligroso brillo de aquellos ojos, no se movió ni
un milímetro de donde estaba. Cualquiera que conociese a Mael, y aun suponiendo
que fuese lo bastante necio como para ignorar su mirada asesina, habría corrido
muy de prisa al escucharlo hablar, porque si había algo más peligroso que los
gritos, en su caso era el bajo y pausado tono de su voz.
-
Fuera de mi
casa McEwan
-
No pienso ir a
ninguna parte hasta que me hayas escuchado
-- antes de que se diese cuenta,
Mael lo había estampado contra la pared
-
Si tantas
ganas tienes de morir infeliz, ve a que otro te mate, porque yo no pienso
hacerlo
-
Cuento con
ello
Mael lo soltó y comenzó a caminar hacia la puerta,
de modo que Garlan tomó una decisión, aunque sabía que aquello podía costarle
la vida. Extrajo a toda velocidad su Athame y lo atacó.
-
¡ATAL CERBYDAU RHAG SYMUD!
Mael salió despedido contra la pared y quedó
inmovilizado, pero eso no le impedía hablar.
-
Eres el sujeto
más estúpido que he conocido en la vida y…
-
No Berserker,
aquí el único estúpido estás siendo tú y vine aquí con el único propósito de
hacértelo notar -- dijo sin dejar de apuntarlo, porque estaba
perfectamente consciente que si en aquel momento lo soltaba, fácilmente él le
rompería el cuello -- Eres un hombre Berserker, pero te estás comportando
como un crío. Tampoco a mí me hace gracia la idea de que la Niña vaya a casarse con un
individuo que todos sabemos que tiene tantas posibilidades y todas las
características para hacerla desdichada, pero es su problema. Si se enamoró de
un sujeto que aun no entiendo cómo es que puede caminar bajo el peso de su
enorme arrogancia, repito que es su problema. Pero en tu caso muchachito, si no
tuviste el valor de luchar por ella, entonces convengo en que llegó el momento
de retirarte dignamente, porque esta partida la perdiste. Pero eso no te da
ningún derecho a arruinarle su boda, y para tu desgracia la Niña te quiere, quizá no como
tú lo habrías deseado, pero eso no cambia el hecho de que eres importante para
ella. De modo que por mucho que te duela, tienes que levantarte y estar a su
lado uno de los días más importantes de su vida, porque si no lo haces,
entonces no eres merecedor de las lágrimas que está derramando por tu ausencia.
Garlan no fue consciente de que era uno de los
discursos más largos que había dicho en su vida, pero si lo fue de que ya no
tenía mucho más que decir, de manera que debía soltarlo ya, aunque él decidiese
matarlo. Por su parte lo último que Mael quería o necesitaba era que nadie le
recordase algo que él sabía mejor que nadie y que había estado torturándolo
durante las últimas horas, de modo que lo único que quería era que Garlan se
callara y lo dejase en paz. Así que cuando se sintió libre, se puso de pie a
toda velocidad y Garlan no tuvo tiempo de nada, porque súbitamente sintió un
dolor agudo y luego su mundo se apagó.
Mael dejó el cuerpo de Garlan tirado exactamente
donde había caído, se había vuelto y había corrido al exterior. El viento
glacial le golpeó el rostro pero aquello no representaba un inconveniente para
él y aunque lo hubiese sido, difícilmente algo o alguien habría podido
detenerlo. Corrió y corrió, no supo durante cuanto tiempo, todo lo que sabía
era que quería olvidar, sacarse aquel enorme dolor del alma y sobre todo dominar
ese otro deseo instintivo que estaba
haciendo de su vida un infierno y contra el que había estado luchando sin
descanso. Garlan había tenido razón, era un cobarde, porque carecía de la
fuerza y el valor necesarios, no confiaba
lo suficiente en sí mismo y no sabía si podría detener a la bestia salvaje
cuando viese a Sam caminar hacia unos brazos que la alejaban para siempre y
definitivamente de los suyos.
Sam se acostó relativamente temprano, antes de
hacerlo había pasado por la habitación de los niños y aunque se suponía que
estaban dormidos, cuando se acercó a la cuna de Elijah, el niño abrió los ojos
y le dedicó una dulce sonrisa. En otras circunstancias, ella habría sonreído
también y le habría dicho que volviese a dormirse, pero al verlo fue como estar
viendo a Mael, y todo el dolor de la ausencia del chico volvió. Lo echaba de
menos y no podía creer que justamente él, estuviese ausente al día siguiente.
Sin embargo, hizo un gran esfuerzo, le dio un beso en la frente a su hijo, le
dijo con suavidad que volviese a dormir y ella se fue a su habitación.
Pasadas las cuatro de la mañana seguía despierta
cuando percibió la presencia y saliendo a toda prisa de la cama, corrió hacia
la puerta. Se asomó con precaución y vio que Danny llevaba casi a rastras a
Gail, mientras que Iván y Dan llevaban a Giulian. Esperó cerca de media hora y
cuando estuvo segura que todos estaban en sus habitaciones, salió y se dirigió
hacia de la de Giulian. Le había prometido a su madre que no lo haría pero solo
quería asegurarse de su estado. Abrió la puerta y entró con sigilo, algo
completamente innecesario, porque aquel individuo no habría despertado aunque
el techo se hubiese desplomado justo sobre su cabeza. Se acercó a la cama y
comprobó el estado lamentable en el que se encontraba. Sus ropas estaban en
completo desorden, evidentemente ni su padre ni Iván se preocuparon de retirárselas,
sino que se limitaron a tirarlo en la cama tal y como venía. Sam se sentó en la
orilla pero un segundo después se levantó y se retiró, porque el desagradable
olor hizo que su estómago se rebelase. Era una mezcla de alcohol, tabaco y algo
que debía ser perfume pero que estaba positivamente segura que no era el de él.
Abandonó la habitación descompuesta y molesta, y
ciertamente no pudo dormir, de modo que la novia amanecería el día de su boda
con unas sombras oscuras rodeando sus ojos, evidenciando de esta manera su
falta de descanso.
Garlan abrió los ojos con dificultad e intentó
enfocar a su alrededor. Como aquello parecía imposible, dejó de intentarlo.
Cerró los ojos de nuevo y su memoria lo ubicó en tiempo y espacio, o al menos
en espacio porque no tenía idea de cuanto tiempo llevaba allí. Sentía que le dolía
cada centímetro del cuerpo y no creía que pudiese moverse. Unos minutos
después, sus sentidos se pusieron alertas al percibir una presencia. Probó a
abrir los ojos de nuevo y aunque en esta ocasión lo logró, tuvo la certeza de
que estaba a punto de morir. La razón para ello era que un enorme lobo gris de
aspecto sumamente amenazante, caminaba de forma decidida hacia él. Supo sin
lugar a dudas que se trataba de Berserker, porque los animales de aquella
especie no tenían ese color de ojos.
Sin embargo, y para su sorpresa, mientras el lobo
caminaba hacia él, vio la trasformación y cuando se detuvo en frente, ya había
recuperado su forma humana. Le tendió la mano y lo ayudó a ponerse de pie.
Garlan no estaba muy seguro de que hubiese sido buena idea, porque aparte del
enorme dolor que sentía en sus miembros, de inmediato el mundo comenzó a girar y tuvo
que sostenerse de la pared.
-
¿Estás
bien? --
preguntó Mael mirándolo en forma inquisitiva
-
Lo dudo mucho,
pero agradezco estar vivo -- le
dijo --
¿Qué demonios me hiciste?
-
No tengo
idea --
le dijo con honestidad -- Pero tal vez aprendas que hay lugares a donde no puedes entrar sin
permiso y asumir que puedes salir indemne.
Garlan lo estaba escuchando pero hacía esfuerzos
por recuperar el equilibrio.
-
¿Puedes
tenerte en pie o tendré que llevarte en brazos, señorita? -- Garlan lo miró mal pero luego registró otra
posible amenaza
-
¿Llevarme a
dónde? -- preguntó con desconfianza
-
Tenemos que
asistir a una boda
Garlan sentía que le dolía hasta el cabello, pero
si había servido para que él depusiese su actitud, entonces sin duda había
valido la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario