LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

sábado, 26 de julio de 2014

Cap. 47 Mientras unos se divierten, otros…



La noche antes de la boda y mientras cenaban, se presentó Jonathan en compañía de Alaric, Armel, Philip, Bran y otro grupo de Arzhaelíes que Samantha no conocía.

-          Buenas noches  --  saludaron

Las chicas miraban con curiosidad al grupo mientras que a Dan y a Iván se les había dibujado una sonrisa poco tranquilizadora en los labios.

-          Disculpen la interrupción pero…  --  comenzó Jonathan acercándose a Giulian

-          … este infeliz tiene una cita  --  completó Alaric colocándose al otro lado de Giulian

-          Ah no, no,no…  --  estaba diciendo Giulian

-          ¡Oh sí!  --  dijo Bran

-          Escuchen…

-          Olvídalo Giulian, nos has hecho la vida miserable a todos, de modo que ahorra aliento  --  dijo Philip


Antes de que Giulian pudiese hacer nada, había sido despojado de su Gwialen y de su Athame, y para sorpresa de los chicos, Iván y Dan se habían puesto de pie y sonreían con malignidad.

-          Te llegó la hora de pagar tus culpas, cretino  --  dijo Dan

-          Tú decides si es por las buenas o por las malas  --  amenazó Iván

-          Iván…

-          Yo en tu lugar no me pondría difícil  --  le advirtió Jonathan

-          Porque vas a venir tanto si quieres como si no  --  dijo Alaric

-          ¡Daniel Douglas!  --  exclamó Amy

-          Lo siento amor, pero esto es una cuestión de honor

-          No seas majadero Daniel  --  dijo ella

Danny le habría aconsejado a su padre no seguir con lo que fuese que tuviese planeado, porque el peligroso brillo en los ojos de su madre, estaba gritando que iba a masacrarlo, pero Daniel Douglas era entre otras cosas extremadamente terco.

-          Amy, como dijo Philip, este sujeto nos ha hecho la vida miserable a todos, de modo que…

-          De modo que ese sujeto  --  lo interrumpió Amy  --  es el que va a casarse con tu hija mañana

-          Razón de más

Samantha estaba muy confundida pero de la confusión pasó al asombro cuando vio a Iván acercarse a Amy por detrás y un momento después su madre se sentaba y parecía haber perdido el interés en el asunto. Gail abrió mucho los ojos al igual que Danny y las chicas, pero acto seguido, Jonathan y Alaric sujetaron a Giulian por los brazos y comenzaron a arrastrarlo hacia la puerta mientras él los insultaba en todos los tonos.

-          Danny, Gail vamos  --  ordenó Iván, y aunque aun estaban boquiabiertos, ellos obedecieron

Samantha tardó unos segundos en recuperarse de la sorpresa y miró a su madre.

-          ¿Mamá?

Amy pareció volver de un profundo sueño y miró a su alrededor. Las chicas vieron formarse la tormenta tras los ojos de Amy y se prepararon para la explosión.

-          ¡Malditos desgraciados, me las van a pagar!  --  y dicho esto, se puso de pie

Las chicas se levantaron y caminaron tras ella que iba a toda velocidad hacia las puertas del Castillo, pero a medio camino se tropezó con Elar y Daira que la sujetaron

-          ¡Suéltenme y apártense!  --  les dijo

-          Amy, tranquilízate  --  le pidió Daira

-          No pienso tranquilizarme hasta que no le haya…

-          Amy, no podías evitarlo, déjalos  --  la interrumpió Elar

-          Y en mi opinión, ese infeliz se merece cualquier cosa que le hagan  --  agregó Daira

-          ¿Alguien puede decirme qué es lo que está sucediendo?  --  preguntó Sam ya cansada de todo aquello, pero Daira y Elar se miraron antes de contestar

-          Verás Samantha, Giulian y Vladimir siempre pregonaron que nunca se casarían, y cada vez que alguno de sus amigos decidía hacerlo, ellos se esforzaban en convencerlos y sacar de sus cabezas  lo que ellos calificaban de máxima idiotez  --  dijo Elar

-          Se dedicaban durante los días previos a la boda a hacerles la vida miserable, les gastaban toda clase de bromas, les ponían trampas, los embriagaban hasta hacerlos perder el conocimiento y cualquier cantidad de cosas de las que estoy segura no nos enteramos  --  agregó Daira

-          Y no han de haber sido nada bueno, porque en el caso de Philip, dos días antes de su boda, llegó a la sede una mañana y sin mediar palabras, la emprendió a golpes contra Giulian y lo único que dijo cuando los separaron, fue que si aquello le costaba su boda, se aseguraría de quitarle la cabeza, y debo agregar que la esposa de Philip no puede ver a Giulian ni en fotografías, así como tampoco podía ver a Vladimir  --  continuó Elar

-          Con Iván la tuvieron más difícil, pero no por eso logró salvarse y en el caso de Dan…  --  se detuvo un momento y miró a Amy

-          Estuvo desaparecido varios días antes de la boda  --  concluyó ésta

-          Vladimir se salvó porque estábamos en medio de la lucha contra Nurión y no se podían dejar ver por ahí, pero Giulian puede considerarse afortunado de que solo haya sido esta noche  --  dijo Daira

-          Esforzándome mucho, podría entender esta actitud infantil de parte de Dan, Philip y hasta de Iván, pero los demás están solteros  --  dijo Aderyn

-          En el caso de tu hermano y de Alaric, lo hacen porque son iguales a él, es decir, solo les divierte molestar a los demás, y el resto porque han sido partícipes de toda esa locura  y no se iban a perder de…  ¿Cómo fue que dijo Armel?

-          La caída del gran maestro  --  aportó Elar  --  Lo que me extraña mucho, es la ausencia de Garlan, porque sin duda si alguien no habría querido perdérselo, habría sido él.

-          Todo esto me parece ridículo  --  dijo Sam

-          Y lo es, tienes toda la razón, pero vas a casarte con el mayor dolor de cabeza de la Orden, el hombre para quien todo en esta vida había sido una broma y nadie se ha salvado de ser su víctima en algún momento. De modo que habría sido mucho pedir que lo dejaran llegar a su boda como si nada  --  dijo Elar

-          Lo mejor que pueden hacer es prepararle algo para la resaca, de modo que logre llegar sobrio a la ceremonia  --  sentenció Daira

-          Me extraña esto de ustedes  --  dijo Aderyn mirando a Daira y a Elar  --  porque si están aquí, es porque sabían lo que se proponían.

-          Bueno, en mi caso  --  dijo Elar bajando la cabeza apenada --  solo lo hice porque Iván me lo pidió

-          Y yo lo hice no porque el infeliz cretino de tu hermano me lo pidiese, sino porque honestamente pienso, y me perdonas Samantha, que Giulian se lo merecía. Aparte de que soy amiga de Amy y quise evitarle un mal rato, porque Daniel la habría ignorado como en efecto lo hizo, y correr tras ellos no habría sido bueno, créeme.

Después de un rato y de escuchar a Amy despotricar en contra de todos aquellos descerebrados, las Arzhaelíes se marcharon. Aderyn y Diandra iban a quedarse allí esa noche porque al día siguiente era la boda y debían ayudar a Amy, tanto en el arreglo de la novia como con los niños, aparte de los detalles de última hora. De modo que se fueron a acostar temprano.


Como ha quedado demostrado, Garlan McEwan era extraordinariamente bueno en lo que hacía. Sin embargo, en esta oportunidad no necesitó de su habilidad de rastreo. Una vez que Samantha había abandonado tan precipitadamente la Sede, él se fue derecho a los archivos, ubicó el expediente de Berserker y una vez que tuvo ciertas ubicaciones que podrían resultar de utilidad, abandonó Arx sin avisar a nadie.

Sabía como era lógico, que el chico no estaba en Averdeen, pero aún así decidió verificarlo por pura fórmula. Después se dirigió a Allia, a la casa donde habían vivido antes de tener que abandonarla para esconderse, pero tampoco estaba allí. De manera que se dirigió al  próximo posible lugar donde podía estar.

Ya había oscurecido cuando se apareció en aquel inhóspito y helado lugar. La provincia de Finnmark es la región ubicada más al norte de Noruega y el imponente y muy antiguo Castillo de Varulv, propiedad ancestral de los Berserker, está enclavado a pocos kilómetros de la población de Lebesby. Desde el lugar donde Garlan se había aparecido, podía escucharse el furioso golpear de las olas contra las rocas, ya que se encontraba a muy pocos metros de la costa del Atlántico norte. Garlan soltó una maldición y caminó lo más aprisa que le fue posible.

-          Vaya un lugar más cálido  --  masculló entre dientes, mientras se cubría mejor con su Skik

Las temperaturas de aquel lugar eran francamente asesinas, pensó mientras se dirigía al Castillo. Llegó a la entrada principal y se sorprendió de encontrar las puertas abiertas, pero luego de pensarlo un poco, llegó a la conclusión de que no era tan extraño. La historia que rodeaba a la familia Berserker era probablemente una de las más misteriosas, y por mucha curiosidad que despertara, encontraba muy difícil que ninguno de los pobladores se aventurase más allá de las puertas, aunque igualmente lo consideró poco saludable teniendo en cuenta que aquella era una zona donde estaban positivamente seguros de la presencia de Uzkys. Al recordar aquello, aferró su Gwialen y pensó en Alaric. Normalmente le habría pedido que lo acompañase, pero en aquella oportunidad ni siquiera lo había pensado, aparte de que en ese momento debían estar todos divirtiéndose mucho a costa de Cornwall, y al recordar eso volvió a maldecir por lo bajo. Él debía estar con ellos y asegurarse de que el infeliz quedase vuelto una piltrafa como justa retribución a sus muchas fechorías.

Avanzó hacia el interior y llegó hasta el patio principal. Siguió avanzando con cautela y se sorprendió ante la soledad que percibía. Si bien era cierto que Mael no vivía allí, le extrañaba que no hubiese sirvientes para cuidar del lugar, pero decidió igualmente que eso no era asunto suyo. Al llegar a la puerta de entrada del Castillo propiamente dicho, efectuó la comprobación y una sonrisa se dibujó en sus labios.

-          Tampoco podemos decir que te estés esforzando en esconderte  --  dijo para sus adentros

Allí sí tuvo que forzar la entrada y redobló la precaución. Aunque no estaba de visita turística, no pudo dejar de admirar la estructura y belleza del interior, y a pesar de que parecía un lugar abandonado, todo se conservaba en perfecto estado. Todo allí era antiguo y muy valioso, y pensó que era una pena que aparentemente nadie lo disfrutase, porque hasta donde sabía, aquel chico no tenía más familia. De pronto se sintió inmovilizado y algo filoso apuntaba su cuello.

-          ¿Tienes idea de lo muy peligroso que es entrar a mi casa sin ser invitado?

Por una parte se alegró de que hubiese concluido la búsqueda, pero por el otro se maldijo por olvidar neciamente, lo muy rápido que aquel sujeto podía acabar con cualquiera, porque en ningún caso todo el entrenamiento del mundo podía competir con la velocidad y fuerza de Mael Berserker.

-          Dudo mucho que me hubieses preparado una amable bienvenida si te hubiese avisado que venía  --  le dijo

-          ¿Qué quieres Garlan?

-          Si dejas de intentar romperme el brazo y quitas el acero de mi garganta, tal vez podamos conversar

-          ¿Y por algún motivo yo querría conversar contigo?  --  preguntó aunque lo soltó y comenzó a alejarse

-          Es posible que tú no, pero yo sí

-          ¿Qué quieres?  --  repitió

-          Que regreses  --  dijo en forma directa, ya que si había alguien poco dado a los rodeos innecesarios, ese era él  --  Supongo las razones por las que huiste y asumo por las que no quieres volver, pero se casa mañana y tienes que estar presente

-          Supones mucho y asumes más, pero estás muy equivocado si piensas que tengo que estar en un lugar donde ciertamente no quiero estar.

Garlan estaba consciente que aquello no iba a ser fácil y aunque su fuerte no eran los discursos, sabía igualmente que estaba muy lejos de poder obligarlo a volver por la fuerza a menos que lo aturdiese y lo llevase inconsciente, pero aquello presentaba el pequeñísimo problema de que cuando se despertase, probablemente acabaría con todo a su alrededor, él incluido. De modo que tendría que esforzarse en aquello para lo que no era bueno.

-          Siempre he pensado que todos ustedes son un dolor de cabeza, pero en ningún caso habría pensado que especialmente tú, fueses un cobarde

Garlan McEwan nunca supo lo cerca que había estado de morir en ese momento y aunque difícilmente hubiese podido dejar de advertir el cambio de tonalidad y el peligroso brillo de aquellos ojos, no se movió ni un milímetro de donde estaba. Cualquiera que conociese a Mael, y aun suponiendo que fuese lo bastante necio como para ignorar su mirada asesina, habría corrido muy de prisa al escucharlo hablar, porque si había algo más peligroso que los gritos, en su caso era el bajo y pausado tono de su voz.

-          Fuera de mi casa McEwan

-          No pienso ir a ninguna parte hasta que me hayas escuchado  --  antes de que se diese cuenta, Mael lo había estampado contra la pared

-          Si tantas ganas tienes de morir infeliz, ve a que otro te mate, porque yo no pienso hacerlo

-          Cuento con ello

Mael lo soltó y comenzó a caminar hacia la puerta, de modo que Garlan tomó una decisión, aunque sabía que aquello podía costarle la vida. Extrajo a toda velocidad su Athame y lo atacó.

-          ¡ATAL CERBYDAU RHAG SYMUD!

Mael salió despedido contra la pared y quedó inmovilizado, pero eso no le impedía hablar.

-          Eres el sujeto más estúpido que he conocido en la vida y…

-          No Berserker, aquí el único estúpido estás siendo tú y vine aquí con el único propósito de hacértelo notar  --  dijo sin dejar de apuntarlo, porque estaba perfectamente consciente que si en aquel momento lo soltaba, fácilmente él le rompería el cuello  --   Eres un hombre Berserker, pero te estás comportando como un crío. Tampoco a mí me hace gracia la idea de que la Niña vaya a casarse con un individuo que todos sabemos que tiene tantas posibilidades y todas las características para hacerla desdichada, pero es su problema. Si se enamoró de un sujeto que aun no entiendo cómo es que puede caminar bajo el peso de su enorme arrogancia, repito que es su problema. Pero en tu caso muchachito, si no tuviste el valor de luchar por ella, entonces convengo en que llegó el momento de retirarte dignamente, porque esta partida la perdiste. Pero eso no te da ningún derecho a arruinarle su boda, y para tu desgracia la Niña te quiere, quizá no como tú lo habrías deseado, pero eso no cambia el hecho de que eres importante para ella. De modo que por mucho que te duela, tienes que levantarte y estar a su lado uno de los días más importantes de su vida, porque si no lo haces, entonces no eres merecedor de las lágrimas que está derramando por tu ausencia. 

Garlan no fue consciente de que era uno de los discursos más largos que había dicho en su vida, pero si lo fue de que ya no tenía mucho más que decir, de manera que debía soltarlo ya, aunque él decidiese matarlo. Por su parte lo último que Mael quería o necesitaba era que nadie le recordase algo que él sabía mejor que nadie y que había estado torturándolo durante las últimas horas, de modo que lo único que quería era que Garlan se callara y lo dejase en paz. Así que cuando se sintió libre, se puso de pie a toda velocidad y Garlan no tuvo tiempo de nada, porque súbitamente sintió un dolor agudo y luego su mundo se apagó.

Mael dejó el cuerpo de Garlan tirado exactamente donde había caído, se había vuelto y había corrido al exterior. El viento glacial le golpeó el rostro pero aquello no representaba un inconveniente para él y aunque lo hubiese sido, difícilmente algo o alguien habría podido detenerlo. Corrió y corrió, no supo durante cuanto tiempo, todo lo que sabía era que quería olvidar, sacarse aquel enorme dolor del alma y sobre todo dominar ese otro deseo instintivo que estaba haciendo de su vida un infierno y contra el que había estado luchando sin descanso. Garlan había tenido razón, era un cobarde, porque carecía de la fuerza y el valor necesarios,  no confiaba lo suficiente en sí mismo y no sabía si podría detener a la bestia salvaje cuando viese a Sam caminar hacia unos brazos que la alejaban para siempre y definitivamente de los suyos.


Sam se acostó relativamente temprano, antes de hacerlo había pasado por la habitación de los niños y aunque se suponía que estaban dormidos, cuando se acercó a la cuna de Elijah, el niño abrió los ojos y le dedicó una dulce sonrisa. En otras circunstancias, ella habría sonreído también y le habría dicho que volviese a dormirse, pero al verlo fue como estar viendo a Mael, y todo el dolor de la ausencia del chico volvió. Lo echaba de menos y no podía creer que justamente él, estuviese ausente al día siguiente. Sin embargo, hizo un gran esfuerzo, le dio un beso en la frente a su hijo, le dijo con suavidad que volviese a dormir y ella se fue a su habitación.

Pasadas las cuatro de la mañana seguía despierta cuando percibió la presencia y saliendo a toda prisa de la cama, corrió hacia la puerta. Se asomó con precaución y vio que Danny llevaba casi a rastras a Gail, mientras que Iván y Dan llevaban a Giulian. Esperó cerca de media hora y cuando estuvo segura que todos estaban en sus habitaciones, salió y se dirigió hacia de la de Giulian. Le había prometido a su madre que no lo haría pero solo quería asegurarse de su estado. Abrió la puerta y entró con sigilo, algo completamente innecesario, porque aquel individuo no habría despertado aunque el techo se hubiese desplomado justo sobre su cabeza. Se acercó a la cama y comprobó el estado lamentable en el que se encontraba. Sus ropas estaban en completo desorden, evidentemente ni su padre ni Iván se preocuparon de retirárselas, sino que se limitaron a tirarlo en la cama tal y como venía. Sam se sentó en la orilla pero un segundo después se levantó y se retiró, porque el desagradable olor hizo que su estómago se rebelase. Era una mezcla de alcohol, tabaco y algo que debía ser perfume pero que estaba positivamente segura que no era el de él.

Abandonó la habitación descompuesta y molesta, y ciertamente no pudo dormir, de modo que la novia amanecería el día de su boda con unas sombras oscuras rodeando sus ojos, evidenciando de esta manera su falta de descanso.


Garlan abrió los ojos con dificultad e intentó enfocar a su alrededor. Como aquello parecía imposible, dejó de intentarlo. Cerró los ojos de nuevo y su memoria lo ubicó en tiempo y espacio, o al menos en espacio porque no tenía idea de cuanto tiempo llevaba allí. Sentía que le dolía cada centímetro del cuerpo y no creía que pudiese moverse. Unos minutos después, sus sentidos se pusieron alertas al percibir una presencia. Probó a abrir los ojos de nuevo y aunque en esta ocasión lo logró, tuvo la certeza de que estaba a punto de morir. La razón para ello era que un enorme lobo gris de aspecto sumamente amenazante, caminaba de forma decidida hacia él. Supo sin lugar a dudas que se trataba de Berserker, porque los animales de aquella especie no tenían ese color de ojos.

Sin embargo, y para su sorpresa, mientras el lobo caminaba hacia él, vio la trasformación y cuando se detuvo en frente, ya había recuperado su forma humana. Le tendió la mano y lo ayudó a ponerse de pie. Garlan no estaba muy seguro de que hubiese sido buena idea, porque aparte del enorme dolor que sentía en sus miembros,  de inmediato el mundo comenzó a girar y tuvo que sostenerse de la pared.

-          ¿Estás bien?  --  preguntó Mael mirándolo en forma inquisitiva

-          Lo dudo mucho, pero agradezco estar vivo  -- le dijo  --  ¿Qué demonios me hiciste?

-          No tengo idea  --  le dijo con honestidad  --  Pero tal vez aprendas  que hay lugares a donde no puedes entrar sin permiso y asumir que puedes salir indemne.

Garlan lo estaba escuchando pero hacía esfuerzos por recuperar el equilibrio.

-          ¿Puedes tenerte en pie o tendré que llevarte en brazos, señorita?  --  Garlan lo miró mal pero luego registró otra posible amenaza

-          ¿Llevarme a dónde?  --  preguntó con desconfianza

-          Tenemos que asistir a una boda

Garlan sentía que le dolía hasta el cabello, pero si había servido para que él depusiese su actitud, entonces sin duda había valido la pena.


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