Durante los quince días
anteriores a la boda, Averdeen se había convertido en zona de guerra. No solo por los apresurados preparativos de las
bodas, sino porque las dos parejas lejos de colaborar, constituían un dolor de
cabeza constante. Aderyn definitivamente había perdido su dulzura, pero parecía
que solo con Gail. La mayor parte del tiempo estaba lanzándole cosas a la
cabeza, insultándolo o corriéndolo de cualquier lugar donde se encontrase. El
chico llegó a considerar seriamente que su futura esposa había dejado de
quererlo y que francamente lo odiaba. Pero no llegaba a una conclusión al
respecto, porque tan pronto ella estaba insultándolo, como acurrucada en sus
brazos haciendo planes, así que toda la situación lo estaba volviendo loco e
insistía en que realmente Aderyn ya no lo quería.
-
No se trata de eso Gail -- intentaba tranquilizarlo su padre
-
Papá, no estoy muy seguro de que hayas notado que la mayor parte del
tiempo parece desear matarme.
-
Gail, cuando una mujer está embarazada puede llegar a sufrir cambios de
carácter y desarrollar ciertas fobias que…
-
¡Genial! En breve estaré casado con una mujer que me tiene fobia --
dijo desanimado e Iván rió
-
No hijo, es una cuestión temporal
-
Te agradecería que definieras temporal
-
Cuando nazca el…
-
¿Cuándo nazca? -- preguntó horrorizado --
Padre, te das cuenta que para entonces yo podría estar muerto ¿verdad?
Iván no estaba muy seguro
de si esa conversación había contribuido o no a ayudar a su hijo y esperaba
sinceramente que las cosas mejoraran, no solo en beneficio de la paz y
tranquilidad de todos, sino en el de la salud de Gail. Y si estaba preocupado
por ella, era porque en los últimos días Gail estaba más pálido de los usual y
había perdido peso.
Amy procuraba con ahínco
que su ahijado se sintiese mejor, pero el chico estaba realmente mortificado
por los cambios de humor de Aderyn y prestaba muy poca atención a nada de lo
que le dijeran los demás. Una noche Amy entró a la habitación de Gail como
hacía a diario desde que había vuelto y lo vio acostado. Se acercó a la cama pero
cuando lo hizo notó que Gail parecía ausente y una lágrima había escapado de
sus ojos. Esto hizo que aun sin saber los motivos, un dolor enorme se instalase
en su corazón. Se sentó a su lado y acarició su rostro.
Gail se parecía mucho a
Iván, pero tenía los ojos de Vlad y generalmente también su alegre sonrisa, de
modo que verlo así la hacía sentir terriblemente mal y deseó con todas su fuerzas
que el tiempo pasase pronto y todo volviese a la normalidad entre él y Aderyn.
-
Gail, no tienes que angustiarte tanto, ella te ama es solo…
-
En este momento no pensaba en eso Amy
-- la interrumpió él
-
¡Oh, lo siento cariño! -- dijo apenada y al mismo tiempo preocupada,
porque si no era por eso que estaba así entonces…
-
Pensaba en… mi madre -- dijo él
Una mezcla de ira,
resentimiento y profundo dolor se mezclaron en el interior de Amy. Ella había
querido a Ángela como a su propia hermana, pero jamás podría perdonarle lo que
había hecho, a pesar de las largas conversaciones con Eowaz y las no más
agradables sostenidas con Armel y Waleska en el sentido de que ella era una
Arzhaelí y no debía albergar esa clase de sentimientos, porque aunque humanos,
hacían parte de la energía negativa y ellos luchaban contra eso. Y en ese
momento habría sido poco menos que imposible, viendo como estaba su Gail por
culpa de Ángela. Sin embargo, hizo acopio de valor para poder decir lo que
debía.
-
Gail, no nos está permitido juzgar, por mucho…
-
No me pidas que no piense como lo hago, sé que tú la querías, pero yo no
tuve oportunidad para eso porque me abandonó, y suponiendo que pudiese
perdonarle eso, sería muy difícil que pudiese perdonarle que le haya destrozado
el corazón y la vida a papá, que por su culpa Vlad esté muerto y en ningún caso
podré perdonarle jamás, por muchos años que viva, el haberme quitado a la única
madre que conocí -- concluyó el chico
Amy estaba en una difícil
posición y por primera vez tuvo consciencia de la preocupación de Eowaz, Armel
y Waleska cuando hablaban con ella, porque ahora que sentía la necesidad de
equilibrar las emociones de Gail y alejarlo de toda esa negatividad, era cuando
entendía verdaderamente la angustia y frustración de los Arzhaelíes cuando ella
se negaba a entender lo que intentaban decirle.
-
Sí Gail, yo la quise mucho, y aunque no puedo querer a la mujer que hizo
todo esto, sigo queriendo a la niña que conocí, y si bien me parece sumamente
injusto que tú hayas tenido que pasar por todo esto, me siento feliz porque
gracias al amor de Iván, tú estás hoy aquí y eres la maravillosa persona que
eres. No puedo decirte que no sientas lo
que sientes por ella, porque yo misma aún estoy en proceso de sanar esas
heridas, pero no te envenenes el alma pensando en ello.
-
Ella tendría que estar hoy aquí -- dijo
Gail con tristeza -- La echo de menos Amy, todos y cada uno de los
días de mi vida -- y sorpresivamente se abrazó a ella y comenzó
a llorar como un bebe
Ella había pensado
equivocadamente que se refería a su madre, pero en ese momento Amy comprendió
que a quien echaba de menos era a Eve y lloró junto con Gail. Un rato después,
cuando ambos se habían calmado un poco, Amy lo miró y acarició su rostro con
ternura.
-
No voy a sustituirla Gail, pero te amo igual que a mis propios hijos y
siempre estaré aquí para ti -- le aseguró
-
Lo sé Amy -- dijo intentando una sonrisa -- me
lo acabas de demostrar
En el caso de Danny y
Diandra, el asunto era quizá aun peor que el de Gail y Aderyn. Diandra nunca
había sido conocida por su dulzura,
sin embargo, ellos habían sido perfectamente felices de esa manera, ya que
Danny tampoco era precisamente tierno.
No obstante y a pesar de su amorosa
forma de tratarse, nunca había pasado a mayores hasta ahora, porque aparte de
haber enviado a Danny al Hospital después de una particularmente violenta
discusión que terminó con el chico rodando por el último tramo de las escaleras,
cinco días antes de la boda entró como un vendaval en el Salón donde Amy y Sam
se ponían de acuerdo con los últimos detalles de la decoración del jardín y
gritó:
-
¡Ni aunque me obliguen, voy a casarme con ese cretino!
-
Diandra… -- comenzó Sam que ya se
había habituado a las constantes explosiones de su futura cuñada
-
¡No! -- la interrumpió ella -- No
intentes convencerme
-
De acuerdo, no lo haré -- dijo ella ante la consternada mirada de
Amy --
En cualquier caso tendremos menos trabajo
Amy entendió la táctica
de Sam y continuaron trabajando, pero aquello iba a resultar imposible, porque
enseguida entró Danny seguido de Iván y de Dan que obviamente intentaban
detenerlo.
-
¡Diandra McKenzie!
-
¡Déjame en paz Douglas!
-
¡Si te sigues comportando como una demente…!
-
¿Demente? -- gritó ella y lo apuntó con su Athame
Iván iba a intervenir
para evitarle otro viaje al Hospital a Danny pero vieron un celaje y a
continuación Diandra había desaparecido.
-
¡Cachorro! -- vociferó Danny
-
¡Ya basta Daniel! -- dijo Dan
-- Probablemente Mael acaba de
salvar tu necia cabeza
-
¿Qué sucedió ahora? -- preguntó Amy
-
Una estupidez de marca mayor. Tu
hijo, ha estado fastidiando a la pobre Diandra con el asunto de la casa y
pues la chica lo mandó a paseo
-
Cuando hace una estupidez es mi
hijo ¿no? -- dijo Amy en tono peligroso y Sam se llevó las
manos a la cabeza
Nunca se llegaron a
enterar de cuál había sido el conflicto, porque sus padres comenzaron a
discutir entre ellos y Sam e Iván decidieron marcharse.
Sin embargo, y a pesar de
los esfuerzos que hacían todos porque Danny tuviese la menor cantidad posible
de cosas en las que ocuparse, porque cada vez que le daban algo para hacer lo
hacía mal o no lo hacía en lo absoluto, él seguía de un humor criminal.
La noche de la discusión
en la que Diandra había dicho que no se casaría, Danny entró a la habitación de
su hermana y esta se preparó para el aguacero.
-
¿Hablaste con ella? -- preguntó el gemelo
-
Danny, creo que es mejor darle un poco de espacio y…
-
¿Qué? -- gritó el chico --
¡Solo te pedí que hablases con ella!
-- y dando un paso la sujetó por
lo hombros y la zarandeó -- ¿Qué sucede contigo? No entiendes que…
Pero no se enteraron de
nada más, porque Danny salió despedido con la mayor violencia y pegó contra la
pared. Cuando logró espabilar, se encontraba frente a un extraordinariamente
furioso Mael.
-
Eres mi hermano y te amo, pero si vuelves a ponerle una mano encima y a
gritarla como lo acabas de hacer, te juro que no tendrás tiempo para lamentarlo
¡Fuera de aquí!
-
Mael… -- intentó Sam, pero ya el chico conducía a
Danny hacia la puerta y lo echaba de la habitación --
Mael solo está nervioso por la boda, el embarazo…
-
Lo sé Nena, y lo siento de veras, pero no voy a permitir que nadie, y
escúchame bien, nadie, se porte de
ese modo contigo.
Dicho esto, abandonó la
habitación a la misma velocidad que había aparecido. Sam se quedó con un
terrible malestar y al poco rato escuchó:
-
Pérdoname Sam, no quise
lastimarte
Aquello bastó para que
ella corriese a la habitación de su hermano, lo abrazase y se quedase con él
toda la noche.
Dos días antes de la
boda, Mael sostuvo una larga conversación con las novias y de algún modo logró tranquilizarlas, y convencer a Diandra
para deponer su actitud y continuar con los planes de boda en paz. De manera que luego se fue derecho a hablar
con el otro par de imbéciles.
-
Escúchenme bien los dos, al próximo que vuelva a provocar a las niñas le
rompo el cuello ¿está claro? -- y ellos lo miraron con antipatía --
¡Por todos los Dioses, abran los ojos! Están a punto de casarse con las
chicas que aman, y por si fuera poco en breve van a ser padres ¿Tienen idea de
lo que yo daría por estar en el lugar de cualquiera de ustedes? --
preguntó con tristeza -- No lo echen a perder
Y es de suponer que
gracias a la intervención y oportunas palabras de Mael, pudieron sobrevivir las
últimas cuarenta y ocho horas.
Amy y Dan estaban en el
desayunador cuando de pronto Dan se puso de pie sobresaltado.
-
¡Por todos los cielos Amy! La
boda es en dos días y no le hemos avisado a Giulian.
-
¡Dan, yo pensé que tú lo habías hecho!
-- exclamó ella
-
Con todo este lío nadie lo ha hecho. Ya mismo le mando la nota.
Giulian había recibido la
invitación a la boda de Aderyn y Gail, porque Iván se había encargado de ello,
pero estuvo a punto de morir cuando recibió la de Dan
Querido Cray
Perdona
que no te haya escrito pero hemos estado de carrera. Esperamos que vengas sin
falta el 05 de agosto, ya que tendremos dos bodas ¡Los chicos se casan! Pero la segunda boda se decidió a última
hora.
¿Qué crees? ¡Voy a ser
abuelo de nuevo! ¿Te imaginas? Bueno te adjunto las invitaciones. No faltes.
Los chicos se alegraran de verte. Amy te envía todo su amor.
Dan
No podía creer lo que
estaba leyendo ¿Dos bodas? ¿Lo habían
decidido a última hora? ¿Abuelo? Pero…no…no era posible. Buscó desesperadamente
las invitaciones y leyó la primera.
Amy y Daniel Douglas y Anne y Peter McKenzie
Se complacen en invitarle a la
boda de sus hijos
Daniel Iván Douglas
Y
Diandra Gretchen
McKenzie
Hizo rápidamente a un lado esa invitación y buscó la otra.
Cuando la abrió, soltó el aire lentamente. Era la invitación que ya había recibido
de Iván. De modo que se trataba de la boda de Danny, así que debía y “quería”
suponer, que cuando Dan habló de ser abuelo, se refería a que Danny y Diandra
iban a tener un bebé. Trató de serenarse. Ya había debatido mucho consigo mismo
acerca de la conveniencia de ir a la boda de su sobrino, pero ahora sus
dudas se triplicaron. Por supuesto se
llevarían a cabo en Averdeen y estar
allí le recordaría aún más dolorosamente otra fiesta y otra noche que había
estado tratando de olvidar.
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