Anne y Peter estaban
desayunando cuando se presentó Kenny en forma inesperada y con muy mala cara.
-
¡Kenny! -- exclamó Anne
-- ¿Qué te sucede hijo? --
preguntó levantándose y corriendo hacia él
No era que a Peter no le
interesase lo que pudiera estarle ocurriendo a su hijo, pero siempre había
considerado que Anne se comportaba como si Kenneth tuviese dos años. Sin duda
alguna y aunque las madres aman a todos sus hijos por igual, el menor de los
varones McKenzie era la debilidad de Anne.
-
Déjalo respirar Anne -- dijo Peter
-
¿Las niñas están bien? -- preguntó ella recordando que la noche anterior
Eurielle había estado a punto de caer y que era posible que se hubiese
lastimado y no lo hubieran notado
-
Sí mamá, ellas están bien, se trata de Anastasia
-
¿Qué sucede con ella?
-
Está embarazada de nuevo -- dijo él dejándose caer en una silla
-
¿Y eso es malo por alguna razón?
-- preguntó Peter con cautela
-
No tendría por qué, ha pasado más tiempo que entre Aelig y Eurielle --
dijo Anne
-
No por mucho -- dijo él con voz críptica
-
Veamos Kenny -- dijo Peter
-- ¿Hay algo que no sepamos?
-
En primer lugar yo no quería más niños
-- dijo él -- y
en segundo, me molesta que no me lo participase, se supone que yo soy el padre
y tendría algo qué decir ¿no? No era una decisión que debiese tomar sola ¿Y
cuánto tiempo pensaba que me lo podría ocultar?
-- dijo molesto
-
Espera hijo -- dijo Anne
-- no estoy entendiendo, es
decir, podría entender que no quisieran más niños por el momento pero…
-
¡Ya tiene cuatro meses de embarazo mamá, casi cinco!
-
¡No puede ser! -- exclamó ella asombrada -- Si
fuese así lo habríamos notado
-
Pues créeme, porque anoche después que llegamos a casa y cuando estaba a
punto de salir para Arx, ella repentinamente se sintió mal, de modo que decidí
llevarla conmigo pero ella se negó a ir allá, así que la llevé a Edernez y allí
luego de que el Läkare la atendió salió a hablar conmigo y me dijo que no me
preocupara que el bebé estaba bien,
con lo que ya se podrán imaginar mi asombro,
y que probablemente todo se había debido al disgusto pero que aun así
debíamos ser cuidadosos, que él ya se lo había advertido y por alguna razón que
no entendí algo no parece ir muy bien con el embarazo, y…
-
¡Kenny cálmate! -- dijo Peter para detener aquella carrera de
palabras -- Asumo que cuando dices el disgusto, hablas de lo que sucedió con Eurielle ¿no? ¿Y qué fue
lo que le sucedió a Anastasia para que tuvieses que llevarla al hospital?
-
Empezó con un dolor abdominal pero luego comenzó a sangrar. El Läkare
dijo que afortunadamente había podido detenerlo o habría perdido al bebé
-
¡Por todos los cielos! -- exclamó Anne
-- Pero si no fue para tanto, es
decir, en otras ocasiones Eurielle nos ha dado sustos más grandes
-
No sé si fue solo por eso mamá
-- hizo un pausa y bajó la
cabeza -- Lo que sucede es que discutimos, porque yo
quería ir a Arx a ver cómo estaba Samantha.
Peter cerró momentáneamente
los ojos y deseó con todas sus fuerzas tener el poder de cambiar las cosas. Si
bien era cierto que durante algún tiempo tanto él como Anne habían albergado
esperanzas de que entre Kenny y Samantha surgiese una relación, eso había
quedado en el olvido. Primero con la decisión de Kenny de casarse con
Anastasia, y segundo por el evidente desinterés de Sam en ese sentido. Sin
embargo, desde hacía algún tiempo él venía viendo con gran preocupación la
forma en la que Kenny la miraba y no era precisamente con el cariño de hermano
como era el caso de Jonathan, esto como es lógico lo tenía muy mortificado ya
que allí no había posibilidad de nada y él conocía lo suficiente a Giulian
Cornwall como para saber que era perfectamente capaz de matar a su hijo sin
ningún remordimiento si veía amenazada su relación con Samantha.
Anne por su parte no se
había enterado de nada, porque con relación a todo lo que tenía que ver con
Kenneth, ella siempre estaba dispuesta a darle la razón y para empeorar las
cosas nunca le había tenido especial simpatía a Anastasia. De modo que a su
juicio, Anastasia se estaba portando neciamente y haciéndole la vida miserable
a su hijo. Sin embargo, y para tranquilidad de Peter, en aquella oportunidad no
se mostró venenosa en contra de su nuera.
-
No te preocupes cielo, lo importante ahora es que tanto ella como el
bebé están bien, y aunque no hayas querido más niños, estoy segura que vas a amarlo
igual, pero debemos asegurarnos que tenga los cuidados adecuados para que esto
no vuelva a suceder.
Peter agradeció a los
cielos aquella actitud de Anne y cuando Kenny se marchó más tarde estaba mucho
más tranquilo, lo que seguía preocupando a Peter era el futuro.
Sam regresó a casa para el
día de navidad y los niños morían por ver a sus hermanitas, de modo que pasaron
casi todo el día saltando alrededor de las niñas y casi no se ocuparon de sus regalos.
Aunque inicialmente tanto
Giulian como Dan se habían mostrado muy preocupados por el escaso tamaño de las
trillizas, pronto se dieron cuenta que Iván
había tenido razón y crecían a una velocidad impresionante. Los dos
amigos se habían pasado la última semana discutiendo por el asunto del color de
los ojos, ya que como de costumbre Dan insistía en que debían ser violeta como
el de todos los Douglas, y aunque no había nada que Giulian desease más que ver
en sus hijas los ojos de la madre, discutía con Dan solo por fastidiarlo. Pero finalmente parecía que el deseo de ambos
se cumpliría, porque aunque en un principio los ojos de las niñas habían estado
cambiando de tonalidad varias veces al día, durante los últimos dos parecían
haberse estacionado en el violeta Douglas para gran satisfacción
de ambos.
Otra que crecía hermosa era
Arianell, esta criatura no podía parecerse más a su padre y por tanto a Lizzy
que a su vez se parecía al suyo y teniendo en cuenta que Peter y Jonathan
habían sido muy parecidos, a nadie extrañaba esa circunstancia. Sin embargo, el
día que Jonathan y Daira habían llevado a la niña a casa, se presentó un
incidente inesperado. Cuando Jonathan entró a la habitación de Lizzy para darle
las buenas noches, la niña lloraba con el mayor desconsuelo y Jonathan se
aterrorizó.
Si bien era cierto que en
un principio a Jonathan le había causado espanto la gran responsabilidad que
suponía hacer las veces de padre de la hija de su hermano, una vez que la tuvo
en sus brazos supo sin ninguna duda que estaba dispuesto a dar la vida por
aquella criatura y desde entonces la había amado con locura. Anne vivía
peleando con él, porque Lizzy podía estar tumbando la casa y a él le parecía
perfecto, y de hecho se había sentido fatal el día que la riñó por haberse
peleado con Aelig. De modo que ahora al verla llorando de aquel modo, le dolió
el corazón y se acercó a toda prisa, la cargó y la estrecho contra su pecho.
-
¿Qué sucede Lizzy? -- preguntó con suavidad
-
¿Ya no me vas a querer?
-
¿Pero… qué dices? ¿Por qué no iba a quererte mi muñequita?
-
Porque ahora tienes a… -- pero Jonathan que había comprendido con unos
segundos de retraso lo que le sucedía, le colocó un dedo sobre los labios
-
Eso no es posible Lizzy, porque tu seguirás siendo mi hija mayor y
siempre voy a amarte -- le aseguró
-
¿De veras?
-
Por supuesto, solo que ahora en lugar de una muñequita, tengo dos -- le
dijo dándole un beso en la frente y ella se aferró a su cuello
Cuando estuvo ya tranquila,
la metió en la cama y la arropó, le dio un beso y se disponía a salir cuando
ella lo detuvo.
-
Papi -- y él se giró
-- no seremos dos sino tres -- le
dijo
-
¿Cómo?
-
Que seremos tres tus muñequitas
-- dijo con una sonrisa idéntica
a la suya
-
Tienes razón -- sonrió él a su vez al entender que se refería
a Daira -- Ahora tengo dos muñecas rubias y una
pelirroja
La niña sonrió dándose por
satisfecha y él abandonó la habitación pensando en cómo había cambiado su vida
en los últimos dos años. De ser un soltero feliz e irresponsable, ahora tenía
dos hijas y estaba próximo a casarse, porque dijera lo que dijera la señorita
Clemmens, se casarían a la mayor brevedad posible.
El sábado en la noche, se
encontraba Garlan reunido con sus amigos planificando cómo hacerle la vida
miserable a McKenzie, ya que el muy necio se había encargado de dejar claro que
se casaría con Daira contra viento y marea, cuando súbitamente se materializó
ante él la figura de Samantha.
Garlan, necesito que vengas a Averdeen lo antes posible
No se había desvanecido la
imagen cuando ya él estaba poniéndose de pie pero los otros Arzhaelíes lo
detuvieron.
-
¡Ey! -- dijo Bran
-- No vas a dejarnos a medio
camino con esto
-
Ya Alaric se ausentó y no dio explicaciones -- se
quejó Urs
-
Con seguridad la explicación tiene largas piernas, bonitos ojos y… --
estaba diciendo Anthony pero Garlan lo interrumpió
-
No me necesitan para planificar lo que mejor sabemos hacer, y algo debe
sucederle a la Niña para que me llame con tanta urgencia
-
Vamos hombre, su casa está llena de arzhaelíes y unos especialmente
peligrosos para más señas -- dijo Brice
-- ¿Qué puede haberle sucedido?
-
Al que puede sucederle es a ti si me preguntas, porque no creo que a
Cornwall le haga ninguna gracia llegar a casa y encontrarte con su esposa --
opinó Jason, que normalmente
hablaba poco pero cuando lo hacía los demás solían sentirse miserables
-
¡No seas necio Jason! -- exclamó él y sin más explicaciones abandonó
el local
-
Yo insisto -- dijo Anthony y miró hacia los lados para
asegurarse que Berserker no estuviese por allí
-- Este sujeto perdió la cabeza
por la chica equivocada.
-
Admito que es extraño -- dijo Brice
-- pero Garlan McEwan no es de
los que se enamora, así que tiene que ser otra cosa
-
No me irás a decir que es complejo de culpa, porque esa es otra cosa que
ese individuo es incapaz de sentir
-- se burló Bran refiriéndose a
la historia que todos conocían con relación a la última prueba de Samantha
-
Pero coincido con Jason -- dijo Urs
-- si ya Cornwall lo sacudió una
vez por haberla maltratado, no me quiero ni imaginar cómo le iría si sospechase
que está enamorado de su mujer
-
Fácil, ya podrían irse preparando los señores McEwan a recibir la
esclava y la Skik de su hijo, porque es lo único que quedará de él --
aseguró Anthony
-
En cualquier caso ya él y Alaric nos fastidiaron la noche, así que
busquemos en qué divertirnos antes de que nuestra querida señora Cornwall nos
avise que debemos ir a recoger lo que quedó de Garlan --
dijo Bran y todos rieron
El viernes en la mañana,
Elar entró a su habitación y se le encogió el corazón cuando vio a su marido
que estaba sentado en la orilla de la cama y se sujetaba la cabeza entre las
manos. Iván era el hombre más ecuánime que había conocido nunca y rara vez se
lo veía alterado o como en ese momento en esa actitud de abatimiento. Se acercó
en forma sigilosa aunque sabía que él ya la había escuchado entrar.
-
¿Mi amor? -- dijo colocando la mano sobre su hombro
Pero su alarma creció en
cuanto él levantó la cabeza y vio sus ojos anegados de lágrimas. Su primer
pensamiento fue que le había sucedido algo a Nathaniel y giró la cabeza hacia
la cuna pero el niño dormía pacíficamente aun.
-
¿Le ha sucedido algo a Gail o a Mael?
-- preguntó ella
-
No, ellos están bien -- le dijo poniéndose de pie
-
Pero… -- no pudo concluir porque apareció Crappy
diciéndole a Iván que Sam lo esperaba
Iván respiró profundo, se
secó las lágrimas y le dijo a Elar que después hablaban y abandonó la
habitación dejándola muy preocupada.
Sam y Giulian discutían por
el asunto de la próxima fiesta de cumpleaños de Elijah y mientras ella se
esforzaba en no escuchar sus insensateces, él se esforzaba de igual forma en
convencerla que aquello era un positivo peligro.
-
Bien, entonces tendré que traerme a todo un destacamento de krigers para
que vigilen a cada uno de los ángeles --
dijo con frustración
-
¡Giulian! -- dijo ella volviéndose en el momento que
entraban sus padres -- Hablas de los niños como si fuesen criminales
-
¡No lo puedo creer! -- exclamó Dan
-- ¿Acaso te estás quejando de
las adorables criaturas? Porque según
recuerdo dijiste que no representarían ningún problema para ti --
dijo en forma burlona
-
¡Cállate enano! Y para tu información, no tendría problemas si fuesen
niños normales, pero mis hijos son…
-
¡Giulian! -- exclamó Sam y él hizo silencio mientras Dan
se partía de risa
Amy acostumbrada ya a
aquello, los ignoró y se fue directo hacia las cunas y alzó a una de las niñas.
En ese momento entró Iván y Sam notó de inmediato casi antes de verlo, que algo
estaba mal. De modo que se olvidó de Giulian y caminó hacia él.
-
¿Qué está sucediendo Iván?
-- preguntó ella colocando sus
manos sobre el pecho del arzhaelí
-
Sam, Giulian -- dijo él sujetando las manos de la chica -- hay
algo importante que debo decirles
Giulian sintió que todos
los músculos de su cuerpo se tensaban en forma violenta y miró a Sam con
aprensión. Él había estado preocupado durante todo el embarazo por la debilidad
de su mujer y asoció aquella frase y la seriedad de Iván, a alguna terrible
noticia acerca de su salud, de modo que se movió con celeridad, pasó un brazo
por los hombros de Sam y miró a Iván con el terror pintado en cada centímetro
de su rostro.
-
No se trata de eso -- le dijo Iván, pero no le resultaba fácil
decir lo que iba decirles -- Lamento mucho lo que voy a decirles pero… una
de las trillizas nació con una discapacidad y no hay nada que pueda hacer, la
niña no puede ni podrá ver nunca.
Cuando la información se
abrió camino hacia su cerebro, Giulian sintió que todo comenzaba a girar a su
alrededor, aquello no podía estar sucediendo. Amy había sentido que el corazón
se le paralizaba y miraba alternativamente a las niñas y a Iván. Dan parecía a
punto de golpear a Iván como si acabase de insultarlo en forma imperdonable,
mientras que Sam lo miraba con una inmensa tristeza en sus ojos.
-
¿Cuál? -- preguntó ella
-
Gemdariel -- le contestó y Sam caminó hacia la cuna de su
hija seguida por él -- Cuando Dan y Giulian comenzaron a discutir
acerca del color de los ojos de las niñas, en un momento determinado me fije en
esto --
le dijo señalando uno de los ojos de la bebita, pero para que
comprendiesen mejor señaló los ojos de la que tenía Amy en brazos --
Normalmente la pupila que es el punto más oscuro en el centro del ojo,
mide unos tres o cuatro milímetros -- sacó su Athame y generó un haz de luz hacia
el ojo de la niña -- con la luz se contrae como pueden ver, pero en
la oscuridad, puede ensancharse hasta alcanzar nueve milímetros. Sin embargo,
en este caso -- dijo señalando de nuevo los ojitos de Gemdariel --
está ensanchada aun en la claridad
-- apuntó de nuevo el haz de luz
y no hubo variación en la ya expandida pupila y donde solo se apreciaba el
violeta del iris como una fina línea alrededor de la misma
Un pesado y tenso silencio
cayó sobre ellos mientras asimilaban lo que acababa de decirles Iván y todos
tenían la misma expresión de dolor.
-
¿Iván, soy culpable de alguna forma por
la condición de mi hija? --
preguntó Sam
-
No linda, por supuesto que no, son cosas que suceden sobre las que no tenemos ningún control
Sam acarició la mejilla de
la niña mientras unas silenciosas lágrimas corrían por sus mejillas.
-
No importa chiquita, no tienes nada de que preocuparte porque no te
querremos menos por esto -- musitó con voz quebrada
Giulian pareció salir del
oscuro mundo en el que había caído, se acercó, tomó a su hija en brazos y
acarició su mejilla como lo había estado haciendo Sam.
-
A partir de hoy y por el resto de tu vida, yo seré tus ojos
princesita -- dijo besando la frente de la niña
A pesar de lo terriblemente
doloroso que les resultaba, aquella criatura no podría crecer rodeada de más
amor del que tendría tanto de sus padres como del resto de la familia y todos
se esforzarían al máximo porque no se sintiera de ningún modo inferior por su
discapacidad.
Esa misma noche y después
que ya había pasado por las habitaciones de los niños, Sam contemplaba a
Gemdariel cuando sintió que la puerta se abría y se giró pensando que era
Giulian.
-
¡Elijah! ¿Sucede algo mi cielo?
-- preguntó extrañada porque lo
acababa de dejar en su cama
-
No mami, solo quería decirte algo
-
Dime mi amor -- dijo ella agachándose a su lado
-
No estés triste mami, yo siempre voy a cuidarla y no dejaré que nada
malo le suceda. No importa si mi hermanita no puede ver porque yo lo haré por
ella --
dijo el niño secando las lágrimas de su madre y que ella no había notado
que estaban allí
Aun no les habían dicho
nada a los niños pero a Sam tampoco le extrañó que Elijah lo supiese, y a
continuación lo abrazó.
-
Lo sé mi amor y tengo una absoluta confianza en ti
Elijah sonrió, se acercó a
la cuna de su hermanita y como por su estatura no alcanzaba para darle un beso,
se llevó los dedos a los labios y luego los pasó por la frente de la bebita. Se
volvió, dio un beso a su madre y se marchó.
Giulian y Sam habían estado
de acuerdo con casi todas las elecciones para padrinos de las trillizas.
Los de Galadriel serían Alaric y Aderyn,
los de Gamariel serían Iván y Diandra, y la madrina de Gemdariel sería Elar.
Hasta ahí todo de maravilla, el problema
se presentó con el padrino, porque Sam se había empeñado en la muy absurda idea
de que fuese Garlan McEwan, con lo que casi le ocasionó un infarto a Giulian.
Aunque inicialmente Dan había apoyado a Giulian, luego le dijo que se quedase tranquilo,
porque una cosa era que Sam quisiese eso y otra muy distinta que Garlan
aceptase, porque todos sabían que no soportaba a los chicos.
Luego de que Giulian dijera
cuanto se le ocurrió, que incluía verdades a medias y mentiras completas, así
como exageraciones e insultos, terminó dándose por vencido como sabían que
sucedería. De modo que Sam decidió
reunirlos a todos para pedirles que fuesen los padrinos de las niñas, pero como
sabía que Garlan encontraría alguna excusa para no asistir a una cena en Averdeen, lo hizo de otra manera. Y
ahora cuando ya todos estaban en casa, le había enviado un mensaje a Garlan y
el arzhaelí se había presentado casi de inmediato.
-
¿Qué sucede Niña? -- dijo mirando con asombro la reunión
-
Te he llamado porque queremos
pedirte algo -- dijo ella acentuando el verbo y mirando a
Giulian en forma intencional -- Primero quiero que sepas que te estoy muy
agradecida porque no solo me llevaste al Hospital con rapidez, sino que mamá me
dijo que los habías ayudado a ella y a Mael mientras yo estaba en la sala de
partos.
-
No precisabas hacerme venir para decirme eso Niña --
dijo con incomodidad y con su habitual tomo áspero, y no contribuía a
mejorar su ya muy desagradable humor el que todos lo mirasen con aquel brillo
de diversión en los ojos
-
Ya lo sé, pero necesito tratar contigo otro asunto, siéntate
-
No pretendo quedarme más de lo necesario Niña, tu casa suele ser zona de
guerra y más peligrosa que una en realidad, así que date prisa y terminemos con
esto --
le aseguró mientras miraba con aprensión varios pequeños bultos en brazos de Amy, Aderyn y Elar y
se preguntaba dónde estaban las otras amenazas
-
De acuerdo -- le dijo mientras se volvía y Elar se acercaba
para entregarle a la bebe -- Giulian y yo queremos que seas el padrino de
nuestra hija
En un principio aquella
frase pareció no encontrar una imagen correspondiente en su mente, por lo que
tardó algunos segundos en entender, pero cuando lo hizo habría sido mejor que
atendiese a la invitación de Sam a sentarse, porque tenía el aspecto de alguien
a quien acaban de golpear fuertemente en la cabeza. Los ojos parecían a punto
de saltar de sus órbitas y su boca estaba abierta formando una perfecta “o”.
Pero con la misma velocidad pensó que aquello tenía que ser una de las
pesadísimas bromas propias de Cornwall y Douglas, y los miró a ambos con ganas
de asesinarlos.
-
¿Acaso no tienes en qué entretenerte Cornwall? Ya decía yo que ni diez
hijos te harían cambiar, pero como no estoy como para perder el tiempo con tus
bromas, me marcho
-
McEwan, te aseguro que yo no…
-- pero se detuvo al mirar a Sam
y concluyó de manera muy distinta a lo
que estaba pensando -- … no te estoy gastando ninguna broma -- y
aunque Garlan aun no podía creerlo miró a Sam
-
Niña, siempre he sabido que no estás bien de la cabeza, algo que quedó
demostrado al casarte con este infeliz, pero acabas de demostrar tu locura sin
lugar a dudas -- le dijo
-- ¿Qué te hace pensar que yo
puedo…?
-
Que sé que eres una gran persona aunque te empeñes en parecer lo
contrario. Sé que me aprecias aunque digas que no, y lo más importante, que
confío en ti -- él tenía deseos de salir corriendo pero
aquella criatura no dejaba de hablar
-- Garlan, por todo lo anterior
es que voy a confiarte a la más débil de mis hijas, porque sé que si algo
llegara a sucedernos, la protegerás y cuidarás de ella -- se
acercó a él y para su mayor espanto intentaba colocar a la bebe en sus brazos,
pero lo que le produjo mayor incomodidad a Garlan fue verle los ojos llenos de
lágrimas a Samantha -- Ella es Gemdariel
y… no puede, ni podrá ver nunca
Por puro instinto él sujetó
a Gemdariel mientras la escuchaba y acto seguido experimentó una terrible
opresión en el pecho ¿Ciega? Miró los ojitos sin luz de la criaturita y en ese
momento tuvo certeza de dos cosas, la primera, que había quedado atrapado sin
remedio, y la segunda, que se haría matar antes de permitir que nada le
sucediese a aquella niña. Sin embargo,
eso no cambiaba su carácter, de modo que miró a Giulian.
-
Estás consciente de que no te aprecio más por esto ¿no?
-
Créeme que yo tampoco, pero intentaré no asesinarte teniendo en cuenta
que debes cuidar de mi hija si algo me sucede, infeliz
-
Pues te sugiero mantenerte vivo, cretino
Sam rió en medio de las
lágrimas al escucharlos al igual que todos los presentes. Sabía que por mucho
que peleasen y se insultasen, ambos darían la vida por el otro de ser
necesario, de modo que todo estaba en orden.
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