El día del cumpleaños de
Giulian, Dan había propuesto celebrarlo fuera y no en el Castillo como lo hacían
siempre. Había un nuevo Restaurant de un viejo compañero de colegio y él quería
ir a conocerlo. De modo que todos quedaron en que se verían allí esa noche. Sam
había despertado a Giulian temprano con un dulce beso.
-
Feliz cumpleaños Cornwall -- le dijo
El abrió los ojos, sonrió
feliz y no pudo evitar pensar en la enorme diferencia que había entre este día
y su último cumpleaños. Dan y Amy
demostrando su poca misericordia con Giulian, casi derriban la puerta haciendo
que el Arzhaelí se enfureciera, pero finalmente no le quedó más remedio que
rendirse al hecho de que no lo dejarían en paz, porque poco rato después
entraban Iván y Elar seguidos de Danny, Diandra y Dreo. Giulian intentaba
quitarse a Dreo de encima cuando entraron Elijah y Brendan, y para completar el
cuadro llegó Gail con su habitual escándalo y lanzó a Vladimir a la cama
también. Giulian sacó rápidas cuentas y pensó que para el próximo cumpleaños la
cantidad de chicos en su cama sería de… ¡SEIS! Y no estaba contando al de Iván,
porque asumía que estaría pequeño y suponiendo que fuese más tranquilo que Dreo
y Vladimir, porque aquellos demonios aun no caminaban pero igual no había forma de controlarlos.
En la noche se dirigieron
al Restaurant como habían acordado con los demás. El lugar era muy elegante y
hermoso. Los condujeron a la mesa que habían reservado y Gail comenzó a hacerle
bromas a Sam por su avanzado embarazo. Todo estaba marchando bien pero como se
ha dicho anteriormente, los Douglas no
buscan los problemas, éstos los persiguen a ellos.
-
¿DANIEL? -- dijo una hermosa mujer acercándose a su
mesa --
¡Por todos los cielos Daniel Douglas, no has cambiado nada!
El aludido que se había
puesto de pie al escuchar su nombre, ahora estaba siendo abrazado por una mujer con más efusividad de la que a Sam le
pareció apropiada y Amy tenía cara de querer asesinarlo. Alaric, Armel y Garlan,
ya se estaban preparando para proteger a Dan de una furiosa Amy, mientras que
Daira y Elar miraban a la mujer con franca antipatía.
-
Althea, que sorpresa -- dijo Dan tratando de desembarazarse del
abrazo
La tal Althea comenzó a
pasear la vista por la enorme mesa tropezando
con los fríos ojos de Amy, seguidamente
con otros cuatro ojos exactamente iguales a los de Dan y la cara del mismo
repetida en un chico y una chica, de modo que sacó sus cuentas rápidamente. Una
pena que no fuese igual de rápida para desaparecer de allí.
-
¡Vaya Amy! Veo que te quedaste
con uno de los chicos más codiciados de Develieng y que hacerte la difícil te
funcionó -- el comentario aparte de ofensivo, le pareció
ridículo a todos, ya que no había nadie en el mundo Arzhvael que no estuviese perfectamente al tanto de la historia de los
Douglas -- Pero… -- la mujer calló porque había
tropezado con los azules ojos de Giulian
Giulian cerró los ojos con
resignación, porque sabía lo que vendría a continuación. Se puso de pie y la
mujer soltó un chillido estridente.
-
¡GIULIAN! -- lo que probaba que estaba perfectamente al
tanto de todo o podría haberse tratado de Vlad
Éste no se molestó en
devolverle el no deseado abrazo sino que por el contrario intentaba soltarse
del mismo, pero la mujer le plantó un beso en los labios. Se hizo un súbito y
pesado silencio alrededor de la mesa y todos miraban a Sam que tenía la vista
en la lejanía.
-
Dime que tú no has cometido la misma estupidez que Dan.
Danny perdió la paciencia
que además nunca había tenido y estaba por ponerse de pie cuando escuchó:
-
Siéntate, tú eres un
caballero
El chico miró a su hermana
pero ella seguía con la vista perdida en algo que nadie podía ver. Pero si bien
Sam había detenido a Danny, nadie detuvo a Garlan.
-
Basta Althea, no es tu problema lo que los demás hagan con su vida y
ciertamente nada te da derecho a comportarte de forma tan grosera
-
¡Vaya, vaya Garlan McEwan!
-- exclamó con cierta
sorpresa -- ¿Desde cuándo tú defendiendo a éstos dos?
Y aunque Garlan estaba muy
lejos de estar defendiendo a aquellos dos
y lo único que quería era evitarle un mal rato a la Niña, no pudo decir nada
más porque Giulian se le adelantó.
-
Althea, no voy a fingir que me agrada verte y si te fijas bien esto es
una reunión privada, donde por supuesto no eres bienvenida --
dijo Giulian con voz fría y controlada
Amy, Elar y Daira sonrieron
con satisfacción. Danny y Gail casi se ponen a aplaudir. Sam seguía con la vista
en un punto más allá, y los demás que pudiesen haber considerado lo dicho por
Giulian como una muestra de grosería independientemente del comportamiento de
la mujer, ciertamente estaban muy complacidos. Iván por su parte miraba a Sam
con extrema preocupación, porque aunque parecía
muy serena, él la conocía mejor que nadie y sabía la tormenta que estaba
formándose detrás de los ojos violeta.
La sonrisa de Althea había vacilado en sus labios pero se había rehecho
de inmediato.
-
No has dejado de ser el mismo y aún te funciona, porque sigo derretida
por ti -- dijo sonriéndole coquetamente.
-
Lo siento por ti, porque la hermosa mujer que ves a mi lado es mi
esposa -- dijo Giulian con extrema satisfacción al ver
su cara
La mujer vaciló, miró a
Sam, miró a Dan y luego a Giulian de nuevo decidiendo que aquello debía ser una
broma y soltó una carcajada.
-
¿La hija de Dan? Sí claro. No
creo que Amy te lo hubiera permitido, ella te conoce mejor que nadie y además una… ¿niña? no podría satisfacer tus exigentes necesidades
amor --
dijo mirando con desprecio a Sam
Ahora sí Danny estaba
decididamente furioso, Gail miró a la mujer en forma peligrosa, Amy se puso
violentamente de pie y Garlan dio un paso hacia Althea sujetándola por un brazo.
-
¡He dicho que ya basta! -- dijo con ira
Pero definitivamente había
gente a la que le gustaba desafiar su buena fortuna, pensó Aderyn mientras
sujetaba a Gail.
-
Eso estoy más dispuesta a creerlo
-- dijo la estúpida mujer mirando
a Garlan -- Aunque no eres precisamente del tipo
paternal, con toda seguridad Amy debe
haber estado encantada de entregarte a su hija
Pero aunque Giulian estaba
furioso, no hubo tiempo de que nadie hiciera o dijera nada, porque escasos
segundos después a la mujer comenzó a brotarle una fea erupción en el rostro.
Comenzó a chillar y Garlan la soltó mientras ella se llevaba las manos a la cara y veía con
horror que éstas también tenían feas ronchas.
Danny sonrió con inmensa
satisfacción y a nadie sorprendió que Amy también. Dan miró a su hija que
seguía mirando a la distancia e Iván le sujetó un brazo a Sam
-
Sam por favor -- le dijo
-
No -- contestó simplemente la chica.
Armel habría podido detener aquello pero lo estaba disfrutando tanto
como los demás, aparte de sentirse muy satisfecho por el enorme dominio que
había demostrado Samantha de su control mental, porque después de todo él era
su profesor y tenía derecho a sentirse así.
Althea se alejó gritando
adolorida y aterrorizada pero Sam no hizo nada por deshacer lo que fuera que
hubiera hecho. Ella no era de naturaleza cruel pero esa estúpida mujer se lo
había buscado.
-
¿Seguimos con nuestra cena?
-- preguntó Amy decididamente
feliz.
Tanto Dan como Giulian
estaban visiblemente molestos. Amy, Danny y Gail seguían con sonrisa de
satisfacción al igual que Elar, Daira y Armel. En el caso de Peter y Anne que
habían asistido al espectáculo sin
saber qué pensar, seguían en la misma situación. De modo que Iván pensó que se
imponía una explicación de lo ocurrido.
-
Escuchen, esa mujer fue con
nosotros al colegio. Y todos… -- dijo vacilando un poco -- en
algún momento nos sentimos atraídos por ella. Era una chica muy insistente y la
verdad era difícil ignorarla.
Todos lo miraban con mudo
asombro, ya que por alguna razón no podían imaginarse a Iván sintiendo
atracción por esa mujer.
-
Nadie en su sano juicio creerá eso Iván, así que deja de
protegernos -- dijo Dan
-
Y yo puedo asumir mis propios errores. Esa mujer fue y sigue siendo una
zorra. Es cierto que hizo de todo para llevarte a la cama pero no lo
consiguió -- le dijo Giulian -- En cuanto a mí, no había que hacer grandes
esfuerzos para eso. Es algo de lo que no estoy orgulloso pero que tampoco puedo
negar.
Esa explicación aunque
cruda, les pareció más acorde con la realidad.
-
Estoy muy orgullosa de
ustedes -- dijo Amy
-- quizá tenga que aceptar que
en realidad están madurando.
Sam miró a Giulian y aún en
contra de lo que todos pudieran haber esperado sabiendo lo celosa que era,
acarició su mejilla y le dio un beso, de modo que pudieron continuar su cena
con tranquilidad.
Sin embargo, aquella noche
estaba destinada al fracaso, porque cuando ya salían Estefanía Lery estaba
haciendo su entrada en el local en compañía de otras personas, pero nada los hubiera podido preparar para la
reacción de la mujer. Estefanía, una mujer por lo general fría y controlada, se le fue encima a
Samantha.
-
¡Tú, ramera indecente! -- gritó
con odio y levantando la mano con evidente intención de golpearla.
A pesar de que todos se
habían quedado estupefactos incluida Sam, Giulian reaccionó por instinto y
sujetó la mano de la mujer.
-
Cuidado Estefanía -- siseó con ira contenida --
estás insultando a lo que me es más precioso.
-
No es más que una cualquiera barata que enloqueció a mi hijo y ahora
está en Fangelsi por su culpa -- dijo la otra
-
Tu hijo no es más que lo ustedes hicieron de él, un mal nacido cobarde
que golpeó e intentó violar a MI
esposa. Está donde debe estar como el criminal que es. Así que escúchame bien,
de ahora en adelante, si ella tiene la poca fortuna de encontrarse contigo de
nuevo, te esforzaras en tratarla con sumo respeto y en ningún caso volverás a
levantar la mano en su contra o pagarás caro tu osadía.
Todos miraban unos enfurecidos
como era el caso de los padres de la chica y sus hermanos, mientras que Daira,
Elar y los esposos McKenzie miraban aterrados con la seguridad de que Giulian
mataría a aquella mujer, pero Alaric y Armel ya estaban preparados para
impedirlo, porque Garlan estaba mirando a Estefanía con una expresión muy
parecida a la de los Douglas, la de Iván y la de Giulian.
-
Giulian… -- dijo Sam en un gemido casi inaudible.
Nadie la había escuchado
excepto él, y cuando volteó sintió que el mundo dejaba de girar. Sam se había
doblado por la cintura y estaba recostada de una pared. Giulian soltó a
Estefanía y corrió hacia Sam. Todos se giraron al ver el súbito cambio de actitud
de Giulian y se quedaron helados.
-
Giulian…creo que… -- dijo ella
con un hilo de voz.
-
No te preocupes princesa, todo va a estar bien te lo prometo --
dijo más confiado de lo que en realidad se sentía -- Rápido
tenemos que llevarla al hospital -- dijo mirando a Dan y a Iván
Todos se pusieron en
movimiento excepto Danny que para sorpresa de todos estaba pálido y recostado
de la pared, y Garlan que a pesar de la conmoción, se acercó a Estefanía.
-
Si le sucede algo a ella o a sus bebes, te juro que te encontraré donde
quiera que estés y te haré pedazos.
Y a ninguno de los que lo
escuchó le cupo la menor duda de que cumpliría su amenaza, porque el peligroso
brillo asesino de sus ojos no dejaba lugar a ninguna duda y todos conocían de
primera mano el poder destructor de aquel individuo.
Llegaron al hospital y
enseguida Daira e Iván se ocuparon de que atendiesen a Sam con la mayor
celeridad. Giulian quería entrar con ella pero no lo dejaron, Iván le dijo que
debía esperar a que la revisaran. Dan estaba desesperado, esto no estaba bien,
aún no era tiempo de que los bebes nacieran, se suponía que faltaba casi un
mes. Al cabo de un rato salieron Daira e Iván en compañía de un Läkare y por
sus caras supieron que algo no iba bien. Amy sujetó con fuerza el brazo de
Elar, y Dan había palidecido al recordar lo sucedido con Liz.
-
Señor Cornwall, debemos tomar una decisión. No podemos hacer nada para
detener el nacimiento pero es muy probable que debamos decidir entre salvar a
los niños o a su esposa.
Aquello los tomó a todos
por sorpresa. Elar vio que Iván tenía los ojos llenos de lágrimas y quiso
acercarse pero Amy estaba a punto de desvanecerse y ciertamente Dan no estaba
mucho mejor. Armel no sabía a quien ayudar y Alaric se había quedado
paralizado. Garlan estaba más allá de las palabras y miraba a Giulian rogando
para que dijese lo que él esperaba escuchar.
Giulian había sentido que
algo muy frío recorría su cuerpo y un miedo
cerval se había apoderado de él pero no dudó ni un minuto.
-
Sálvela a ella, cueste lo que cueste, sálvela a ella.
Danny, Gail y Garlan
soltaron el aire. Las mujeres lloraban pero nadie con mayor desconsuelo que
Amy. Dan le tenía una mano en el hombro
a Giulian que parecía a punto de desmayarse. Aderyn y Diandra sostenían a Danny
que estaba dividido entre el dolor físico,
el dolor emocional por su hermana y la furia que sentía hacia Estefanía Lery.
Escucharon un grito que los
paralizó de terror. Danny que se había puesto de pie, sintió de nuevo un fuerte
dolor en la zona de la espalda y el abdomen y se dobló por la cintura. Sintió
que pasaba pero se preparó para pasar una muy mala noche. Sin embargo, para
sorpresa de todos, se dirigió hacia Garlan.
-
Garlan necesito que me…
-
Ya lo sé pero no estás condiciones, yo lo haré
-
Y yo voy contigo -- dijo Gail
Alaric no necesitaba que
nadie le aclarase nada, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo y fue tras
Garlan y Gail.
Había pasado aproximadamente
una hora cuando estuvieron de regreso y traían prácticamente a rastras a
Estefanía, de modo que todos los miraron muy sorprendidos.
-
¿McEwan qué haces? -- preguntó Dan pero él no prestó atención y se
dirigió a Danny
-
Aquí la tienes
Douglas ¿Qué quieres hacer con
ella? --
le preguntó
Danny acercó una silla y sentó a Estefanía al lado de la puerta y la ató a ella.
-
No podrás moverte
y no podrás desmaterializarte. Permanecerás sentada ahí y escucharás cada uno
de sus gritos de dolor -- dijo con rabia -- si
todo sale bien vivirás, pero si algo sucede, te juro que no volverás a ver la
luz del sol -- concluyó y luego miró a todos como desafiando
a que alguien lo contradijera pero nadie se atrevió.
Daira se asomó y le
dijo a Giulian que ya podía pasar y éste entró corriendo. Pasó otra hora y todo
lo que podían hacer era escuchar con angustia los gritos de dolor de Sam. Dan
se sentía impotente, recordó cuando sus hijos nacieron pero había sido mucho
más rápido, sufrió mucho en esa oportunidad cada vez que Amy sentía el dolor
pero el de su hija lo estaba destrozando. Danny por su parte sufría de forma
física el dolor de su hermana, pero sabía que muy probablemente no se comparaba
con lo que ella estaba sintiendo y eso lo hacía mirar con un odio profundo a Estefanía quien a sus ojos era la responsable de todo.
Armel intentó ayudar a Danny pero al parecer el lazo que unía a éstos gemelos
era demasiado fuerte y era poco lo que podía hacer.
Daira asomó de nuevo la
cabeza, le dijo Amy que Sam quería verla y ésta se apresuró a entrar.
-
Madre, ya sé que no he sido la mejor de las hijas pero… --
dijo con apenas un hilo de voz
-
Tranquilízate linda -- le dijo Amy conteniendo las lágrimas -- esto pasará en un momento.
-
Escúchame por favor -- insistió
la chica -- si yo no puedo resistirlo, júrame que
cuidarás a mis bebes y a Giulian.
Éste se encontraba cercano
al estado de shock y solo sostenía su mano deseando que eso fuera suficiente
para mantenerla a salvo. Amy pensó que era inconveniente discutir con su hija
en ese momento de modo que se limitó a hacer lo que le pedía.
-
Te lo juro. Pero todo saldrá bien, ya lo verás.
-
Mamá quiero ver a papá.
Amy le dio un beso en la
frente y salió presurosa a buscar a Dan. Éste entró con el corazón hecho
pedazos, miró a su hija y no fue capaz de decir nada. Ella lo miró mientras las
lágrimas corrían por sus mejillas.
-
¿Papá podrías quedarte conmigo hasta el final?
Dan le tomó la otra mano y
se quedó a su lado. Cuando otro desgarrador dolor la atravesó, sintió que la
abandonaban las fuerzas y caía por un túnel oscuro. Tanto Giulian como Dan
sintieron que el corazón había dejado de latirles cuando las manos de Sam
perdieron la fuerza con la que los sujetaba. Miraron con terror a Iván pero
éste les dijo que solo había perdido el sentido. Un mecanismo de defensa del
organismo para recuperar un poco la fuerza.
Sam sentía que caía en el
vacío pero ya no sentía dolor. Pensó en
sus bebes y se sintió triste, pero sabía que había mucha gente que cuidaría de
ellos. También pensó en Mael y que moriría sin haber podido volver a verlo.
Luego comenzó a ver a su alrededor figuras conocidas. Liminiades fue la primera en hablar.
-
Ten paciencia, las cosas
pueden parecer pero no ser.
-
Estoy muy cansada Liminiades,
solo quiero que todo termine.
-
Tienes un compromiso que
aún no has cumplido -- escuchó que le decía Aine – en un momento todo habrá terminado.
-
Solo otro pequeño esfuerzo
y podrás continuar -- dijo Sealkie -- tu energía está restableciéndose.
-
Solo soy un ser humano normal y siento que mis fuerzas se agotaron.
-
Estás viendo las cosas
equivocadamente -- dijo Aine -- no
eres un ser humano común. Eres una Arzhvael. ¿Sabes la diferencia entre un
Arzhvael y un humano normal?
Sam buscó la respuesta a
esa pregunta, sabía que en el algún lugar de su cerebro debía estar pero Aine continuó.
-
Los seres humanos utilizan un porcentaje muy
pequeño de la capacidad de su cerebro, los Arzhvaels en cambio lo utilizan
todo, es por eso que son capaces de
percibir aquello que a los ojos humanos se escapa. En tu caso, no solo
percibes lo que sucede en tu dimensión sino que tienes la capacidad de ver
también la nuestra y eso te da el poder de modificar la materia y los
pensamientos. Puedes proyectar tus pensamientos y crear la realidad que otros
perciben. De modo que no solo no eres un
ser humano común, sino que eres una Arzvhael muy poderosa y tienes un deber que
cumplir.
Sam estaba tratando de
asimilar todo lo que estaba escuchando ¿Modificar la materia y los
pensamientos? A su mente acudieron dos hechos. La aparición en la que nadie
podía percibir su presencia y Waldweibleim
le había dicho que tenía que desear
ser vista. Y el episodio donde pudo entrar en los pensamientos de alguien y
modificarlos. Las cosas iban tomando forma en su cerebro. ¿Pero justamente
ahora? ¿Cuando ya no tenía fuerzas para continuar?
-
Busca la ayuda que
necesitas en este momento en tu sangre. Sabes lo que tienes que hacer -- dijo Sealkie.
Unas caras que le
resultaban extrañamente familiares se acercaban a ella. Madre, es hora de volver. Trató de mirar mejor pero se alejaban de
prisa.
-
Es hora de regresar mi
señora, se acerca el momento -- dijo Liminiades
Todo comenzó a oscurecerse
a su alrededor y de pronto volvió el dolor. Apretó las manos que estaban entre
las suyas y gritó, pero una vez que pasó el dolor, pensó en lo que le acababan
de decir. Necesitaba a su hermano y lo necesitaba YA.
El tiempo que Sam
permaneció desmayada, los que estaban afuera se consumían de la preocupación.
Si bien es cierto que la angustia era terrible al oírla gritar, no escuchar
absolutamente nada no era mejor. Algo sucedía. Mientras los dos hombres que
permanecían dentro se debatían entre una momentánea tranquilidad y la pregunta
de si volvería a abrir los ojos. Dan no recordaba haber experimentado un dolor
y una angustia parecida. Giulian por su parte, ni siquiera podía permitirse
pensar que pudiera perderla, sabía que moriría él también. E Iván aunque había
asistido a muchos partos, incluido el nacimiento de su propio nieto, pensó que
ninguno se comparaba con aquel. Sam era su niña y cada dolor, cada quejido, le
dolían en el alma.
Cuando Sam volvió en sí, tuvieron
un breve lapso de alegría hasta que el dolor volvió a atenazar sus gargantas al
escucharla gritar. Pero se recuperó y habló:
-
Papá… necesito a… Danny, y lo necesito ahora.
No había tiempo para
preguntar o para discutir. Dan asomó la cabeza y llamó a su hijo. Danny dudó un
momento, miró a Estefanía y se dirigió a
Gail y a Garlan
-
Háganse cargo -- no fue una petición, fue una orden y ambos
haciendo gala de su lealtad se acercaron a la mujer.
-
No creas que porque él no esté te puede ir mejor, yo también estoy
dispuesto a matarte sin que me tiemble el pulso
-- dijo Gail
-
Normalmente salvamos vidas, pero te juro que no sentiré ningún
arrepentimiento si tengo que suprimir la tuya
-- le dijo Garlan
Danny los miró agradecido y entró detrás de su padre. Cuando vio a su
gemela sintió que una mano helada le apretaba el corazón.
-
Danny… te necesito --
dijo la chica casi sin fuerzas
-
Aquí estoy Sam -- le dijo tomando la mano que su padre había
dejado libre
Los Läkares se mostraron en
desacuerdo por la cantidad de gente dentro pero tuvieron que desistir, ya que
ninguno estaba dispuesto a salir de allí y ciertamente no estaban en posición
de discutir con Daira que era su jefe ni con aquellos cuatro conocidos y
peligrosos Arzhaelíes.
-
Los necesito a los dos… para poder… traer a estos bebes al mundo.
-
No te vamos a abandonar -- dijo Dan
Sam sintió que se acercaba
otra contracción y se apresuró.
-
Giulian por favor, coloca tus manos en mis hombros, necesito tu fuerza
-
De acuerdo princesa -- y se
colocó en la posición que le había indicado
-
Y de ustedes lo que necesito es el poder que reside en nuestra sangre.
Nadie entendía muy bien lo
que estaba pasando pero tampoco iban a discutir con ella y aunque les resultaba todo muy extraño,
obedecieron sus órdenes. Lo que ellos no sabían, era que ella estaba recibiendo
indicaciones de sus espíritus guardianes. Aine
le había indicado las posiciones que debían tomar. Sealkie, le decía donde
concentrar su energía. Liminiades se
concentraba en mantener su calor corporal, cuya temperatura bajaba con cada
contracción. Y Waldweibleim, le
proporcionó el último recurso que necesitaba, una daga de plata. Sam soltó a su
padre, tomó la daga y siguiendo las instrucciones de Aine, se las transmitió a su
padre.
-
Papá, haz un corte en la palma de mi mano y…
Pero Dan no necesitó más,
recordó el conjuro que habían realizado cuando los gemelos nacieron y se
apresuró a llevar a cabo la petición. Con un movimiento preciso hizo el corte
en ambas manos de su hija, se hizo uno él y uno en la palma de la mano de Danny
para después ambos unir sus manos a las de Sam.
-
Iván… -- lo llamó Sam
-
Aquí estoy linda -- dijo él
secándose las lágrimas
-
Iván ya vienen, prepárate a recibirlos
Los Läkares estaban a punto
de preguntar qué demonios estaban haciendo, cuando Daira les ordenó apartarse
justo en el momento que una intensa luz blanca los cegó. El dolor atravesó a
Sam y no hubo tiempo para que hicieran preguntas, porque enseguida la cabecita
del primer bebe se asomó e Iván se preparó para recibirlo. Sam hizo un nuevo
esfuerzo y logró alumbrar a su primer hijo. Se escuchó el llanto del bebé pero no hubo tiempo para mucho más,
porque el otro venía en camino. Iván le entregó el bebé a Daira, y Sam escuchó
la voz de Giulian de forma muy lejana.
-
Es un varón princesa -- dijo
emocionado -- otro pequeño esfuerzo mi vida -- agregó con la voz quebrada.
Sam sintió que iba a
partirse en dos pero hizo un último esfuerzo y el segundo bebé vio la luz pero
Samantha no pudo ver a sus hijos porque perdió el sentido. Danny se tambaleó
pero se rehízo. Dan miraba con angustia la mano inerte de su hija y pensó lo
peor. Giulian se aferraba a sus hombros como si de esa manera pudiera aferrarla
a la vida. Sin embargo, Iván les aseguró que solo estaba inconsciente por el
esfuerzo pero que estaría bien.
Daira le entregó a Danny a
uno de sus sobrinos e Iván le dio el otro bebé a Dan. Ellos se acercaron a Giulian
que después que Iván le aseguró que Sam estaría bien, se dejó caer contra la
pared del fondo con las lágrimas que había estado derramando durante todo el
proceso aún corriendo por su rostro, y a través de ellas miró por primera vez a
sus hijos. Dan y Danny tenían sonrisas en sus labios pero él no sabía si
tendría la fuerza suficiente para tomar en sus brazos a los gemelos que
lloraban a todo pulmón, pero cuando Dan puso al primero de ellos en sus brazos,
el bebé dejó de llorar de inmediato, así que Danny hizo lo mismo con el mismo
resultado.
-
¡Felicidades amigo ya eres
padre! -- le dijo Iván
Faltaban solo cinco minutos
para que el día terminara, cuando el mundo había recibido a los gemelos
Cornwall Douglas.
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