Amy tenía planes muy concretos y siendo que a Elar le habían funcionado
los consejos de ella, decidió que lo mejor era que Daira se pusiese en manos de
la dulce Amy.
-
Escuchen, estoy cansada porque tuve un día muy pesado en el Hospital,
así que…
-
Así que deja de protestar y escucha tú
-- la cortó Amy --
Para hacerte el cuento corto, comenzaré por decirte que ya estamos
cansadas de verte hacer la tonta con Jonathan McKenzie
La primera reacción de Daira fue de ira suprema. Si bien su estrecha
amistad con Elar se remontaba a su época escolar, no sucedía lo mismo con Amy.
Aunque siempre tuvieron buenas relaciones, cuando eran niñas ella consideraba a
Amy la misma clase de odiosa persona que eran sus hermanos. Era altiva, arrogante
y la típica niña que lo tenía todo sin esfuerzo. Los Douglas, los Cornwall y
los Nemhain, eran la realeza del mundo Arzhvael aunque en
éste no se acostumbraran esos títulos, pero aquellos chicos sin duda hacían
ostentación de sus apellidos. Sin embargo, ahora las cosas habían cambiado y la
veía de una forma más normal, pero en aquel momento al escucharla hablarle así,
la vieja antipatía salió a flote y por un momento estuvo a punto de soltar una
barbaridad. Pero como ya se ha dicho, Daira al igual que Iván era el paradigma
de la ecuanimidad, de modo que se serenó y su voz siguió sonando tranquila.
-
No quiero parecer grosera Amy, pero no creo estar haciendo la tonta con ese sujeto.
-
Pues una cosa es que no lo creas y otra muy diferente que no sea así,
porque hasta ahora te has dejado fastidiar por el muy infeliz.
-
¿Y qué se supone que haga? Porque por si no lo has notado, pedirle que
me deje en paz no ha resultado.
-
Por supuesto que no, no es de la clase al que le pides nada -- dijo Amy
-- Pero creo que ha llegado
el momento de que le devuelvas el favor
A partir de ahí Daira escuchó boquiabierta la exposición de Amy,
haciendo un enorme esfuerzo por no salir corriendo. Definitivamente aquella
mujer calificaba en el renglón de altamente peligrosa y aunque no llevase
sangre Cornwall, a Daira le quedó claro que era la misma clase de loca que
ellos.
Y en cierta forma así podía pensarse, porque Amy había trazado un
cuidadoso plan de hostigamiento que incluía desde aparecerse en cualquier lugar
en el que él estuviese, hasta allanar su departamento. Se había hecho con una
pormenorizada lista de las actividades de Jonathan y aunque no era que su vida
amorosa fuese un secreto de estado y casi era un espectáculo público, esa parte
resultó bastante sencilla. Lo demás había sido cuestión de pasar media hora con
Garlan y el pobre sujeto fue incapaz de negarse a nada. Esto en especial a
Daira le costaba creerlo, porque Garlan era un Arzhaelí altamente especializado
y que Amy hubiese sido capaz de obtener alguna clase de información por mínima
que fuese, ya era algo insólito. Lo que reforzó su idea de que Amy Douglas era peligrosa con todas sus letras.
Les costó algo de tiempo convencer a Daira, pero finalmente lo lograron
y el plan se puso en marcha. Amy pensó que si no servía para que aquellos dos
se dejasen de necedades y se dieran una oportunidad, al menos serviría para que
Daira se cobrase todo lo que Jonathan le había estado haciendo.
Jonathan por su parte y luego del incidente con el infeliz de Donald
Klausen y su posterior charla con Giulian, había pasado un par de días bastante
mal, pero luego decidió que Giulian estaba tan loco como siempre y que
ciertamente él NO estaba celoso. Sin embargo, una molesta
pregunta seguía rondando su cabeza y no le encontraba una respuesta.
Pero siendo como era en extremo práctico, volvió a sus actividades
normales que incluían unas noches muy ocupadas. Y por otra parte, continuó con
su política de hostigamiento hacia Daira. Lo que no sabía el Arzhaelí, era lo
mucho que iba a complicarse su vida en un brevísimo lapso de tiempo.
Un par de días después de su conversación con Amy, Daira estaba frente a
la puerta del departamento de Jonathan tratando de darse valor para hacer
aquello, pero finalmente respiró profundo y entró. Se sorprendió mucho, porque
aunque no se había hecho una idea de qué iba a encontrar, ciertamente aquel
infeliz no se negaba nada. Prestó atención y escuchó el agua corriendo. Se
estaba bañando. Por un momento tuvo la necesidad de correr al imaginárselo bajo
la ducha, pero se contuvo y avanzó hacia la habitación.
Al entrar, el olor de su colonia invadió su nariz pero trató de
ignorarlo y miró a su alrededor. Todo en ella hablaba de buenos y costosos
gustos, y sintió una ira enorme al imaginarse la indecente cantidad de
señoritas que habían sido huéspedes de aquel lugar pero en seguida se reprendió
diciéndose que eso no era asunto suyo, estaba allí con el único fin de
fastidiarlo. Caminó con decisión hacia la cama y procuró expulsar las necias
imágenes que se empeñaban en invadir su mente. Se sentó y esperó. Unos minutos
después escuchó que se abría la puerta del baño e hizo una súplica silenciosa
para que estuviese cubierto. Sin embargo, y aunque la puerta se abrió, no lo
vio salir pero unos segundos después se sintió aferrada por dos fuertes brazos.
-
¿Señorita Clemmens, no le enseñaron en la escuela que era peligroso e
ilegal, invadir la propiedad ajena?
Daira ya se esperaba algo así, Jonathan era un Arzhaelí bien entrenado y
habría sido mucho esperar que estuviese tan distraído como para no notar la
presencia.
-
Sí, sí lo hicieron, pero ya que hay ciertos sujetos que no respetan la
mía, encuentro justo poder hacer lo mismo
-- y lo escuchó reír -- Y
sería menos grosero si salieses de debajo de tu Skik
-
¿De veras quieres que salga?
-
Vamos McKenzie, no voy a ver nada que no haya visto y ciertamente nada
muy especial.
Jonathan se quitó la Skik
y Daira agradeció a los Dioses que tuviese la toalla anudada a la cintura.
-
¿Y puedo preguntar a qué debo el honor de esta inesperada visita?
-
Puedes pero a nada en especial, solo sentí curiosidad -- y
por primera vez el demostró asombro, por lo que Daira podía anotarse su primer
tanto --
pero como ya está satisfecha me marcho
Pero eso era más fácil decirlo que hacerlo, porque antes de que ella
pudiese moverse ya él había llegado a la puerta y le bloqueaba el paso.
-
¿No te advirtieron tus padres acerca de los peligros de estar a solas en
la habitación de un hombre? -- le preguntó con sonrisa maligna
-
¡Oh sí! Me hablaron de todos ellos, de lo que no me hablaron fue de los
individuos como tú pero ya tengo mi propia opinión al respecto. Ahora si no te
importa, debo marcharme porque me están esperando -- y
la sonrisa de Jonathan desapareció muy de prisa
-
¿Quién? -- le preguntó
-
Eso no es asunto tuyo McKenzie, y te sugiero hacerte a un lado
Pero como Jonathan no se apartaba, ahora fue Daira la que sonrió y un
segundo después él fue apartado con violencia y antes de salir le fue
arrebatada la toalla que lo cubría.
-
Que te diviertas McKenzie -- dijo ella cuidando de no voltear a mirar
Sin embargo, y sin saberlo acababa de arruinarle la noche, porque a
pesar de que la cita de ese día le había costado cierto esfuerzo y tenía planes
muy concretos, pasó la noche distraído y pensando con quién demonios estaría
ella. Que por cierto se había acostado temprano y muy satisfecha consigo
misma.
Al día siguiente, Jonathan estaba en Arx practicando con Alaric. Después
de su reciente experiencia con los Uzkys
había decidido que aprender a utilizar el Arco con mayor destreza era de vital
importancia.
-
Eres un necio, si hubieses prestado atención cuando estabas en
entrenamiento, te habrías ahorrado un montón de problemas -- le
estaba diciendo Alaric
-
Presté atención, pero lamentablemente no tengo tu destreza ni tu
velocidad y eso es lo que quiero lograr.
Alaric se le quedó mirando por unos segundos y decidió que algo extraño
le sucedía. Normalmente habría dicho o hecho una payasada y aquel repentino
ataque de seriedad era más preocupante que sus pesadas bromas. Sin embargo, no
dijo nada y comenzaron el entrenamiento. Alaric le acababa de dar una
instrucción y Jonathan estaba apuntando a la diana.
-
¿Estudiando McKenzie? -- escuchó muy cerca de su oído y la flecha
salió yendo a parar quién sabía dónde
-- Mmm, lamentable --
dijo Daira y se marchó
Jonathan maldijo en todos los tonos conocidos mientras Alaric se partía
de risa. Ver que alguien fastidiase a Jonathan McKenzie ya era gratificante,
pero que encima ese alguien fuese Daira, era superior.
Esa misma tarde fue él quien intentó sorprenderla cuando Daira estaba de
compras en una tienda de Kelten.
-
¿No es eso algo abrigado para la época señorita Clemmens? --
escuchó Daira a sus espaldas y sonrió
-
No creo que mi madre opine lo mismo, ya que es para ella -- le
dijo --
Pero ya que te muestras tan interesado y pareces tener experiencia en
prendas femeninas, tal vez puedas ayudarme
Jonathan estaba realmente sorprendido, porque en condiciones normales
ella habría protestado ruidosamente. Sin embargo, se dejó arrastrar y su
asombro aumentó.
-
Veamos -- dijo ella
-- ¿Qué te parece esto?
-
Es… bonito
-
Vamos McKenzie, quiero tu opinión profesional
-
No soy un diseñador de ropa íntima femenina -- y
ella rió con diversión
-
Ya lo sé, pero eres un experto admirándola y qui…
-
¡Señorita Clemmens!
-
¿Quién lo habría dicho? Jonathan McKenzie abochornado --
dijo ella riendo
-
No estoy abochornado
-
Claro -- dijo ella con sorna --
¿Entonces? ¿Qué me dices? ¿Crees que me quedaría bien?
-
Supongo que sí
-
Bueno, como no estás siendo de mucha ayuda, creo es mejor venir con el
directamente interesado -- dijo colocando de nuevo la prenda en el
aparador
-
¿Cómo has dicho? -- preguntó él aferrando su brazo
-
Me estás haciendo daño McKenzie
-- y él la soltó, lo que fue un
gran error si pretendía que le dijese algo, porque al minuto siguiente había
desaparecido de su vista
-
¡Maldición!
-
¿Puedo ayudarlo? -- escuchó a su lado y una chica le sonreía -- Tal
vez pueda recomendarle algo para su esposa
-
Ella no es… -- pero se detuvo, se disculpó con la chica y
salió apresuradamente
Para el viernes Amy organizó una salida en grupo, y como a Dan le
encantaban esos bochinches, no tuvo inconvenientes con él, mientras que Elar la
tuvo un poco más difícil con Iván a quien no le gustaban para nada esas
salidas, pero como Elar mostró mucho interés en ir, él decidió hacerlo. Con
quien no tuvieron ninguna posibilidad fue con Giulian para asombro de los otros
dos, porque él sí era un entusiasta fiestero, sin embargo, dijo que no iría a
ningún lugar porque Sam había estado trasnochando mucho a causa de los deberes
en el Instituto y necesitaba descanso. Danny y Diandra también rechazaron la
invitación porque Di se había estado sintiendo fatal con el nuevo embarazo, y
en el caso de Gail y Aderyn, ya el chico sabía cómo le iba en aquellos lugares
y era una experiencia que no quería repetir.
Después de organizada la salida, venía la tarea de encontrar una pareja
para Daira. De sus amigos más cercanos, Garlan y Alaric estaban descartados de
antemano, ambos eran amigos de Jonathan y solían salir juntos. A ese mismo
grupo pertenecían Urs, Anthony, Jason y
Brice, de modo que tampoco podían contar con ellos. A Delos era imposible
incluirlo estando Dan presente y Philip estaba casado y su esposa no sentía
mucha simpatía por los miembros de la Orden.
De manera que solo le quedaban dos opciones, Bran o Armel. Y
si no pensaron en nadie más que no fuese un Arzhaelí, fue porque les pareció
arriesgado teniendo en cuenta lo sucedido con Donald, mientras que si Daira
salía con un Arzhaelí y Jonathan se ponía difícil, éste tendría más
posibilidades de defenderse sin perjuicio para su persona.
Elar fue la encargada de hablar con
Armel, porque se enteraron que Bran ya tenía un compromiso para ese día.
Armel Haider era un individuo poco dado
a las fiestas y ciertamente habría rechazado cualquier invitación que incluyese
a Daniel Douglas o Giulian Cornwall, no porque tuviese nada en su contra, sino
porque la idea que esos sujetos tenían de la diversión distaba mucho de la
propia. Ellos al igual que el grupo de Garlan, solían meterse en problemas con
excesiva frecuencia. Sin embargo, le pareció que aquella salida no revestía
mayores riesgos, ya que no iba Giulian y en cambio sí lo haría Iván, de manera
que Daniel por fuerza estaría controlado.
De tal forma que aceptó la invitación y pasaría por Daira a la hora
convenida.
En primer lugar fueron a cenar y luego
de finalizar la animada comida, se fueron a un local nocturno, que en el caso
de Iván y Armel esperaban no fuese excesivamente bullicioso. Sin embargo, su
deseo no se cumplió. Iván estaba seguro que su oído lo estaría molestando al
día siguiente y el problema de Armel era que aunque tenía toda la habilidad
deseable y cuando iba a lugares públicos bloqueaba las energías a su alrededor,
era mucho más difícil en sitios donde había tantos jóvenes bulliciosos cuyo
escándalo no se limitaba al exterior sino que el que llevaban en sus cabezas era superior al
que los rodeaba.
Tal y como Amy esperaba Jonathan estaba
allí y solo le llevó unos segundos localizarlo, ya que era la mesa más
escandalosa del local. Daira también los vio, naturalmente, pero ella en lo que
se fijó fue en que Jonathan y Garlan entretenían a varias jovencitas con caras
de tontas, mientras que Alaric entretenía
solo a una y de forma tan decidida que Daira sintió pena por la pobre
criatura. No obstante, el grupo parecía no haberse percatado de su presencia
hasta que subieron a bailar a la pista.
-
¡Wow! --
exclamó Brice -- Definitivamente Dan es un desgraciado con
suerte, Amy sigue siendo una de las mujeres más hermosas del mundo
Enseguida la atención de todos se centró
en el lugar que señalaba Brice y Anthony
lanzó un silbido.
-
¿Esa
es Daira? -- preguntó en tono de admiración
Ellos estaban habituados a ver a sus
compañeras de trabajo con el uniforme, de modo que solían olvidar las femeninas
formas de las mismas. Pero en esta ocasión habría sido necesario que fuesen
ciegos para ignorarlas.
-
Bueno,
Armel está demostrando que ser silencioso tiene sus ventajas --
dijo Jason en tono burlón
Solo fue cuestión de segundos para que
Jonathan mudara de expresión y Alaric le dio un codazo a Garlan.
-
Parece
que Daira al fin hizo caso de tus consejos Jonathan --
dijo Garlan con malignidad
-
Y
sin duda Armel será el más beneficiado
-- agregó Alaric
En aquel momento Armel y Daira estaban
riendo y Jonathan agarró a una de las chicas por una mano y la arrastró a la
pista situándose lo más cerca posible de la pareja. Y sus pensamientos y
sentimientos eran tan tormentosos, que Armel percibió el peligro de forma
inmediata. Giró a Daira hasta localizar la fuente y una vez que lo hizo sonrió.
-
¿Qué
te parece gracioso ahora? -- preguntó ella y él le dijo alguna tontería
con el fin de distraer su mente para luego preguntar
-
¿McKenzie
tiene alguna oportunidad? -- tal y como era su intención, no necesitó que
ella contestase
-
Armel…
-
¿Por
qué lo están haciendo tan complicado?
-
Armel,
Jonathan McKenzie no es de la clase…
-
Eso
lo sé y creo que lo conozco yo mejor que tú, ha sido un dolor de cabeza muy al
estilo Cornwall desde que ingresó a la
Orden , de modo que he pasado más de una noche sacándolo de
algún horroroso lío, pero es evidente que está muy interesado en cierta pelirroja que conocemos --
dijo con una sonrisa
-
Estás
equivocado Armel, a ese infeliz solo le interesa molestar
-
¿Quieres
apostar? -- y ahora fue Daira la que rió
-
Apostaría
muy alto y no tienes tanto dinero
-
¡Ah,
entonces me harás millonario! -- insistió él y ambos rieron
Aquello estaba sacando de quicio al
objeto de la conversación de los Arzhaelíes que no estaba prestando ni la más
mínima atención a su pareja de baile que se esforzaba en que así fuera.
-
De
acuerdo, no apostaremos nada pero…
-- se detuvo como pensando el
asunto y miró a Jonathan que le devolvió la mirada pero en su caso iba cargada
de veneno -- ¿Me dejas probártelo? -- le
preguntó a Daira
-
¿Probármelo? --
preguntó ella a su vez
-
Puedo
probarte aquí y ahora, que yo tengo razón pero promete no agredirme
-
Vamos
Armel, estás diciendo una tontería tras otra
-
¿Sí
o no? --
y ella lo miró con curiosidad
-
De
acuerdo
-
Bien,
pero recuerda no agredirme luego tú a mí, ya tendré bastante con la criatura
-- le dijo y ella volvió a reír
sin entender qué se proponía -- Prepárate porque voy a besarte
-
¿Qué?
¿Te has…? -- pero no pudo concluir porque Armel sujetó su
rostro y efectivamente la besó
Por supuesto fue un beso totalmente
carente de sentimiento alguno, solo quería probar una teoría y sin duda lo
hizo, porque apenas sus labios habían tocado los de la chica, cuando un grito
salvaje perforó sus oídos.
-
¡Quítale
las manos de encima Haider!
Aunque Armel se había preparado para una
posible reacción violenta, no calculó ni la rapidez ni la agresividad de la
misma, porque Jonathan al tiempo que le gritaba, lo estaba separando él mismo y
a una velocidad endemoniada le clavó un puñetazo en el abdomen. Armel apenas si
tuvo tiempo de enderezarse pero siendo que él poseía el mismo entrenamiento y
más años de experiencia, le llevó muy poco tiempo inmovilizarlo.
Iván, Dan, Garlan y Alaric habían sido
los primeros en llegar hasta ellos pero ya Armel lo tenía sujeto con las manos
en la espalda.
-
Escucha
muchachito, cuando queremos algo, lo más recomendable es ir por ello antes de
que otro lo haga -- le dijo de modo que solo él pudiese
escucharlo, pero ciertamente Iván lo escuchó aunque no entendió
-
¡Suéltame
infeliz!
-
Lo
haré cuando te hayas tranquilizado niño
Amy y Elar sujetaron a Daira que aún estaba
estupefacta y la arrastraron hacia la mesa.
-
¿Qué
sucedió? -- preguntó Elar
-
Aparte
del hecho de que Jonathan tuvo la estúpida idea de atacar a Armel, claro --
agregó Amy
-
Armel…
me besó -- dijo Daira
-
¿Qué? --
preguntaron las otras dos y Amy miró con consternación hacia donde aun
estaban los hombres, porque en sus cálculos no entraba aquello
-
Dijo
que podía probar que McKenzie… -- pero se detuvo y miró hacia ellos
también -- ¡Por todos los Dioses, esto es una locura!
Sin embargo, Amy había comprendido y
sonreía pensando que había sido una gran idea invitar a Armel, porque quizá les
había ahorrado mayores esfuerzos. Unos minutos después sus parejas regresaron a
la mesa y todo parecía tranquilo pero estaba muy lejos de ser así, porque
apenas se habían sentado cuando Jonathan se acercó, tomó a Daira por una mano y
se la llevó con él. Dan e Iván estaban perdidos mientras que Amy, Elar y Armel
sonrieron.
Una vez que abandonaron el local,
Jonathan aferró a Daira por la cintura y unos minutos después aparecían frente
a la casa de la Arzhaelí.
-
¿Qué
te sucede McKenzie?
Sin embargo, él no le contestó sino que
siguió sujetándola con un brazo mientras el otro se elevó y aferró sus cabellos
haciendo que inclinase la cabeza hacia atrás y sin previo aviso se apoderó de
sus labios. Es poco probable que él tuviese una idea clara de por qué estaba
haciendo aquello, pero ciertamente no estaba preparado para la descarga
eléctrica que generó aquel beso en él. Su corazón comenzó a latir con extrema
violencia, su respiración le falló, cada terminal nervioso de su cuerpo pareció
activarse, los pensamientos huyeron de su mente y la sangre comenzó a agolparse
donde no debía.
Daira por su parte nunca había sido
besada de aquella forma, las piernas parecieron volverse de gelatina, por lo
que tuvo que aferrarse a él. Se sintió invadida, avasallada y como lo
reconocería mucho tiempo después, enamorada.
No obstante, por algún motivo él la
soltó y sin mediar ni una sola palabra desapareció. Después de varios minutos
Daira entró a su casa, se fue a su habitación, se sentó en la cama y estuvo
allí toda la noche y parte del día siguiente. En la tarde se levantó, se bañó y
se metió en la cama. No contestó los mensajes que le habían estado enviando
Elar y Amy, no comió ni salió. Cuando
volvió a amanecer, se levantó se bañó de nuevo y tomó una decisión. Se vistió y
fue a buscarlo. Sin embargo, cualquier cosa que quisiese preguntarle o
cualquier cosa que el pudiese decirle, no sería posible por el momento, porque
Jonathan McKenzie había desaparecido la noche anterior y tardaría mucho tiempo
en volver.
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