LMA 3

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La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

lunes, 4 de agosto de 2014

Cap. 57 Jonathan & Daira…



Amy tenía planes muy concretos y siendo que a Elar le habían funcionado los consejos de ella, decidió que lo mejor era que Daira se pusiese en manos de la dulce Amy.

-          Escuchen, estoy cansada porque tuve un día muy pesado en el Hospital, así que…

-          Así que deja de protestar y escucha tú  --  la cortó Amy  --  Para hacerte el cuento corto, comenzaré por decirte que ya estamos cansadas de verte hacer la tonta con Jonathan McKenzie

La primera reacción de Daira fue de ira suprema. Si bien su estrecha amistad con Elar se remontaba a su época escolar, no sucedía lo mismo con Amy. Aunque siempre tuvieron buenas relaciones, cuando eran niñas ella consideraba a Amy la misma clase de odiosa persona que eran sus hermanos. Era altiva, arrogante y la típica niña que lo tenía todo sin esfuerzo. Los Douglas, los Cornwall y los Nemhain,  eran la realeza del mundo Arzhvael aunque en éste no se acostumbraran esos títulos, pero aquellos chicos sin duda hacían ostentación de sus apellidos. Sin embargo, ahora las cosas habían cambiado y la veía de una forma más normal, pero en aquel momento al escucharla hablarle así, la vieja antipatía salió a flote y por un momento estuvo a punto de soltar una barbaridad. Pero como ya se ha dicho, Daira al igual que Iván era el paradigma de la ecuanimidad, de modo que se serenó y su voz siguió sonando tranquila.

-          No quiero parecer grosera Amy, pero no creo estar haciendo la tonta con ese sujeto.

-          Pues una cosa es que no lo creas y otra muy diferente que no sea así, porque hasta ahora te has dejado fastidiar por el muy infeliz.

-          ¿Y qué se supone que haga? Porque por si no lo has notado, pedirle que me deje en paz no ha resultado.

-          Por supuesto que no, no es de la clase al que le pides nada  --  dijo Amy  --  Pero creo que ha llegado el  momento de que le devuelvas el favor

A partir de ahí Daira escuchó boquiabierta la exposición de Amy, haciendo un enorme esfuerzo por no salir corriendo. Definitivamente aquella mujer calificaba en el renglón de altamente peligrosa y aunque no llevase sangre Cornwall, a Daira le quedó claro que era la misma clase de loca que ellos.

Y en cierta forma así podía pensarse, porque Amy había trazado un cuidadoso plan de hostigamiento que incluía desde aparecerse en cualquier lugar en el que él estuviese, hasta allanar su departamento. Se había hecho con una pormenorizada lista de las actividades de Jonathan y aunque no era que su vida amorosa fuese un secreto de estado y casi era un espectáculo público, esa parte resultó bastante sencilla. Lo demás había sido cuestión de pasar media hora con Garlan y el pobre sujeto fue incapaz de negarse a nada. Esto en especial a Daira le costaba creerlo, porque Garlan era un Arzhaelí altamente especializado y que Amy hubiese sido capaz de obtener alguna clase de información por mínima que fuese, ya era algo insólito. Lo que reforzó su idea de que Amy Douglas era peligrosa con todas sus letras.

Les costó algo de tiempo convencer a Daira, pero finalmente lo lograron y el plan se puso en marcha. Amy pensó que si no servía para que aquellos dos se dejasen de necedades y se dieran una oportunidad, al menos serviría para que Daira se cobrase todo lo que Jonathan le había estado haciendo.


Jonathan por su parte y luego del incidente con el infeliz de Donald Klausen y su posterior charla con Giulian, había pasado un par de días bastante mal, pero luego decidió que Giulian estaba tan loco como siempre y que ciertamente él NO  estaba celoso. Sin embargo, una molesta pregunta seguía rondando su cabeza y no le encontraba una respuesta.

Pero siendo como era en extremo práctico, volvió a sus actividades normales que incluían unas noches muy ocupadas. Y por otra parte, continuó con su política de hostigamiento hacia Daira. Lo que no sabía el Arzhaelí, era lo mucho que iba a complicarse su vida en un brevísimo lapso de tiempo.


Un par de días después de su conversación con Amy, Daira estaba frente a la puerta del departamento de Jonathan tratando de darse valor para hacer aquello, pero finalmente respiró profundo y entró. Se sorprendió mucho, porque aunque no se había hecho una idea de qué iba a encontrar, ciertamente aquel infeliz no se negaba nada. Prestó atención y escuchó el agua corriendo. Se estaba bañando. Por un momento tuvo la necesidad de correr al imaginárselo bajo la ducha, pero se contuvo y avanzó hacia la habitación.

Al entrar, el olor de su colonia invadió su nariz pero trató de ignorarlo y miró a su alrededor. Todo en ella hablaba de buenos y costosos gustos, y sintió una ira enorme al imaginarse la indecente cantidad de señoritas que habían sido huéspedes de aquel lugar pero en seguida se reprendió diciéndose que eso no era asunto suyo, estaba allí con el único fin de fastidiarlo. Caminó con decisión hacia la cama y procuró expulsar las necias imágenes que se empeñaban en invadir su mente. Se sentó y esperó. Unos minutos después escuchó que se abría la puerta del baño e hizo una súplica silenciosa para que estuviese cubierto. Sin embargo, y aunque la puerta se abrió, no lo vio salir pero unos segundos después se sintió aferrada por dos fuertes brazos.

-          ¿Señorita Clemmens, no le enseñaron en la escuela que era peligroso e ilegal, invadir la propiedad ajena?

Daira ya se esperaba algo así, Jonathan era un Arzhaelí bien entrenado y habría sido mucho esperar que estuviese tan distraído como para no notar la presencia.

-          Sí, sí lo hicieron, pero ya que hay ciertos sujetos que no respetan la mía, encuentro justo poder hacer lo mismo  --  y lo escuchó reír  --  Y sería menos grosero si salieses de debajo de tu Skik

-          ¿De veras quieres que salga?

-          Vamos McKenzie, no voy a ver nada que no haya visto y ciertamente nada muy especial.

Jonathan se quitó la Skik y Daira agradeció a los Dioses que tuviese la toalla anudada a la cintura.

-          ¿Y puedo preguntar a qué debo el honor de esta inesperada visita?

-          Puedes pero a nada en especial, solo sentí curiosidad  --  y por primera vez el demostró asombro, por lo que Daira podía anotarse su primer tanto  --  pero como ya está satisfecha me marcho

Pero eso era más fácil decirlo que hacerlo, porque antes de que ella pudiese moverse ya él había llegado a la puerta y le bloqueaba el paso.

-          ¿No te advirtieron tus padres acerca de los peligros de estar a solas en la habitación de un hombre?  --  le preguntó con sonrisa maligna

-          ¡Oh sí! Me hablaron de todos ellos, de lo que no me hablaron fue de los individuos como tú pero ya tengo mi propia opinión al respecto. Ahora si no te importa, debo marcharme porque me están esperando  --  y la sonrisa de Jonathan desapareció muy de prisa

-          ¿Quién?  --  le preguntó

-          Eso no es asunto tuyo McKenzie, y te sugiero hacerte a un lado

Pero como Jonathan no se apartaba, ahora fue Daira la que sonrió y un segundo después él fue apartado con violencia y antes de salir le fue arrebatada la toalla que lo cubría.

-          Que te diviertas McKenzie  --  dijo ella cuidando de no voltear a mirar

Sin embargo, y sin saberlo acababa de arruinarle la noche, porque a pesar de que la cita de ese día le había costado cierto esfuerzo y tenía planes muy concretos, pasó la noche distraído y pensando con quién demonios estaría ella. Que por cierto se había acostado temprano y muy satisfecha consigo misma. 

Al día siguiente, Jonathan estaba en Arx practicando con Alaric. Después de su reciente experiencia con los Uzkys había decidido que aprender a utilizar el Arco con mayor destreza era de vital importancia.

-          Eres un necio, si hubieses prestado atención cuando estabas en entrenamiento, te habrías ahorrado un montón de problemas  --  le estaba diciendo Alaric

-          Presté atención, pero lamentablemente no tengo tu destreza ni tu velocidad y eso es lo que quiero lograr.

Alaric se le quedó mirando por unos segundos y decidió que algo extraño le sucedía. Normalmente habría dicho o hecho una payasada y aquel repentino ataque de seriedad era más preocupante que sus pesadas bromas. Sin embargo, no dijo nada y comenzaron el entrenamiento. Alaric le acababa de dar una instrucción y Jonathan estaba apuntando a la diana.

-          ¿Estudiando McKenzie?  --  escuchó muy cerca de su oído y la flecha salió yendo a parar quién sabía dónde  --  Mmm, lamentable  --  dijo Daira y se marchó

Jonathan maldijo en todos los tonos conocidos mientras Alaric se partía de risa. Ver que alguien fastidiase a Jonathan McKenzie ya era gratificante, pero que encima ese alguien fuese Daira, era superior.

Esa misma tarde fue él quien intentó sorprenderla cuando Daira estaba de compras en una tienda de Kelten.

-          ¿No es eso algo abrigado para la época señorita Clemmens?  --  escuchó Daira a sus espaldas y sonrió

-          No creo que mi madre opine lo mismo, ya que es para ella  --  le dijo  --  Pero ya que te muestras tan interesado y pareces tener experiencia en prendas femeninas, tal vez puedas ayudarme

Jonathan estaba realmente sorprendido, porque en condiciones normales ella habría protestado ruidosamente. Sin embargo, se dejó arrastrar y su asombro aumentó.

-          Veamos  --  dijo ella  --  ¿Qué te parece esto?

-          Es… bonito

-          Vamos McKenzie, quiero tu opinión profesional

-          No soy un diseñador de ropa íntima femenina  --  y ella rió con diversión

-          Ya lo sé, pero eres un experto admirándola y qui…

-          ¡Señorita Clemmens! 

-          ¿Quién lo habría dicho? Jonathan McKenzie abochornado  --  dijo ella riendo

-          No estoy abochornado

-          Claro  --  dijo ella con sorna  --  ¿Entonces? ¿Qué me dices? ¿Crees que me quedaría bien?

-          Supongo que sí

-          Bueno, como no estás siendo de mucha ayuda, creo es mejor venir con el directamente interesado  --  dijo colocando de nuevo la prenda en el aparador

-          ¿Cómo has dicho?  --  preguntó él aferrando su brazo

-          Me estás haciendo daño McKenzie  --  y él la soltó, lo que fue un gran error si pretendía que le dijese algo, porque al minuto siguiente había desaparecido de su vista

-          ¡Maldición!

-          ¿Puedo ayudarlo?  --  escuchó a su lado y una chica le sonreía  --  Tal vez pueda recomendarle algo para su esposa

-          Ella no es…  --  pero se detuvo, se disculpó con la chica y salió apresuradamente

Para el viernes Amy organizó una salida en grupo, y como a Dan le encantaban esos bochinches, no tuvo inconvenientes con él, mientras que Elar la tuvo un poco más difícil con Iván a quien no le gustaban para nada esas salidas, pero como Elar mostró mucho interés en ir, él decidió hacerlo. Con quien no tuvieron ninguna posibilidad fue con Giulian para asombro de los otros dos, porque él sí era un entusiasta fiestero, sin embargo, dijo que no iría a ningún lugar porque Sam había estado trasnochando mucho a causa de los deberes en el Instituto y necesitaba descanso. Danny y Diandra también rechazaron la invitación porque Di se había estado sintiendo fatal con el nuevo embarazo, y en el caso de Gail y Aderyn, ya el chico sabía cómo le iba en aquellos lugares y era una experiencia que no quería repetir. 

Después de organizada la salida, venía la tarea de encontrar una pareja para Daira. De sus amigos más cercanos, Garlan y Alaric estaban descartados de antemano, ambos eran amigos de Jonathan y solían salir juntos. A ese mismo grupo pertenecían Urs, Anthony,  Jason y Brice, de modo que tampoco podían contar con ellos. A Delos era imposible incluirlo estando Dan presente y Philip estaba casado y su esposa no sentía mucha simpatía por los miembros de la Orden. De manera que solo le quedaban dos opciones, Bran o Armel. Y si no pensaron en nadie más que no fuese un Arzhaelí, fue porque les pareció arriesgado teniendo en cuenta lo sucedido con Donald, mientras que si Daira salía con un Arzhaelí y Jonathan se ponía difícil, éste tendría más posibilidades de defenderse sin perjuicio para su persona.

Elar fue la encargada de hablar con Armel, porque se enteraron que Bran ya tenía un compromiso para ese día.

Armel Haider era un individuo poco dado a las fiestas y ciertamente habría rechazado cualquier invitación que incluyese a Daniel Douglas o Giulian Cornwall, no porque tuviese nada en su contra, sino porque la idea que esos sujetos tenían de la diversión distaba mucho de la propia. Ellos al igual que el grupo de Garlan, solían meterse en problemas con excesiva frecuencia. Sin embargo, le pareció que aquella salida no revestía mayores riesgos, ya que no iba Giulian y en cambio sí lo haría Iván, de manera que Daniel por fuerza estaría controlado.  De tal forma que aceptó la invitación y pasaría por Daira a la hora convenida.

En primer lugar fueron a cenar y luego de finalizar la animada comida, se fueron a un local nocturno, que en el caso de Iván y Armel esperaban no fuese excesivamente bullicioso. Sin embargo, su deseo no se cumplió. Iván estaba seguro que su oído lo estaría molestando al día siguiente y el problema de Armel era que aunque tenía toda la habilidad deseable y cuando iba a lugares públicos bloqueaba las energías a su alrededor, era mucho más difícil en sitios donde había tantos jóvenes bulliciosos cuyo escándalo no se limitaba al exterior sino que el  que llevaban en sus cabezas era superior al que los rodeaba.

Tal y como Amy esperaba Jonathan estaba allí y solo le llevó unos segundos localizarlo, ya que era la mesa más escandalosa del local. Daira también los vio, naturalmente, pero ella en lo que se fijó fue en que Jonathan y Garlan entretenían a varias jovencitas con caras de tontas, mientras que Alaric entretenía solo a una y de forma tan decidida que Daira sintió pena por la pobre criatura. No obstante, el grupo parecía no haberse percatado de su presencia hasta que subieron a bailar a la pista.

-          ¡Wow!  --  exclamó Brice  --  Definitivamente Dan es un desgraciado con suerte, Amy sigue siendo una de las mujeres más hermosas del mundo

Enseguida la atención de todos se centró en el lugar  que señalaba Brice y Anthony lanzó un silbido.

-          ¿Esa es Daira?  --  preguntó en tono de admiración

Ellos estaban habituados a ver a sus compañeras de trabajo con el uniforme, de modo que solían olvidar las femeninas formas de las mismas. Pero en esta ocasión habría sido necesario que fuesen ciegos para ignorarlas.

-          Bueno, Armel está demostrando que ser silencioso tiene sus ventajas  --  dijo Jason en tono burlón

Solo fue cuestión de segundos para que Jonathan mudara de expresión y Alaric le dio un codazo a Garlan.

-          Parece que Daira al fin hizo caso de tus consejos Jonathan  --  dijo Garlan con malignidad

-          Y sin duda Armel será el más beneficiado  --  agregó Alaric

En aquel momento Armel y Daira estaban riendo y Jonathan agarró a una de las chicas por una mano y la arrastró a la pista situándose lo más cerca posible de la pareja. Y sus pensamientos y sentimientos eran tan tormentosos, que Armel percibió el peligro de forma inmediata. Giró a Daira hasta localizar la fuente y una vez que lo hizo sonrió.

-          ¿Qué te parece gracioso ahora?  --  preguntó ella y él le dijo alguna tontería con el fin de distraer su mente para luego preguntar

-          ¿McKenzie tiene alguna oportunidad?  --  tal y como era su intención, no necesitó que ella contestase

-          Armel…

-          ¿Por qué lo están haciendo tan complicado?

-          Armel, Jonathan McKenzie no es de la clase…

-          Eso lo sé y creo que lo conozco yo mejor que tú, ha sido un dolor de cabeza muy al estilo Cornwall desde que ingresó a la Orden, de modo que he pasado más de una noche sacándolo de algún horroroso lío, pero es evidente que está muy interesado en cierta pelirroja que conocemos  --  dijo con una sonrisa

-          Estás equivocado Armel, a ese infeliz solo le interesa molestar

-          ¿Quieres apostar?  --  y ahora fue Daira la que rió

-          Apostaría muy alto y no tienes tanto dinero

-          ¡Ah, entonces me harás millonario!  --  insistió él y ambos rieron

Aquello estaba sacando de quicio al objeto de la conversación de los Arzhaelíes que no estaba prestando ni la más mínima atención a su pareja de baile que se esforzaba en que así fuera.

-          De acuerdo, no apostaremos nada pero…  --  se detuvo como pensando el asunto y miró a Jonathan que le devolvió la mirada pero en su caso iba cargada de veneno  --  ¿Me dejas probártelo?  --  le preguntó a Daira

-          ¿Probármelo?  --  preguntó ella a su vez

-          Puedo probarte aquí y ahora, que yo tengo razón pero promete no agredirme

-          Vamos Armel, estás diciendo una tontería tras otra

-          ¿Sí o no?  --  y ella lo miró con curiosidad

-          De acuerdo

-          Bien, pero recuerda no agredirme luego tú a mí, ya tendré bastante con la criatura  --  le dijo y ella volvió a reír sin entender qué se proponía  --  Prepárate porque voy a besarte

-          ¿Qué? ¿Te has…?  --  pero no pudo concluir porque Armel sujetó su rostro y efectivamente la besó

Por supuesto fue un beso totalmente carente de sentimiento alguno, solo quería probar una teoría y sin duda lo hizo, porque apenas sus labios habían tocado los de la chica, cuando un grito salvaje perforó sus oídos.

-          ¡Quítale las manos de encima Haider!

Aunque Armel se había preparado para una posible reacción violenta, no calculó ni la rapidez ni la agresividad de la misma, porque Jonathan al tiempo que le gritaba, lo estaba separando él mismo y a una velocidad endemoniada le clavó un puñetazo en el abdomen. Armel apenas si tuvo tiempo de enderezarse pero siendo que él poseía el mismo entrenamiento y más años de experiencia, le llevó muy poco tiempo inmovilizarlo.

Iván, Dan, Garlan y Alaric habían sido los primeros en llegar hasta ellos pero ya Armel lo tenía sujeto con las manos en la espalda.

-          Escucha muchachito, cuando queremos algo, lo más recomendable es ir por ello antes de que otro lo haga  --  le dijo de modo que solo él pudiese escucharlo, pero ciertamente Iván lo escuchó aunque no entendió

-          ¡Suéltame infeliz!

-          Lo haré cuando te hayas tranquilizado niño

Amy y Elar sujetaron a Daira que aún estaba estupefacta y la arrastraron hacia la mesa.

-          ¿Qué sucedió?  --  preguntó Elar

-          Aparte del hecho de que Jonathan tuvo la estúpida idea de atacar a Armel, claro  --  agregó Amy

-          Armel… me besó  --  dijo Daira

-          ¿Qué?  --  preguntaron las otras dos y Amy miró con consternación hacia donde aun estaban los hombres, porque en sus cálculos no entraba aquello

-          Dijo que podía probar que McKenzie…  --  pero se detuvo y miró hacia ellos también  --  ¡Por todos los Dioses, esto es una locura!

Sin embargo, Amy había comprendido y sonreía pensando que había sido una gran idea invitar a Armel, porque quizá les había ahorrado mayores esfuerzos. Unos minutos después sus parejas regresaron a la mesa y todo parecía tranquilo pero estaba muy lejos de ser así, porque apenas se habían sentado cuando Jonathan se acercó, tomó a Daira por una mano y se la llevó con él. Dan e Iván estaban perdidos mientras que Amy, Elar y Armel sonrieron.

Una vez que abandonaron el local, Jonathan aferró a Daira por la cintura y unos minutos después aparecían frente a la casa de la Arzhaelí.

-          ¿Qué te sucede McKenzie?

Sin embargo, él no le contestó sino que siguió sujetándola con un brazo mientras el otro se elevó y aferró sus cabellos haciendo que inclinase la cabeza hacia atrás y sin previo aviso se apoderó de sus labios. Es poco probable que él tuviese una idea clara de por qué estaba haciendo aquello, pero ciertamente no estaba preparado para la descarga eléctrica que generó aquel beso en él. Su corazón comenzó a latir con extrema violencia, su respiración le falló, cada terminal nervioso de su cuerpo pareció activarse, los pensamientos huyeron de su mente y la sangre comenzó a agolparse donde no debía.

Daira por su parte nunca había sido besada de aquella forma, las piernas parecieron volverse de gelatina, por lo que tuvo que aferrarse a él. Se sintió invadida, avasallada y como lo reconocería mucho tiempo después, enamorada.


No obstante, por algún motivo él la soltó y sin mediar ni una sola palabra desapareció. Después de varios minutos Daira entró a su casa, se fue a su habitación, se sentó en la cama y estuvo allí toda la noche y parte del día siguiente. En la tarde se levantó, se bañó y se metió en la cama. No contestó los mensajes que le habían estado enviando Elar y Amy, no comió  ni salió. Cuando volvió a amanecer, se levantó se bañó de nuevo y tomó una decisión. Se vistió y fue a buscarlo. Sin embargo, cualquier cosa que quisiese preguntarle o cualquier cosa que el pudiese decirle, no sería posible por el momento, porque Jonathan McKenzie había desaparecido la noche anterior y tardaría mucho tiempo en volver.

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