Los Arzhaelíes solteros y
uno que otro casado, tenían hábitos que podrían considerarse un tanto extraños
y que obedecían quizá a la herencia genética legada por sus ancestros. Los
primeros Arzvhaels fueron una raza guerrera que en sus inicios y cuando aun no
se había decretado la prohibición de unirse a los Firbolgs, dieron origen a los pueblos llamados
bárbaros, como fueron los Galos, los Hunos, o los Germanos conocidos también
como Vikingos.
Sería difícil establecer si
las costumbres actuales de los Arzhaelíes eran totalmente derivadas de
aquellos, o si habían sido modificadas a su conveniencia, pero al menos la
practicada los fines de semana por estos sujetos, era duramente criticada por
las féminas de la Orden, ya que consistía en que los sábados, aquellos que no
estaban en alguna misión, se reunían y
solían beber como cosacos para terminar en diversas camas con agraciada
compañía, y los domingos en la mañana se reunían de nuevo en esta oportunidad
en la Sede y se enfrentaban en luchas cuerpo a cuerpo y con la prohibición
expresa de utilizar magia, solo podían usar sus manos y sus Gwialen pero como
bastón de combate.
Según su desquiciado
razonamiento, esto tenía como objeto agudizar sus sentidos y prepararse para
ser capaces de enfrentar cualquier eventualidad aun en las precarias
condiciones en las que los dejaban las noches de juerga. Esto por supuesto, no
era presenciado por ninguna de las Arzhaelíes que lo calificaban como
deprimente espectáculo de circo, aparte del hecho más deprimente aún según ellas,
de que se presentaban en la arena
casi en el mismo estado de desnudez con el que habían venido al mundo, porque
solo llevaban encima un ridículo atuendo que consistía en una faldilla corta
como la utilizada por los antiguos Gladiadores.
Aquel domingo de primeros
de Abril, se encontraban Eowaz, Armel, Philip y algunos otros Arzhaelíes que no
participaban en el juego de los
chicos, pero que se divertían viéndolo. En ese momento se enfrentaban Alaric y
Bran, el primero acababa de ser derribado de un bastonazo propinado por Bran pero cuando éste se acercaba recibió
una patada que lo envió varios metros más allá.
-
Definitivamente para esto es para lo único que echo de menos a los
gemelos Cornwall y al demente de Daniel --
dijo Philip y los otros rieron
-
Pero está sumamente difícil que ni a Dan ni a Giulian, sus dulces esposas les permitan acerarse por
aquí --
dijo Armel
-
No sean injustos, es posible que hayan madurado --
dijo Eowaz en tono risueño
-
¡Ja! Primero se cae el cielo a pedazos Eowaz -- se
burló Philip
-
Ese par es posible que alcance la edad de Myrddhin, pero la madurez es
algo que está fuera de sus posibilidades
-- dijo Armel, y luego mirando hacia la arena --
Esto es lago que no me quiero perder
-
Y lo cual me parece un enfrentamiento muy desigual --
opinó Philip -- Berserker no es oponente para ninguno de
estos desdichados.
-
Él sabe que solo debe valerse de su habilidad y en ningún caso hacer uso
de su fuerza extrema -- dijo Eowaz
-
Bueno siendo que es la primera vez que lo hace, veremos cómo está en esa
área, porque Garlan le lleva la ventaja de la experiencia --
acotó Armel
-
En cualquier caso le apuesto a Berserker
-- insistió Philip
-
Pues si le gana, será un buen ejercicio de humildad para McEwan y quizá
nos libremos de su arrogancia por algunos días
-- dijo Armel con una sonrisa
burlona
-
Ahora eres tú el iluso, porque estos desdichados tienen un ego mucho más
resistente que sus cuerpos -- dijo Philip con acidez
Y sin duda tuvo Philip
razón, porque Mael despachó a Garlan en un abrir y cerrar de ojos. Luego fue el
turno de Jonathan y Urs, éstos demoraron un poco más pero finalmente Urs cayó
derribado y Jonathan le colocó la Gwialen en el pecho, signo de derrota. Sin
embargo, inesperadamente la actividad se vio interrumpida por la insólita
presencia de una Arzhaelí.
-
¡McKenzie!
El grito de Daira los hizo
a todos girar las cabezas y verla avanzar en actitud amenazante hacia el
susodicho. No obstante, y una vez superada la sorpresa, una expresión de
fastidio se dibujo en los rostros de casi todos los presentes, porque a pesar
de que ya estaban acostumbrados a los memorables pleitos entre aquellos dos,
les fastidiaba mucho que se sucediese justo en ese momento, y la verdad ninguno
tenía muchas ganas de escuchar la sarta de improperios de las que estaban
seguros que era merecedor aquel infeliz, el posterior beso para silenciarla y
por último la desaparición apresurada del Arzhaelí tras la adorable criatura.
Jonathan por su parte, hizo
un rápido repaso mental a sus actividades de las últimas horas y ninguna
incluía nada que hubiese podido molestar a Daira. De modo que avanzó hacia ella
con una natural y excesiva confianza dadas las condiciones en las que
obviamente venía la mujer.
-
No han transcurrido ni veinticuatro horas y ya me estás extrañando
señorita Clemmens -- dijo mientras caminaba
Mael le habría aconsejado a
su amigo guardar prudente silencio, pero aparte de que eso era casi imposible,
ya no podía hacerlo. Armel no solo le
habría sugerido silencio sino que corriese muy deprisa en dirección contraria.
-
¡Eres un cretino desgraciado y si vuelves a acercarte a mí lo vas a
lamentar! -- le gritó mientras lo apuntaba con su Athame
-
Teniendo en cuenta que sabes lo que decir eso te acarreará, deduzco que
vienes por tu…
-
¡Cállate infeliz!
-
Bien, pero si has venido hasta aquí a buscarme, es…
-
¡Es porque quiero que te quede claro que si vuelvo a verte, te juro que
te hago pedazos!
Por primera vez Jonathan
consideró la posibilidad de que
estuviese realmente enfadada, algo que ya todos habían advertido menos él.
-
Veamos señorita Clemmens, creo que por alguna razón que desconozco y que
estoy seguro será totalmente injusta y de la que soy completamente inocente,
estás algo molesta
Los Arzhaelíes hicieron
distintos gestos de exasperación, porque aquel individuo era en realidad
irritante y definitivamente un desvergonzado, porque si de algo estaban
seguros, era de que por ninguna parte era Jonathan McKenzie inocente. Solo que
en esta oportunidad su fama actuaba en su contra, porque en realidad no había
hecho nada, o al menos no lo había hecho él solo.
-
¡Escúchame bien McKenzie, si te vuelvo a ver en mi casa, en el hospital
o en cualquier otro lugar, me aseguraré de lanzarte de cabeza en las fauces de
una Mydgard! -- dicho esto comenzó a alejarse
Y habría sido mejor para la
integridad física de Jonathan que la dejase ir en paz, pero Jonathan era
Jonathan y eso estaba fuera de consideración. De manera que la sujetó por un
brazo pero al minuto siguiente estaba tirado en el piso y ella lo apuntaba con
su Athame. Sin embargo, se puso rápidamente de pie, solo para verse lanzado de
nuevo hacia atrás por un potente rayo que dio en su pecho.
-
¡Ya es suficiente! -- exclamó furioso
-
¡Tienes razón! -- exclamó ella a su vez y volvió a levantar su
Athame
La primera vez que Daira sacudió a Jonathan, los Arzhaelíes
sonrieron con malignidad, porque usualmente no pasaban de los insultos y era la
primera vez que la veían atacarlo, pero cuando lo hizo de nuevo la solidaridad
masculina se activó, comenzaron a preocuparse y se pusieron alertas. Sin
embargo, fueron Mael y Armel los que corrieron cuando vieron a Jonathan en el
piso y a Daira apuntándole de nuevo, pero a pesar de la velocidad de Mael,
había reaccionado con unos segundos de retraso, lo que le valió a Jonathan ser
atacado por tercera vez.
-
¡OVERVELDE!
-
Ya basta Daira, cálmate -- dijo Mael sujetándola con un brazo por la
cintura y con la otra mano le apartaba la de ella
-
¡Suéltame Berserker, pero ya que eres su amigo y si quieres que siga
vivo, procura mantenerlo alejado de mí!
Mael la soltó y en cuanto
ella comenzó a caminar hacia la salida, él se volvió hacia Jonathan que estaba
rodeado por los demás y Alaric lo estaba apuntando con su Gwialen.
-
Espera -- le dijo Armel
-
¿Por qué? Solo voy a reanimarlo
-
Démosle oportunidad a Daira de alejarse o realmente va a matar a este
cretino
Esperaron un tiempo
prudencial y luego lo reanimaron.
-
Creo que este combate lo
perdiste de forma deshonrosa McKenzie
-- dijo Philip con sorna
-
¿Dónde está? -- preguntó él poniéndose de pie
-
Yo en tu lugar no intentaría averiguarlo
-- le dijo Alaric
-
No seas necio -- dijo Jonathan apartándolo
-
McKenzie tal vez no lo notaste pero Daira esta algo molesta, y a juzgar por como te fue, yo en tu lugar no la buscaría -- se
burló Garlan
-
¿Qué le hiciste esta vez McKenzie?
-- preguntó Armel
-
¡Nada!
-
Claro -- dijeron en forma irónica varias voces
-
Tal vez solo está en esos días difíciles, ya saben
-- dijo Jonathan pensándolo un
poco
-
Razón de más para dejarla en paz
-- opinó Brice
Pero a Jonathan no se le
daba bien eso de tener paciencia, de modo que se encaminó hacia el edificio
para bañarse, vestirse y luego iría a averiguar qué le sucedía la señorita Clemmens.
Entre tanto la mencionada
chica, una vez que traspuso las puertas de la Sede y no sabiendo bien a dónde
ir, había marchado hacia Averdeen. Amy y Elar estaban en uno de los salones
comentando muy emocionadas lo del embarazo de Samantha, cuando les anunciaron
que Daira las buscaba, pero cuando la Arzhaelí entró pareció perder toda la
furia que traía encima y se derrumbó llorando en brazos de Elar.
-
¿Daira qué sucede? -- preguntó Elar alarmada
-
¿Tus padres están bien? -- preguntó a su vez Amy porque fue lo único que
se le ocurrió que podía causar aquella repentina crisis de llanto
Sin embargo, Daira no les
contestaba y seguía llorando en forma convulsiva, de manera que las otras dos
comenzaron a preocuparse.
-
¿Daira, le sucedió algo a Jonathan?
-- intentó Elar
-
No… me hables… de ese estúpido
-- dijo entre sollozos y esto
hizo que el panorama comenzara a aclararse
Pero ciertamente y después
de la conversación que habían sostenido con su amiga la noche anterior, nada
las habría preparado para la sorprendente noticia del embarazo de Daira, y
después que ella les narró los hechos de las últimas horas, no sabían si
alegrarse o preocuparse.
-
¿Pero al menos se lo dijiste antes de golpearlo? --
preguntó Elar
-
No
-
¡Daira! -- exclamó Amy
-- Tiene derecho a saberlo, es el
padre
-
A lo único que tiene derecho es a respirar lejos de mí --
porfió ella
-
Daira estás siendo injusta, ambos son responsables no solo Jonathan
porque esto no es algo que él te haya hecho, es algo que hicieron juntos --
dijo Elar sensatamente
-
Tú no entiendes Elar, sé que soy una estúpida por haberme descuidado de
esta forma
-
Daira no estarás pensando…
-
¡No! ¡Claro que no! Saben que yo sería la última persona en pensar algo
como eso. Amaré y cuidaré a mi bebé por encima de todo, pero solo a mí podía
ocurrírseme concebir con semejante imbécil.
-
Daira, concuerdo contigo en que puede ser exasperante, pero es una
maravillosa persona -- dijo Elar
-
Vamos Elar, Iván es
maravilloso, pero ciertamente Jonathan McKenzie es un loco con todas sus letras
-
Pero eso no hace que sea una mala persona, yo estoy casada con uno --
dijo Amy sonriendo -- Y a pesar de todas sus locuras, no lo
cambiaría por otro.
-
Y lo más importante es que tú amas a ese
loco Daira -- insistió Elar
Sin embargo, Daira seguía
empeñada en no verlo ni hablarle, de modo que Amy y Elar decidieron que era
mejor esperar a que Daira se calmase un poco, que ella misma asimilara bien la
noticia, y luego intentar razonar con ella. Pero lamentablemente aquello no
ocurrió y amenazaba con ser uno de los embarazos más catastróficos de la
historia.
Jonathan se fue directo a
la casa de Daira pero lógicamente no la encontró. Fue al hospital y obtuvo el
mismo resultado, de modo que se detuvo a
pensar un momento.
-
¿Dónde estás señorita Clemmens?
-- y la respuesta le llegó casi
de inmediato
Llegó a Averdeen y cuando entró al salón se
encontró con la familia casi en pleno. Estaban Danny y Gail con sus respectivas
esposas e hijos y aquello parecía un pandemónium. Brendan, Elijah, Dreo y
Vladimir corrían por todo el salón haciendo escándalo, mientras que los gemelos
Cornwall que ya intentaban ponerse de pie, en el momento en el que entró
Jonathan acababan de derribar una mesa mientras sus padres intentaban detener
la danza de objetos que orbitaban a
su alrededor.
-
¡Tío Jonathan! -- exclamaron los chicos al verlo, y antes de
que se diese cuenta, tenía a los cuatro niños encima y estaba tirado en el piso
En ese momento los gemelos
Douglas decidieron anunciar su presencia llorando en forma estridente y
mientras Danny y Gail se ocupaban de ellos, Diandra y Samantha intentaban
liberar a Jonathan de los varios pares de brazos que parecían querer ahorcarlo.
Aunque Jonathan quería muchísimo a sus sobrinos se alegró de no tener que vivir
con ellos y se preguntó cómo hacían sus padres para sobrevivir. Y con cierta
sorna pensó que Giulian lo último que necesitaba era el entrenamiento de los domingos, porque si podía con todo aquello,
sin duda sería capaz de sobrevivir a cualquier cosa. Iván que había captado los
pensamientos de Jonathan casi sintió deseos de reír, evidentemente aquel
infeliz aun no sabía nada y solo esperaba que con él funcionase la justicia
divina y su futuro hijo se le pareciera lo suficiente para que pagase todas sus
culpas.
-
¿Dónde está Mael? -- le preguntó Sam --
Pensé que vendrían juntos
-
¿Y por qué íbamos a hacerlo?
-- preguntó él a su vez y ella lo
miró con extrañeza
-
Dijo que estaría en la Sede, le
envié un mensaje hace rato diciéndole que los esperábamos para el almuerzo y
supuse que estabas con él
-
Bueno sí estábamos juntos, pero yo salí primero porque…
Pero se interrumpió porque
en ese momento iban llegando sus padres y Lizzy vino a unirse a la conmoción.
-
¡Papi! -- dijo la chiquita intentando apartar a Dreo
para abrazar a Jonathan y sentándose sobre su pecho
-
Bueno, creo que te contrataremos de niñero, tienes sangre para estos
enanos -- dijo Giulian
-
Olvídalo amigo, quiero llegar a la edad de Eowaz y no creo que ese sea
el mejor camino, aparte de que los niños no son lo mío
Jonathan no pudo haber
escogido un peor momento para hacer una de sus bromas, porque ciertamente lo
era, ya que todos sabían que se desvivía por los chicos por mucho que
protestase. El asunto es que Daira venía entrando al salón con Amy y con Elar y
solo escuchó las últimas palabras.
-
¡Pues que pena McKenzie, porque serás padre en breve, aunque quizá no
veas a tu hijo nunca! -- exclamó Diara con ira y acto seguido corrió
hacia el Dver y desapareció.
Aparte de Elar y Amy que se
habían enterado un poco antes y de Sam e Iván que lo habían hecho más temprano,
para el resto de los presentes incluido el más interesado, aquello fue como una
bomba que les explotó en plena cara. No obstante, Sam e Iván que habían visto
la reacción inicial de Daira y habían temido seriamente por la vida de
Jonathan, pensaron que considerando eso, le había salido barato todo el asunto, pero claro, ellos no estaban al tanto de lo
sucedido en la Sede.
Una vez que la inesperada
noticia penetró en los cerebros de todos, por supuesto los Arzhaelíes fueron
los primeros en reaccionar.
-
¡Bravo hombre, esa sí que es una hazaña tratándose de Daira! --
exclamó Giulian
-
¡Giulian! -- exclamó Sam escandalizada
-
¡Felicidades Jonathan, supongo!
-- dijo Dan en tono irónico
-
Para ser el individuo que huía de las relaciones estables y largas, creo
que acabas de procurarte una bastante estable y un hijo sin duda será una
relación muy larga de la que no
podrás escapar -- dijo Gail ahogando la risa
-
¡Gail Vladimir! -- chilló Aderyn
-
Bueno hermano, acabas de ingresar oficialmente a nuestro club --
dijo Danny palmeándole el hombro
Sin embargo, era poco
probable que Jonathan se hubiese enterado de nada, porque seguía tirado en el
piso con los niños saltando a su alrededor y la mirada fija en el punto por
donde había desaparecido Daira.
-
¡Vamos Jonathan, date prisa y ve a buscarla! --
exclamó Anne
La voz de su madre y la
palmada de Danny, hicieron reaccionar al aturdido Arzhaelí que apartó a Dreo
que hacía verdaderos esfuerzos por arrancarle la cabeza tirando de sus
cabellos, mientras que fueron Brendan y Elijah quienes sujetaron a Lizzy que había estado sentada sobre su pecho
y estuvo a punto de caer en cuanto él
quiso incorporarse.
-
Creo que esa es una mala idea, al menos de momento --
escucharon que decía Mael y todos giraron la cabeza
Mael había visto y escuchado
todo desde la puerta y ahora caminaba hacia él.
-
¿Cómo va a ser una mala idea?
-- preguntó Anne
Amy y Elar se miraron y
estuvieron de acuerdo con Mael, porque ellas al igual que él, sí estaban al
tanto de lo sucedido en la Sede. Sin embargo, Jonathan no les prestó atención y
caminó derecho hacia el Dver
-
¡Papi! -- exclamó Lizzy corriendo tras él, lo que lo
hizo detenerse
-
Escucha corazón -- dijo él agachándose hasta quedar a su
altura -- debo ir a buscar a Daira, pero volveré más
tarde ¿bueno?
-
¿Con Daia? -- preguntó ella
-
Eso espero -- dijo él, le dio un beso a la niña y se metió
al Dver
Sin embargo, cuando llegó a
la casa de Daira ésta no estaba allí y como dudaba que estuviese en el hospital
se fue la Sede, pero allí nadie la había visto, de modo que aunque no creía que
estuviese allí igual pasó por el hospital y nada. Después de buscarla en todos los sitios que
se le ocurrieron incluido su propio departamento, comenzó a desesperarse. De
manera que fue a halar con Eowaz y le planteó el problema.
-
Tal vez sea mejor esperar a que se haga a la idea Jonathan, ten
paciencia y dale tiempo
Pero como ya se ha dicho,
si algo no tenía Jonathan era paciencia. Cursó un urgente mensaje a Mael y a
Garlan, y unos minutos después los dos estaban frente a él.
-
¿Qué sucede? -- preguntó Garlan --
Espero que sea algo muy importante porque acabo de dejar a una linda
señorita por tu causa
-
No encuentro a Daira
-
¡McKenzie! -- exclamó Garlan a punto de quitarle la cabeza
-
Te dije que esperaras un poco
-- le dijo Mael
-
¡No puedo esperar, maldita sea!
-
Veamos niño -- comenzó Garlan --
¿Cuál es tu interés en que te hagan polvo? Esa mujer estaba furiosa
contigo, al menos…
-
Está embarazada -- lo cortó Jonathan
-
¡Demonios! -- exclamó Garlan con cara de horror -- Ahora
sí va a matarte
-
No seas necio McEwan, ella no quiere matarlo solo está… algo
alterada -- dijo Mael
-
Claro -- dijo Garlan en forma sarcástica
-
¿Me ayudarán o no? -- preguntó Jonathan
-
Hermano yo estoy dispuesto a ayudarte, pero prométeme que no dirás nada
estúpido cuando la encuentres
-
¡Ja! Realmente eres inocente Berserker
-- dijo Garlan y luego miró a
Jonathan -- Bien, es tu cabeza y no la mía
Garlan y Mael comenzaron la
labor de rastreo, pero para sorpresa y vergüenza de Jonathan, eso les tomó solo
una hora y él terminó insultándose a sí mismo por no haber pensado en aquello,
pero en realidad Daira no le lucía como la clase de chica que corre a casa de
sus padres.
Los señores Clemmens
recibieron a los Arzhaelíes y se preguntaron cuál de ellos sería el responsable
del pequeño asunto que tenía a su
hija tan alterada. A Garlan ya lo conocían porque lo habían visto muchas veces
en diferentes actos oficiales, y dudaban mucho que se tratase de él. Mientras
que a los otros dos les parecía haberlos visto la última vez que estuvieron en
Arx con motivo del ascenso de su hija, de modo que su atención se centró en
ellos. Él más alto era en realidad un espectáculo de hombre, pensó la señora
Clemmens y si ese era el padre de su futuro nieto, sin duda éste sería hermoso.
Pero al ver al otro, con sus cabellos rubios, ojos inocentemente azules,
sonrisa pícara e infantil, y un rostro que parecía el de un Aesir, se dijo que de tratarse de él, su
nieto sería igualmente bello. Lo que no sabía la buena señora, era que aquel
sinvergüenza no tenía nada de infantil y ciertamente mucho menos de inocente.
-
Buenas noches -- saludaron los Arzhaelíes --
¿Podríamos hablar con Daira?
-- preguntó Garlan
-
Señor McEwan, nuestra hija en este momento se encuentra indispuesta, de
modo que…
-
Solo dígale por favor, que Jonathan McKenzie está aquí
Tanto Garlan como Mael
sintieron el casi irrefrenable deseo de golpear al muy necio, porque si había
alguien a quien NO quería ver Daira,
era justamente a él. Mientras que los Clemmens habían abierto mucho los ojos y
clasificaban a toda velocidad lo que Daira les había contado de aquel sujeto.
Recordaron entre otras cosas lo mucho
que se habían reído con las diabluras que él le hacía cuando estaba en
entrenamiento y en el caso de Pierre el padre de Daira, recordaba especialmente
la indignación de su hija con lo que aquel pequeño
demonio como lo calificaba en aquel entonces, le había dicho el día de su
última prueba.
-
¿Y puedo saber por qué eso sería importante? -- le
preguntó Pierre, intentando mantener la seriedad
Una de las características
más destacables de Jonathan y por la que todos sufrían, era por su forma
salvajemente directa de expresarse, y aunque Garlan y Mael tenían unas ganas
inmensas de lanzarle un conjuro para silenciarlo durante los próximos mil años,
vieron impotentes como se lanzaba de cabeza.
-
Verá señor Clemmens, no sé si lo saben y si no pues vayan enterándose,
su hija está embarazada y yo soy el padre. De modo que como comprenderá o quizá
no, tenemos un par de cosas que discutir, suponiendo que no me quite la cabeza
antes, claro está
Mael cerró los ojos con
resignación y esperó que Daira les hubiese informado a sus padres del asunto.
En tanto que Pierre Clemmens había ganado una batalla consigo mismo para no
soltar la carcajada. Chantal la madre de Daira, se excusó y subió a avisar a su
hija y siendo que la casa de campo donde se encontraban no era muy grande, no
fue necesario esperar a que la señora bajase, porque fue claramente audible lo
que Daira le envió a decir al cretino
aquel. De modo que cuando Chantal regresó al salón con expresión
apesadumbrada, Jonathan se puso de pie.
-
Jonathan -- lo detuvo Mael --
quizá sea mejor que me dejes a mí hablar con ella primero
-
Gracias, pero no necesito que nadie me resuelva los problemas -- y
sin molestarse en pedir permiso subió
Todos estaban visiblemente
incómodos y de la incomodidad pasaron a la angustia cuando escucharon los
gritos de Daira. Para los Clemmens aquello era nuevo y aunque para los
Arzhaelíes no, teniendo en cuenta lo sucedido en la mañana temieron seriamente
por el destino de su amigo. Durante un
buen rato estuvieron escuchando como Diara parecía estar destruyendo su propia casa y solo esperaban que Jonathan hubiese
sido lo bastante rápido para que no le acertase. Pero después de algo que sonó
como una explosión y que los hizo ponerse de pie, la escucharon gritar sus
nombres.
-
¡McEwan, Berserker!
No esperaron a que se los
repitiera y subieron a toda velocidad, aunque Mael llegó primero eso no servía
de mucho, porque Jonathan estaba tirado
en el piso, inconsciente y sangraba por varios lugares.
-
¡Te advertí que lo mantuvieras alejado de mí!
-
Te estás comportando como una niña Daira
-- dijo Garlan
-
No pedí tu opinión McEwan, y ahora llévenselo de aquí
-
¿No vas a atenderlo? -- preguntó Garlan incrédulo
En ese momento se asomaron
sus padres y Chantal ahogó un grito, mientras que Pierre caminó directo hacia
su hija.
-
Ya basta Daira, tú eres tan responsable como él por ese niño que viene
en camino, así que haz el favor y compórtate como la adulta que se supone que
eres y no de la forma inmadura e infantil de la que lo acusas a él.
-
¡Papá! -- exclamó ella, pero él se volvió hacia los
Arzhaelíes
-
Por favor, colóquenlo en la cama
-- Mael alzó a Jonathan y lo
acostó en la cama como le había indicado Pierre
-- Y ahora tú señorita malcriada,
vas a atenderlo como corresponde
-
Sí tanto te importa hazlo tú, porque yo…
-
¡Daira Aimeè! --
exclamó el sujeto
Daira cerró su obstinada
boca y comenzó a atender a Jonathan, aunque Mael y Garlan consideraron que lo
mejor habría sido llevarlo a Arx.
-
No se preocupen, yo soy Läkare, de modo que ella sabe que no debe hacer
nada mal mientras yo estoy mirando
-- los tranquilizó Pierre con una
sonrisa
-
¿Y por qué no lo atendió usted?
-- preguntó Garlan aun mirando a
Daira con desconfianza
-
Porque ella debe hacerse cargo de sus errores, y ese -- dijo señalando a Jonathan con diversión -- es
un error con el que tendrá que cargar de ahora en adelante. Además, quiten esas
caras, Daira está enamorada del pobre desdichado desde hace mucho, llevamos
años escuchando hablar de él
-
¿Pobre desdichado? Desengáñese
amigo, ese es cualquier cosa menos
alguien digno de compasión, si quiere preocuparse por alguien, preocúpese por
su hija
-
Pues a juzgar por lo que acabamos de ver, opino lo contrario y creo que
este será un embarazo muy explosivo y con muchos viajes al hospital antes de
que nazca el bebé -- finalizó con una carcajada
Aunque ninguno de los dos
Arzhaelíes le veía lo gracioso por ningún lugar, especialmente si los viajes al
hospital los daría Jonathan, el padre de Daira parecía estarlo disfrutando
mucho.
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