Unos días después del
nacimiento de Nathaniel, Sam dormía un sueño agitado, Giulian despertó al sentirla
removerse entre sus brazos y se alarmó al escucharla sollozar.
-
Princesa -- intentó con suavidad
pero ella no despertaba y seguía igual
-- ¡Princesa! --
llamó más alto
Aun tardó algunos segundos
en despertar por completo y se sentó sobresaltada en la cama. Giulian la abrazó
e intentó que se serenase, pero ella se había aferrado a su cuello y lloraba
con desesperación.
-
Tranquila mi amor, solo era un mal sueño
-- le dijo él
Aunque ella finalmente se
tranquilizó, no pudo volver a dormir. Las imágenes se repetían una y otra vez
en su mente. Veía a Giulian ensangrentado, muriendo y ella no podía hacer nada.
Escuchó la lenta respiración de él y
elevó la cabeza. Intentó moverse con cuidado para no despertarlo de nuevo, y
cuando consiguió una posición más cómoda, se quedó mirándolo hasta el amanecer.
Cuando él abrió los ojos, se encontró con los ojos violeta que lo miraban.
-
Buenos días princesa
-
Prométeme algo Giulian -- él la miró con extrañeza, pero sonrió antes
de responder
-
Lo que quieras mi vida, y así el mundo entero esté incluido, igual lo
tendrás.
-
Es mucho menos que eso, pero mucho más importante para mí -- le
dijo --
Prométeme que nunca vas a dejarme
Aquello sorprendió tanto a
Giulian, que pensó que no había escuchado bien.
-
¿Dejarte? -- preguntó alarmado --
Princesa tú eres mi vida, la única forma en la que…
-
Justamente eso es lo que tienes que prometerme que no sucederá --
insistió ella
El cerebro de Giulian
registró con rapidez que aquello debía obedecer a la pesadilla que ella había
tenido durante la madrugada, de modo que la atrajo hacia sí.
-
Nunca mi amor, nunca voy a dejarte, te lo prometo
Samantha pasó ese día
nerviosa e intranquila, prestó poca atención a las clases y llegó a casa
sumamente cansada. Pasó un momento por la habitación de los niños, les dio un
apresurado beso y fue a recostarse un rato, pero cuando Giulian subió extrañado
porque ella estaba tardando en bajar a cenar, la encontró profundamente dormida
y decidió dejarla descansar. Pero si hubiese sabido lo que en realidad estaba
haciendo, con toda seguridad habría procurado despertarla.
-
Mi señora debes acompañarme --
dijo Liminiades
-
¿A dónde? --
preguntó Sam pero de pronto se vio en un prado, y aunque estaba segura
que era de noche, éste se encontraba bañado por la luz del sol, y a su
alrededor se encontraban los elementales
-
Mi señora hay algo
importante que queremos informarte -- dijo Sealkie -- Hemos solicitado permiso para comenzar con
tu entrenamiento, pero se nos ha indicado que debemos esperar
-
Sin embargo, se nos ha
autorizado para revelarte un asunto de suma importancia --
dijo Aine -- Hace muchos años, los señores de los
elementos se vieron obligados a desterrar y encerrar en una prisión a uno de
ellos por los grandes males que estaba causando tanto a tu mundo como al
nuestro. Tu ancestro Myrddhin les prestó un gran servicio al ayudarlos en esa
tarea, y es por ello que en agradecimiento, se lo otorgaron todos los poderes
de los elementos, a él y a su descendencia, pero él mismo decidió que no todos
estaban preparados para hacer un uso adecuado de ellos, razón por la cual sus
descendientes han heredado algunos de esos poderes en mayor o menor medida,
pero nunca todos. A él le fue revelada una profecía, según la cual en un
momento determinado, surgiría un Arzhvael con la habilidad de liberar todo el
mal que había sido encerrado, y ese momento coincidiría con el nacimiento de su
heredera, y la única con derecho a recibir y manejar todos los poderes de los
que él ha sido portador, y cuya misión sería detener esta catástrofe.
Samantha estaba intentando
asimilar todo aquello, pero no se atrevía a pensar en lo que le había dicho su
padre, y que adquiría otro significado ahora.
-
El momento está cada vez
más cerca mi señora -- dijo Liminiades --
Según la instrucción que se nos ha dado, debes terminar tu educación y
algunos otros asuntos que tienes pendientes, y entonces será el momento de
iniciar el entrenamiento, tanto tú, como aquellos a los que consideres de tu
entera confianza para compartir la
pesada tarea que te aguarda
Aunque Samantha estaba
realmente alarmada, porque pensaba que así fuese cierto que ella era la
heredera de Myrddhin, no estaba ni remotamente preparada para hacer frente a
una catástrofe de aquellas dimensiones.
-
Lo estarás mi señora, debes
confiar en ti y en los que comparten tu sangre -- dijo Sealkie
-
Por lo pronto debes
regresar, estaremos a tu disposición siempre que nos necesites, y llegado el
momento de iniciar tu entrenamiento, vendremos por ti -- dijo Aine
-
Aguarda -- dijo Sam
-- ¿Cómo sabremos si esa cosa es
liberada?
-
Descuida, nosotros lo
sabremos porque habrá ciertas señales de ello
Aquello no la convencía
mucho y la tranquilizaba menos, pero no tenía más alternativa que confiar en lo
que le decían. De modo que se despidió de todos, y regresó.
Samantha despertó con la
sensación de tener un peso en el corazón, y en realidad así era, porque recordó
la reunión con los elementales y lo que le habían informado. Pensó que debía
hablar con su padre, pero luego lo pensó mejor y decidió esperar a la noche y
pedir a los chicos que viniesen, de ese modo les informaría a todos de una vez.
Aquel día fue especialmente
agitado, porque al día siguiente era el cumpleaños de Elijah y día de San
Valentín, de modo que después de las clases, se fue a casa a toda prisa porque
aunque Elar le aseguró que ella se encargaría de lo que faltaba, a Sam no le
parecía justo dejarle todo el trabajo a ella porque además ahora tenía a
Nathaniel. Se alegró de al menos haber comprado ya el obsequio para Giulian,
porque no le habría dado tiempo de ir al centro comercial ese día.
Los chicos llegaron a la
hora convenida y una vez que todos estuvieron reunidos, Sam suspiró y pensó en
alguna forma de evitar que Giulian comenzase a subirse por las paredes al
escuchar lo que iba a decirles, pero en realidad no la había, de modo que se
dispuso a comenzar su relato y luego vería cómo enfrentarse a la posible
reacción de Giulian.
-
Si los he reunido hoy, es porque tengo algo importante que decirles --
comenzó, y les contó todo tal y como lo recordaba y añadió al final -- De
modo que cuando se presente el individuo con intención de abrir la prisión,
tendré que detenerlo.
A pesar de que
todos la miraban en asombrado silencio, Danny no era de los que podía
permanecer mucho tiempo así.
-
¿Pero… y cómo lo sabremos?
-
Ellos deben tener una especie de vigilancia, porque me dijeron que me
avisarían cuando se presentase
-
Bueno, independientemente de quién sea el desgraciado que va a hacer
esto, tenemos que empezar a prepararnos
-- dijo Gail
-
Claro, imagino que tendremos que aprender un montón de cosas antes de
estar preparados para enfrentarnos a él
-- opinó Aderyn
-
Más que preparación teórica, habrá que reforzar la habilidad y la
rapidez -- dijo Dan
-
Y más aun la percepción, si nos vamos a enfrentar a una fuerza como esa,
no es solo cuestión de habilidad y fortaleza física --
agregó Iván
-
Pero coincido con Aderyn en que la preparación en cuanto a magia
antigua, nos vendría muy bien -- dijo Elar
-
Bueno, creo que tendremos de desempolvar alguno viejos libros --
opinó Amy
-
Aparte de todo eso, tenemos que organizarnos con los niños, porque tía
Anne sola no podrá cuidarlos a todos y no sabemos cuanto tiempo nos tome
esto --
dijo Diandra
Sam los miró y pensó que ni
siquiera les había informado aún que los elementales le habían dicho que podría
escoger quienes la ayudarían con la tarea, y sin embargo ahí estaban todos
haciendo planes para ayudarla. Se sintió tan agradecida, que unas lágrimas
asomaron a sus ojos.
-
Supongo que yo ya había dejado suficientemente claro, que no te dejaría
sola nunca, ni en esto, ni en nada
-- dijo Danny poniéndose de pie y
acercándose a ella
Sam supuso que Danny había
estado observándola y había tenido acceso a lo que estaba pensando, pero no
tuvo tiempo de decir ni hacer nada, porque en ese momento…
-
¿Sola? -- escucharon que decía
una voz conocida -- Eso no sucederá mientras yo esté vivo
-
¡MAEL!
El jubiloso grito de
felicidad que salió de todas las gargantas fue ensordecedor, pero la primera en
reaccionar fue Sam, se levantó volcando la silla y corrió hacia él lanzándose
en sus brazos. Después de un momento se separó y lo miró.
-
¿Cómo estás Nena? -- pero las lágrimas le tenían la garganta
cerrada -- Pensé que te alegraría verme, así que me
entristecen esas lágrimas
-
Tonto -- logró decir ella
-
Hazme sitio Sam, que tengo que asestarle un buen golpe a este
infeliz -- dijo Gail, pero en cuanto Sam se apartó le
dio un fuerte abrazo
Las chicas lloraban y reían
al igual que Sam, pero sin duda el más emocionado era Iván, que esperó a que
todos lo saludasen y asegurarse de que su voz no iba a traicionarlo, para
acercarse.
-
Bienvenido a casa hijo -- le dijo mientras lo abrazaba
-
Gracias padre -- y luego miró a Elar --
Entiendo que me he perdido de unas cuantas cosas, un hermano incluido
-
Un hermano y unos cuantos sobrinos
-- dijo Gail
-
No sabes lo contenta que estoy de que hayas vuelto Mael -- lo
saludó Elar
-
Gracias Elar, pero más que por la bienvenida, por hacer feliz a quien
tanto lo merece
-
Felicidad que ahora sí está completa
-- agregó ella mirando a Iván
cuyos ojos brillaban en aquel momento
Después de eso Sam quiso
explicarle a Mael lo que acababa de informarle a la familia, pero él le dijo
que no era necesario porque ya lo había escuchado todo, ya que estaba arriba
con Elijah.
-
Y repito que si en algún momento pensaste que estarías sola, es porque
no me conoces lo suficiente -- le dijo
-
Lo siento -- dijo ella bajando la mirada -- es
que… no estabas… te fuiste y no sabía donde…
-
¡Ey! -- dijo levantándole el rostro -- Así
hubiese estado en el fin del mundo habría vuelto, porque una vez te dije que estaría siempre que me
necesitaras y no he cambiado de opinión
-
Gracias Mael -- dijo ella abrazándolo de nuevo
En ese momento Willow anunció
la cena, pero antes de dirigirse al comedor, Samantha se acercó a Giulian que
había permanecido en obstinado silencio con relación al asunto de los
elementales. Sam lo miró, y después de unos instantes él abrió los brazos y
ella se refugió en ellos.
-
Tendrías que matarme para no ir contigo a donde fuera necesario princesa
Ella se lo agradeció
infinitamente, ya que sabía el conflicto con el que estaba batallando en su
interior, había podido ver la tormenta detrás de sus azules ojos, y sin embargo
había decidido apoyarla.
Pasaron al comedor, y las
chicas comenzaron a contarle a Mael todo acerca de los angelitos de la familia, pero mientras ellas hablaban, Samantha se
había dedicado a observar con más detenimiento a Mael, llegando a la conclusión
de que había cambiado mucho. Y no era solo en el aspecto físico, que ya era
bastante, porque no solo su complexión parecía haberse fortalecido, sino que su
expresión era otra, había unos prematuros hilos de plata en sus cabellos, y sus
ojos tenían una frialdad que no estaba allí antes. Pero lo que más impresionó a
Sam y la hizo preguntarse dónde había estado y qué había estado haciendo, fue
que a pesar de seguir tratándolos a todos de la misma forma, la frialdad que
veía en su mirada, también parecía emanar de su persona. Esto también fue
percibido por Iván, pero a diferencia de Samantha, él tenía una idea más clara
de las razones, y solo esperaba que el dolor hubiese podido ser mitigado.
-
¿Ya viste a los gemelos, Mael?
-- preguntó Giulian
-
No aun no
-
¿Por qué? ¿No estabas con Elijah?
-- preguntó Sam
-
Sí, y quise verlos cuando llegué, pero no me pareció apropiado si tú no
me autorizaba a ello.
-
¡Mael! Tú no necesitas esa clase de autorización --
dijo ella con indignación
-
Te pido disculpas entonces
Sin embargo, Sam lo miraba
entre enfadada y dolida por su actitud. Sin duda era mucho lo que Mael había
cambiado.
Una vez finalizada la cena
subieron, pero como ya Mael había saludad a su hijo y a Brendan, fueron
directamente a la habitación de Danny,
donde estaban sus hijos y el de Gail al cuidado de un Nisser, ya que no
se arriesgaban a dejarlos solos en ningún momento y así se lo hicieron saber a
Mael.
-
Pues con todo lo que me has contado, no me extraña, lo que sí me extraña
es que Di no te haya asesinado -- dijo Mael con una sonrisa
-
Te aseguro que no me han faltado las ganas --
dijo ella
-
Dreo y Vladmir han crecido mucho
-- dijo acercándose a los niños
que jugaban en el piso
-
Y los problemas han crecido con ellos
-- aseguró Aderyn
Después de eso fueron a la
habitación de los gemelos y como de costumbre, las cosas orbitaban por encima
de ellos.
-
¡Vaya! -- exclamó Mael
-
Ya te lo habíamos advertido
-- dijo Danny
-
Y por fortuna en este momento son solo los juguetes y no ellos
mismos -- agregó Gail
-- más de una vez hemos tenido
que salir a perseguirlos en nuestras Glides
-- y Mael rió imaginándose el
asunto
-
Tienen tus ojos -- le dijo a Sam -- pero
son idénticos a ti -- agregó mirando a Giulian, para suprema
satisfacción de éste
-
Este es Derian Iván -- estaba
diciendo Sam -- y éste, es Darien Mael -- y
él la miró con asombro -- y si aceptas, nos gustaría que fueses su
padrino -- Mael los miró a ambos y luego se acercó al
gemelo alzándolo
-
Hola Darien -- le dijo y el bebe le sonrió --
Creo que vamos a llevarnos bien tú y yo jovencito
-
¿Eso es un sí?
-
Por supuesto Nena -- le dijo y ella sonrió aliviada, porque no
sabía la razón pero por un momento pensó que podía decirle que no
Después de eso fueron a ver
al recién nacido Nathaniel que dormía en
su cuna, aun así Mael lo alzó y se sintió verdaderamente feliz por Iván, y
ciertamente Iván no podía estar más feliz en ese momento.
El cumpleaños de Elijah se
desarrolló sin mayores inconvenientes, aparte de las travesuras ya normales.
Elijah prácticamente no se movió del lado de su padre en todo el día, algo
naturalmente lógico después de tanto tiempo sin verlo. Brendan iba y venía pero
la mayor parte del tiempo estuvo con Dreo y Vladimir que según pudo constatar
Mael, no se sentaron ni un minuto. Los gemelos Douglas siendo tan pequeños aún,
estuvieron casi todo el rato dormidos, mientras que los gemelos Cornwall
parecían un tornado, tan pronto estaban en un lugar como en otro, y eso que aun
no caminaban. Pero en líneas generales,
no hubo desastres que lamentar.
Febrero se iba con la misma
celeridad que Enero, ya Nathaniel tenía un mes, era un bebé hermoso, tenía los
serenos ojos verdes de su padre, y ya le había comenzado a crecer un rubio
cabello tan claro como el de Elar. Pero
lo que más llamaba la atención de todos, era que Nathaniel era un bebe
sumamente tranquilo, apenas si lloraba por nada, y hasta el presente no había
hecho nada extraño que alterara la
paz y tranquilidad de sus padres. Esto por supuesto, traía a Giulian sumamente
preocupado, porque al menos en el caso de los gemelos, no pasaba un día sin que
hubiese que detener el acelerado crecimiento de las plantas a su alrededor, o
uno en el que no tuviesen que atraparlos
antes de que escapasen por alguna ventana abierta. Y en los casos de Elijah y Brendan, seguían
desapareciendo hacia los lugares más insólitos sin que nadie pudiese hacer nada
para detenerlos.
De Dreo y de Vladimir mejor
ni hablar, porque aquellos dos eran desastres naturales, y todos estaban
convencidos que cualquier día los techos les caerían encima. Y si hablamos de
los otros gemelos, Ian y Ethan, el asunto no mejoraba mucho, porque el día que
cumplieron dos meses Danny casi sufre un infarto. Estaba en su habitación
terminando de vestirse y Diandra aun no salía del baño cuando escuchó a Dreo a
gritar.
-
¡Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Danny soltó la camisa que
estaba por ponerse y abandonó la habitación en carrera, pero cuando llegó a la
de sus hijos se quedó paralizado. Prácticamente toda la habitación estaba en
llamas. A pesar de la impresión, Danny reaccionó de prisa convocando un escudo,
entró a toda prisa, sacó a los gemelos de las cunas y como pudo alzó a Dreo
también y los sacó de allí. Cuando salía con los tres niños, Diandra ya corría
hacia allá. Danny le dio a los gemelos y volvió para extinguir el fuego. Una
vez que pasó la conmoción, Diandra seguía muda y muy pálida, pero Danny se
agachó y miró a su hijo mayor.
-
¿Dreo, tu hiciste esto? -- pero el niño movió la cabeza en forma
negativa
Si bien era cierto que Dreo
era terrible, también lo era que no mentía, y por la carita de susto que tenía
Danny estaba seguro que no había sido él.
-
Dime que estoy imaginando cosas
-- dijo Diandra que parecía haber
encontrado su voz
-
Espero que sí -- dijo Danny
Pero en breve serían desengañados y notarían que no estaban imaginando nada, porque los pequeños gemelos Douglas parecían tener
especial adicción por aquel elemento y donde quiera que estuviesen, solía arder
un alegre fuego en los momentos más
inconvenientes.
Estando así las cosas, Aderyn comenzó a
preguntarse qué clase de desastre
sería su próximo hijo y miraba con cierta envidia a Elar.
El sábado durante la cena
familiar y mientras las chicas hablaban de las últimas diabluras de los niños,
Giulian miraba con preocupación a Iván, hasta que éste se hartó.
-
¿Qué sucede Giulian? ¿En qué nuevo lío estás metido? -- le
preguntó
-
En ninguno
-
Claro -- dijo él en tono sarcástico, mientras todos
miraban a Giulian -- Suéltalo de una vez
-
Es que estaba pensando…
-
Algo de antemano peligroso
-- dijo Elar, pero él no le
prestó atención
-
… ¿has pensado en hacer que un Läkare examine a Nathaniel?
-
¿Y por qué iba a hacer eso? Está
perfectamente sano
-
Lo dudo mucho, ese exceso de tranquilidad es preocupante y…
-
¡Giulian Alexander! -- exclamó Amy
-- ¡Eres el mayor de los…!
Pero tanto ella como los
que se estaban partiendo de risa, quedaron súbitamente en silencio cuando
Aderyn lanzó un grito evidentemente de dolor. Iván reaccionó con celeridad pero
no tanta como la de Mael que ya estaba al lado de la chica y la estaba alzando.
-
¡A Arx! -- alcanzó a decir Iván, y el chico desapareció
de su vista
-
¡Vamos Gail! -- dijo Sam halándolo por un brazo --
Mamá por favor, hazte cargo de los niños
Dan, Diandra y Danny ya
habían corrido al Dver, mientras Sam
y Giulian arrastraban a Gail. Cuando llegaron Mael esperaba a las puertas de la
sala y Gail tenía la pregunta en los ojos.
-
Tranquilo, ya Iván la está atendiendo
-
¿Daira está con él? -- preguntó Sam
-
No, él le envió un mensaje pero aun no ha llegado, pero hay otro… -- se
interrumpió cuando un Läkare asomó la cabeza
-
El padre puede pasar -- de modo Gail entró
Sin embargo, apenas habían
pasado unos minutos, cuando Mael sonrió y los miró a todos.
-
Todo salió bien
-
¿Cómo que todo salió bien?
-- preguntó Danny -- ¿Ya
nació? -- preguntó con incredulidad
-
Pues sí
Todos lo miraron
sorprendidos, había sido casi tan rápido como el de Diandra y no habían
alcanzado a avisar a los padres de la chica. De modo que Diandra se apresuró a
enviar el mensaje. Unos minutos después salió Gail, y ellos se acercaron de
prisa.
-
Dime que es un niña por favor
-- dijo Giulian y el chico sonrió
con malignidad
-
Pues…
-
¡Demonios, no puede ser! -- exclamó Giulian y Gail rió
-
Sí, sí es una niña
En ese momento la bebé
comenzó a llorar y Sam se la quitó de los brazos a Gail. Era una linda bebita
con los cabellos tan rubios como rayos de sol a la que dieron por nombre Lyseryd Adwyn. Giulian se acercó y
miró a su sobrina y sonrió.
-
¡Al fin una! --
dijo muy contento y todos rieron
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