A la mañana siguiente, Iván y Giulian se
habían llevado a Dan al estudio después
del desayuno, mientras Amy se quedaba acompañando a Sam. Pero unos minutos
después, escucharon a Dan vociferar.
-
¡Amy
Douglas! -- y la aludida cerró los ojos con resignación
-
Tranquila
mamá --
dijo Sam, aunque eso era más fácil decirlo que lograrlo
-
¡Bajo
ninguna circunstancia saldrás de este Castillo en los próximos días! --
gritó cuando entró al comedor
-
Dan…
-
¡Nada,
no quiero escuchar peros y si es necesario te encerraré en una de las torres! --
seguía gritando él
A Sam se le hacía muy injusto que él la
estuviese gritando de aquella forma, porque después de todo, su madre no había
hecho nada ni tenía la culpa de que Donald Klausen estuviese de regreso. Pero
habría sido mucho esperar que Amy reaccionase en forma pacífica.
-
Daniel,
no puedes…
-
¿No
puedo? -- preguntó él en forma peligrosa -- No
me obligues Amy, porque te aseguro que en primer lugar, no tengo intenciones de
permitir que ese bastardo se acerque a ti ni a ningún miembro de mi familia, y
si para su desgracia lo hace, entonces haré lo que él ha estado intentando
hacer desde que puedo recordar.
Dicho esto se volvió y abandonó el
comedor y el Castillo dejando a todos muy preocupados, porque sabían que Dan no
era de los que sentaba tranquilamente a esperar que las cosas sucediesen. De
modo que Sam miró tanto a Iván como a
Giulian con una súplica silenciosa en sus ojos.
-
No
te angusties princesa, iré con él
-
Giulian,
no podemos permitir que papá…
-
Ya
dije que no debes preocuparte mi amor, si tengo que servirle de escudo a ese
desgraciado para evitar que Dan cometa una barbaridad, lo haré -- le
aseguró
-
Gracias --
dijo ella mientras él le daba un tierno beso, saliendo luego junto con
Iván
Entre tanto en Arx, Danny caminaba de la
mano de Diandra, porque tanto ellos como Gail y Aderyn, quedaron en ir a hablar
con Jonathan que se negaba neciamente a abandonar el hospital pero cuando la
pareja entró al Hospital riendo por la terquedad de Jonathan, fueron
sorprendidos por un grito salvaje.
-
¡Douglas! --
exclamó un sujeto que caminaba hacia ellos con expresión amenazante --
¡Eres un bastardo desgraciado!
Si bien Danny no podía estar más
sorprendido, tampoco era de los que se aguantaban pacíficamente que alguien no
solo lo insultara sino que lo apuntara con una Gwialen y reaccionó con la
velocidad y precisión propias de su carácter y su entrenamiento.
-
¡RWYGO I LAWR! --
lanzó el chico y el hombre cayó al piso varios metros más allá
Danny y Diandra se acercaron
y lo miraron, la una con extrañeza y el otro con decidido disgusto.
-
¿Qué demonios te sucede? ¿Acaso te he hecho algo? Ni siquiera creo
conocerte -- dijo Danny muy molesto
-
Nunca tuviste mucho juicio pero aparte de eso, ahora estás
demostrando ser el bastardo miserable que siempre dije que eras --
dijo con supremo desprecio
-- Ya te cansaste de ella
¿verdad? Y ahora andas con esta…
Danny no se distinguía por
su paciencia y aquel sujeto ya había colmado la poca que tenía, de modo que lo
sujetó por la chaqueta y lo pegó contra la pared.
-
¡Escúchame
infeliz…!
Pero varias cosas sucedieron al mismo
tiempo. Primero el hombre extrajo con suma rapidez una filosa daga que estuvo a
punto de calvarle a Danny, y segundo, tres diferentes rayos dieron en la
humanidad del sujeto. Uno lanzado por Diandra, el otro proveniente del Athame
de Gail que se acercaba a toda velocidad por el pasillo, y un tercero lanzado
por un colérico Dan que venía entrando al Hospital. Pero mientras los dos
primeros estaban destinados a desarmar al sujeto, el de Dan iba con toda la
intención de hacer el mayor daño posible.
La conmoción había atraído la atención
de las personas y un Hospital lleno de Krigers y Arzhaelíes, ciertamente no era
el mejor lugar para atacar a uno, porque éstos cuando habían visto avanzar a
Donald en actitud amenazante hacia un Douglas, todos se pusieron en estado de
alerta y aunque Gail, Diandra y Dan, no hubiesen atacado al sujeto, cualquiera
podía haberlo hecho, porque si Donald se hubiese tomado la molestia de mirar,
habría notado que por lo menos un par de docenas de Gwialens y Athames lo
estaban apuntando.
-
¡Sabía
que tu presencia solo traería desgracias Klausen! --
exclamó Dan cuando llegó hasta ellos
La expresión de odio de Donald fue
sustituida brevemente por una de sorpresa, al ver a dos Daniels frente a él y le tomó solo unos segundos entender su
error. Aunque esto no disminuía ni un poco el odio visceral que sentía por
aquel individuo. Mientras que los chicos estaban confundidos, no solo por lo
que acababa de ocurrir sino al escuchar a Dan llamar Klausen al sujeto que Danny aun sujetaba.
-
Escúchame
bien cretino -- dijo Dan apartando a Danny y sujetándolo
él --
Si vuelvo a verte cerca de cualquiera de mis hijos y muy especialmente
cerca de MI mujer, te juro que te enviaré directo al Hellheim
-
¡Dan! --
exclamó Iván que venía llegando junto con Giulian y lo separaron de
Donald
Por un momento tuvieron la impresión de
haber llegado demasiado tarde, al ver el torso sangrante de Donald, pero Iván
hizo una rápida revisión determinando que si bien era una herida profunda, no
era grave.
-
¡Suéltenme,
este infeliz intentaba matar a mi hijo!
-- les gritó Dan con lo que la
confusión general aumentó
Sin embargo, Giulian arrastró a Dan
fuera del alcance de Donald con ayuda de Gail mientras Iván atendía la herida,
pero mientras lo hacía lo miró de forma que habría sido poco juicioso ignorar.
-
Voy
a suponer que confundiste al hijo con el padre, pero eso no te hace menos
culpable, y por tu propio bien te sugiero que ni siquiera respires cerca de
ningún Douglas o yo mismo voy a hacerte pedazos ¿has comprendido? --
dijo con total ausencia de expresión y de modo que solo Donald pudiese
escuchar
-
Siempre
arrastrándote a los pies de Douglas o de los Cornwall --
dijo con desprecio e Iván lo miró en forma peligrosa
-
Si
supones que algo dicho por alguien que como tú, que exhibe tanto desprecio por
la vida humana, va a afectarme de algún modo, estás en un triste error como
siempre. Pero sería muy conveniente para ti reducir tu comisión de errores,
porque si Dan falló, te aseguro que yo no lo haré.
Después de esto, se levantó para ir con
los demás. Cuando llegó a donde Giulian y los chicos intentaban calmar a Dan,
se acercó y colocando las manos en la cabeza del vociferante Arzhaelí, redujo
los gritos. Una vez que Dan estuvo más calmado, procedieron a darles las
explicaciones a los chicos. No los hacía especialmente felices saber que había
otro loco con instintos asesinos queriendo hacer polvo a Dan y por extensión y
en apariencia a sus hijos, pero Gail restó peso a la situación con una de las
suyas.
-
Dan,
nos prestarías un gran servicio si nos haces una lista con los nombres de los
maniáticos que tienes por amigos, así
al menos tendremos ocasión de estar preparados.
Aderyn le propinó el habitual codazo
mientras que Danny reía, pero se les pasó la risa muy de prisa cuando Diandra
cayó desplomada. A pesar de la sorpresa, Danny reaccionó con la rapidez
necesaria para detener la caída de la chica, mientras Iván se precipitaba hacia
ella. Por un momento Giulian, Iván y Aderyn, que eran los que habían llegado de
últimos, tuvieron el temor de que aquel bastardo desgraciado hubiese alcanzado
a Diandra al intentar atacar a Danny, aunque les parecía poco probable, porque
de ser así Danny no hubiese dejado nada de él. Sin embargo, Iván apenas
comenzaba a examinarla cuando la chica recuperó el conocimiento. Todos comenzaron
a hablar al mismo tiempo pero Iván detuvo la avalancha de preguntas y sujetando
a Diandra la arrastró fuera de allí.
-
Cálmate
Danny -- intentó tranquilizarlo Aderyn,
porque el chico caminaba de arriba abajo por el pasillo mientras esperaban --
Probablemente solo está agotada, después de todo estuvieron casi una semana
persiguiendo a esos bichos y prácticamente no descansaron -- le
dijo sensatamente
Pero aquello no tranquilizó a Danny y de
hecho parecía no haberla escuchado. A quién sí escuchó fue a su hermana: ¿Danny qué te sucede? De manera sucinta le dijo que Di se había
desmayado y que Iván estaba en aquel momento examinándola. No obstante, más
tardó él en informarle que ella en presentarse en Arx.
-
¡Princesa! --
exclamó Giulian al verla
Sin embargo, ella se fue derecha hacia
Danny y lo abrazó, con lo que el chico se tranquilizó de inmediato. Después de
ponerla rápidamente al corriente de lo recientemente sucedido ella descartó el
susto, porque no era propio de Diandra y se quedó con la teoría de Aderyn. Pero
no podían estar más equivocadas, porque repentinamente escucharon un grito y se
sobresaltaron.
-
¡Douglas! --
Danny perdió el color y se precipitó hacia el consultorio empujando la
puerta
-
¿Qué?
Los demás se movieron tras él pero no
parecía que sucediese nada y por el contrario, Iván tenía una sonrisa burlona
en los labios.
-
Le
informo jovencito, que van a ser padres de nuevo --
dijo Iván mientras Diandra intentaba ponerse de pie
Danny no sabía si reír o llorar, por su
mente pasó a toda velocidad la imagen de otro Dreo intentando tirar el Castillo y temió seriamente por su vida,
pero finalmente le ganó la emoción y se fue a abrazar a Diandra, algo muy poco
juicioso en opinión de los que miraban, porque Diandra tenía aspecto de estar a
punto de asesinarlo. Dan, Giulian y Gail reían con verdadero regocijo al igual
que Iván, y aunque Sam y Aderyn estaban muy contentas, en cierta forma
entendían a Diandra, la pobre sin duda iba a enloquecer si el próximo Douglas
se parecía aunque fuese solo un poco al primero.
Una vez que pasó el susto y la conmoción,
Danny quería correr a casa a decírselo a su madre, de modo que se marcharon
junto con Dan, mientras que los Cornwall y los Natchzhrer fueron a tratar de
convencer a Jonathan para que dejase la actitud infantil y volviese a casa. No
fue sencillo ni agradable y finalmente Giulian lo había amenazado con
llevárselo a la fuerza.
Varios días después, estaban reunidos
para la tradicional cena de los sábados, cuando Iván hizo acto de presencia en
compañía de Elar. A casi todos les extrañó mucho, porque aunque desde que Amy
había regresado, Daira y Elar eran asiduas visitantes de la casa, la cena de
los sábados era exclusivamente familiar. Pero Sam y Amy sonrieron sumamente
complacidas, porque sin duda aquello significaba que Iván se había decidido a
dar el paso.
A
pesar de la extrañeza y siendo que todos apreciaban a Elar, pasaron de
inmediato al Comedor y Dan se sintió enormemente frustrado, porque aunque
intentó fastidiar a Iván, no tuvo el más mínimo éxito. Hacia el final de la
cena, Iván les pidió atención y mientras Amy y Sam sonreían, las mejillas de
Elar estaban del color de las manzanas suponiendo que Iván anunciaría su
reciente relación.
-
Supongo
que todos se extrañaron de la presencia de Elar hoy aquí -- y
aunque así había sido, esos mismos todos
se sorprendieron de que Iván lo mencionase con tan poca delicadeza --
pero quiero participarles que tendrán que habituarse a verla todos los
sábados, así como en navidad, año nuevo y el resto de sus vidas -- y
mientras casi todos tenían cara de sorpresa, él se arrodilló frente a Elar y
extrajo un estuche de su bolsillo
-- Porque si ella acepta hacerme
el hombre más feliz de la tierra, la convertiré en mi esposa tan pronto como sea
posible.
Un silencio absoluto se había apoderado
de todos y las miradas confluían en Elar a la espera de su respuesta.
-
Claro
que acepto -- dijo ella y sin más ceremonias le plantó un
beso nada recatado
En ese momento se desató el pandemónium.
Por supuesto las únicas que no estaban sorprendidas eran Sam y Amy, por lo que
reaccionaron de forma inmediata poniéndose de pie y mientras Amy corría a
abrazar a una muy azorada Elar, Sam había corrido a los brazos de Iván.
-
No
sabes lo que feliz que estoy Iván
-- dijo con los ojos llenos de
lágrimas -- ¡Felicidades!
-
Gracias
linda --
dijo él apretándola contra su pecho
-
¡Ey! --
exclamó Giulian -- Ve a asfixiar a tu mujer y deja respirar a la
mía infeliz -- y a continuación abrazó a Iván mientras Sam
iba hacia Elar
-
¡Lo
sabía! -- estaba gritando Dan para quien quisiese
oírlo --
¡Eres un cretino embustero!
Aderyn y Diandra también se habían acercado a Iván y lo felicitaban con entusiasmo y las siguió
Danny que estaba aparte de sorprendido, muy feliz. Y por último se acercó Gail.
-
Gail… --
comenzó Iván con cierta aprensión porque el chico estaba muy serio
-
Ahórrate
la explicaciones porque no me las debes, pero haciendo eso a un lado -- y
una sonrisa maligna apareció en sus labios
-- ¡Hombre, ya era hora que le
pusieras algo de diversión a tu vida!
-- y acto seguido abrazó a su
padre --
Estoy muy feliz por ti papá, de verdad.
-
Gracias
hijo
Sam se había acercado a Elar que estaba
siendo felicitada por los McKenzie, y después de abrazarla, a Elar le
sorprendió el miedo que percibió en la chica.
-
Elar,
aunque no te conociera, por el solo hecho de hacer tan feliz a Iván ya he
contraído contigo una enorme deuda de gratitud. Sabes bien que Danny y yo no
pudimos tener a nuestro padre con nosotros durante mucho tiempo, pero aunque
ahora lo tenemos, Iván fue… -- y por un momento las lágrimas atenazaron su
garganta -- … y seguirá siendo nuestro padre. Espero que
nos aceptes a nosotros con el mismo amor que nosotros te estamos recibiendo a
ti. Bienvenida a nuestra familia Elar.
Aquello fue mucho más de lo que Iván pudo
soportar y las lágrimas de emoción se desbordaron por sus ojos mientras hacía a
un lado a todos y volvía a estrechar entre sus brazos a su niña.
Mucho rato y muchas bromas más tarde,
con sorprendente rapidez ya las chicas estaban planificando la boda y hasta Dan
y Giulian estaban proponiendo cosas. Iván protestó ruidosamente al igual que
Elar ante las excentricidades de Giulian, pero les iba a costar mucho trabajo
detener a aquel loco.
-
Bueno --
dijo Gail cuando ya estaban por marcharse -- es
un hecho que nosotros te aceptamos a ti Elar, ahora falta ver que tú seas capaz
de soportarnos… madre -- y
rió con su habitual descaro mientras Elar enrojecía
Anne y Peter si bien pensaban que Elar
era una chica afortunada, ya que tenían la más alta opinión de Iván, pensaban
también que aunque ambos querían muchísimo a Gail, la pobre Elar debía armarse
de paciencia con aquel payaso sin más oficio que incordiar tanto como le era
posible.
La boda de Iván y Elar se preparó con
una velocidad abismal, y aunque Giulian no estaba nada contento de que Sam
tuviese tanto ajetreo entre el Instituto y los preparativos de la boda, su
mujer no tenía intenciones de escucharlo. En lo único en lo que había tenido
algún éxito, era en el asunto del Club de Duelo. Sam gritó, suplicó, lloró y
acudió a Dan pero Giulian no quería oír hablar del asunto.
-
Pero
si yo me siento bien, no veo…
-
Y
pretendo que sigas así -- dijo en forma tajante y finalmente ella se
dio por vencida para tranquilidad de todos
Por consenso, los Arzhaelíes habían
decidido dejar a Iván en paz hasta la noche previa a la boda, pero una seria
amenaza de parte de Samantha a Alaric, Garlan, Jonathan y muy especialmente a
su padre y a Giulian, había terminado por convencerlos de que sería mal asunto,
y como en esta oportunidad Amy, Daira y la misma Elar, los habían amenazado de
la misma forma, encontraron muy difícil hacerle ni la más mínima broma al señor
Natchzhrer.
Giulian había tomado la saludable
decisión de hablar con Iván antes de que algo parecido a lo sucedido con Dan
alterase a Samantha, pero en el entendido de que ahora no solo se trataba de su
amigo sino que debía contar además con la aprobación de Elar, decidió hablar
con ambos.
-
¿Qué
sucede? -- preguntó Iván cuando entraron al estudio -- Willow
dijo que querías hablar con nosotros
-
Así
es. Elar, no sé por qué motivo tú quieras a este infeliz pero sucede que
nosotros también lo queremos, por lo que debo concluir que todos sufrimos de
algún defecto mental -- dijo mientras Elar sonreía, ya se estaba
acostumbrando a esa particular forma de tratarse entre ellos -- El
asunto es que si bien yo podría hacer un enorme esfuerzo y habituarme a su
ausencia, Sam no. Entiendo que es posible que quieran establecerse en alguna de
las propiedades de Iván pero les pido que por favor lo piensen. Este lugar es
enorme y pueden tener toda la privacidad que deseen pero no se marchen --
pero como ellos no decían nada, agregó -- Si
tengo que suplicárselos lo haré, pero no le causen ese dolor a mi princesa.
-
Giulian --
dijo Elar después de un rato
-- te aseguro que nada me movería
a complacer ningún deseo tuyo, porque has sido condenadamente molesto toda tu
vida, pero esto ya lo habíamos discutido y habíamos tomado una decisión -- y
Giulian contuvo la respiración -- Sin embargo, de no haber sido así, con lo que
acabas de hacer has demostrado que eres capaz de amar a alguien más por encima
de todo, pasando incluso por encima de tu orgullo en beneficio de su felicidad
y eso me habría convencido.
Cuando Giulian registró el significado
de lo que estaba diciendo, una enorme sonrisa se dibujó en sus labios y soltó
el aire. Pero al mismo tiempo, otra idea cruzó por su mente.
-
Un
momento, dijiste…
-
Sí,
ya habíamos decidido quedarnos -- dijo Iván sonriendo divertido
-
Yo
no sería capaz de apartar a Iván de lo que más ama Giulian, y no lo haría por
la misma razón por la que tú nos lo estás pidiendo a nosotros, es decir, porque
lo amo
-
¿Y
entonces por qué demonios me dejaron hablar tanto?
-
Porque
es satisfactorio que de vez en cuando alguien pueda fastidiarte a ti grandísimo
cretino -- le dijo Elar y después del primer momento de
sorpresa, tanto Giulian como Iván soltaron la carcajada
Definitivamente aquella chica aprendía
de prisa y sin duda se adaptaría muy bien a su especial modo de vida.
La noche anterior a la boda, Iván se
encontraba en la terraza con la mirada perdida en el horizonte cuando se acercó
Elar.
-
No
te tortures Iván -- le dijo con suavidad
-
Está
sufriendo Elar, puedo sentirlo y me duele
-
Lo
sé mi amor, pero tú mismo me dijiste que necesitaba alejarse, y si eso va a
servirle para olvidarla, entonces debemos respetar su decisión y estar aquí
para apoyarlo cuando regrese y nos necesite.
-
Gracias
mi vida -- dijo él abrazándola
-
No
tienes por qué darlas. Mael es tu hijo y sé que lo amas del mismo modo que a
Gail y a los gemelos, y casi me atrevería a decir no que lo amas más, pero si que despierta en ti la necesidad
de protegerlo más que a los otros tres, de modo que aparte de que él ha hecho
méritos propios para ganarse mi afecto, difícilmente podría no amarlo si forma
parte de ti.
Iván sonrió, la estrechó más
entre sus brazos y la besó con inmensa ternura. Si bien era cierto que su
corazón no dejaba de sangrar por Mael, no lo era menos que estaba muy feliz,
porque nunca pensó que su vida podría volver a verse llena de esperanzas al
lado de alguien que lo amase, y sobre todo, de alguien a quien él pudiese amar.
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