Hacía casi una semana del ataque, cuando
una mañana mientras Sam estaba en la habitación de los niños, escuchó la voz de
su padre.
-
¡Samantha!
Ella se levantó del sillón, pero antes
de que pudiese moverse, se abrió la puerta y entraron Giulian y Dan.
-
¡Papá! --
exclamó ella
-
¡Apártate
infeliz! -- dijo Dan empujando a Giulian que iba hacia su
mujer, y abrazando a su hija
-
Te
eché mucho de menos papá
-
Me
alegra que te esfuerces por mentirme, pero en cualquier caso, yo sí te eché de menos -- le
dijo mientras ella reía
Los niños por su parte habían corrido
hacia Giulian, por lo que este los alzó a ambos, y se olvidó por el momento de
las ganas que tenía de golpear a Dan.
-
¿Están
bien? --
preguntó Sam después que su padre la soltó y pudo saludar a Giulian
-
Aparte
de cansados, bien princesa -- le dijo él
-
¿Y
los demás?
-
Solo
algunos heridos pero en general bien, el más grave es Klausen, pero Daira nos
aseguró que va a estar bien -- le dijo Dan
-- Esos condenados bichos son difíciles de cazar y no
contando con Mael, pues…
-
¿No
contando con Mael? -- preguntó ella con una nota de pánico en la
voz --
¿Por qué? ¿Qué le sucede? -- hasta ese momento había asumido que él estaba
con ellos
-
Nada,
solo que está fuera con Eowaz desde hace más de un mes
-
¿Y
no saben nada de ellos?
-
Pues
no
Aunque ella se preocupó, recordó que los
Arzhaelíes especialmente los miembros del Consejo, salían con frecuencia en
comisiones de trabajo y a veces demoraban en regresar.
Después que Giulian se bañó, comió y
descansó un rato, Sam lo acompañó a Arx para visitar a Jonathan. Inicialmente
se había preocupado mucho cuando Daira le dijo que aun estaba allí, porque
recordó lo mal que estaba cuando Danny lo trasladó, aunque ella le aseguró que
había evolucionado bastante bien. No obstante, y como sus heridas habían sido
muy graves, los Läkares habían decidido no autorizar la salida aún para gran
consternación de ella, aunque esto no se lo dijo. Pero él solo lo había visto
un momento prometiéndole volver más tarde.
Dan dijo que iría al día siguiente
porque todo lo que quería después de comer, era tirarse en la cama. De modo que
Amy acompañó a Giulian y a Sam al hospital, saludó brevemente a Jonathan y
luego se fue a ver a Elar.
-
Esta
vez si que te salvaste de una buena
-- le estaba diciendo Giulian a
Jonathan
-
Sí,
fuera de la cicatriz causada por la flecha que sabemos que es imposible borrar,
puede decirse que salí indemne, cosa que no puede decir el asqueroso bicho que
me atacó.
-
Por
cierto -- dijo Giulian recordando el asunto --
Nunca entendí cómo demonios lograron herirlo ni quién, porque en la
posición en la que estaba resultaba imposible.
-
¿Cómo
que quién, infeliz? Yo mismo --
dijo él -- Es posible que estuviese en una situación
algo comprometida pero mi cabeza seguía funcionando...
-
Algo
verdaderamente difícil de creer -- escucharon la voz de Daira que acababa de
entrar pero él la ignoró
-
…
de modo que me hice con una flecha y la clave en su pecho, ya sabes, para
devolverle el favor -- finalizó
-
¡Bravo,
mi amigo! -- aplaudió Giulian
-
Es
un buen asunto que hayas logrado mantener la calma a pesar de todo --
dijo Sam
-
No
sé si la calma, pero sí sé que solo quería fastidiar al muy desgraciado
-
Eso
sí que no es difícil de creer -- dijo Daira
-- Ni aun cuando estás muriendo
puedes dejar de fastidiar -- y Jonathan
sonrió
-
Veamos
señorita Clemmens, estabas muy contenta de que…
-
Lo
único que me pone contenta es que te vas inmediatamente -- lo
interrumpió ella -- y espero no volver a verte por aquí
-
¡Genial!
--
exclamó Giulian mientras Daira caminaba hacia la puerta
-
Espera,
espera -- la detuvo Jonathan -- Eso
significa…
-
Ya
te lo dije McKenzie, estás de alta y espero te largues lo antes posible --
pero cuando ya iba a salir se detuvo con cara de sorpresa --
¿Donald? -- dijo en voz alta
-
¡Daira! --
escucharon una voz del lado de afuera y acto seguido un individuo que a
Sam y a Jonathan les resultaba vagamente familiar, estaba abrazando a Daira -- Te estaba buscando --
dijo el individuo separándose pero sin soltarla
Pero antes de que Daira pudiese decir
nada, el ambiente se tensó. El tal Donald había tropezado con los ojos de
Samantha y su expresión cambió de forma radical. Sam pudo percibir con toda
claridad y después de lo que parecía sorpresa, una corriente de odio feroz. El sujeto paseó
la vista por la habitación y su expresión no varió al tropezar con los ojos de Giulian
que lo miraba aproximadamente de la misma forma, y por último miró a Jonathan
que tenía una expresión impenetrable.
-
Lamento
la interrupción -- se disculpó Donald mirando a Jonathan y luego
se dirigió a Daira -- Te espero afuera
-
No
es necesario que esperes, ya iba de salida
-- dijo ella
-
Un
momento señorita Clemmens -- la detuvo Jonathan, de modo que Donald salió
mientras Daira se volvía
-
¿Y
ahora qué McKenzie?
-
Aun
no me has explicado…
-
No
tengo nada qué explicarte, ya te dije que estás perfectamente bien y puedes
marcharte -- lo interrumpió ella --
Ahora si no te importa, me están esperando --
pero antes salir añadió con sonrisa maligna --
Puedes estar feliz McKenzie, quizá lo que me has estado mandando a hacer
se haga realidad
Dicho esto abandonó la habitación pero
por alguna razón Jonathan McKenzie estaba cualquier cosa menos feliz.
Entre tanto, Sam había estado intentando
entender qué había sucedido cuando Giulian le dio una apresurada disculpa a
Jonathan, aferró a Sam por una mano y tan delicadamente como le fue posible la
sacó de allí y comenzó a caminar a toda prisa. Sin embargo, se detuvo unos
segundos tratando de localizar a Amy e ignoró lo que Sam intentaba preguntar.
Entró como un vendaval en la habitación de Elar y apenas si saludó a la
sorprendida Arzhaelí y caminó derecho hacia Amy y la sujetó por una mano.
-
Tenemos
que irnos
-
¿Qué
sucede? -- preguntó Iván
y Giulian simplemente lo miró a los ojos, lo que le bastó a Sam para
enterarse
-
Acabo de ver a Donald Klausen, está aquí
En ese momento Sam entendió por qué se
le hacía familiar aquel sujeto, pero ciertamente no entendía la actitud de
Giulian ni entendió la de Iván.
-
Elar,
regreso más tarde -- le dijo Iván y comenzó a caminar hacia la
puerta
-
¡Giulian
Cornwall! -- exclamó Amy al verse arrastrada fuera de
aquella manera -- Vas a decirme ahora mismo…
-
Ahora
no Amy, calla y camina o te llevo a la fuerza
-- se limitó a decir él
Normalmente Giulian no habría amenazado
a Amy de esa forma sin una buena razón y ella lo sabía, conocía bien a Giulian
y cuando hablaba de aquella manera significaba que ni la posibilidad de que
ella lo hiciese polvo lo detendría.
Cuando llegaron a Aveerden Giulian e Iván se encaminaron hacia el estudio pero Sam
estaba muy lejos de quedarse con la incertidumbre.
-
Un
momento los dos -- les dijo y ellos se detuvieron --
¿Alguien puede explicarme qué es lo que está sucediendo?
-
Princesa…
-
No
lo intentes Giulian -- dijo ella en tono amenazante --
¿Quién es ese hombre y por qué tanto alboroto?
-
¿Hombre?
¿Qué hombre? -- preguntó Amy
Giulian e Iván se miraron y parecieron
llegar a la misma conclusión. No sabían qué hacía aquel individuo en Arx aunque
suponían que podía deberse a que su hermano había sido herido, pero no sabían
cuánto tiempo iba a quedarse ni si ese era el único fin de su visita. De modo
que lo más probable era que Sam se enterase más tarde o más temprano.
-
Su
nombre es Donald Klausen y… -- en ese momento Amy ahogó una exclamación --
como supondrás es hermano de Hans Klausen, pero eso no es lo
importante -- estaba diciendo Iván -- Lo
importante es que se la tiene jurada a tu padre desde hace muchos años
-
¿Por
qué? --
quiso saber ella sin mayor asombro
Y si no lo tenía era porque aquellos
individuos parecían haberse granjeado muchos enemigos a los largo de sus vidas
por una razón u otra, lo que le llamaba la atención era que fuese…
-
Un
momento -- dijo antes de que respondieran -- ¿Es
un Arzhaelí? -- preguntó con extrañeza
-
No,
ese mal nacido no tiene lo que se necesita para ser uno --
dijo Giulian con desprecio
-
¡Giulian! --
exclamó Amy
-
No
se te ocurra defenderlo, decir nada, o siquiera pensar en él ¿está claro? -- le
advirtió con ira
Sam estaba realmente asombrada y ya era
mucho lo que quería saber, porque en condiciones normales su madre se habría
enzarzado en una discusión con Giulian y probablemente él habría terminado
golpeado contra una pared, pero no dijo nada.
-
Vamos
a calmarnos -- dijo Iván y se acercó a Sam --
Linda, ese hombre persiguió a Amy desde que entró a la escuela y de
hecho durante segundo año tuvieron una relación… digamos que muy cercana -- Sam
miraba a su madre con incredulidad, porque en su cabeza parecía subsistir la
idea de que sus padres habían estado toda la vida juntos --
Supongo que te resultará sencillo imaginar que esa situación llevaba a
Dan al borde del colapso, porque aunque en esa época ninguno estaba pensando en
matrimonio ni nada parecido, tanto los gemelos como Daniel, cuidaban a Amy
hasta el punto de asfixiarla -- aquello lo podía entender ella mejor que
nadie --
Pero cuando comenzamos a crecer y Dan entendió que su interés por Amy no
era el de un hermano, comenzó la verdadera guerra entre esos dos.
-
Supongo
que cuando mamá y papá comenzaron a salir, al señor Klausen no le sentó bien
¿no?
-
No
exactamente -- continuó Iván y miró a Amy con cierta
consternación -- inicialmente Amy rechazó a Dan
-
¿Qué? --
preguntó la chica y ahora su asombro era mayúsculo --
pero… Eve dijo que mamá y papá siempre se habían querido.
-
Y
así es, solo que cuando eran niños no diferenciaban ese afecto y cuando
crecieron pues…
-
Tenía
miedo --
dijo Amy
-
¿De
papá? --
preguntó Sam aun asombrada de todo aquello
-
No
de él Sam -- dijo Iván
-- sino de lo que era él. Dan era un sinvergüenza a tiempo
completo linda, y es lógico que Amy no se sintiese segura.
Todos esto era algo en lo que no había
pensado nunca antes a pesar de que había escuchado las historias de lo
terribles que fueron aquellos individuos, por lo que Sam hacía verdaderos
esfuerzos por imaginar la situación, ya que seguía costándole hacerse a la idea
de que sus padres habían sido niños y que no nacieron siendo la pareja que eran
hoy, pero el curso de sus pensamientos fue interrumpido por Giulian.
-
Recuerdo
que cuando Amy me confesó que amaba a Dan, lo hizo en medio de una crisis de
llanto que le duró toda una noche, y aunque deseaba ir a romperle hasta el último
hueso al muy infeliz, tuve que pasar toda esa noche intentando calmarla --
dijo él
-
De
acuerdo -- dijo Sam después de un momento --
Pero hasta donde sé, Delos también estaba enamorado de mamá y no es que
papá sienta mucha simpatía por él, pero…
-
Delos
es un Arzhaelí y ciertamente nunca atentó contra la vida de tu padre --
dijo Iván para el mayor asombro de Sam
-- Sí linda, Donald Klausen
intentó matar a Daniel no una, sino varias veces
-
¡Por
los Tesoros del Gran Druida! ¿Y cómo es
que no está preso?
-
Porque
no podía probarse, ambos eran corredores de Vliegend, por lo tanto los
atentados quedaban encubiertos como accidentes de la carrera, y aunque supiéramos
que no era así, no podía probarse como he dicho. Pero llegó aun más lejos
intentando secuestrar Amy.
-
¡Pero
eso es ridículo! Sí mamá no lo quería, no…
-
¿Lo
es? --
la interrumpió Iván -- Recuerda a Lery
-
Pero
es diferente Iván, Lery es una sabandija y…
-
¡Este
también lo es! -- exclamó Giulian
-
Giulian,
eso no es cierto -- dijo Iván
-
¿No
es cierto? ¡Intentó matar a Dan!
-
Convengo
en que hizo las cosas muy mal pero recuerda que… --
pero se detuvo repentinamente
-
¿Qué? --
preguntó Sam
-
Él
pensaba que Dan estaba atravesándose en su camino, porque Amy… bueno antes de
aceptar lo que sentía por Dan…
-
Aguarda,
no me irás a decir que… -- se detuvo y miró a su madre --
¿Mamá? -- pero Amy no dijo nada y Sam miró a
Giulian -- No puedo creer que la dejaran salir con él si
tan mal les caía.
-
Créeme
princesa, no siempre era sencillo controlarla
Aunque a Sam aun le estaba costando
digerir todo aquello, todavía pensó que a estas alturas ya deberían haber
superado todo el asunto.
-
Aceptando
todo lo que me acaban de decir, de eso hace muchos años. Probablemente el señor
Klausen esté felizmente casado y todo esto esté olvidado.
-
Princesa,
te aseguro que ese sujeto no es de los que olvida y eso quedó demostrado hoy
cuando te vio, porque si tú no lo notaste, yo sí.
Ciertamente recordó la impresión que le
dio al mirarlo y ahora Sam entendía aquella mirada de supremo odio, ella era
una copia bastante fiel de su padre y el color y forma de sus ojos eran exactos
a los de Daniel. De modo que entendió tanto la sorpresa inicial, como el odio
posterior.
Después de otro rato de discusión,
llegaron a la conclusión de que lo mejor era advertir a Dan de la presencia de
Donald, y le advirtieron igualmente a Amy que bajo ninguna circunstancia
saliese sola o cruzase ni una sola palabra con él si se lo encontraba. Y
Giulian le dijo quizá con muy poca delicadeza, que se abstuviese de decir nada
cuando Dan dijera lo que estaban seguros iba a decir de aquel mal nacido si no
quería que los celos de Dan hicieran violenta explosión, porque según Giulian
ella era directamente responsable de ellos. Después de esto Amy abandonó el
Salón y fue a refugiarse en su laboratorio de donde no salió en toda la tarde y
Sam se fue con ella.
Iván volvió al Hospital y Giulian subió
a su habitación con intención de descansar un rato hasta la hora de la cena,
pero al entrar arrugó la frente y llamó a Willow, le dio unas órdenes
específicas y se fue a la antigua habitación de Gail.
Dan bajó al Salón y no encontró a nadie,
de modo que subió a la habitación de los niños, los saludó, se entretuvo un
rato con ellos, y después pasó por la habitación de su hija pero no estaba
allí, fue a la de Giulian y tampoco había nadie, por lo que dedujo que no
habían regresado aun del Hospital, pero como ya casi era la hora de la cena,
decidió enviarles un mensaje. Acababa de hacerlo cuando Amy y Sam entraron en
el Salón.
-
Vaya,
hasta que por fin despertaste -- dijo Sam acercándose a darle un beso
-
Tenía
mucho sueño atrasado, pero desperté hace rato y no encontré a nadie.
-
¿Y
Giulian? -- se extrañó Sam
-
¿No
estaba con ustedes?
-
Aquí
estoy --
escucharon la voz del susodicho y Dan los miró con extrañeza, pero no
pudo preguntar nada porque en ese momento anunciaron la cena y pasaron al
comedor.
Dan se mostró muy contento de que
hubiesen regresado, aunque lamentaba que hubiese sido por el asunto del ataque.
-
Había
demasiada tranquilidad en la casa
-- estaba diciendo, pero en ese
momento Amy lo miró y él arrugó la frente
-
Estábamos
esperando que regresaran porque hay algo que queremos decirles --
dijo Amy y tanto Giulian como Sam los miraron con curiosidad --
Hemos decidido que ya es hora de mudarnos
-
¿Qué? --
preguntaron Sam y Giulian al mismo tiempo y con la misma cara de horror
-
Pensamos
que ahora que están casados, es mejor que vivan solos --
continuó ella
-
Dime
una cosa Dan -- dijo Giulian en tono ominoso -- ¿Rodase
por las escaleras o estuviste haciendo estupideces sobre tu Glide en mi
ausencia, y te caíste golpeando tu estúpida cabeza? --
terminó varios decibeles por encima de lo normal
-
No
se trata de eso Giulian -- dijo Amy aunque él estaba dirigiendo toda su
ira hacia Dan que permanecía en incómodo silencio
-
¿Te
sientes incómoda en esta casa Amy?
-- le preguntó Giulian
-
Por
supuesto que no
-
Entonces
no veo el objeto de esta absurda discusión, a menos claro que ya no consideres
esta tu casa, o que sean ustedes los que no quieren estar con nosotros.
-
Ya
te dije que no es eso -- dijo Amy comenzando a enfadarse
-
Papá,
yo no quiero que se vayan -- dijo Sam como una niña pequeña y con los ojos
llenos de lágrimas, lo que fue suficiente para que Giulian enfureciera
-
¡Maldita
sea Daniel Douglas! ¿Es que no ves lo que estás haciendo? A menos que tengan
una muy buena razón, y la que acaban de dar no lo es, nadie se irá de esta
casa.
Dan miró a su hija y se resignó. A pesar
de que tenía un fuerte sentido de la propiedad, y en un principio había querido
regresar al Castillo Douglas, ahora en realidad no quería irse, estaba
demasiado unido a Sam como para querer alejarse, pero Amy lo había convencido
de que cuando la gente se casa desea establecerse aparte, y le dio como ejemplo
a Danny. Sin embargo, Dan pensaba que Sam era otra cosa, y simplemente no
quería dejarla. Mientras él pensaba todo eso, Sam se había puesto de pie y se
había acercado a él.
-
Papá,
yo sé que tú no quieres hacerlo, por favor no lo hagas, no me dejes papá --
dijo con voz suplicante y las lágrimas corriendo a raudales
Si alguna duda le quedaba, ésta se
esfumó al ver esos ojos bañados en lágrimas. Y fue en verdad afortunado porque Giulian
estaba a punto de romperle el cuello.
-
No
lo haré linda, nunca más voy a dejarte
-- le dijo abrazándola
Aunque Amy hubiese querido decir muchas
cosas, al verlos así decidió guardar silencio. Recordó que cuando ellos se
casaron, tampoco habían podido separarse, y ella había sido el principal
obstáculo porque no quería dejar a sus hermanos, luego las cosas se habían
complicado mucho, y por último se habían visto obligados a separarse también de
sus hijos. De modo que en conjunto, tampoco era que ella tuviese tantas ganas
de dejarlos.
Una vez que el asunto quedó resuelto,
pudieron terminar de cenar en paz. Escucharon todos los relatos de las
actividades de los niños, y el desastroso cumpleaños de Aelig, pero no se
mencionó el asunto de Donald, porque habían acordado hablar con Dan en la
mañana.
Sam subió a su habitación a cambiarse
pero la encontró vacía, todas sus cosas habían desaparecido. Salió de prisa y
se encontró con Giulian parado en la puerta de la suya sonriendo divertido.
-
¿Buscabas
algo allí señora Cornwall?
-
Sí,
entré a mi habitación pero…
-
¿Tú
habitación? -- preguntó risueño --
Princesa, te informo que tu
habitación, ahora es nuestra
habitación -- y se hizo a un lado para dejarla pasar.
En efecto al entrar vio que todas sus
cosas estaban allí, desde su sillón favorito, hasta su escritorio sobre el que
se encontraba el libro que había estado leyendo.
-
Me
temo que ahora no podrás negarme la entrada bajo ninguna circunstancia --
dijo Giulian
-
Si
te pones pesado, siempre puedes dormir en el sillón del salón --
dijo dirigiéndose hacia el baño con la nariz alzada
Giulian soltó una carcajada y la dejó
tranquila. Mas tarde y cuando ya estaban en la cama, ella se recostó en su
pecho.
-
Giulian
-
¿Mmm?
-
Quería
darte las gracias
-
¿Por
qué?
-
Por
apoyarme en eso de que papá y mamá no se marcharan
-
Princesa,
Dan es un cabeza dura insufrible, pero es mi amigo, y Amy es mi hermana aunque
la mayor parte del tiempo quiera matarme,
pero aunque no fuera así, cualquier cosa que a ti te haga feliz es para
mí lo más importante, y no me importa si tengo que poner el mundo de cabeza
para lograrlo -- y ella le sonrió feliz, pero repentinamente
la sonrisa se borró de sus labios
-- ¿Qué sucede?
-
No
permitirás que Iván se vaya tampoco ¿verdad?
-
¿Y
por qué iba a irse?
Sam pensó que Giulian no sabía no sabía
nada de Elar, pero no le correspondía a ella decírselo, de modo que pensó que
ya se las arreglaría para no permitir aquello tampoco. Se sentía feliz por
Iván, pero aunque Elar no era pariente ni estaba tan unida a la familia, estaba
segura que podrían llevarse igual de bien, después de todo era amiga de su
madre, y si era la mujer que Iván amaba, ella estaba dispuesta a hacer lo que
fuese necesario para hacerla sentir en familia.
-
¿Princesa?
-
Nada,
solo quería estar segura que no lo permitirás tampoco -- le
dijo y se acurrucó en sus brazos quedándose dormida casi en seguida.
Mientras la miraba dormir, Giulian pensó
que le había costado mucho alcanzar la felicidad que sentía en ese momento y
que haría lo que fuere necesario para conservarla.
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