LMA 3

LMA 3
La vida que habían vivido hasta ahora había sido peligrosa pero nunca se sentaron a ver lo que sucedía, sino que participaron activamente en todo ello. Ahora tenían que reconstruir sobre las cenizas de la tristeza y de la pérdida, y para poder seguir tenían que comenzar todo de nuevo. Nunca nada sucede como suponíamos o como teníamos previsto pero siempre el universo nos brinda una nueva oportunidad. La vida les había dado mil razones para llorar pero ahora se disponían a encontrar otras mil para reír, debían dejar descansar a los que se habían ido pero siempre tendrían un lugar en el recuerdo y en el corazón de todos, y disponerse a comenzar… Una nueva vida

viernes, 1 de agosto de 2014

Cap. 53 Regreso a Casa…



Hacía casi una semana del ataque, cuando una mañana mientras Sam estaba en la habitación de los niños, escuchó la voz de su padre.

-          ¡Samantha!

Ella se levantó del sillón, pero antes de que pudiese moverse, se abrió la puerta y entraron Giulian y Dan.

-          ¡Papá!  --  exclamó ella

-          ¡Apártate infeliz!  --  dijo Dan empujando a Giulian que iba hacia su mujer, y abrazando a su hija

-          Te eché mucho de menos papá

-          Me alegra que te esfuerces por mentirme, pero en cualquier caso, yo te eché de menos  --  le dijo mientras ella reía

Los niños por su parte habían corrido hacia Giulian, por lo que este los alzó a ambos, y se olvidó por el momento de las ganas que tenía de golpear a Dan.

-          ¿Están bien?  --  preguntó Sam después que su padre la soltó y pudo saludar a Giulian

-          Aparte de cansados, bien princesa  --  le dijo él

-          ¿Y los demás?

-          Solo algunos heridos pero en general bien, el más grave es Klausen, pero Daira nos aseguró que va a estar bien  --  le dijo Dan  --  Esos condenados bichos son difíciles de cazar y no contando con Mael, pues…

-          ¿No contando con Mael?  --  preguntó ella con una nota de pánico en la voz  --  ¿Por qué? ¿Qué le sucede?  --  hasta ese momento había asumido que él estaba con ellos

-          Nada, solo que está fuera con Eowaz desde hace más de un mes

-          ¿Y no saben nada de ellos?

-          Pues no

Aunque ella se preocupó, recordó que los Arzhaelíes especialmente los miembros del Consejo, salían con frecuencia en comisiones de trabajo y a veces demoraban en regresar.

Después que Giulian se bañó, comió y descansó un rato, Sam lo acompañó a Arx para visitar a Jonathan. Inicialmente se había preocupado mucho cuando Daira le dijo que aun estaba allí, porque recordó lo mal que estaba cuando Danny lo trasladó, aunque ella le aseguró que había evolucionado bastante bien. No obstante, y como sus heridas habían sido muy graves, los Läkares habían decidido no autorizar la salida aún para gran consternación de ella, aunque esto no se lo dijo. Pero él solo lo había visto un momento prometiéndole volver más tarde.


Dan dijo que iría al día siguiente porque todo lo que quería después de comer, era tirarse en la cama. De modo que Amy acompañó a Giulian y a Sam al hospital, saludó brevemente a Jonathan y luego se fue a ver a Elar.

-          Esta vez si que te salvaste de una buena  --  le estaba diciendo Giulian a Jonathan

-          Sí, fuera de la cicatriz causada por la flecha que sabemos que es imposible borrar, puede decirse que salí indemne, cosa que no puede decir el asqueroso bicho que me atacó.

-          Por cierto  --  dijo Giulian recordando el asunto  --  Nunca entendí cómo demonios lograron herirlo ni quién, porque en la posición en la que estaba resultaba imposible.

-          ¿Cómo que quién, infeliz?  Yo mismo  --  dijo él  --  Es posible que estuviese en una situación algo comprometida pero mi cabeza seguía funcionando...

-          Algo verdaderamente difícil de creer  --  escucharon la voz de Daira que acababa de entrar pero él la ignoró

-          … de modo que me hice con una flecha y la clave en su pecho, ya sabes, para devolverle el favor  -- finalizó

-          ¡Bravo, mi amigo!  --  aplaudió Giulian

-          Es un buen asunto que hayas logrado mantener la calma a pesar de todo  --  dijo Sam

-          No sé si la calma, pero sí sé que solo quería fastidiar al muy desgraciado

-          Eso sí que no es difícil de creer  --  dijo Daira  --  Ni aun cuando estás muriendo puedes dejar de fastidiar  -- y Jonathan sonrió

-          Veamos señorita Clemmens, estabas muy contenta de que…

-          Lo único que me pone contenta es que te vas inmediatamente  --  lo interrumpió ella  --  y espero no volver a verte por aquí

-          ¡Genial!  --  exclamó Giulian mientras Daira caminaba hacia la puerta

-          Espera, espera  --  la detuvo Jonathan  --  Eso significa…

-          Ya te lo dije McKenzie, estás de alta y espero te largues lo antes posible  --  pero cuando ya iba a salir se detuvo con cara de sorpresa  --  ¿Donald?  --  dijo en voz alta

-          ¡Daira!  --  escucharon una voz del lado de afuera y acto seguido un individuo que a Sam y a Jonathan les resultaba vagamente familiar, estaba abrazando a Daira  -- Te estaba buscando  --  dijo el individuo separándose pero sin soltarla

Pero antes de que Daira pudiese decir nada, el ambiente se tensó. El tal Donald había tropezado con los ojos de Samantha y su expresión cambió de forma radical. Sam pudo percibir con toda claridad y después de lo que parecía sorpresa,  una corriente de odio feroz. El sujeto paseó la vista por la habitación y su expresión no varió al tropezar con los ojos de Giulian que lo miraba aproximadamente de la misma forma, y por último miró a Jonathan que tenía una expresión impenetrable.

-          Lamento la interrupción  --  se disculpó Donald mirando a Jonathan y luego se dirigió a Daira  --  Te espero afuera 

-          No es necesario que esperes, ya iba de salida  --  dijo ella

-          Un momento señorita Clemmens  --  la detuvo Jonathan, de modo que Donald salió mientras Daira se volvía

-          ¿Y ahora qué McKenzie?

-          Aun no me has explicado…

-          No tengo nada qué explicarte, ya te dije que estás perfectamente bien y puedes marcharte  --  lo interrumpió ella  --  Ahora si no te importa, me están esperando  --  pero antes salir añadió con sonrisa maligna  --  Puedes estar feliz McKenzie, quizá lo que me has estado mandando a hacer se haga realidad

Dicho esto abandonó la habitación pero por alguna razón Jonathan McKenzie estaba cualquier cosa menos feliz.

Entre tanto, Sam había estado intentando entender qué había sucedido cuando Giulian le dio una apresurada disculpa a Jonathan, aferró a Sam por una mano y tan delicadamente como le fue posible la sacó de allí y comenzó a caminar a toda prisa. Sin embargo, se detuvo unos segundos tratando de localizar a Amy e ignoró lo que Sam intentaba preguntar. Entró como un vendaval en la habitación de Elar y apenas si saludó a la sorprendida Arzhaelí y caminó derecho hacia Amy y la sujetó por una mano.

-          Tenemos que irnos

-          ¿Qué sucede?  --  preguntó Iván  y Giulian simplemente lo miró a los ojos, lo que le bastó a Sam para enterarse

-          Acabo de ver a Donald Klausen, está aquí

En ese momento Sam entendió por qué se le hacía familiar aquel sujeto, pero ciertamente no entendía la actitud de Giulian ni entendió la de Iván.

-          Elar, regreso más tarde  --  le dijo Iván y comenzó a caminar hacia la puerta

-          ¡Giulian Cornwall!  --  exclamó Amy al verse arrastrada fuera de aquella manera  --  Vas a decirme ahora mismo…

-          Ahora no Amy, calla y camina o te llevo a la fuerza  --  se limitó a decir él

Normalmente Giulian no habría amenazado a Amy de esa forma sin una buena razón y ella lo sabía, conocía bien a Giulian y cuando hablaba de aquella manera significaba que ni la posibilidad de que ella lo hiciese polvo lo detendría.

Cuando llegaron a Aveerden Giulian e Iván se encaminaron hacia el estudio pero Sam estaba muy lejos de quedarse con la incertidumbre.

-          Un momento los dos  --  les dijo y ellos se detuvieron  --  ¿Alguien puede explicarme qué es lo que está sucediendo?

-          Princesa…

-          No lo intentes Giulian  --  dijo ella en tono amenazante  --  ¿Quién es ese hombre y por qué tanto alboroto?

-          ¿Hombre? ¿Qué hombre?  -- preguntó Amy

Giulian e Iván se miraron y parecieron llegar a la misma conclusión. No sabían qué hacía aquel individuo en Arx aunque suponían que podía deberse a que su hermano había sido herido, pero no sabían cuánto tiempo iba a quedarse ni si ese era el único fin de su visita. De modo que lo más probable era que Sam se enterase más tarde o más temprano.

-          Su nombre es Donald Klausen y…  --  en ese momento Amy ahogó una exclamación  --  como supondrás es hermano de Hans Klausen, pero eso no es lo importante  --  estaba diciendo Iván  --  Lo importante es que se la tiene jurada a tu padre desde hace muchos años

-          ¿Por qué?  --  quiso saber ella sin mayor asombro

Y si no lo tenía era porque aquellos individuos parecían haberse granjeado muchos enemigos a los largo de sus vidas por una razón u otra, lo que le llamaba la atención era que fuese…

-          Un momento  --  dijo antes de que respondieran  --  ¿Es un Arzhaelí?  --  preguntó con extrañeza

-          No, ese mal nacido no tiene lo que se necesita para ser uno  --  dijo Giulian con desprecio

-          ¡Giulian!  --  exclamó Amy

-          No se te ocurra defenderlo, decir nada, o siquiera pensar en él ¿está claro?  --  le advirtió con ira

Sam estaba realmente asombrada y ya era mucho lo que quería saber, porque en condiciones normales su madre se habría enzarzado en una discusión con Giulian y probablemente él habría terminado golpeado contra una pared, pero no dijo nada.

-          Vamos a calmarnos  --  dijo Iván y se acercó a Sam  --  Linda, ese hombre persiguió a Amy desde que entró a la escuela y de hecho durante segundo año tuvieron una relación… digamos que muy cercana  --  Sam miraba a su madre con incredulidad, porque en su cabeza parecía subsistir la idea de que sus padres habían estado toda la vida juntos  --  Supongo que te resultará sencillo imaginar que esa situación llevaba a Dan al borde del colapso, porque aunque en esa época ninguno estaba pensando en matrimonio ni nada parecido, tanto los gemelos como Daniel, cuidaban a Amy hasta el punto de asfixiarla  --  aquello lo podía entender ella mejor que nadie  --  Pero cuando comenzamos a crecer y Dan entendió que su interés por Amy no era el de un hermano, comenzó la verdadera guerra entre esos dos.

-          Supongo que cuando mamá y papá comenzaron a salir, al señor Klausen no le sentó bien ¿no?

-          No exactamente  --  continuó Iván y miró a Amy con cierta consternación  --  inicialmente Amy rechazó a Dan

-          ¿Qué?  --  preguntó la chica y ahora su asombro era mayúsculo  --  pero… Eve dijo que mamá y papá siempre se habían querido.

-          Y así es, solo que cuando eran niños no diferenciaban ese afecto y cuando crecieron pues…

-          Tenía miedo  --  dijo Amy

-          ¿De papá?  --  preguntó Sam aun asombrada de todo aquello

-          No de él Sam  --  dijo Iván  --  sino de lo que era él. Dan era un sinvergüenza a tiempo completo linda, y es lógico que Amy no se sintiese segura.

Todos esto era algo en lo que no había pensado nunca antes a pesar de que había escuchado las historias de lo terribles que fueron aquellos individuos, por lo que Sam hacía verdaderos esfuerzos por imaginar la situación, ya que seguía costándole hacerse a la idea de que sus padres habían sido niños y que no nacieron siendo la pareja que eran hoy, pero el curso de sus pensamientos fue interrumpido por Giulian.

-          Recuerdo que cuando Amy me confesó que amaba a Dan, lo hizo en medio de una crisis de llanto que le duró toda una noche, y aunque deseaba ir a romperle hasta el último hueso al muy infeliz, tuve que pasar toda esa noche intentando calmarla  --  dijo él

-          De acuerdo  --  dijo Sam después de un momento  --  Pero hasta donde sé, Delos también estaba enamorado de mamá y no es que papá sienta mucha simpatía por él, pero…

-          Delos es un Arzhaelí y ciertamente nunca atentó contra la vida de tu padre  --  dijo Iván para el mayor asombro de Sam  --  Sí linda, Donald Klausen intentó matar a Daniel no una, sino varias veces

-          ¡Por los Tesoros del Gran Druida!  ¿Y cómo es que no está preso?

-          Porque no podía probarse, ambos eran corredores de Vliegend, por lo tanto los atentados quedaban encubiertos como accidentes de la carrera, y aunque supiéramos que no era así, no podía probarse como he dicho. Pero llegó aun más lejos intentando secuestrar Amy.

-          ¡Pero eso es ridículo! Sí mamá no lo quería, no…

-          ¿Lo es?   --  la interrumpió Iván  --  Recuerda a Lery

-          Pero es diferente Iván, Lery es una sabandija y…

-          ¡Este también lo es!  --  exclamó Giulian

-          Giulian, eso no es cierto  --  dijo Iván

-          ¿No es cierto?  ¡Intentó matar a Dan!

-          Convengo en que hizo las cosas muy mal pero recuerda que…  --  pero se detuvo repentinamente

-          ¿Qué?  --  preguntó Sam

-          Él pensaba que Dan estaba atravesándose en su camino, porque Amy… bueno antes de aceptar lo que sentía por Dan…

-          Aguarda, no me irás a decir que…   --  se detuvo y miró a su madre  --  ¿Mamá?  --  pero Amy no dijo nada y Sam miró a Giulian  --  No puedo creer que la dejaran salir con él si tan mal les caía.

-          Créeme princesa, no siempre era sencillo controlarla

Aunque a Sam aun le estaba costando digerir todo aquello, todavía pensó que a estas alturas ya deberían haber superado todo el asunto.

-          Aceptando todo lo que me acaban de decir, de eso hace muchos años. Probablemente el señor Klausen esté felizmente casado y todo esto esté olvidado.

-          Princesa, te aseguro que ese sujeto no es de los que olvida y eso quedó demostrado hoy cuando te vio, porque si tú no lo notaste, yo sí.

Ciertamente recordó la impresión que le dio al mirarlo y ahora Sam entendía aquella mirada de supremo odio, ella era una copia bastante fiel de su padre y el color y forma de sus ojos eran exactos a los de Daniel. De modo que entendió tanto la sorpresa inicial, como el odio posterior.

Después de otro rato de discusión, llegaron a la conclusión de que lo mejor era advertir a Dan de la presencia de Donald, y le advirtieron igualmente a Amy que bajo ninguna circunstancia saliese sola o cruzase ni una sola palabra con él si se lo encontraba. Y Giulian le dijo quizá con muy poca delicadeza, que se abstuviese de decir nada cuando Dan dijera lo que estaban seguros iba a decir de aquel mal nacido si no quería que los celos de Dan hicieran violenta explosión, porque según Giulian ella era directamente responsable de ellos. Después de esto Amy abandonó el Salón y fue a refugiarse en su laboratorio de donde no salió en toda la tarde y Sam se fue con ella.

Iván volvió al Hospital y Giulian subió a su habitación con intención de descansar un rato hasta la hora de la cena, pero al entrar arrugó la frente y llamó a Willow, le dio unas órdenes específicas y se fue a la antigua habitación de Gail.

Dan bajó al Salón y no encontró a nadie, de modo que subió a la habitación de los niños, los saludó, se entretuvo un rato con ellos, y después pasó por la habitación de su hija pero no estaba allí, fue a la de Giulian y tampoco había nadie, por lo que dedujo que no habían regresado aun del Hospital, pero como ya casi era la hora de la cena, decidió enviarles un mensaje. Acababa de hacerlo cuando Amy y Sam entraron en el Salón.

-          Vaya, hasta que por fin despertaste  --  dijo Sam acercándose a darle un beso

-          Tenía mucho sueño atrasado, pero desperté hace rato y no encontré a nadie.

-          ¿Y Giulian?  --  se extrañó Sam

-          ¿No estaba con ustedes?

-          Aquí estoy  --  escucharon la voz del susodicho y Dan los miró con extrañeza, pero no pudo preguntar nada porque en ese momento anunciaron la cena y pasaron al comedor.

Dan se mostró muy contento de que hubiesen regresado, aunque lamentaba que hubiese sido por el asunto del ataque.

-          Había demasiada tranquilidad en la casa  --  estaba diciendo, pero en ese momento Amy lo miró y él arrugó la frente

-          Estábamos esperando que regresaran porque hay algo que queremos decirles  --  dijo Amy y tanto Giulian como Sam los miraron con curiosidad  --  Hemos decidido que ya es hora de mudarnos

-          ¿Qué?  --  preguntaron Sam y Giulian al mismo tiempo y con la misma cara de horror

-          Pensamos que ahora que están casados, es mejor que vivan solos  --  continuó ella

-          Dime una cosa Dan  --  dijo Giulian en tono ominoso  --  ¿Rodase por las escaleras o estuviste haciendo estupideces sobre tu Glide en mi ausencia, y te caíste golpeando tu estúpida cabeza?  --  terminó varios decibeles por encima de lo normal

-          No se trata de eso Giulian  --  dijo Amy aunque él estaba dirigiendo toda su ira hacia Dan que permanecía en incómodo silencio

-          ¿Te sientes incómoda en esta casa Amy?  --  le preguntó Giulian

-          Por supuesto que no

-          Entonces no veo el objeto de esta absurda discusión, a menos claro que ya no consideres esta tu casa, o que sean ustedes los que no quieren estar con nosotros.

-          Ya te dije que no es eso  --  dijo Amy comenzando a enfadarse

-          Papá, yo no quiero que se vayan  --  dijo Sam como una niña pequeña y con los ojos llenos de lágrimas, lo que fue suficiente para que Giulian enfureciera

-          ¡Maldita sea Daniel Douglas! ¿Es que no ves lo que estás haciendo? A menos que tengan una muy buena razón, y la que acaban de dar no lo es, nadie se irá de esta casa.

Dan miró a su hija y se resignó. A pesar de que tenía un fuerte sentido de la propiedad, y en un principio había querido regresar al Castillo Douglas, ahora en realidad no quería irse, estaba demasiado unido a Sam como para querer alejarse, pero Amy lo había convencido de que cuando la gente se casa desea establecerse aparte, y le dio como ejemplo a Danny. Sin embargo, Dan pensaba que Sam era otra cosa, y simplemente no quería dejarla. Mientras él pensaba todo eso, Sam se había puesto de pie y se había acercado a él.

-          Papá, yo sé que tú no quieres hacerlo, por favor no lo hagas, no me dejes papá  --  dijo con voz suplicante y las lágrimas corriendo a raudales

Si alguna duda le quedaba, ésta se esfumó al ver esos ojos bañados en lágrimas. Y fue en verdad afortunado porque Giulian estaba a punto de romperle el cuello.

-          No lo haré linda, nunca más voy a dejarte  --  le dijo abrazándola

Aunque Amy hubiese querido decir muchas cosas, al verlos así decidió guardar silencio. Recordó que cuando ellos se casaron, tampoco habían podido separarse, y ella había sido el principal obstáculo porque no quería dejar a sus hermanos, luego las cosas se habían complicado mucho, y por último se habían visto obligados a separarse también de sus hijos. De modo que en conjunto, tampoco era que ella tuviese tantas ganas de dejarlos.

Una vez que el asunto quedó resuelto, pudieron terminar de cenar en paz. Escucharon todos los relatos de las actividades de los niños, y el desastroso cumpleaños de Aelig, pero no se mencionó el asunto de Donald, porque habían acordado hablar con Dan en la mañana.

Sam subió a su habitación a cambiarse pero la encontró vacía, todas sus cosas habían desaparecido. Salió de prisa y se encontró con Giulian parado en la puerta de la suya sonriendo divertido.

-          ¿Buscabas algo allí señora Cornwall?

-          Sí, entré a mi habitación pero…

-          ¿Tú habitación?  --  preguntó risueño  --  Princesa, te informo que tu habitación, ahora es nuestra habitación  --  y se hizo a un lado para dejarla pasar.

En efecto al entrar vio que todas sus cosas estaban allí, desde su sillón favorito, hasta su escritorio sobre el que se encontraba el libro que había estado leyendo.

-          Me temo que ahora no podrás negarme la entrada bajo ninguna circunstancia  --  dijo Giulian

-          Si te pones pesado, siempre puedes dormir en el sillón del salón  --  dijo dirigiéndose hacia el baño con la nariz alzada

Giulian soltó una carcajada y la dejó tranquila. Mas tarde y cuando ya estaban en la cama, ella se recostó en su pecho.

-          Giulian

-          ¿Mmm?

-          Quería darte las gracias

-          ¿Por qué?

-          Por apoyarme en eso de que papá y mamá no se marcharan

-          Princesa, Dan es un cabeza dura insufrible, pero es mi amigo, y Amy es mi hermana aunque la mayor parte del tiempo quiera matarme,  pero aunque no fuera así, cualquier cosa que a ti te haga feliz es para mí lo más importante, y no me importa si tengo que poner el mundo de cabeza para lograrlo  --  y ella le sonrió feliz, pero repentinamente la sonrisa se borró de sus labios  --  ¿Qué sucede?

-          No permitirás que Iván se vaya tampoco ¿verdad?

-          ¿Y por qué iba a irse?

Sam pensó que Giulian no sabía no sabía nada de Elar, pero no le correspondía a ella decírselo, de modo que pensó que ya se las arreglaría para no permitir aquello tampoco. Se sentía feliz por Iván, pero aunque Elar no era pariente ni estaba tan unida a la familia, estaba segura que podrían llevarse igual de bien, después de todo era amiga de su madre, y si era la mujer que Iván amaba, ella estaba dispuesta a hacer lo que fuese necesario para hacerla sentir en familia.

-          ¿Princesa?

-          Nada, solo quería estar segura que no lo permitirás tampoco  --  le dijo y se acurrucó en sus brazos quedándose dormida casi en seguida.


Mientras la miraba dormir, Giulian pensó que le había costado mucho alcanzar la felicidad que sentía en ese momento y que haría lo que fuere necesario para conservarla.

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