Jonathan se levantó temprano y antes de salir para la
Sede se detuvo ante la habitación de Liz y llamó, al no recibir respuesta abrió
la puerta con precaución.
-
¿Puedo pasar?
-
¿Para qué?
-
Solo quiero saber
cómo estás -- dijo mientras avanzaba
Desde la muerte de Peter, Liz se había negado a
abandonar la cama y aunque en apariencia no tenía nada, a Jonathan había
comenzado a preocuparle la palidez de la chica y el hecho de que prácticamente
no se alimentaba.
-
¿Me acompañas a
desayunar?
-
No
-
Vamos Liz, debes
levantarte, si sigues aquí vas a enfermar.
-
¿Y a quién le
importa?
-
A todos nos
importa, piensa en tus padres, en los míos y en todos los que te queremos.
-
No seas
desvergonzado Jonathan McKenzie, el día que tú quieras a alguien con toda
seguridad se avecina una catástrofe.
En medio de todo Jonathan se alegró de que dijese
aquello, en principio porque aunque lo que decía no fuese agradable, al menos
estaban manteniendo una conversación y eso era algo a lo que ella también se
había estado negando, de modo que se permitió sonreír.
-
El hecho de que
no esté dispuesto a amarrarme estúpidamente a nadie, no significa que no sea
capaz de querer.
-
Ve tú también a
que te maten y déjame en paz.
Jonathan iba a decir algo pero en ese momento Liz
comenzó a hacer arcadas. Una luz de alarma se encendió en el cerebro de Jonathan
y actuó en consecuencia. Cursó un urgente mensaje a Daira y luego de asegurarse
que Liz estaba bien, bajó al Salón apenas con tiempo para recibir a la
Arzhaelí.
-
¿Qué sucede niño? --
preguntó ella
-
Disculpa que te
haya hecho venir así, pero es necesario que revises a Liz.
Daira estaba de
veras extrañada y la razón para ello era muy sencilla. Ella conocía a Jonathan
McKenzie y sabía que aquel incordio era un especialista en amargarle la
existencia al prójimo y ella había sido una de sus víctimas predilectas desde
que el chico había entrado como aspirante. Daira había sufrido lo indecible con
aquel muchachito y como en esa época todos pensaban que Giulian había muerto,
ella habría estado a jurar que el infeliz aquel había reencarnado en Jonathan,
de modo que por todo lo anterior encontraba sumamente inquietante la seriedad
del chico
-
¿Tu cuñada? --
preguntó insegura
-
Sí --
dijo él mientras la conducía escaleras arriba --
sospecho que puede estar embarazada.
Daira abrió mucho los ojos pero no dijo nada más y se
dejó conducir a la habitación de la chica.
-
¿Qué demonios
hace otra suicida aquí? -- preguntó Liz de malos modos
Pero a pesar del descortés recibimiento, ambos
Arzhaelíes la ignoraron y Jonathan tan directo como siempre, se acercó a la
cama.
-
Liz, Daira va a
chequearte porque sospecho que puedes estar embarazada, así que te sugiero te
quedes tranquila o me obligarás a tomar otras medidas.
Aunque Liz hubiese tenido intenciones de protestar o
moverse y no las tenía, porque lo dicho por Jonathan la había dejado en blanco,
no habría podido hacerlo, porque este individuo no era de los que perdía el
tiempo en estériles discusiones a menos que se tratase de molestar a alguien.
De modo que inmovilizó a Liz mientras Daira procedía a examinarla.
La Arzhaelí lo hizo y repitió la prueba en dos
ocasiones para estar segura, y luego se volvió a Jonathan.
-
Efectivamente,
está embarazada de seis semanas -- confirmó Daira
Jonathan se sentía feliz y desgraciado al mismo
tiempo, porque aquello era lo que más había deseado su hermano y había muerto
sin enterarse de ello, mientras que Liz se encontraba en estado de shock.
-
Pero es necesario
que siga algunas indicaciones -- estaba diciendo Daira --
está muy débil y…
-
Espera -- la
detuvo Jonathan -- yo no soy bueno para esto
Y sin más explicaciones abandonó la habitación dejando
a Daira preguntándose qué hacer con alguien que ni siquiera la quería allí.
Pero en realidad Jonathan no tardó mucho, porque a los pocos minutos regresó
con su madre y Anne tampoco puso muy buena cara al ver a Daira. A pesar de que
la mayoría de sus hijos pertenecían a la Orden al igual que sus amigos, a ella
aun le costaba ver el uniforme y conservar la calma, razón por la cual ni
Jonathan ni Kenny lo llevaban mientras estaban en casa.
-
Madre, olvídate
del maldito uniforme y escúchame -- le dijo
-- Daira acaba de examinar a Liz
y ha confirmado que está embarazada y necesita darte ciertas instrucciones, así
que presta atención.
A Daira le provocaba golpearlo, ella entendía
perfectamente la actitud y el dolor de Anne pero Jonathan McKenzie era
cualquier cosa menos delicado. Sin embargo, Daira se olvidó de él y procedió a
explicar a Anne y a una aún muy sorprendida Liz los cuidados que debía
observar, no solo porque ya había sufrido una pérdida sino porque estaba en
extremo débil y eso hacía mucho daño al bebe. Anne escuchó con mucha más
atención que Liz y le aseguró a Daira que se ocuparía de todo. La Arzhaelí
también le recomendó ponerse en contacto con algún Läkare de su confianza para
que controlase el embarazo.
-
Gracias --
dijo finalmente Anne y luego agregó
-- Daira, no tengo nada en tu
contra, es solo que…
-
Descuida, yo
comprendo -- dijo la Arzhaelí
Jonathan también le agradeció su rápida intervención y
le dijo que en breve iría a la sede, algo que no alegró especialmente a la
Arzhaelí, porque desde luego aquel era la clase de sujeto al que era mejor
tener lejos.
Luego de despedir a Daira, subió de nuevo y ya Liz
estaba más calmada y lloraba en silencio, de modo que decidió no decirle nada,
ya hablaría con ella luego. Se despidió de su madre pero en lugar de dirigirse
a la sede, salió y caminó hacia el bosque que rodeaba la propiedad hasta llegar
a un claro que era donde solían jugar él y Peter.
-
Sé que ya no
estás aquí hermano, pero también sé que desde aquí podrás escucharme
A continuación se tendió en el suelo y cerró los ojos,
se relajó y comenzó a visualizar un camino sinuoso y empinado rodeado de
columnas dóricas. El aire era limpio y soplaba a su alrededor, dejó que éste se
enredase en sus cabellos y penetrase por cada poro de su cuerpo. Ese era su
elemento, de él provenían sus dones y su poder, de modo que se dejó llevar por
éste.
Poco tiempo después comenzó a ver una ciudad
construida entre las nubes, todo parecía etéreo pero al mismo tiempo podía
tocarlo.
-
Bienvenido de nuevo -- dijo una voz conocida
-
¿Arianrhod? --
preguntó él
-
En la medida de tu dimensión, mucho tiempo ha pasado
desde nuestro último encuentro --
después de un breve silencio el elemental volvió a hablar -- Es bueno saber que sigues en respetuoso
contacto con tu elemento, siempre lo has hecho, pero en esta ocasión no buscas
la armonía de tu espíritu ni solicitas el poder del Aire ¿Qué puedo hacer por
ti?
-
Señora, solo
quería acercarme a mi hermano
-
Eso no es posible por ahora, su energía acaba de
unirse a la energía universal y está recibiendo instrucción -- el semblante del chico se entristeció y ella
agregó -- Lo que
quieres decirle él lo sabe, así como sabe que cumplió con la tarea que le fue
asignada. Debes comprender que su interés en dejar descendencia obedecía a la
consciencia superior que estaba al tanto del pacto que había hecho con relación
a ello, y una vez cumplido esto, su energía pudo volver a su lugar de origen
para prepararse para la próxima misión.
-
Espero que sepa
también que protegeré y velaré por su hijo como si fuese mío
-
Lo sabe, pero tendrás que luchar para cumplir tu
juramento, y sabes lo importante que es para nosotros la palabra empeñada.
-
Sí mi señora, lo
sé. Y sin importar lo que tenga que hacer, cumpliré con ella
-
Te espera un largo y duro camino, pero no olvides que
cuentas con el apoyo de tu elemento siempre que lo solicites.
-
Gracias Arianrhod
Poco a poco fue volviendo hasta abrir los ojos y
encontrarse de nuevo tendido en el piso en medio del claro. Se puso de pie y
sintió una suave brisa que acariciaba sus mejillas. Comenzó a caminar pero
antes de abandonar el claro para internarse en el bosque, se volvió.
-
Te extraño Peter,
y siempre lo haré
Después de una última mirada, dio la espalda pero al
dar el primer paso su bota tropezó contra algo, bajó la mirada y sus ojos se
agrandaron al ver un zafiro que brillaba entre las hojas caídas. Se agachó lo
recogió y sonrió.
-
Gracias, pero
supongo que esto no es para mí. Sin
embargo, permanecerá guardado hasta el momento de darlo a quien corresponde.
Aunque confiaba plenamente en lo dicho por Arianrhod,
aquella particular piedra solo podía provenir de Peter, era su piedra de la
buena suerte como decía él y ahora Jonathan la guardaría hasta que llegase el
momento de entregársela al hijo de su hermano. Con el espíritu más ligero,
marchó a cumplir con sus obligaciones.
Samantha había pasado una pésima noche, la mayor parte
de la misma había estado llorando y sintiéndose miserable por la forma en la
que había tratado a su hermano. Él no tenía la culpa de lo que le sucedía pero
es que ni ella misma sabía qué era aquello que la estaba atormentando. Se
durmió cuando comenzaba a clarear, de modo que no sintió cuando más entrada la
mañana Giulian apareció en su habitación.
Giulian le había preguntado a Crappy si ya la chica
había bajado a desayunar y al enterarse que seguía en su habitación, se dirigió
hacia allá. En el pasillo se tropezó con Mael.
-
Buenos días -- lo
saludó
-
Buenos días
Giulian
Mael lo vio aproximarse a la habitación de Sam que él
acababa de abandonar. Él no había dormido en toda la noche sintiendo que su
corazón se hacía pedazos al escucharla llorar, de modo que en cuanto sintió que
se había quedado dormida fue a verla pero cuando escuchó a Giulian preguntar
por ella imaginó que iría a verla también, de manera que abandonó a toda prisa
la habitación.
Giulian llamó y al no obtener respuesta abrió con
cuidado y se asomó. La vio aun dormida y entró, se aproximó a la cama y se
quedó contemplándola. Siguió con la mirada la figura, era hermosa. Si bien era
cierto que se parecía de forma extraordinaria a Dan, sus facciones tenían la
delicadeza de la feminidad. Tenía unos hermosos cabellos azabache, una cintura
estrecha y unas bien torneadas piernas que en aquel momento estaban
descubiertas. Extendió la mano y la cubrió con las mantas. Se sentó con cuidado
en el borde de la cama y depositó un beso en la frente de la chica. Sam abrió
los ojos y se encontró con los azules de Giulian muy cerca de los suyos.
-
Buenos días
princesa -- dijo él con suavidad
Ella se incorporó y las mantas se deslizaron, las subió
a toda prisa recordando lo poco que la cubría su camisón de dormir. Se quedó
mirando a Giulian y de pronto y sin previo aviso sintió un ardor en los ojos y
las lágrimas comenzaron a caer. Giulian la abrazó y sin hacer preguntas la
sostuvo así. Quería consolarla pero no tenía idea de lo que le pasaba y no
quería decir nada equivocado. Le hubiese gustado preguntarle, pero sabía por
experiencia que no era buena idea. Pero sobre todo, quería matar lenta y
dolorosamente al responsable de sus lágrimas, porque cada una de ellas le dolía
en el alma. Cuando sintió que se calmaba, tomó el pequeño rostro entre sus
manos y miró directo a la violeta profundidad de sus ojos.
-
Sea lo que sea
pasará, y si me necesitas sabes que estoy dispuesto a dar mi vida por ti
princesa -- le dio un suave beso en la frente y abandonó
la habitación
Un poco más temprano, Amy había llamado a la puerta de
la habitación de su hijo y una vez que recibió la autorización para pasar se
encontró con que ya él tenía un visitante.
-
Buenos días --
saludó
-
Buenos días mamá
-
Buenos días
Amy --
saludó Gail
-
¿Podemos hablar
un momento? -- preguntó ella mirando a Danny
-
Claro
-
Bueno, yo los
dejo --
dijo Gail
-
No seas necio
Gail Vladimir -- dijo Danny y miró a su madre --
Mamá, Gail es un individuo sumamente molesto pero no hay nada que no
comparta con él, así que si no te importa…
-
Por supuesto que
no --
dijo ella sonriendo -- y me alegra que sea así -- y
luego agregó -- Danny, anoche me quedé muy preocupada ¿qué
fue lo que sucedió?
-
Lo sé mamá y lo
lamento, te juro que Sam y yo nunca nos hemos tratado así
Le contó a su madre que Eowaz les había informado
acerca del conjuro que ella había realizado pero que no tenían idea de qué tan
poderoso sería. Sin embargo, ellos habían descubierto que era muy poderoso y
que aparte de la comunicación que podían mantener en cualquier momento y a
cualquier distancia, podían sentir lo que el otro sentía en muchas ocasiones.
-
¿No pueden
bloquearlo?
-
No siempre. La
cuestión es que ahora sé y puedo sentir que le sucede algo pero no quiere que
me entere, el problema es que puede que no sepa de qué se trata pero me siento
mal y mientras ella se sienta así yo me seguiré sintiendo mal.
-
¿Y de verdad no
tienes idea de qué pueda ser?
-
No, y eso lo hace
más desesperante, porque si al menos tuviese una idea aunque fuese pequeña,
podría encontrar la solución
-
Bueno creo que
por el momento no podemos hacer mucho, salvo esperar que hoy se sienta mejor.
-
No lo creo --
dijo Gail -- la escuché llorando anoche
-
Es cierto --
corroboró Danny -- casi no durmió nada.
-
¿Te puedo pedir
un favor?
-
Claro mamá
-
Hasta que no
sepamos lo que le sucede a tu hermana, intenta controlar tu genio hijo, no creo
que gritándole vayas a resolver nada.
-
No te preocupes
mamá, ya yo había llegado a esa conclusión, además no me gustó nada gritarle.
-
Aparte de
eso --
dijo Gail mientras se dirigían a la puerta --
nuestra querida hermanita podría enviarte directo al Hospital si la
molestas mucho hasta donde sé -- dijo pasando un brazo sobre los hombros de
Amy --
heredó tu lindo carácter, y según todos eso es sumamente
perjudicial -- finalizó con una carcajada
-
Voy a matar al
desvergonzado de tu padre y de tu tío por ir por allí diciendo estupideces --
dijo ella uniéndose a las risas de los chicos
Cuando entraron al desayunador ya estaban allí Iván y
Dan, y casi enseguida llegó Giulian.
-
¿Y Mael? --
preguntó Amy
-
Ya se marchó -- le
contestó Iván
-
¿Siempre es tan
madrugador?
-
El cachorro
siempre ha tenido algo en contra de la cama
-- dijo Gail
-
Sí, es un chico
sumamente responsable -- dijo Iván ignorando el comentario de su hijo
-
¿Y tú no piensas
comer? -- preguntó Amy mirando a Giulian -- No
me digas que estuviste bebiendo anoche
-- dijo en forma acusadora al ver
que se servía solo café
-
Por supuesto que
no enana
-
Claro, según
recuerdo desayunas solo café cuando has estado bebiendo
-
Solo espero a
Sam --
y justo en ese momento apareció ella
-
Buenos días --
saludó en forma general
-
Buenos días
cielo --
dijo Amy
-
Buenos días
preciosa -- la saludó su padre
-
¿Cómo amaneciste,
linda? -- dijo Iván poniéndose de pie y acercándose a
ella
Si a alguien no podía mentirle Sam era a Iván, de modo
que se limitó a sonreírle con desgano. Giulian iba a decir algo pero calló al
ver que ella se acercaba a su hermano.
-
¿Podemos hablar
un momento Danny?
-
¡Claro! --
contestó él con una gran sonrisa y levantándose fue tras ella
-
Bueno, parece que
hoy no están molestos -- dijo Dan
Giulian los siguió con la mirada mientras se llevaba
la taza a los labios. Sam caminó junto a su hermano con la vista baja, se
detuvo y se volvió hacia él.
-
Danny… --
pero él colocó un dedo sobre los labios de ella
-
Lo sé Sam, a mí
tampoco me gustó gritarte y prometo no volver a hacerlo. Tienes razón, debo
respetar tu privacidad. Solo quiero que sepas que sigo estando aquí, que te amo
y que haría cualquier cosa por ti. Si quieres hablar te escucharé, si quieres
llorar aquí está mi hombro pero no me apartes, porque tanto si quieres como si
no, sigo sintiéndote.
A Sam se le cerró la garganta con un fuerte nudo, se
lanzó en sus brazos y lloró en silencio.
-
Quisiera poder
decirte lo que me pasa Danny, pero es que no lo sé --
dijo entre sollozos
-
Está bien, cuando
lo sepamos lo solucionaremos ¿bueno?
-- dijo él acariciando sus cabellos
Desde el desayunador todos veían la escena. Amy se
sintió aliviada y Dan se alegró al ver que sus hijos podían solucionar sus
problemas sin violencia. Mientras que Iván y Gail, que contrario a sus
costumbres el primero y siguiendo su conducta habitual el segundo, habían
escuchado la conversación, se sintieron un poco más tranquilos porque el
problema no era en realidad entre los gemelos, pero por otro lado y al igual
que Giulian, seguían preguntándose qué era lo que había causado la explosión de
la chica la noche anterior. Ya los chicos regresaban y cada uno miró hacia otro
lugar.
-
Debes comer algo
hija, ayer vi que casi no comiste
-- dijo Amy
-
En verdad no
tengo mucha hambre mamá
-
Pues tenemos un
problema -- dijo Giulian
-- porque yo te estoy esperando
para que me acompañes a desayunar.
-
De acuerdo --
dijo ella sentándose a su lado y sirviéndose un poco de cereal
En ese momento apareció Willow con la correspondencia,
entregó un sobre a Dan, otro a Danny y uno a Gail.
-
¡Vaya! --
dijo Dan -- Es de Peter McKenzie, nos pide que vayamos a
Kelten.
-
¿Para qué? --
preguntó Amy
-
Al parecer ya
dieron la noticia de que estamos vivos, y primero, el Consejo de Estado
provisional quiere hablar con nosotros, y segundo, la prensa parece que ha
estado fastidiando por el mismo asunto.
-
¡Demonios! --
exclamó Danny
-
¿Están
locos? -- preguntó Gail
-
¿Qué sucede? --
preguntó Sam mientras todos miraban a los chicos
-
También quieren
que nosotros concedamos una entrevista y eso te incluye
-
Lo único que
puedo darles es un conjuro desintegrador
-- dijo Sam con ira
-
¡Samantha! --
exclamó Dan
-
Déjame
adivinar -- dijo Iván
-- Irisseoir y Dziennikarz ¿no?
-
Así es --
corroboró Gail
-
Esa víbora y esa
rata asquerosa pueden irse al Hellheim y si me apuran mucho, yo misma les puedo
hacer el favor de enviarlos -- dijo Sam en forma venenosa mientras sus
padres la miraban con asombro
-
Lo que sucede es
que esos dos publicaron una cantidad de mentiras a favor de Bastian --
aclaró Iván -- Como ya les contamos, Bastian quiso hacerse
legalmente con los gemelos y ellos desataron una campaña orquestada por él para
desacreditarnos y hacer que la comunidad insistiera en que los chicos debían
ser devueltos a su abuelo.
-
¡Demonios! --
exclamó Dan entendiendo la ira de su hija
-
Incluso llegaron
a decir que los Cornwall y los Natchzhrer estábamos manipulando a Eowaz y que
éramos los cabecillas de una organización secreta que tenía como único fin
hacerse con el control de todo, y por último pusieron en duda que los gemelos
fuesen en realidad sus hijos -- concluyó Iván
Los ojos de Amy brillaron en forma peligrosa y la
expresión de Dan se tornó hermética, lo que les recordó a todos lo peligroso
que eso podía resultar. En el caso de Iván y Giulian porque ya lo habían vivido
y en el caso de Gail y Sam, porque Danny era igual.
-
En cualquier caso
negarnos a asistir puede ser contraproducente
-- dijo Amy, pero una sonrisa
maligna apareció en sus labios -- Veamos que tantas ganas le quedan a esos
sujetos de volver a entrevistarnos
-
¿Conoces a esta
mujer, madre? -- preguntó Danny -- Eve
solía decir que daba vuelta a cualquier cosa que su entrevistado dijese
-
No te preocupes,
me aseguraré de que no pueda hacerlo
-- le dijo y miró a su
marido -- ¿Cuándo quieren la dichosa entrevista?
-
Esta tarde
-
Retrásalo hasta
mañana, dile a Peter que diga cualquier cosa pero que si quieren entrevista,
será cuando yo diga
Dicho esto se levantó de la mesa y abandonó el
desayunador mientras Giulian sonreía en forma enigmática y disimulada.
-
La verdad, comienzo
a sentir pena por esos dos -- dijo Iván sonriendo también
-
¿Alguien puede
explicarme por qué parecen todos tan complacidos? --
preguntó Gail
-
Hijo, existen
muchas maneras de arriesgar el cuello, pero la más estúpida de todas es
provocar la ira de Amy Douglas -- dijo Iván mientras Giulian había dejado el
disimulo y reía abiertamente
Los chicos se miraban y en ese momento le llegó a Sam
un mensaje de Mael.
-
Nena, supongo que recibieron la misma comunicación de
parte de Peter McKenzie ¿Qué quieres hacer?
Inicialmente Sam había pensado que si sus padres
decidían asistir, no los dejaría solos con aquellas personas, pero ciertamente
ahora no era por protección sino por diversión que quería asistir, y si podían
ayudar a sus padres a hacerlos polvo no se lo perderían por nada del mundo.
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